No sé si habré escrito bien el título porque mi latín está más que oxidado... Paso a relatar: Cuando llegué a España, mi castellano tambien estaba herrumbroso (los posts de Pedro me han hecho mella). Lo hablaba bien, sin ningun deje extranjero (se veía que era española, vamos) pero cometía faltas garrafales. Por ejemplo, un dia que fui a Avila con amigos, al ver las murallas, dije "¡Qué preciosas las vallas!" Otro dia hablando de "Los Cuatro Jinetes del Apocalípsis" los llamé "Caballistas del Apocalípsis". Un dia comiendo en la residencia dónde me hospedaba en Madrid, me dieron de postre "chirimoyas". Era una fruta desconocida para mí, jamás las había visto ni probado en mi vida. A los pocos dias, pasando delante de una frutería, las ví y me dije, "Ah, voy a comprarme algunas....¿cómo se llamaban?..." (empecé a dar vueltas al coco) hasta que al fin caí. Entré muy decidida y le dije al frutero: "Medio kilo de gilipollas, por favor" el frutero me miró extrañado y le insistí: "Sí, las gilipollas esas" (no tenía ni idea lo que quería decir la palabreja esa. Estaba segura de que era el nombre de la fruta). Acabamos tanto el frutero como yo mirándonos de manera extraña...hasta que me dijo: "Ah, querrá decir chirimoyas..."
SORRY NO ENGLISH TRANSLATION FOR THIS POST
¡Qué graciosos estos equívocos! Seguro que en algún sitio venden cuarto y mitad de gilipollas... abundan tanto que el precio debe ser barato, seguro.
ResponderEliminarBesos, me he divertido mucho con tu entrada de hoy.
PEDRO, Sí los equívocos de los hijos/as de emigrantes. Sabíamos el idioma pero, en el fondo, eramos "guiris"... Besotes, M.
ResponderEliminarJajajaja... es que la chirimoya es una fruta bastante gilipollas...
ResponderEliminarSi no ¿a qué vienen tantas pepitas en tan poco espacio?
Ya he visto tus comentarios, ya. Pero ya te dije que no doy abasto. Ni de lejos.
Un beso y cuídate .
pues si te cuento yo cuando hablo medio castellano, medio ibicenco.... parezco una de esas abuelas antiguas que mezclan.
ResponderEliminara pedro me cuesta hasta mi entenderlo, si es que¡¡
besos merche
(hoy he estado mirando una guia pero no me ha dicho nada y no llevaba girasol, asi que supongo que no eras tu).
Hola Merche, hay esque a veces incluso hablando el mismo idioma no nos entendemos.
ResponderEliminarEl comentario de Mariano me ha hecho mucha gracia. Es verdad, cuando te comes una chirimoya se te pone cara hasta de gilipollas porque no paras de escupir las pepitas o pepotas que tiene.
Un beso, corazón.
ja ja...menos mal que no se lo tomó a mal y te puso un ojito morado...ya sabes or algunossitios son muy bestias...que buena anecdota..besos
ResponderEliminarMARIANO DE MIS AMORES, ¡Ya era hora que me hicieras un comentario, granuja! Que no das abasto...sí,sí...excusas. Me ha encantado leerte por aquí. Y gracias de nuevo por haberme abierto este blog que me ha dado vida e ilusión. Besotes, M.
ResponderEliminarMETIS, no era yo. La única loca que lleva girasol soy yo. Al fin y al cabo soy de la "Flower Power" generation. Besotes, M.
PILAR, Sí es verdad, lo de las pepitas. Quizá no estaba tan mal encaminada... Besotes, M.
TUCCI, la verdad es que el pobre frutero pensó que yo era una extraterrestre o que acababa de salir de un manicomio... No osó llevarme la contraria... Besotes, M.
¡Qué cosas te pasan! Yo, a lo máximo que he llegado, es a entrar en una tienda saludando en inglés después de pasar un año en Irlanda del Norte, darme cuenta y cambiar de idioma corriendo, antes de que se notara mucho.
ResponderEliminarANA, sí cuando cambias de países, suele pasar con frecuencia... Besotes, M.
ResponderEliminarLas confusiones, comúnmente conocidas como "metidas de pata", son las que aportan a nuestra vida, las anécdotas más graciosas!!...
ResponderEliminarCHUQUIS, sí, chicos, las meteduras de pata a veces son chistosas pero a veces pueden salir muy mal. Es que yo tendría la palabra "gilipollas" en mi subconsciente sin saber lo que quería decir y me salió de la forma más natural... Besotes, M.
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