Sigo con otro relato del libro de mi tia Lolita: "Pas de bijoux" "No más joyas" que refleja lo que las guerras acarrean aparte de muerte y destrucción.
"En Hendaya, algunas casas de cambio de enfrente de la estación habían hecho magníficos negocios con las joyas que les vendían los refugiados. Por lo general, eran alhajas de escaso valor: broches, pendientes, anillos y pulseras que gentes de la clase media pignoraban por unos pocos francos. Pero a los cuatro o cinco dias de empezar la invasión de españoles, ya no se podian hacer operaciones de este género, pues las arcas de los cambistas habían quedado totalmente vacías. Con los francos obtenidos a cambio de sus alhajas pudieron muchos ir tirando hasta poder entrar en España. Los que por sus ideas políticas se veían obligados a permanecer más tiempo en Francia, pensaron en recurrir al Monte de Piedad de Bayona para obtener algún dinero. Pero aquí tambien estaba saturado el mercado de las joyas. Los que acudían a aquella institución para salir de apuros, se encontraban con un cartelito en la taquilla que decía: "Pas de bijoux".
This is another tale of my great-aunt's book that deals with the other side-effects of wars besides death and destruction. "Pas des bijoux" "No more jewels".
"In Hendaye many money-exchange firms made great business with the jewelry sold by the Spanish refugees. For the most part, they were not very expensive jewels: brooches, earrings, rings, bracelets, that middle-class people sold for a few Francs. After four or five days of the Spanish invasion they couldn't go on with this exchange because there was no money left. However, this helped many to continue with their lives until they returned to Spain. Those who, due to their different ideology, couldn't go back to Spain and were obliged to stay longer in France, decided to go to the "Pawning Centre " in Bayonne in order to get some money to help them survive. Here, also, the jewelry market was overdrawn and found themselves with signs saying "Pas de bijoux".
Qué malos son todos los exilios: uno sale casi sin nada y lo poco que tiene lo malvende para empezar una vida en la que sólo se llevan los recuerdos, que pesan. Algunos saben adaptarse y buscar nueva vida, nuevos aires, enriquecerse en experiencias. Pero la mayoría...
ResponderEliminarBesos.
Creo que en la ley de memoria historíca debían estar todos estos testimonios recopilados e inventariados. Dentro de unos días, publicaré un post con dos historias recopiladas y comprobadas de un familiar mio que ahora tendría 105 años.
ResponderEliminarUn abrazo,
lo malo a veces de las joyas es que no se pagaba su valor sentimental... pero habia que sobrevivir.
ResponderEliminarun beso.
Las fortunas que han hecho algunos con la necesidad de otros... Son situaciones realmente dramáticas, este anillo cuyor valor sentimental no tiene precio... este broche sencillo de tu tatarabuela... debe doler... y mucho.. No puedo ni imaginarlo.
ResponderEliminarBesitos, Merche,muchos...
PEDRO ¡eres mi primer comentarista! Cuánto tiempo ha pasado desde la época que SIEMPRE eras el primero... ¿Te acuerdas? Parece que fue hace un siglo... Lo de los exilios es horrible. Tienes que escapar con lo justo y las joyas son lo más a mano y lo que ocupa menos espacio. Seguiré contando las historias de mis tios. Muchos besotes mi querido, M.
ResponderEliminarTITO, iré a leer tus posts que suenan MUY interesantes. Me encantan estos relatos de historias humanas que nos hacen formar una idea de lo que es una guerra y sus consecuencias. Besotes, querido, M.
METIS sí, el valor sentimental es impagable pero la supervivencia es un sentimiento MUY poderoso. Muchos besotes, querida, M.
SELMITA tu comentario ha llegado cuando había contestado a los demás, pero sí, NADA puede pagar el valor sentimental de los objetos, sean joyas, libros, obras de arte... las guerras SON HORRIBLES Y CRUELES. Gros bisous, ma chérie, M.
ResponderEliminarQue exilio no es malo??? si es que leido hoy parece algo heroico...y su traducción es: o te vas o te corto el cuello...triste, me viene a la memoria Machado y todos aquellos que un dia tuvieron que dejar su amada tierra...saludos niña...
ResponderEliminarjoder, que interesante... Por circunstancias de mi recorrido madrileño paso mucho por delante del MOnte de PIedad y me llama la atención la de gente que hay siempre esperando a que habran.
ResponderEliminarTb. me impresiona siempre los escaparates de esas joyerias que exhiben joyas antiguas, no dejo de pensar a quién pertenecerian y que historias habrá detrás de cada pieza.... Nada hay mas triste que una sortija que se ha separado de su dedo..!!
Bezos.
Tiempos dífíciles, seguro que es un gran relato.
ResponderEliminarUn saludo
Querida Merche: creo que ahora no tenemos los mismos horarios... pero cuéntame siempre como el primero.
ResponderEliminarTUCCI, ya ser hija de emigrantes es peor que ser un exiliado, por eso comprendo muy bien las penas y penurias de los que tuvieron que huir por cuestiones políticas o religiosas. Besotes, M.
ResponderEliminarTHIAGUIN, eso de que no hay nada "mas triste que un anillo separado de su dedo" me ha llegado al alma porque tienes razón... Besotes, M.
ANTONIO RUIZ BONILLA, gracias por tu visita. Besotes, M.
PEDRO ¡SIEMPRE serás mi primero! (aparte de mis "niñas", SALONDESOL, METIS, AMELCHE). Eso no se olvida, mi queridiño. Es como los "primeros" en todo, el primer beso, el primer amor, el primero que nos desfloró, el primer bloguero... Eso queda retenido en la retina de nuestra memoria para SIEMPRE. Muchos besotes y GRACIAS por no olvidarte de mi, M.
Mi estimada Merche...
ResponderEliminarMuchas gracias por la gentileza de pasar tan a menudo por mi cibercasa, sabes que allí eres una mas de la familia.
Cuando uno esta en la espera angustiosa de una donación de órganos todo vinculo alimenta el espíritu.
Por lo que me comentas sobre las dificultades para ingresar a los comentarios del blog... lo ocurrido fue una interrupción en el servicio de Blogger que causó problemas en general para todos.
Te dejo un cariño enorme y como siempre fue un placer visitarte.
CarlosHugoBecerra.
Duros momentos y recuerdos imborrables en quienes lo vivieron.
ResponderEliminarLas secuelas a veces son tan profundas que los seres cambian su bondad, y la negatividad los absorve.
Cariños
CARLOS HUGO, es un placer visitar tu casa y verte tan animado. Muchos besotes, M.
ResponderEliminarABU tienes razón en las guerras aflora lo mejor y lo peor del ser humano. Muchos besotes, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
No más joyas... imagino la cara de desolación de los que entraban por primera vez, que habían cogido de sus casas lo único valioso para comprobar que pasarían mucho hambre.
ResponderEliminarAl leer estos relatos , ciertamente cuesta entender que se llegase a tal extremo.
ResponderEliminarEs increible pensar el sufrimiento de toda esa epoca.
Besos,
FernandoG
BIPO, así es mi querida... Qué tristeza... Besotes, M.
ResponderEliminarFERNANDOG y, sí, ahora nos quejamos de la "crisis"... Besotes, M.
Duros momentos; dejar atrás casi todo y tener que desprenderse de lo poco de valor que se pudo llevar...
ResponderEliminarUn abrazo.
JUAN LUIS sí, duros momentos. Muchos besotes, M.
ResponderEliminar