"Con el restaurante a punto de inaugurarse, los preparativos llegaban a su fin. En la cocina habían sido instalados ya los fogones, y las pruebas dieron un resultado satisfactorio. En el bar--decorado con las escenas taurinas de Ricardo Marín y las ventanas andaluzas cuajadas de flores--, se mostraba oronda sobre el mostrador la cafetera express toda reluciente. Detrás, en las estanterías, brillaban las botellas de mil formas y colores.
Entre tanto, en el recinto de lo que iba a ser la Exposición Universal, continuaban los trabajos en los pabellones a un ritmo febril. La España republicana presentaba el suyo con gran entusiasmo. Como se pensaba instalar en su interior un restaurante con platos típicos españoles, le ofrecieron la dirección al eibarrés. A este le pareció que el ofrecimiento era de gran responsabilidad y trabajo, y lo rechazó en un principio, pero su mujer y una cuñada que acababa de llegar de Barcelona no se arredraban fácilmente, y acabaron por convencerle para que aceptase la oferta, alegando que el trabajo del pabellón de la Exposición se podría combinar muy bien con el restaurante de la rue de La Tremoille.
Bastante adelantadas ya las obras del pabellón español, María y Miguel fueron una tarde a verlo. En el centro del vestíbulo, surgía del cemento un tubo sobre el que se pensaba montar una fuente de mercurio. A continuación del vestíbulo, se abría un amplio espacio, una especie de patio donde serían colocadas las sillas y las mesas, y al final se elevaba un ancho estrado donde tendrían lugar los bailes populares. Al fondo de este estrado, en la pared, estaban colocando un cuadro de grandes dimensiones, el aún desconocido "Gernika" de Picasso. María y Miguel no sospechaban que iban a tener el privilegio de ser de los primeros en contemplar aquel lienzo, que llegaría a ser admirado por el mundo entero. Cuando quedó colocado el cuadro, lo observaron--hay que decir la verdad--sin gran entusiasmo, y convinieron en que era extraño y embarullado, y en que no entendían su significado.
Unos dias despues, Miguel tuvo que volver al pabellón español. La fuente de mercurio estaba ya totalmente montada. Entre unas chapas delgadas, retorcidas, que parecían de hojalata, aparecía el tubo de donde surgía, con pretensiones de surtidor, un chorrito de mercurio que iba a caer a una cubeta--tambien de chapa--que rodeaba el tubo.
A Miguel aquello le pareció un trabajo muy rústico y mal realizado, y dijo al que estaba a su lado, empleando un término vasco muy propio de su zona de origen:
--¡Qué zarpallería! (nota mia: qué birria)
Años despues se enteró de que aquella fuente era obra de Calder, el autor de los famosos móviles. Miguel pensó entonces que aquella mezquina fuente del pabellón español, si hubiese sido realizada en mayores dimensiones y con materiales nobles, podría haber dado una obra de arte de consideración. Su idea fue ratificada a la vista del ingenioso móvil de Calder, que contempló años más tarde, moviéndose lenta y majestuosamente a impulsos del aire, delante del edificio de la UNESCO de París.
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In this extract, Miguel and María went to see the Spanish Pavilion of the World Exhibition that was taking place in Paris at the time. They were surprised to see Picasso's "Guernica" (they were two of the few persons who saw it for the first time) exhibited. They didn't like it very much, because they found it a bit confusing and didn't quite get the message... Also, outside the Pavilion there was a Calder mobile which they didn't like either (at first, they didn't know whose art work it was). It was a sort of tin fountain spurting mercury onto another tin can underneath it. They found it "cheap" compared to the mobile my uncle saw, years later, in front of the UNESCO building in Paris.
Qué tiempos aquellos: agitación social, agitación bélica, agitación artística. Hay cosas que me hubiera gustado vivir. otras no, por supuesto.
ResponderEliminarBesos.
He llevado al museo Reina Sofía a muchos, más bien muchas, que hubieran exclamado el equivalente a lo de la "zarpallería".
ResponderEliminarA mí tampoco me entusiasma, pero fui al Reina Sofía a despedirme de él, cuando dejé de vivir en Campo Real (Madrid).Por algo sería.
Un abrazo
Toda una clase de interiorismo y de detalles cuidados se resumen en ese texto, que revela muy bien la época de la que se trataba. Muy dificil para España, aunque no impidió mantener la ilusión por estar presente en una Exposición que se consideraba escaparate del régimen acosado. Se nota el buen gusto y el afán por no dejar ningún aspecto al albur. La crónica no puede ser más interesante. Gracias por descubrirla. Un abrazo
ResponderEliminarEl Gernika!!!
ResponderEliminarQuien iba a imaginarlo entonces.
Besos.
Entre la fuente de Calder y el Gernika, quedé obnubilado!! Qué relato, es maravilloso!!!
ResponderEliminarBESOTES QUERIDA MERCHE.
Je n'en reviens pas!!!
ResponderEliminarMerche, es fantástico encontrarse con todos, Personajes, obras...
Me tienes cautivada ..
Mille bisous fleuris, ma chérie!
Me hubiese gustado vivir esa experiencia. La verdad es que mucha gente tardó en entender el verdadero significado del Guernika.
ResponderEliminarMe imagino la fuente como algo muy minimalista, difícil de aceptar entonces.
Un besito, corazona.
Genial, genial, genial.
ResponderEliminarTres besos
Te deseo un fin de semana que colme tus sueños!!!
ResponderEliminarCariños
Merche, ¿aún te acuerdas de Tiflohomero?
ResponderEliminarQue ayer tuvieses un feliz Día del Libro.
Está muy bien esta entrada porque refleja algo muy cierto: la incomprensión de los genios. Hasta que no transcurren años no se reconoce su obra. Esto le pasó también a Louis Braille.
Que sigas bien.
Besos.
Muchas gracias querida Merche, me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarBESOTES Y BUEN FINDE, CORAZÓN!!!!!!!
PEDRO, tiempos agitados, sí, a todos los niveles como tu muy bien dices. Muchos besotes, M.
ResponderEliminarABEJITA, supongo que el verlo por primera vez, tan vanguardista y ligeramente abstracto, sorprendería a muchos. Yo lo vi en el MOMA de Nueva York antes de que regresara a España y, la verdad es que me impactó muchísimo. Muchos besotes, M.
FERNANDO, como le digo a ABEJITA debió de ser sorprendente ver el "Gernika" por primera vez, al igual que el esmero que el gobierno repúblicano puso en esa Exposición. Muchos besotes, M.
TORO, sí, ¡quién! Muchos besotes, M.
STANLEY, me parece que todos nos hemos quedado obnubilados, querido... Muchos besotes, M.
SELMITA, pour-quoi dis-tu que tu n'en reviens pas!? Quand tu sais que c'est n'est pas vrai!!! Ay, ¡malandrina! Gros bisous, ma belle, M.
ISABEL HUETE, minimalista seguro... Muchos besotes, M.
MARCELO, tres besotes para ti tambien, querido, M.
ABU, gracias, querida, igualmente. Muchos besotes, M.
ALBERTO ¡claro que no me olvido de ti! pero lo que pasa es que me falta tiempo para visitar a todos mis queridos bloggers, la verdad. ¡Ya quisiera tener todo el tiempo del mundo! Si estuviera jubilada... Muchos besotes, mi querido Alberto, M.
GRACIAS A TODOS
jaaj que cosas, no? Qué impresión! Bueno yo fui a ver el Guernika al MNARS y la verdad es que impresiona, no puedes dejar de verlo con reverencia fruto de su fama. Pero tampoco estoy seguro de que pensaría en aquella epoca si lo viera por primera vez y sin tanta repercusión político-mediática. Supongo que reaccionaría igual. Hoy, sin embargo aprecio la belleza del cuadro "intrínsica" si se puede decir la palabreja, pues he entrado recientemente en el arte digamos "contemporaneos" y me gustan esos formatos grandes, esos blancos y negros.... en fin, descontextualizando el cuadro, vamos, jaaj.
ResponderEliminarLos móviles de Calder no me acaban de convencer, pero claro, cada uno en lo suyo fueron dos genios. Realmente vivir aquella epoca tuvo que ser apasionante.
Bezos.
THIAGUIÑO, es verdad que la publicidad y el marketing ayuda mucho a comprender y "ver" los cuadros de vanguardia pero en aquellos años, supongo que muchos hubiésemos reaccionado como mis tios...sin entender ni papa... Era un cuadro muy revolucionario para su época y tampoco el bombardeo de Guernica era muy conocido o asimilado en aquellos años, por su inmediatez.
ResponderEliminarLos móviles de Calder tambien eran desconocidos en aquellos años. Muchos besotes, M.
Estas entradas tuyas son historia viva. Una parte entrañable de nuestro pasado convulso y difícil.
ResponderEliminarRecuerdo un reportaje sobre esta exposición y sobre el Guernika que, al principio, no convenció a nadie.
¿Quien iba a pensar que se convertiría en la obra más emblemática del genial pintor!
Un abrazo.
ANTONIA P. ¿Ves? lo que puede hacer el marketing... Pero, la verdad, es que el cuadro es magnífico. Muchos besotes, M.
ResponderEliminarEl Guernika, en sus primeros pasos sobre este mundo, le pasò como a la mayorìa de las obras de arte: INCOMPRENDIDA para sus coetàneos.
ResponderEliminarEl simbolismo que encierra es abrumador, no se puede apreciar asì a la ligera.
Las memorias de tus tìos son una fuente inagotable de historia, cultura y otras ciencias, como la humana: la màs importante.
Un besote sabatino. Luego te seguirè leyendo. Tu apreciaciòn "eròtico-caprina" en el blog de Pedro estuvo magistral, jajaja, me reí y me río todavía.
ANTONIO AGUILERA, cierto, al principio creo que poquísima gente entendió el "Gernika" porque como le digo a THIAGO, el bombardeo de esa villa vizcaína había sido muy reciente y poco asimilada por los refugiados, desconectados de los acontecimientos mas inmediatos. No olvidemos que en aquellos años la "globalización" no existía. Las noticias tardaban en llegar. Besotes, M.
ResponderEliminarGRACIAS MIS QUERIDOS