viernes, 20 de noviembre de 2009

EL RASTRO DEL HORROR (1)

Mujer cortando leña - Woman cutting wood
Foto de Amadis - S.B.H.A.C.

(La foto no va mucho con la historia pero la he escogido porque se ve a una mujer con tres niños)

"Cuando salieron a la calle, María fue a la panadería antes de entrar en casa, mientras Miguel, que se había encontrado con el capataz, entró con él en un tabernucho con pretensiones de bar. Allí se enteró de que durante la guerra se habían cometido muchas atrocidades en aquel pueblo. Muy pensativo, emprendió Miguel el camino hacia su casa. Se veía que aquí la resaca no había logrado espantar a la gente, pero había removido los sucios posos del fanatismo y de la intransigencia, dando paso libre al rencor, a la envidia y a la crueldad de los que, desde el lado izquierdo de la barricada, imponían su ley.

--¡Buenas tardes, señor!--le dijo una mujer enteramente vestida de negro, con un pañuelo atado a la barbilla, en el momento en que Miguel se disponía a abrir la puerta de su casa (no olvidemos que era temporal).
--¿Vive usted aquí?
--Aquí vivo. En esta misma casa. Completamente sola desde que mataron a mis tres hijos.

La mujer era comunicativa, y Miguel encontró en ella una buena fuente de información.

Aquella zona había sido roja desde el primer momento del conflicto español. Ella tenía cuatro hijos. Como sus hijos hablaban con el cura, iban a misa los domingos y participaban en las procesiones del Corpus Christi de Toledo, muchos republicanos del pueblo les tenían fila. En cuanto estalló la guerra, fueron a por ellos. El menor, que se dió cuenta del peligro a tiempo, se escondió en el horno de una tejería adosada a la pared de la huerta. A los otros tres los mataron a tiros contra el muro de la tejería". (Continuará)

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THE TRAIL OF HORROR (1)

(The picture I've chosen doesn't have much to do with the story but I chose it because it's a woman with three boys)

When they left the forge, María went to the bakery before going back home. In the meantime, Miguel met up with the foreman; they went to the local shoddy tavern which had pretensions of being a bar. There he found out that, during the war, many atrocities had taken place in that village. Miguel, lost in thought, made his way back to the house. It seemed that the backlash of the war hadn't horrified the locals but it did whisk the dregs of fanaticism and rancour making way for resentment, envy and cruelty, from those who had been on the left side of the barricades, imposing their law.

--Good afternoon, sir!--said a completely black-clad woman with a kerchief tied to her chin, just when Miguel was about to open the door of his temporary house.
--Do you live here?
-- Yes, I live here, in this house. All alone since they killed my three sons.

The woman was talkative; Miguel found that she was a good source of information.

That area had been red right from the start of the Spanish conflict. She had four sons. Since her sons spoke to the priest, went to mass every Sunday and participated in the Corpus Christy processions in Toledo, many of the Republicans had an eye on them. As soon as the war started, they went after them. The youngest who, quickly became aware of the danger, hid inside the oven of a tile factory next to the wall of a vegetable garden. The other three were shot to death against that wall. (It will continue)

18 comentarios:

  1. No sé porque la fecha es "viernes, 20 de Noviembre" cuando lo he publicado hoy, sabado...

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  2. Bueno, no la cambies, la fecha le viene al post como anillo al dedo.

    Se me ha helado la sangre con esa mujer de negro y lo de sus tres hijos.

    Qué pasaba por la cabeza de millones de españoles?

    Estaban todos desquiciados?
    Somos un país de desquiciados?

    No lo entiendo.

    Besos.

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  3. Quienes fusilaron a los tres hijos de aquella mujer... no eran republicanos, eran otra cosa.

    Un abrazo.

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  4. TORO, somos un país de desquiciados. Los unos por un lado y los otros por el otro pero se vé que por los dos hubo atrocidades. ¡Qué horror! Besotes pacíficos, M.

    FRAN, salvajes y criminales existieron en ambos lados. Una guerra (in)civil es así... Espero que no vuelva a ocurrir. Besotes, M.

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  5. Tal como dices, aquella guerra fue tremendamente incivil: hermanos contra hermanos, vecinos de un mismo pueblo unos contra otros.

    Horrible escena la de la muerte de los tres hijos de esta mujer.

    Todos cometieron asesinatos, pero los que provocaron la guerra son los màximos responsables.

    Gracias siempre por tu amistad, sabes que tienes la mìa.

    Varios y pintorescos besotes

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  6. Hago el comentario de varios posts, no pude entrar antes.
    1ºMe llamó la atención la ejecución del hombre, yo creía que en estos países tenian carta blanca. Esperemos que la presión general, salve a la mujer.
    2ºEsta pequeñas tiendas eran una autèntica maravilla, por la relación personal que se establecía. Yo que he vvivido en pueblos las echo de menos.
    3ºA mi padre, que se encontraba en la zona republicana, le mataron un hermano al principio de la contienda sólo por ser católico y una excelente persona. Mi padre tuvo que cruzar la frontera para no correr la misma suerte. Como estaba enfermo no fue nunca al frente. Nadie se acuerda de estas personas que tuvieron que emigrar al principio y lo pasaron realmente mal.
    Besos para todos.
    M. Roser

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  7. Qué España más gris, más rencorosa, más triste. Hemos cambiado -¿hemos cambiado?- Besos, Merche.

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  8. Suscribo el comentario de Pedro...

    Y te dejo besos, Merche, muchos..

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  9. Horrors! When will we learn that war has the most terrible outcomes on our everyday lives? That the trauma is repeated and repeated in different places, in different years, with different families and people?

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  10. ANTONIO AGUILERA, qué tiempos, qué tiempos más terribles... Gracias por tu amistad, tambien tienes la mia por supuesto. Muchos besotes con palomas blancas, M.

    M. ROSER, tu primer comentario ¿se refiere a lo de las 126 mujeres iraquíes? Las tiendas esas de pueblo eran y son entrañables. Siento mucho lo que le pasó a tu tio pero en un conflicto así de bárbaro e inhumano pasaron atrocidades. Besotes pacíficos, M.

    PEDRO, no sé si hemos cambiado pero espero que sí por nuestro bien. Muchos besotes, M.

    SELMITA, gros bisous pour toi aussi, M.

    NORTHSHORE, the way the world is going, I think we'll never learn, unfortunately. So much horror and pain... Hugs and thanks for all your kind comments, M.

    GRACIAS MIS QUERIDOS

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  11. También a mi abuelo paterno lo mataron por sus creencias religiosas y la consecuencia fue que muchos de sus hijos vivieron con el odio incrustado en sus cabezas y eso se trasmitió también a muchos de sus nietos, mis primos. La barbarie siempre tiene efectos colaterales, por eso todavía no hemos cambiado del todo.
    Besazitos.

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  12. ISABEL, lástima que el odio se vaya acumulando de generación en generación... Muchos besotes hermosa, M.

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  13. Que barbaridad! Las atrocidades de la guerra. No creo que haya dolor más grande para una madre que afrontar la muerte de sus hijos.

    BESOTES QUERIDA MERCHE!

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  14. STANLEY, tiene que ser un dolor desgarrador... Besotes, M.

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  15. ah cuánta barbarie... por un bando y por otro. Y lo triste es que era por signos externos tan absurdos como ir a misa o no ir... Penoso


    El post puede tener fecha del día anterior, pues la fecha la toma del sistema- si lo has subido al blog antes de la 00.00 Pero que sepas que las fechas de publicación y las horas se pueden cambiar, cari...

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  16. En una guerra civil, quienes pierden son el pueblo a manos de los que quieren manipular. Lo falangista fueron crueles y asesinos, al igual que los republicanos, que tambien fueron crueles y asesinos.

    A mi bisabuelo lo salvo la vida el cura del pueblo, ya que lo acusaron de rojo unicamente para quitarle las tierras.
    Y así fue en la guerra, unos por envidias, otros para resarcir antiguos conflictos. Tanto unos como otros, fueron asesinos.

    Un beso cielo

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  17. ¡Qué horror, qué trsite! PObre mujer.... ¿cómo pudo seguir viviendo?

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  18. ¡qué barbaridad los fusilamientos!
    No me acuerdo dónde vimos un zulo tras un armario que se conservaba perfectamente dentro de una casa museo.

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