Foto de un cuadro de Félix Tabasco
Picture of a painting by Félix Tabasco
Picture of a painting by Félix Tabasco
"Ya solos, María y Miguel empezaron a inspeccionar la habitación. Por las paredes, rezumantes de humedad, se deslizaban regueros de agua que llegaban hasta el zócalo de azulejos. En los ladrillos del suelo, se observaban grandes manchones oscuros. Indudablemente, la región donde se encontraban era seca, pues apenas llovía durante el año, pero habían tenido la mala suerte de caer en un dia inusitado de temporal.
La casa, en absoluto preparada para tales trotes, era como una esponja que chupaba rápidamente, en la tierra y en el aire, toda el agua producida por la tormenta.
Al meterse en la cama de sábanas duras, frías y húmedas, con sus caras lívidas irisadas de reflejos verdosos por efecto del candil de acetileno, Miguel se acordó instintivamente de su tía Clotilde, mujer organizada, previsora y muy bien protegida por su gran fortuna, sempiterna reumática imaginaria, que se pasaba la existencia entre Fitero, Dax y Baden-Baden (nota mia: balnearios), y a quien los avatares de la vida de Miguel y de su mujer le parecían absurdos e incomprensibles.
--¡María! ¡Qué diría la tia Clotilde si tuviera que pasar una noche en este cuarto!
El sol lo arregló todo al dia siguiente. Las paredes de la casa eran de ladrillo y muy delgadas, por lo que, cuando se hubo disipado, al cabo de un par de horas, la neblina producida por la evaporación del agua de las paredes, del tejado, del suelo y de la calle, todo quedó completamente seco.
La casucha era verdaderamente humilde, pero agradable para vivir. Tenía tres habitaciones con paredes encaladas y suelo de ladrillo, una cocina sobre tierra apisonada, con fogón de leña y fregadero de piedra. También había un cantarero con tres cántaros de arcilla roja. Desde el pequeño patio central, se podía acceder a todas las habitaciones".
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STORM IN THE TOLEDO DRYLAND (5)
Once alone, María and Miguel began to inspect the room. The walls exuded dampness and a trail of water came flowing down towards the tile skirting-board. Huge dark stains could be seen on the brick floor. Obviously, the region where they were was dry because it hardly rained during the year but they had had the bad luck of arriving on an unusual stormy day.
The house, unprepared for these downpours, was like a sponge sucking quickly on the ground and in the air all the water produced by the tempest.
As they got into bed between the stiff, cold, soggy sheets, with their faces a livid, striped greenish colour due to the oil-lamp's reflection, Miguel instinctively remembered his aunt Clotilde. A very well-organized, far-sighted woman, protected by her great wealth, who had an eternal imaginary chronic rheumatism and spent her life in Fitero, Dax and Baden-Baden Spas and who thought the life that María and Miguel led was absurd and incomprehensible.
--María!--What would aunt Clotilde say if she had to spend a night in this room!
The sun fixed everything the following day. The thin brick walls, once the haze produced by the water evaporation dispelled from walls, roof, floors and street, absorbed everything and were completely dry.
The little house was quite humble but nice to live in. It had three rooms of white-washed walls and brick floors, the kitchen was over compact soil, with a wooden cooking-stove and
a stone sink. There were also three large jug holders with three red-clay pitchers. From the small central interior patio one had access to all the rooms.
La casa, en absoluto preparada para tales trotes, era como una esponja que chupaba rápidamente, en la tierra y en el aire, toda el agua producida por la tormenta.
Al meterse en la cama de sábanas duras, frías y húmedas, con sus caras lívidas irisadas de reflejos verdosos por efecto del candil de acetileno, Miguel se acordó instintivamente de su tía Clotilde, mujer organizada, previsora y muy bien protegida por su gran fortuna, sempiterna reumática imaginaria, que se pasaba la existencia entre Fitero, Dax y Baden-Baden (nota mia: balnearios), y a quien los avatares de la vida de Miguel y de su mujer le parecían absurdos e incomprensibles.
--¡María! ¡Qué diría la tia Clotilde si tuviera que pasar una noche en este cuarto!
El sol lo arregló todo al dia siguiente. Las paredes de la casa eran de ladrillo y muy delgadas, por lo que, cuando se hubo disipado, al cabo de un par de horas, la neblina producida por la evaporación del agua de las paredes, del tejado, del suelo y de la calle, todo quedó completamente seco.
La casucha era verdaderamente humilde, pero agradable para vivir. Tenía tres habitaciones con paredes encaladas y suelo de ladrillo, una cocina sobre tierra apisonada, con fogón de leña y fregadero de piedra. También había un cantarero con tres cántaros de arcilla roja. Desde el pequeño patio central, se podía acceder a todas las habitaciones".
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STORM IN THE TOLEDO DRYLAND (5)
Once alone, María and Miguel began to inspect the room. The walls exuded dampness and a trail of water came flowing down towards the tile skirting-board. Huge dark stains could be seen on the brick floor. Obviously, the region where they were was dry because it hardly rained during the year but they had had the bad luck of arriving on an unusual stormy day.
The house, unprepared for these downpours, was like a sponge sucking quickly on the ground and in the air all the water produced by the tempest.
As they got into bed between the stiff, cold, soggy sheets, with their faces a livid, striped greenish colour due to the oil-lamp's reflection, Miguel instinctively remembered his aunt Clotilde. A very well-organized, far-sighted woman, protected by her great wealth, who had an eternal imaginary chronic rheumatism and spent her life in Fitero, Dax and Baden-Baden Spas and who thought the life that María and Miguel led was absurd and incomprehensible.
--María!--What would aunt Clotilde say if she had to spend a night in this room!
The sun fixed everything the following day. The thin brick walls, once the haze produced by the water evaporation dispelled from walls, roof, floors and street, absorbed everything and were completely dry.
The little house was quite humble but nice to live in. It had three rooms of white-washed walls and brick floors, the kitchen was over compact soil, with a wooden cooking-stove and
a stone sink. There were also three large jug holders with three red-clay pitchers. From the small central interior patio one had access to all the rooms.
Tia Clotilde no seguirá viva por casualidad?
ResponderEliminar:)
Besos.
"paredes encaladas, suelo color rojo...cantareras de tres cántaros... habitaciones alrededor de un patio...." Sabes Merche??? me has dibujado la casa de mi infancia...besos
ResponderEliminarEstupenda continuación. Ese ambiente tiene un no se que...que atrae, y me trae recuerdos lejanos.
ResponderEliminarBesos...!
TORO, no, te aseguro que no. Pero yo ni me acuerdo de una ¡tia Clotilde! Aunque sí había tias-abuelas como ella... pero, claro, eran las hermanas de mi tio... El nombre será inventado al igual que el de mis tios. Besotes, M.
ResponderEliminarTUCCI, te la ha dibujado mi tia, no yo... Besotes, M.
CORNELIVS, pues me alegro de que te traiga recuerdos. Mi tia describe parajes y casas que ya no existen desgraciadamente. Besotes, M.
Bueeeeeeno, Merche, eso, que continúo y que a la espera quedo de la próxima entrega.
ResponderEliminarNo sé si te lo dije. Encontré el libro en librería de segunda mano en Internet. Esperándolo estoy. Sólo localicé un ejemplar.
Un beso.
Qué sensación la de las sábanas húmedas: me recuerdan la infancia. Uno se acurrucaba mucho hasta entrar en calor. Si podía.
ResponderEliminarBesos.
Si esta casa tenía estos azulejos...debió de ser preciosa...Para humedad pertinaz donde vivo, añoro el secano...
ResponderEliminarMille bisous, Merche.. je te suis...
Pobres! Ni el tiempo los acompañó. Creo que todos tenemos una Tía Clotilde, verdad?
ResponderEliminarBESOTES HERMOSA Y BUEN DOMINGO!
Me imagino el frío que debian pasar... brrrrrrrrr
ResponderEliminarBrrrrrrrrrrbesos.
Paso a dejarte un abrazo, Tengo que ponerme al día con la lectura.
ResponderEliminarBesos.
JOSEALFONSOMARTINEZ, me alegro de que lo hayas encontrado pero por otro lado me entristece porque ya no seguirás mis relatos...snif... Besotes, M.
ResponderEliminarPEDRO, yo tambien me acuerdo de esas sabanas. El frio en Irún en invierno era horrible y lo peor era el despertarse para ir al cole. He pasado más frio en Europa que en Canada, te lo puedo asegurar. Besotes, M.
SELMITA, no sé si los azulejos serían así... supongo que serían mucho más humildes. Gros bisous ma belle, M.
STANLEY, no sé, no sé si hoy en dia existen muchas tías Clotilde... Besotes, M.
MYR, yo tambien... Horrible. Besotes, M.
KETY, tu tranquila, es un placer leerte por aquí. Besotes, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
I can't imagine sleeping between cold soggy wet sheets! What would Aunt Clotilde say? She would've been aghast!
ResponderEliminarI have lots of catching up to do! What an interesting, provocative painting. It looks like a nook in the wall.
Ojo, mucha gente de fortuna conserva capacidad para adaptarse a cualquier cosa. Incluso a la pobreza (momentánea) Así que no sabremos qué habrá dicho la tía Clotilde de la casa!
ResponderEliminarUn beso Merche
NORTHSHOREWOMAN, I'm sure that aunt Clotilde would've been aghast!! I remember those cold sheets in my childhood Irún days. As a matter of fact, as I say to one of my dear bloggers, PEDRO, I suffered much more cold in Europe than I ever did in Canada.
ResponderEliminarThe painting is very lovely and it is a nook on the wall, very typical in Mediterranean houses. Hugs, M.
MARCELO, mis tios fueron un ejemplo de lo que tu dices pero me parece a mi que a la tia Clotilde le hubiese dado un soponcio y los siete males verse en esa situación. Besotes, M.
al menos, tenían un sitio donde vivir, una cama donde acostarse y unas sabanas que les cobijaran.
ResponderEliminarUn beso cielo
ALEX, visto así... pero menudo cambio ¡de "Beraun" su casa solariega de Irún! Besotes, M.
ResponderEliminarAquí hay mucha escena de cama y, de pronto, he pensado que no tenían hijos ¿no?
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