CHOZO - HOVEL
"Mientras María se quedaba charlando con doña Paquita, Miguel fue con el mayoral a visitar las zahúrdas (Nota mia: no viene en la RAE). El enorme pabellón donde se guardaban las bellotas para el invierno era de cemento. Las pocilgas no estaban del todo mal, con las paredes de ladrillo y las cubiertas de tejas, pero Miguel se quedó asombrado al ver cómo vivían el porquero y su familia.
El chozo donde habitaban era circular, con las paredes de caña y adobe y la cubierta de paja, exactamente igual a las que pueden verse en África. En el interior, sin ventanas, ninguna división ni separación. Un hornillo de picón a un lado y, en el espacio restante, los camastros del matrimonio y de las dos hijas, ya mozas.
No tenía chimenea y cuando se encendía el fuego, el humo salía al exterior por un agujero practicado en la pared y a través de las pajas del techo, de donde pendían dos quesos, dos ristras de chorizos y morcillas y un trozo grande de tocino. Las cebollas y los ajos colgaban de la pared junto a una orza de aceite. En el centro había una especie de baúl donde guardaban la ropa para que no se ahumase.
Hacia un tiempo espléndido, y, delante de la choza, las chicas del porquero, ciertamente bonitas, zurcían sus deterioradas ropas sentadas en unos banquillos de corcho.
Miguel estaba indignado. A punto estuvo, cuando regresó al cortijo, de decirle cuatro frescas a doña Paquita, pero se contuvo. El ingeniero estaba contando a ésta algo, que a juzgar por las carcajadas de la señora, debía de divertirla mucho, y no era cosa de aguar la fiesta".
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THE PORK-KEEPER'S HOVEL
While María chatted with Doña Paquita, Miguel went with the foreman to see where they kept the acorns during the winter. It was a huge cement pavillion. The pigsty wasn't that bad either. It had brick walls and a tiled roof, but Miguel was aghast to see how the pork-keeper and his family lived.
It was a round hovel with cane and adobe walls and straw roof, exactly the same one would find in Africa. The interior without windows, divisions or separations. A cheap carbon stove on one side and in the rest, tatty bunk beds for the couple and their two teenage daughters.
It didn't have a chimney so when they started a fire, the smoke went out through a hole made in the wall and through the straw roof from where two cheeses, two strings of sausages, black puddings and a big piece of bacon hung. The onions and garlic hung on the wall next to a ceramic jar of olive oil. In the middle there was a sort of chest where they kept their clothes so they wouldn't be filled with smoke.
The weather was splendid and in front of the hovel, the pork-keeper's pretty daughters, sitting on cork stools, darned their tattered clothes.
Miguel was furious. He didn't let out his anger when he returned to the "cortijo" having a few "words" with Doña Paquita, because he saw the engineer was telling her something very funny which obviously amused her very much, judging from her loud laughter, and of course he wasn't going to be a spoilsport (party-pooper).
El chozo donde habitaban era circular, con las paredes de caña y adobe y la cubierta de paja, exactamente igual a las que pueden verse en África. En el interior, sin ventanas, ninguna división ni separación. Un hornillo de picón a un lado y, en el espacio restante, los camastros del matrimonio y de las dos hijas, ya mozas.
No tenía chimenea y cuando se encendía el fuego, el humo salía al exterior por un agujero practicado en la pared y a través de las pajas del techo, de donde pendían dos quesos, dos ristras de chorizos y morcillas y un trozo grande de tocino. Las cebollas y los ajos colgaban de la pared junto a una orza de aceite. En el centro había una especie de baúl donde guardaban la ropa para que no se ahumase.
Hacia un tiempo espléndido, y, delante de la choza, las chicas del porquero, ciertamente bonitas, zurcían sus deterioradas ropas sentadas en unos banquillos de corcho.
Miguel estaba indignado. A punto estuvo, cuando regresó al cortijo, de decirle cuatro frescas a doña Paquita, pero se contuvo. El ingeniero estaba contando a ésta algo, que a juzgar por las carcajadas de la señora, debía de divertirla mucho, y no era cosa de aguar la fiesta".
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THE PORK-KEEPER'S HOVEL
While María chatted with Doña Paquita, Miguel went with the foreman to see where they kept the acorns during the winter. It was a huge cement pavillion. The pigsty wasn't that bad either. It had brick walls and a tiled roof, but Miguel was aghast to see how the pork-keeper and his family lived.
It was a round hovel with cane and adobe walls and straw roof, exactly the same one would find in Africa. The interior without windows, divisions or separations. A cheap carbon stove on one side and in the rest, tatty bunk beds for the couple and their two teenage daughters.
It didn't have a chimney so when they started a fire, the smoke went out through a hole made in the wall and through the straw roof from where two cheeses, two strings of sausages, black puddings and a big piece of bacon hung. The onions and garlic hung on the wall next to a ceramic jar of olive oil. In the middle there was a sort of chest where they kept their clothes so they wouldn't be filled with smoke.
The weather was splendid and in front of the hovel, the pork-keeper's pretty daughters, sitting on cork stools, darned their tattered clothes.
Miguel was furious. He didn't let out his anger when he returned to the "cortijo" having a few "words" with Doña Paquita, because he saw the engineer was telling her something very funny which obviously amused her very much, judging from her loud laughter, and of course he wasn't going to be a spoilsport (party-pooper).
La verdad que el chozo no era precisamente el Ritz!
ResponderEliminarMiguel siempre prudente, a lo largo de la historia, siempre manejó bien su temperamento.
Gracias por tu visita, querida Merche.
BESOTES HERMOSA!!!!!!!!!!!
Y de todo esto apenas hace un suspiro.
ResponderEliminarCuantos detalles y cuanta historia que al descubrirla me emociona.
Un abrazo
Querida Merche, zahúrda sí viene en el RAE y con la acepción con la que se usa aquí.
ResponderEliminarPasamos de una casa como la descrita en las entradas anteriores a este lugar.
Me gusta cómo se describen estos ambientes.
Besos.
Eso del chozo te da una idea de las desigualdades sociales antes de la guerra civil.
ResponderEliminarBesos.
STANLEY, no, no era el Ritz... Mi tio, la verdad es que era un buenazo y, es verdad, que siempre lidió bien las situaciones más comprometidas. Besotes, M.
ResponderEliminarJAN PUERTA, a qué sí que parece que fue ayer... Alucinante. Besotes, M.
PEDRO, sí ya he visto que "zahúrda" viene en la RAE (pocilga) pero yo busqué "zahúrdas" y eso no venía... Lo que es indignante de éste capítulo es que las piaras de cerdos y donde guardaban las bellotas estuvieran mejor construidas que el chozo del porquero. Pobrecillo. Besotes, M.
TORO, ésta desigualdad existió antes y DESPUES de la guerra (in)civil. Una ignominia, querido. Besotes, M.
¡Como ha cambiado todo...! Es increible.
ResponderEliminarBesos...!!!
vivir o sobrevivir.... porque en esas condiciones, uf, que complicado...
ResponderEliminarUn beso cielo
Quevedo tiene una obra titulada "Las zahúrdas de Plutón", lo que permite saber muy bien de qué va la cosa. Del infierno, amiga mía, de la vida dura, de castigo y marginación en la que estaban sumidas muchas personas. Miguel Delibes describe esa forma vida en Los Santos Inocentes, y seguro que has visto la peli de Camus donde refleja la vivienda de los criados en la raya de la finca. Asi era la vida de los que nada tenian y que los señoritos ignoraban porque nunca levantaban lo voz los que moraban así. No hay que olvidar que ese tipo de casas se han visto en España hasta hace bien poco, y aún es posible visitarlas en algunos pueblos del Oeste de Zamora o en los Montes de León. Un abrazo, amiga
ResponderEliminarCORNELIVS ¿crees que han cambiado? ¿Qué me dices de los poblados de chabolas que existen a las afueras de Madrid mismo? Besotes, M.
ResponderEliminarALEX, lo único que me alegra es que, por lo menos, tenían comida con esas ristras de chorizos y morcillas... Besotes corazón, M.
FERNANDO MANERO, no conocía esa obra de Quevedo sí la de Delibes "Los Santos Inocentes" que es lo primero que me vino a la cabeza cuando leí el capítulo. Gracias por tu erudita información. Muchos besotes, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
what a chance to find an image that so closely resembles the hovel your great aunt describes!
ResponderEliminarNORTHSHORE, yes, I was lucky. Hugs, M.
ResponderEliminarEn verdad, una pocilga, la llamen como la llamen.
ResponderEliminarMYR, sí, una pocilga. No hay otra palabra... Besotes, M.
ResponderEliminarParecen La Cenicienta y La Madrastra o triste es que no es cuento.
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