"En la planta baja del hotel de Daniel estaba el teléfono público. Todos acudían a él, pues aparte del delegado de Falange y de "El Remitente", que era el que hacía de enlace entre los ganaderos y agricultores y los tratantes, nadie tenía teléfono en Candera, ni siquiera la Guardia Civil. Por eso, alrededor del ventanillo, por donde asomaba la cara de gatita rubia de la telefonista, siempre había gente esperando turno: el cortijero que quería cerrar un trato con el chalán con quien no había llegado a un acuerdo en cuanto al precio de sus mulos; la viuda que se proponía avisar a su hijo, que estaba en la "mili", de que, con el conductor del autobus, le mandaba al tren, para que él lo pudiese recoger en Sevilla, un paquete con chorizos y un queso; el minero joven, impaciente por decirle a su novia que le habían aumentado el sueldo y que pronto podrían casarse; el viejo labrador que anunciaba a su hijo la muerte de la abuela...
Naturalmente, los que esperaban, para no aburrirse, hablaban sin parar, y por el teléfono circulaba toda clase de noticias, más o menos verídicas, que luego se iban propagando por el pueblo. De vez en cuando se hacía el silencio. Todos se habían callado descaradamente para poder oir la conversación del que estaba comunicando en el mal aislado locutorio".
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THE PUBLIC TELEPHONE
The public phone was downstairs of Daniel's inn. Everyone used it, because other than the Falange chief and "El Remitente" ("The Sender") who was the connection between the cattle raisers, farmers and salesmen, no one else had a phone in Candera, not even the Civil Guard. That's why, around the little window where the cat-like face of the young blond telephone operator appeared, there were always people waiting their turn: the farmer who wanted to close a deal but hadn't reached an agreement as to the price of his mules with the horse-salesman; the widow who wanted to tell her son, who was doing his military service, that with the bus driver, was sending him by train, and that he should pick up in Seville, a package of sausages and a cheese; the young miner, impatient to tell his girlfriend that they had raised his salary and soon they could get married; the old farmer who told his son of his grandmother's death...
Of course, those who waited, in order to kill the boredom, talked incessantly and through the phone all sorts of news circulated, more or less true, which afterwards were spread throughout the village. Sometimes, silence fell. Everyone, shamelessly, kept quiet in order to listen to the conversation of whoever was talking in the badly-insulated telephone booth.
La telefonista lo sabía todo.
ResponderEliminarSeguro que informaba.
Besos.
(Nada más empezar a leer me ha parecido bastante cómico y se me ha representado como las historias que contaba Gila, con texto made in Bip)
ResponderEliminarSe pone el de falange al aparato y los demás haciendo cola.
-¿Es la comandancia? Sí, que los asesinamos esta noche si se dejan. A los cuatro poetas. No, por poetas no, porque hablan en versí-culos y eso no es de hombres.
Uno de los poetas que está a la fila es el siguiente.
-¿Madre? ¿Sabe usted lo que es un versículo?, que yo sólo conozco los prostíbulos y por padre, que me gustaba acompañarlo a todo.
(En fin, que doña Paquita no andó viva para montarse también un locutorio)
La necesidad de comunicar, de informar, de hablar, de decir, de murmurar a distancia es tan importante para el ser humano como el comer o el dormir, e incluso más. En un espacio reducido se agrupaba todo un mundo afanado en relacionarse a distancia porque siempre tenía algo que decir. No importaba si habia privacidad o no, si la conversación se escuchaba por los demás, si se alargaba más de la cuenta, si la factura se pasaba de lo previsto. La cuestión era largar lo que fuera para tener, al fin, la sensación de que el mundo era más grande de aquel en el que habitualmente se movían. Siempre he sentido curiosidad por la estabilidad emocional y nerviosa de aquellas telefonistas, que se pasaban la vida pinchando clavijas y atendiendo a gentes de lo más variopintas, cuando no oyendo sus conversaciones. Me las imagino al final del día tan zumbadas como felices de la suerte, por la importancia del oficio, que les habia deparado la vida. Un fuerte abrazo, Merche
ResponderEliminarYa recuerdo yo esos teléfonos públicos en el pueblo de mi madre.
ResponderEliminarMenudo centro de cotilleos tenía que ser la sala de espera de estos "locutorios".
Muy gracioso el monólogo telefónico de BIPOLAR. Me lo estoy viendo jajajaja
Besos y feliz domingo
Coincido con Toro, la telefonista se haría un festín! No quiero imaginarme la cotilla en esa cola que esperaba su turno para hablar!!!
ResponderEliminarBESOTES HERMOSA Y BUEN DOMINGO!!!
No hace tanto tiempo que, cuando te ibas de vacaciones a un pueblo tenías que ir al locutorio a telefonear a la familia que había quedado en casa. Era incluso una forma de relacionarse con los otros vecinos del lugar.
ResponderEliminarEso lo vi! Cuando era pequeño, en el pueblo de mi padre, había un solo lugar para llamar y siempre estaba lleno.
ResponderEliminarUn beso
jaja esos teléfonos mucho juego han dado en el cine, verdad? Todo aquelo de deme línea, no funciona la línea, no tengo línea...
ResponderEliminarLo que me ha dado repelús es oir hablar de la Falange, la misma que hoy persigue a Garzón, y que teme que salgan a la luz, los crímenes que cometieron en la guerra, y que todo el mundo se entere... ¡Por eso quieren cortar la línea!
Bezos, cari.
When you read this sort of funny situations you lived when you were young in your village, you realise how things have changed. They seem to be science fiction nowadays.
ResponderEliminarBueno, hoy en día la gente habla con el móvil por la calle y se entera todo el pueblo también. O hablan sin pudor ninguno, como si nadie los estuviera oyendo, en el autobús, el tren y otros transportes públicos.
ResponderEliminarTORO, seguro. Las telefonistas siempre han sido excelentes informadoras. Besotes, M.
ResponderEliminarBIPO, Ay, qué genial eres, mi niña. Me he reido de buena gana. Ah, lo del "may" inglés que me preguntabas en uno de tus e-mails, creo que el ejemplo que te puse, no te aclara mucha cosa. Sin embargo SEGURO que has oido la frase: "May I help you?" Ahí es donde entra el "may". Besotes, M.
FERNANDO MANERO, sí, el ser humano siempre ha tenido la necesidad de comunicarse y creo que las telefonistas, especialmente si tenían tendencia a ser cotillas, se lo pasaban pipa. Besotes, M.
ASUN, BIPO es un hacha. Tiene una imaginación... Ha publicado un libro "Serpientes" donde incluye varios de sus cuentos cortos. Te lo recomiendo. (Uno de ellos "Surrender" es sobre mi ANTES de que me conociera...).
Tambien recuerdo esos teléfonos públicos aquí en Ibiza, aunque sin telefonistas... Besotes, M.
STANLEY, sí, seguro que así fue. Todas unas cotillas de mucho cuidado... Feliz semana para ti tambien, querido. Besotes, M.
CECI, eso está muy bien plasmado en "Cuéntame" donde la telefonista se enteraba de todos los secretos de los "Alcántara"... Besotes, M.
MARCELO ¡hasta tu en Argentina lo has visto! De eso, la verdad, hace tan poco tiempo... aunque ahora nos parezca de la época de mariacastaña, el neolítico... Besotes, M.
THIAGO, el linchamiento de Garzón NO TIENE PERDÓN DE LOS DIOSES. No quiero sulfurarme pero es que me parece todo tan burdo, mafioso, carroñero y cruel. Mira que ahora hasta ¡el Correa! ha puesto una querella... Increible y... asqueante. Besotes, M.
PANCHO, you're right. It seems that it happened SO long ago and it's just right around the corner... Besotes, M.
AMELCHE, si yo te contara... Los del Imserso (de mi quinta) van todos con sus móviles a cuestas y en mitad de la excursión les suena y, en vez de decir "te llamo luego que ahora estoy en una excursión" NOOOO, tienen que seguir hablando qué si Pepito, qué si la vecina ha ido a chequear los canarios, qué si la gata de Paqui, la vecina, ha parido... En fin... He optado por decirles que los desconecten y recordarles que antes vivíamos muy bien ¡sin siquiera telefónos!
Todos me obedecen y desconectan. Tengo dotes de mando... Besotes, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
Recuerdo que nuestro primer telefono era el 118 de Priego, con una poblacion de unos 15.000 habitantes por el año 1968.
ResponderEliminarComo teniamos negocio fuimos de los primeros, porque el numero coincidia con el orden.
Esta semana, como sabes, cambie El Quijote por preparar textos para nuestra futura Web. Que por cierto, los racimos que tienen aquellos paquetes son setas. Ves que hermosas son; estas invitada a un buen revuelto de setas con gambas, pero tienes que venir a Priego. Harias un buen viaje porque aqui hay un buen puñado de blogueros, y lo guapo que es el pueblo este.
Me voy que le dije a la Mildred que hoy no cogeria el ordenador jajaja.
Besos Merche
ANTONIO AGUILERA, en mayo ¡ME JUBILOOOO! (he llegado antes de los 67...) y me mudo a la península, cerca de Barcelona. Iré a veros en Priego (en invierno). ¡Seguro que sí, lo estoy deseando! Besotes, M.
ResponderEliminarLa tía de un amigo era en mi pueblo la que conectaba las clavijas de la telefónica...y nosotros fisgoneábamos...y gastábamos bromas...menos mal que nunca nos pillaron..besos
ResponderEliminarHabrá que hacer un post sobre lo que la gente cuenta (o contamos, aunque yo, en público, me modero y no cuento intimidades) por el móvil. Mira, yo NO entiendo que se te olvide parar el móvil y suene en el momento más inoportuno, no me cabe en la cabeza. Me parece una cuestión de civismo y respeto apagar el móvil antes de entrar al cine o el teatro y, por supuesto, a clase, a una conferencia... y en una excursión donde nos están explicando algo, también.
ResponderEliminarYo siempre lo hago y, si yo lo puedo hacer, todo el mundo también. Es cuestión de educación y de acostumbrarse. El día en que me suene el móvil sin esperarlo en un sitio donde no debe sonar, lo entenderé, pero creo que será difícil, por no decir imposible, porque siempre lo apago o lo tengo en silencio...
Leida tu entrada y los comentarios, amiga. Suscribo lo dicho por Fernaqndo Manero.
ResponderEliminarBesos...!
TUCCI, me imagino lo traviesos que eraís... Besotes, M.
ResponderEliminarAMELCHE, porque eres cívica y civilizada. Besotes, M.
CORNELIVS, me alegro de que tu opinión sea la misma que nuestro querido FERNANDO MANERO. Besotes, M.
ResponderEliminarimagine if there was such a public telephone as this now! for sure people will be silence too and shamelessly listen in..
ResponderEliminarNORTHSHORE, I'm sure nowadays someone, somewhere, listens to our conversations... Hugs, M.
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