viernes, 25 de junio de 2010

DON QUIJOTE


Capítulo LV - 2ª parte de nuestra lectura colectiva en el blog "La Acequia" de Pedro Ojeda Escudero (sin traducción al inglés)
-------------------------------------------------------------------------------
Chapter 55 - 2nd part of our joint reading in Pedro Ojeda Escudero's blog "La Acequia" (without an English translation).
-------------------------------------------------------------------------------

Ay, en este capítulo, Sancho, que está solo a media legua del castillo,"... buscando lugar donde mejor acomodarse" él y su rucio caén dentro de una "escurísima sima". Vuelan para abajo. Sancho piensa que ya es carne de otra vida pero aterriza encima de la mullida panza de su burrito. "Tentose todo el cuerpo y recogió el aliento, por ver si estaba sano o agujereado por alguna parte, y viéndose bueno, entero y católico de salud..." dió gracias a todos los dioses.

"Tentó...con las manos por las paredes de la sima, por ver si sería posible salir de ella sin ayuda de nadie, pero todas las halló rasas y sin asidero alguno... Sancho se acongojó mucho, especialmente cuando oyó que el rucio se quejaba tierna y dolorasamente...". Quién le diría que ahora, habiendo sido gobernador de una ínsula "...hoy se había de ver sepultado en una sima, sin haber persona alguna que le remedie, ni criado ni vasallo que acuda a su socorro...".

Piensa que ahí él y su rucio se morirán de... ¡hambre! (pobre Sancho...). No va a tener tanta suerte como Quijo cuando "...descendió y bajó a la cueva de aquel encantado Montesinos, donde halló quien le regalase mejor que en su casa, que no parece sino que se fue a mesa puesta y a cama hecha. Allí vio él visiones hermosas y apacibles, y yo veré aquí...sapos y culebras."

Sancho sigue apiadándose de si mismo "...De aquí sacarán mis huesos...mondos, blancos y raídos, y los de mi buen rucio con ellos...". Por lo menos todo el mundo sabrá "...que nunca Sancho Panza se apartó de su asno, ni su asno de Sancho Panza." Sigue muy melodrámatico nuestro Sancho diciéndole a su rucio "¡Oh compañero y amigo mio, qué mal pago te he dado de tus buenos servicios!". Le pide perdón y si salen de ésta le promete "...ponerte una corona de laurel en la cabeza, que no parezcas sino un laureado poeta, y de darte los piensos doblados." Su jumento "...le escuchaba sin responderle palabra alguna...".

Al fin llegó el día "...con cuya claridad y resplandor vio Sancho que era imposible de toda imposibilidad salir de aquel pozo sin ser ayudado...". Pidió socorro pero no había nadie que le pudiera escuchar "...y entonces se acabó de dar por muerto." "Estaba el rucio boca arriba, y Sancho Panza, le acomodó de modo que le puso en pie, que apenas se podía tener; y sacando de las alforjas...un pedazo de pan, lo dio a su jumento, que no le supo mal, y díjole Sancho, como si lo entendiera: --Todos los duelos con pan son buenos."

"En esto descubrió a un lado de la sima un agujero, capaz de caber por él una persona, si se agobiaba y encogía." Sancho lo atravesó y se encontró "...que por dentro era espacioso y largo...". "...comenzó a desmoronar la tierra del agujero..." para que pudiera pasar el rucio. Se adentraron los dos por la gruta a ver si veían alguna salida. Empieza a pensar que lo que para él era desventura para Quijo hubiese sido una fantástica aventura. "Él sí que tuviera estas profundidades y mazmorras por jardines floridos y por palacios de Galiana, y esperara salir de esta escuridad y estrecheza a algún florido prado." Mientras Sancho está sufriendo, aparece de nuevo Cide Hamete Benengeli y nos cuenta que Quijo "...alborozado y contento esperaba el plazo de la batalla que había de hacer con el robador de la honra de la hija de doña Rodríguez...".

Una mañana que Quijo salió a ensayar su duelo "...dando un repelón o arremetida a Rocinante, llegó a poner los pies tan junto a una cueva..." que casi se cae dentro de ella. Retiene a Roci "miró aquella hondura, y estándola mirando, oyó grandes voces dentro, y escuchando atentamente..." oyó que alguien gritaba"--¡Ah de arriba! ¿Hay algún cristiano que me escuche o algún caballero caritativo que se duela de un pecador enterrado en vida, a un desdichado desgobernado gobernador?" A Quijo le parece que es la voz de Sancho. Pregunta quién esta ahí. Sancho responde qué quién va a ser "...sino el asendereado de Sancho Panza, gobernador, por sus pecados y por su mala andanza, de la ínsula Barataria, escudero que fue del famoso caballero don Quijote de la Mancha...".

Quijo se queda perplejo. Piensa que "...Sancho Panza debía de ser muerto y que estaba allí penando su alma..." Hace todos los conjuros habidos y por haber y le dice "...si eres alma en pena, dime qué quieres que haga por ti, que pues es mi profesión favorecer y acorrer a los necesitados de este mundo, también lo seré para acorrer y ayudar a los menesterosos del otro mundo, que no pueden ayudarse por sí propios." Sancho se da cuenta de que es su amo. Quijo admite que, sí, es él "...porque si eres mi escudero Sancho Panza y te has muerto, como no te hayan llevado los diablos, y por la misericordia de Dios estés en el purgatorio, sufragios tiene nuestra santa madre la Iglesia Católica Romana bastantes a sacarte de las penas en que estás...por eso acaba de declararte y dime quién eres."

"¡Voto a tal!...juro, señor don Quijote de la Mancha, que yo soy su escudero Sancho Panza y que nunca me he muerto en todos los días de mi vida...". Le cuenta que dejó su gobierno y cómo él y su rucio se cayeron en esa sima. Que el rucio está "...conmigo, que no me dejará mentir...el jumento entendió lo que Sancho dijo, porque al momento comenzó a rebuznar tan recio, que toda la cueva retumbaba." Quijo se da cuenta de que sí, que es Sancho "El rebuzno conozco como si le pariera, y tu voz oigo, Sancho mío." Le dice que espere que va al castillo a traer refuerzos para sacarle de la sima "...donde tus pecados te deben de haber puesto."

"Llevaron sogas y maromas, y a costa de mucha gente y de mucho trabajo sacaron al rucio y a Sancho Panza de aquellas tinieblas a la luz del sol...". En esas un estudiante le dice que así deberían salir "...de sus gobiernos todos los malos gobernadores... muerto de hambre, descolorido y sin blanca..." (cuánta razón tiene pero no caerá esa breva...). Sancho se indigna y le cuenta al "...hermano murmurador..." que en su gobierno "...no me vi harto de pan siquiera una hora; en ellos me han perseguido médicos y enemigos me han abrumado los güesos, ni he tenido lugar de hacer cohechos ni de cobrar derechos; y siendo esto así...no merecía yo, a mi parecer, salir de esta manera." Sigue una sarta de refranes.

El Señor de los Leones le dice que no se enoje que no vale la pena que "... es querer atar las lenguas de los maldicientes lo mismo que querer poner puertas al campo. Si el gobernador sale rico de su gobierno, dicen de él que ha sido un ladrón, y si sale pobre, que ha sido un parapoco y un mentecato." Por lo menos a Sancho, por esta vez "...antes me han de tener por tonto que por ladrón."

Llegan al castillo y Sancho se postrá ante los duques; les dice "...fui a gobernar vuestra ínsula Barataria, en la cual entré desnudo, y desnudo me hallo: ni pierdo ni gano". Si ha gobernado mal, testigos tiene que lo pueden decir pero él ha "...declarado dudas, sentenciado pleitos, y siempre muerto de hambre, por haberlo querido así el doctor Pedro Recio, natural de Tirteafuera, médico insulano y gobernadoresco." Les cuenta lo del ataque nocturno y que gracias al "... valor de mi brazo..." salieron vencedores. "En resolución, en este tiempo yo he tanteado las cargas que trae consigo, y las obligaciones, el gobernar, y he hallado por mi cuenta que no las podrán llevar mis hombros, ni son peso de mis costillas, ni flechas de mi aljaba."

Les dice que ha dejado la ínsula igual que la encontró "...con las mismas calles, casas y tejados...". "Así que, mis señores duque y duquesa, aquí está vuestro gobernador Sancho Panza, que ha granjeado en solos diez días que ha tenido el gobierno a conocer que no se le ha de dar nada por ser gobernador, no que de una ínsula, sino de todo el mundo...besando a vuestras mercedes los pies...me paso al servicio de mi señor don Quijote, que, en fin, en él, aunque como el pan con sobresalto, hártome a lo menos, y para mí, como yo esté harto..." tanto le da "... que sea de zanahorias que de perdices."

"Con esto dio fin a su larga plática Sancho, temiendo siempre don Quijote que había de decir en ella millares de disparates; y cuando le vio acabar con tan pocos, dio en su corazón gracias al cielo...".

Seguiremos con el LVI

16 comentarios:

  1. Con esto, Sancho cierra su etapa como gobernador y retorna, como todos queríamos, junto a don Quijote. ¡Al fin nos libraremos de los Duques en breve!
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Sancho se libra de la cueva y cae de nuevo en manos de los duques que en principio le regalan, pero...

    ResponderEliminar
  3. jaja por dios, que amor, yo creo que Panza era zoofílico y estaba enamorado de su burro, no? jaja

    Y me ha encantado esto: "y que nunca me he muerto en todos los días de mi vida". me recuerda a lo que dice mi abuela de que "se está muriendo gente que no se murió nunca", claro que mi abuela, en contra de Sancho, si que es un fantasma, jaaj

    bezos.

    ResponderEliminar
  4. Imagino que estarás contenta como creo que lo estamos todos. Por fin vuelven a estar juntos. Ahora sólo falta que se marchen de casa de los duques, pero según dice el profe, será pronto.

    Besos

    ResponderEliminar
  5. Ya era hora, por el bien de Sancho.

    Besos

    ResponderEliminar
  6. Sancho es un personaje inefable!

    BESOTES MERCHE Y BUEN FINDE!

    ResponderEliminar
  7. PEDRO, Sííí, pronto se largarán de ese maldito castillo. Me impacienta ese día... Besotes, M.

    PACO, mira, estoy de los duques ¡hasta el moño! ¡Serán c......s! Besotes, M.

    THIAGO, El Quijote es una obra MUY pornográfica/erótica para su época. Eso lo he sostenido siempre. Hay zoófilia (en la primera parte, pastores y cabras a tutiplén), homosexualidad (Anselmo y Lotario, cap. XXXIII 1ª parte) lesbianismo (la pastora Marcela), heterosexualidad, "bondage" (ahora no me viene la palabra en español, pero ya sabes, lo de los látigos)¡en fin! para qué contarte...
    A mi también me ha gustado esa frase, se ve que tu abuela fantasma está con Sancho ahí arriba. Se han contagiado... Besotes, M.

    ASUN, aún falta...aún falta para que se larguen del castillo, paciencia, jesús, maría y josé... Hogei muxu handi, M.

    KETY, ¡menos mal que él y su burrito pudieron salir de la sima! Besotes, M.

    STANLEY, sí, es adorable. Buen finde para ti también, querido. Besotes, M.

    ResponderEliminar
  8. La gruta que nos pones son los auténticos jardines de Galiana de DQ.

    Este capítulo es muy característico de los elementos que Cervantes ha repetido en la obra como la típica comicidad de la situación, llena de contrastes con lo que acabamos de vivir en la ínsula, pasando de un gobernador todopoderoso a un alma en pena en el hondón de una sima. Allí pasa el peor día de su vida.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Por fin la salida, ya era hora. ¡¡¡Pobre sancho por la que tuvo que pasar!!!

    Besos y muy buen fin de semana, ya con menos cartones.

    ResponderEliminar
  10. Ahhh me olvidaba ... Y que buena luz de la gruta de tu foto.

    ResponderEliminar
  11. PANCHO, es que debe de ser horrible caerse en una sima y no poder salir. ¡Qué angustia! Menos mal que Cervan sale al quite haciendo que Quijo se acerque con la excusa de los entrenamientos... ¡Qué cuco era Cervan! Besotes, M.

    MYRIAM, sí, menos mal... Ya van quedando menos "cartones" como les llamas, gracias a los dioses. La luz de esa foto sí que es bonita. Besotes, M.

    ResponderEliminar
  12. En este capítulo Sancho, un villano, torea a esos duques que tanto odias, Merche. Con qué desparpajo lo hace...y los duques lo abrazan. Don Quijote cuenta los disparates, qué poquitos, uf, qué descanso.
    Veremos qué se les ocurre ahora a los duquesitos.
    Veo que en tierras catalanas vives el Quijote tan bien como en Ibiza. Igual da. Bueno, como jubilata tienes más tiempo.

    Un beso

    ResponderEliminar
  13. Ya estamos al borde de lo que querías / queríamos a punto de perder de vista a los duques...un abrazo

    ResponderEliminar
  14. ABEJITA, efectiviwonder, menos mal que pronto Quijo y Sancho dejarán a los odiosos duques ¡qué largos han sido esos capítulos! Pero, bueno, no cantemos victoria porque aún NO se han ido... No creas que como jubilata tengo más tiempo, la verdad es que entre organizar la casa, ir al pueblo de compras--diez minutos andando hasta la parada del bus--y tratar de buscarme la vida, no paro. Besotes, M.

    TUCCI, sí, ¡que los dioses sean alabados!

    GRACIAS MIS QUERIDOS

    ResponderEliminar
  15. Pobre rucio, ahí mortiguando con su panza la caída del Panza, valga la reiteración. Coincidimos en la bondad del abdomen del rucio.

    Otro detalle que me gustó bastante es el que también recoge tu amigo Thiago: la frase de Sancho de no haberse muerto nunca antes; no es un gato de siete vidas claro.
    ¡Qué manía que tienen los vivos por morirse!!. Toquemos madera.


    En todas partes cuecen habas, y también hay chismosas cotillas (por el post siguiente), guárdate de ellas.

    Besos querida

    ResponderEliminar
  16. ANTONIO AGUILERA, a mi también me encantó esa frase de Sancho que nunca se había muerto en su vida... Es que Sancho es ¡genial! No te preocupes por lo de las cotillas. Seguro que no las vuelvo a ver en la vida. Besotes, M.

    ResponderEliminar