jueves, 17 de junio de 2010
UNAS CACERÍAS MUY RENTABLES
"Tras los asaltos al ventorro de "El Lince" y al poblado de El Melonar, la Guardia Civil mandó importantes refuerzos a aquella zona de la sierra. La lucha se había convertido en una guerra de guerrillas, pero hubo una tregua cuando en "El Potrerizo" se organizó una cacería importante.
Seguramente, "El Abate" y su cuadrilla, y tal vez los de la partida de "El Rapaz", estarían refugiados en las profundidades de los barrancos de "El Roquero" mientras los señoritos de Córdoba se divertían matando jabalíes y ciervos, cómodamente sentados en unos puestos de caza, hacia donde los ojeadores y los empleados de doña Paquita dirigían las piezas. No había que temer que los bandidos se aventurasen a circular por aquellos parajes, donde detrás de cada árbol surgía un par de escopetas.
Al anochecer, Felipilla abrió la puerta del pabellón de "El Roquero", donde los cazadores, que habían descansado ya de su primera jornada de caza en las anchas y mullidas camas de "El Potrerizo", irían a jugar y a beber, esperando que amaneciese para continuar la cacería. La montería fue de resultados tan espléndidos, que tuvieron que traer una camioneta de Córdoba para poder llevar las piezas cobradas. Jabalíes, zorros y lobos se fueron amontonando, y, sobre todos ellos, un magnífico ciervo asomaba su arrogante cabeza, con cuernos de doce candiles, sobre el cierre de la parte trasera del vehículo.
A la viuda de Southman le salía relativamente barato recibir en su finca a todos aquellos importantes señores que participaban en las cacerías, y, a cambio, los cazadores le correspondían haciéndole espléndidos regalos, pero, especialmente, poniendo en juego sus influencias para dejarle abiertas las puertas de todas las oficinas oficiales de Córdoba, donde doña Paquita tenía que acudir a pagar contribuciones y a resolver sus problemas jurídicos, que no eran pocos.
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VERY PROFITABLE HUNTS
After the attacks on "The Wild Cat's" tavern and "The Melon Field's" settlement, the Civil Guard sent important reinforcements to that part of the Morena mountains. The fight had become guerrilla warfare, however, there was a truce when a very important hunting party was organized in "El Potrerizo".
Most likely "The Abbot" and his gang, as well as "The Boy's" band, were hidden deep down "El Roquero's" ravines while the young masters from Córdoba amused themselves killing wild boars and deer, comfortably seated in their hunting posts, while game chasers and "El Potrerizo's" employees directed the game towards them. There was no worry that the outlaws would appear since there were shotguns coming out of every tree.
At nightfall, Felipilla opened "El Roquero's" hunting lodge's door where the hunters, once having comfortably rested on "El Potrerizo's" wide, springy beds after their first hunting day, were ready to drink and play, until dawn, waiting for the following day's hunt. The hunting party was so successful that they had to bring a van from Cordoba in order to load the kills. Wild boars, foxes and wolves were piled up and, on top of them all, a magnificent stag with twelve antlers showed it's arrogant head over the van's back.
It was relatively cheap for Mrs. Southman to receive all these important men, participating in those hunts, since they lavished her with splendid gifts but, most importantly, allowed her to use their influence, that way, having easy access to all of Cordoba's official bureaus where doña Paquita had to go to pay her taxes and solve her legal problems, which were many.
Ahora se hace lo mismo pero con el carnet del partido.
ResponderEliminarBesos.
Ahora se hace lo mismo pero con el carnet del partido.
ResponderEliminarBesos.
Como dice Toro, poco han cambiado las cosas, favor por favor. Si siempre se ha dicho que es bueno tener conocidos hasta en el infierno...
ResponderEliminarBesos
Yo sé que la caza es una tradición en muchos lugares del mundo, algunos hasta lo consideran un deporte. Pero yo soy anti caza, matar a los animales porque sí, me parece un barbaridad.
ResponderEliminarBESOTES HERMOSA!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Ya estaba extrañando el relato de tu tia abuela!
ResponderEliminarNO me gusta la caza como deporte, pero he de reconocer que me gusta mucho comer sus productos.
Ya te conté que he comido puma, javalí, ciervo, reno, perdices, patos salvajes, codornices...y hasta armadillo.
Besos ambivalentes de no pero si
... de esta cavernícola a la que le gustan los roles tradicionales:
ResponderEliminarCaza el hombre, la mujer cocina.
jejejej
PD-
ResponderEliminary por si no quedó claro: me gusta ser mujer.
Cuánta corrupción moral, política y social había en aquellas cacerías, querida Merche.
ResponderEliminarBesos.
TORO, pues sí. Besotes, M.
ResponderEliminarASUN, en este país los "enchufes" siempre han funcionado y así seguimos. Besotes, M.
STANLEY, a mi también, me parece muy cruel. Besotes, M.
MYRIAM, ¡has probado de todo! Y, sí, se ve que eres muy mujer-mujer. Besotes, M.
PEDRO, podredumbre moral como siempre y vemos que las cosas no han cambiado mucho... Besotes, M.
La cacería me suena a epoca del neolítico y más patrás...
ResponderEliminarBesos
te espero siempre
Al otro lado del deseo
Las obras siguen siendo las mismas, pero con diferente
ResponderEliminarcompañía.
Besos
jaja eso de las cacerías era tremendo, no? ahí se cocía todo... y lo malo es que se siguen haciendo y ahí va el rey y compañia. NO puedo entender que gusto les puede tener matr animales a cañonazos, y luego dicen de los toros...
ResponderEliminarQué le pasa al avatar de toro Salvaje que sale un cuadrado tan negro?
Bezos.
Lindisimo relato Merche. Me ha recordado, no se por qué, al Srto. Ivan, de Los Santos Inocentes.
ResponderEliminarQue tiempos...
Besos...!
JUAN K., gracias por tu visita y por esperarme al otro lado del deseo... Besotes, M.
ResponderEliminarKETY, así es, querida. Besotes, M.
THIAGO, sí, las cacerías siguen existiendo y son un foco de enchufismo.
TORO es así, muy misterioso y un gran poeta. Besotes, M.
CORNELIVS, sí, muy parecido al Srto. de "Los santos inocentes". Unos tan ricos y otros tan pobres. ¡Qué injusticia! Besotes, M.
No estoy contra los cazadores, me disgusta la muerte de animales, odio las cacerías.
ResponderEliminarPACO, cuando los cazadores cazaban para comer, estaba justificado. Simple supervivencia pero por "deporte" lo encuentro nefasto. Besotes, M.
ResponderEliminarthat van stacked with dead wild beasts must've been a sight!
ResponderEliminarNORTHSHORE, Can you imagine??? Hugs, M.
ResponderEliminarDetesto las cacerías y como te dije a esta Doña Paquita
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