viernes, 27 de agosto de 2010
DON QUIJOTE
Capítulo LXIV - 2ª parte de nuestra lectura colectiva en el blog "La Acequia" de Pedro Ojeda Escudero (sin traducción al inglés).
--------------------------------------------------------------------------------
Chapter 64-2nd part of our joint reading in Pedro Ojeda Escudero's blog "La Acequia" (without an English translation).
--------------------------------------------------------------------------------
Cortito este capítulo pero de nefastos presagios...
Ana Félix Ricota está alojada en casa de Antonio Moreno. Su mujer está encantada con ella, con su belleza, su discreción y es el centro de atención "...toda la gente de la ciudad, como a campana tañida, venían a verla".
Quijo se ofrece ir a Berbería "con sus armas y caballo" (cuitado...) a rescatar al hidalgo travesti, don Gregorio (que me da a mi debe de estar encantado en ese serrallo...). Que "él le sacaría a pesar de toda la morisma, como había hecho don Gaiferos a su esposa Melisendra".
Sancho le advierte que no es lo mismo. Ellos (Gaiferos y Melisendra) escaparon por tierra pero "...si acaso sacamos a don Gregorio, no tenemos por dónde traerle a España, pues está la mar en medio." Quijo le dice que todo tiene remedio excepto la muerte a lo que Sancho responde que "...del dicho al hecho hay gran trecho...".
De todas formas don Antonio manda al renegado a rescatarle y le dice a nuestro Señor de los Leones, que si no funciona el rescate, le enviarán a él.
Una mañana, Quijo decide "...pasearse por la playa armado de todas sus armas..." Entonces aparece el ¡Caballero de la Blanca Luna! (ay,ay,ay, que sé quién es...) le reta a un duelo porque "... mi dama, sea quien fuere, es sin comparación más hermosa que tu Dulcinea del Toboso..." (Ay, lo que le fue a decir...) La condición es que si él gana, Quijo se irá un año a su aldea a descansar y si pierde "...quedará a tu discreción mi cabeza y serán tuyos los despojos de mis armas y caballo, y pasará a la tuya la fama de mis hazañas."
Quijo acepta su desafío porque "...jamás habéis visto a la ilustre Dulcinea..." (Sigue una glosa de sus cualidades). Desde la ciudad, se enteran de la presencia del Caballero de la Blanca Luna y don Antonio y el "visorrey"se presentan en la playa. El visorrey trata de mediar entre los dos. Le pregunta a don Antonio "...quién era el tal Caballero de la Blanca Luna o si era alguna burla que querían hacer a don Quijote. Don Antonio le respondió que ni sabía quién era, ni si era de burlas ni de veras el tal desafío."
El "visorrey" no las tiene todas consigo pero da permiso al duelo. Por supuesto que gana el Caballero de la Blanca Luna "...que dió con Rocinante y con don Quijote por el suelo una peligrosa caída. Fue luego sobre él y, poniéndole la lanza sobre la visera, le dijo: --Vencido sois, caballero y aun muerto, si no confesáis las condiciones de nuestro desafío."
Quijo, tirado en el suelo, metido en su escafandra, balbucea que "...Dulcinea del Toboso es la más hermosa mujer del mundo y yo el más desdichado caballero de la tierra... Aprieta, caballero, la lanza y quítame la vida, pues me has quitado la honra." El caballero le dice que eso no lo hará, que cumpla con su parte del acuerdo "...solo me contento con que el gran don Quijote se retire a su lugar un año, o hasta el tiempo que por mí fuere mandado, como concertamos antes de entrar en esta batalla."
Quijo le promete que lo hará. El caballero se dió media vuelta y desapareció dentro de la ciudad. El visorrey le dice a don Antonio que fuera tras él y averiguara quién era. "Levantaron a don Quijote, descubriéronle el rostro y hallarónle sin color y trasudando. Rocinante, de puro malparado, no se pudo mover..." Mientras, Sancho no sabe qué hacer ni qué decir. Todo le parece un sueño y "...que toda aquella máquina era cosa de encantamento." No sabe lo que le pasará a su amo si tiene que estar todo un año sin "tomar armas" "...imaginaba la luz de la gloria de sus hazañas escurecida, las esperanzas de sus nuevas promesas deshechas, como se deshace el humo con el viento." Teme que Roci quede lisiado "...o deslocado su amo, que no fuera poca ventura si deslocado quedara...".
Traen una silla y se llevan a nuestro héroe a la ciudad.
Seguiremos con LXV
En efecto, tienes razón: Cervantes eligió un capítulo corto para una situación tan dramática, quizá porque sabía la intensidad de lo que narraba.
ResponderEliminarBesos.
Estoy con la derrota de don Quijote, todos hemos sido derrotados alguna vez. Por ello, le decimos al andante lo de León Felipe: "Hazme un sitio en tu montura,caballero derrotado...".
ResponderEliminarGregorio está preso en Berbería y la Félix no se lleva mucho más rato. Como dices, igual está encantado de la vida.
Ni siquiera Sancho confía en la actuación de don Quijote, para liberarlo. Y don Antonio, con sorna, dice que si fracasa el renegado...
Estoy en la playa de Barcino y he de acompañarlo en estos momentos amargos.Todos sabeos ya quién es el de la Blanca Luna, su voz suena parecida al de lo espejos aquel. Chitón.
Las fotos de mi blog se ven todas bien ahora , gracias por advertirme.
Un abrazo
uN BE
"Como a campana tañida", me encanta esa comparación. Que sigáis disfrutando El Quijote.
ResponderEliminarLa realidad derrota a los sueños, el sentido a la imaginación, el pragmatismo a la ilusión... Tal vez lo hacían por bien de Don Quijote, pero no deja de ser triste e inhumano...
ResponderEliminarBezos.
Por encima de todo, don Quijote es un caballero, se ofrece para ir a Berberia, acepta un reto y defiende a su dama. No podía ser de otra manera
ResponderEliminarPEDRO, efectiviwonder. Besotes, M.
ResponderEliminarABEJITA, sí, la derrota nos ha perseguido a todos alguna vez, tienes razón, Abejita. Volví a tu blog y ahora sí, vi las fotos. Besotes, M.
AMELCHE,¡lástima que no te hayas apuntado a nuestra locura colectiva! (Ya estamos en las últimas...). Besotes, M.
THIAGO, sí, mi querido, muy triste y muy inhumano pero como ves, 400 años despues Quijo sigue siendo un héroe y Sancho no le va a la zaga... Besotes, M.
PACO CUESTA, Ay, querido, esos caballeros ya pasaron a la historia... Besotes, M.
Nos ha hecho sufrir el capítulo, estoy con Maese Profe Pedro en que Cervantes lo redactó corto a propósito para no hacernos sufrir mucho.
ResponderEliminarEl principio del fin, que dice una canción de Rock andalúz de los 80, creo que de Medina Azahara.
El de la Blanca Luna acaba (sin rozarle) con don Quijote, que a fin de cuentas era el sueño de Alonso Quijano. Pero sin sueños, utopías etc no se puede vivir.
Soñemos pues y que no nos pase como al Hidalgo manchego.
Besos oníricos
Es triste...como la vida, don Quijote tomó la felicidad de la ilusión como bandera, y al final se le paga de esta forma...besos
ResponderEliminarANTONIO AGUILERA, resultó que el Caballero de la Blanca Luna no era tan mal tipo como yo creía al principio. Y, sí, hay que soñar porque a veces los sueños se cumplen.
ResponderEliminarYa estamos en la recta final... Besotes oníricos también, M.
TUCCI, sí, es triste pero Quijo tiene que volver a la realidad, no le queda otra. Besotes, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
Es en Barcelona donde se más se denigra el espíritu de DQ, donde más se grita contra el quijotismo. La ciudad condal pone el lugar, pero es el espíritu de socarronería y la envidia de Sansón Carrasco, paisano y bachiller por la Universidad de Salamanca, la que anima la derrota.
ResponderEliminarEs sintomático que DQ ya no recurra al truco de los encantadores para justificar su derrota en las playas, el final se acerca.
Un abrazo
Todos sabíamos que el momento en que iniciara el regreso tenía que llegar, pero posiblemente no imaginábamos que fuera tras una derrota de ese calibre. En fin, c'est la vie.
ResponderEliminarBesos
PANCHO, ¡Bienvenido! Se ve que mi pobre Barcelona se queda con el sambenito de haber sido el lugar de la derrota de nuestro Quijo... Más leña al fuego... Besotes, M.
ResponderEliminarASUN, así es, c'est la vie et la mort... Besotes, M.