miércoles, 26 de enero de 2011
LA HORA DE "EL HERRERILLO" (2)
"Marta se encontró sola en la plaza y sin saber qué hacer. Empezó a caminar, pero no sabía a dónde dirigirse. Se sentía espiada e incapaz de poder actuar pasando inadvertida. Providencialmente, tuvo la suerte de encontrarse con la persona que más le interesaba ver en aquel momento: Terencia, la que fuera guardesa de la casa de doña Carlota, la hermana de don Pedro Montejo. Terencia era una mujer abnegada y muy adicta a la familia del abogado. Marta le cogió del brazo y la llevó hasta el centro de la plaza, donde nadie la pudiese oir.
--¡Terencia!--le dijo--, Juan Antonio está en peligro. Anda por aquí.
--Ya lo sé. Anteayer llevó mi Hernandillo un zurrón con vituallas a la cueva de la Garduña. Ayer ya no estaba el zurrón, y eso quiere decir que Juan Antonio no anda lejos. Esta mañana he mandado al chico con una manta y un par de botas. Hace mucho frío.
--¡Por Dios, Terencia!--dijo Marta con la voz ahogada por la congoja--. Arréglate para avisarle enseguida que debe alejarse de aquí, que le están buscando, que huya...
Las dos mujeres siguieron andando cogidas del brazo. Tratando de ahuyentar las sospechas de los del pueblo, que las observaban con recelo desde todas las esquinas, entraron en la tienda de Gil "El Tullido", donde hicieron algunas compras.
--Lo mejor es que se vuelva a Bujarón--dijo Terencia, ya en la calle--. Aquí hay mucho miedo. Fíjese cómo nos miran. Podría irse en el taxi de Bernardo Reduño. Creo que está en casa.
La cortijera contemplaba entristecida a Marta. Ésta siempre había sido pálida, pero ahora su color era lívido, y unas enormes sombras azules rodeaban sus ojos febriles. Tenía la piel curtida y el pelo descuidado y lacio.
Llegaron al garaje de Reduño. El garajista estaba arreglando el reventón de un neumático. Le explicaron lo que querían.
--Precisamente estaba preparándome para llevar a un montador bilbaíno a Almadén. Como forzosamente he de pasar por Bujarón, no tengo inconveniente en llevarla a su casa.
Media hora después, Marta salió de Candera y Terencia pudo respirar, pues temía que, tal como estaban las cosas, hubiesen llegado a detenerla. La Guardia Civil sabía muy bien lo ligada que estaba Marta a "El Herrerillo".
Aquel anochecer frío de primavera, mientras la nieve que había caído en los montes cercanos se derretía formando charcos fangosos, varias parejas de la Guardia Civil estrechaban el cerco de Juan Antonio Montejo, "El Herrerillo".
Durante la noche, cayeron algunos copos de nieve en el llano. A las ocho de la mañana, dos guardias que andaban a la busca de la partida sintieron tal frío que se refugiaron en un cortijo. Ya sabían que el cortijero no era de fiar, pues tenía fama de proteger a los bandidos, pero estaban tan entumecidos que permanecieron allí más de una hora, reconfortados con el calor de las chisporroteantes llamas." (Continuará)
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THE "LITTLE BLACKSMITH'S" HOUR (2)
Marta found herself, alone, in the middle of Candera's square without knowing what to do. She started to walk, but she didn't know where to go. She felt she was being spied and was incapable of doing anything without drawing attention. By chance, she was lucky to meet up with the person she was most interested in talking to at that time: Terencia, the ex-warden of doña Carlota's (don Pedro Montejo's sister's) house. Terencia was a self-sacrificing woman deeply committed to the lawyer's family. Marta led her by the arm to the centre of the square, where no one could hear them.
--Terencia!--she said--, Juan Antonio is in danger. He's around here.
--I know. The day before yesterday, my Hernandillo took a bag of provisions to the Garduña cave. Yesterday, the bag wasn't there which means that Juan Antonio is not very far. This morning I sent my boy with a blanket and a pair of boots. It's so cold.
--For heaven's sake, Terencia!--said Marta, her voice full of anguish--. Manage to let him know, somehow, right away, that he has to leave, he's cornered, he must escape...
The two women continued walking holding on to eachother's arms. Trying to avoid the town folks' suspicions who mistrustfully observed them from every corner, they went into Gil, the "Disabled's" shop, and bought a few things.
--The best thing is that you go back to Bujarón--said Terencia, once they were out on the street--. There is a lot of fear here. Look at how they look at us. You could go in Bernardo Reduño's taxi. I think he's at home.
Terencia observed Marta sadly. She had always been pale but now she was livid and two enormous blue shades surrounded her feverish eyes. Her skin was weather-beaten, her hair lanky and messy.
They arrived at Reduño's garage. He was fixing a flat tire. They explained what they wanted.
I was precisely getting ready to take a worker from Bilbao to Almadén. Since I have to go by Bujarón, I would be happy to take you.
A half an hour later, Marta left Candera and Terencia sighed deeply. Since the situation was the way it was, she could easily have been arrested. The Civil Guard knew very well how close Marta was to the "Little Blacksmith".
That cold Spring evening, while the snow that had fallen on the mountains was melting into slushy puddles, various couples of the Civil Guard closed in on Juan Antonio Montejo, the "Little Blacksmith".
At night, it also snowed on the plain. At 08:00 a.m. two guards who were after the gang, were so cold that they took refuge in a "cortijo". They knew that the farm owner wasn't to be trusted because he was notorious for protecting bandits, but they were so numb that they stayed there for more than an hour, enjoying the sparkling fire. (It will continue)
Sigo en ascuas.
ResponderEliminarBesos.
Joooooo!!!!!
ResponderEliminarPero si no nos has contado nada en ésta entrada... Así no vale, tenías que haber desvelado aunque fuera un poquillo. En fin, a seguir esperando.
Besos
Veremos que sucede en el cortijo...
ResponderEliminarUn abrazo
Ahí va a haber tema que te quemas. Por cierto, Merche, no puedo evitarlo, pero cada vez que leo Bujaron me viene a la memoria Bujarrón, que es la palabra que utiliza por aquí (una de tantas) para referirse a los hombres de dudosa heterosexualidad, jajaja.
ResponderEliminar¡Qué bueno!, esperemos la siguiente entrega...ummmm
ResponderEliminarUn besazo dama da las lentejuelas.
TORO, PACIENCIA... Besotes, M.
ResponderEliminarASUN, así es el "suspense", querida...je,je... Besotes, M.
JAN, te sorprenderá. Besotes, M.
Z, sí, tienes razón a mi también me suena a eso pero supongo que ese pueblo existe no así como "Candera" que no sé porque mi tía no puso su nombre verdadero: Cardeña. Besotes, M.
MARINA, eso, hay que esperar, querida... Besotes, M.
Espero que no se nos congele el protagonista.
ResponderEliminarjaj Tiene gracia como ha derivado la cosa a una novela de emoción, intriga que palidecería a la propia Patricia Highsmith, jaaj Pero anda que la Terencia, mandar a un pobre niño a llevar cosas a un bandolero, vamos, vamos.. como pa que pillen al pobre chaval.
ResponderEliminarBezos
Creo que ya te lo he dicho en otra ocasión, pero una de las cosas que más me gustan de estos textos son los nombres y apodos: es como si fuera otra España.
ResponderEliminarBesos.
Lei las dos entradas y como te dice TORO: sigo en ascuas. Y como e dice ASUN: no queda otra que seguir esperando el desenlace.
ResponderEliminarBesos
Leí las dos entradas y como te dice TORO: sigo en ascuas. Y como e dice ASUN: no queda otra que seguir esperando el desenlace.
ResponderEliminarBesos
vee... ¡con eco y todo!
ResponderEliminarPACO, poco le faltará al pobre... Besotes, M.
ResponderEliminarTHIAGO, justamente mandó a su Hernandillo porque siendo un crio no levantaba sospechas, sin embargo si hubiera ido Terencia... Besotes, M.
PEDRO, sí, ya lo habías comentado pero es que Andalucia es campeona en poner motes a to er mundo, ¡Éle! ¡Arsa! Besotes, M.
MYRIAM, no, no queda otra. Gracias por tu doble comentario plus eco. Besotes, M.
Seguimos a a espera.
ResponderEliminarBeso, Merche
ABEJITA, ¡Bien! Besotes, M.
ResponderEliminarMerche, donde puedo leer la novela desde el principio?
ResponderEliminarUn beso
ROMEK, creo que en Google sale publicada si no, creo que sólo lo puedes conseguir en Irún o San Sebastián. La edición es de 2002 Alberdania, S.L. y Excmo. Ayuntamiento de Irún (alberdania@ctv.es) o (www.alberdania.com) creo que ahí te podrán informar mejor. Besotes, M.
ResponderEliminar!Ay ! la Guardia Civil de aquella epoca, era muy temida y tambien de muy poco fiar. Veremos, veremos que pasa.
ResponderEliminarUn abrazo
Luz
ELE, en aquella época el paisaje español era verde, negro y marrón: guardia civiles, curas y militares. Besotes, M.
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