viernes, 24 de julio de 2009
LA NIÑA RAPSODA
"La Argentinita" y su hermana tenían ya todo organizado para empezar a actuar con su conjunto de bailes españoles. Pensaban trasladarse a Londres para debutar allí. Antes de marcharse, quisieron dar una pequeña fiesta de despedida. Aquel dia se observó la presencia de una señora de unos cuarenta años, de pelo color caoba y de porte elegante. Su belleza se adaptaba a los cánones de aquella época, que exigía un poco más de volumen del que se tolera a las mujeres actuales.
Resultó ser la esposa de Casares Quiroga, el ministro español de la República, odiado por tantos, (nota mia: ¿?) y venía acompañada de su hija, una niña de unos doce años, pálida y desgalichada.
Como ocurre en todas las despedidas, el ambiente estaba saturado de una tristeza indefinida. El futuro de muchos de los concurrentes era un enigma de difícil resolución, pero la fiesta transcurrió como siempre, entre el rasgueo de la guitarra y las palmas que acompañaban las evoluciones de "La Argentinita" y de Pilar López.
María y Miguel observaban con interés el espectáculo. Durante el descanso, circularon por las mesas los chatos de manzanilla. De pronto, alguien dijo:
--Que nos recite unos versos María Victoria
María Victoria era la hija flacucha y desgarbada de Casares Quiroga.
¡Vaya!--dijo María a su marido en voz baja--. Ya tenemos a la clásica niña, orgullo de sus papás, que nos va a dar la lata con sus versitos.
María Victoria se había sonrojado y rehusó la invitación, pero ante la insistencia de los presentes, y sobre todo tras los ruegos de su madre, accedió a recitar los versos. Costó algo hacer el silencio en el bar, pues la mayoría de los concurrentes tenían pocas ganas de interrumpir el jolgorio para ponerse serios y oir los versos de aquella chiquilla. Ésta, al fin, se colocó en el centro de la sala y comenzó a recitar.
Al poco rato, las caras distraidas de los que escuchaban empezaron a cambiar de expresión. Los oidos se aguzaban y los ojos se fijaban con intensa atención en la pálida niña de guedejas lisas. El verso se refería a un niño cojo que quedaba marginado de los juegos de los demás niños. Cuando terminó de recitar, nadie pudo aplaudir. Dominados por la emoción, se contemplaron unos a otros asombrados. Todos tenían los ojos brillantes, y algunos se esforzaban en retener las lágrimas que asomaban entre las pestañas. María se emocionó aún más al ver que por las mejillas de Miguel se deslizaban dos gruesas lágrimas.
¿Qué había ocurrido allí?
La explicación tardaría aún en hacerse patente. Aquella niña flacucha que había recitado tan maravillosamente los versos del niño enfermo que no podía jugar sería, con el tiempo, la insigne actriz María Casares."
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THE CHILD MINSTREL
Finally, "La Argentinita", her sister Pilar López and their troupe were leaving to debut in London. They gave a farewell party at the bar. Among the guests was a very elegant woman, wife of another Minister of the Republic, Casares Quiroga who, I don't know why, had been quite hated by many. She came with her twelve-year old daughter, a pale, skinny child.
As it happens in all farewell parties, the feeling that floated in the air was of an indefinite sadness. No one knew what the future would bring. It was an enigma. The party continued, as usual with the strumming of the guitar, the clapping, the cheers and the dancing.
María and Miguel watched the show with interest. During the intermission, glasses of "manzanilla" sherry circulated among the tables. All of a sudden, someone said:
--María Victoria should recite a poem!
María Victoria was Casares Quiroga's skinny, ungainly daughter.
María sighed and, in a low voice, said to her husband: What a drag! Now we have the typical child minstrel, apple of her parents' eyes, boring us with her recital...
At first, the blushing child didn't want to recite but everyone insisted, especially her mother. It was difficult to maintain the silence in the bar, few wanted to interrupt the fun and listen sternly to a child reciting. However, María Victoria, placed herself at the centre and started to recite.
In a few moments, the distracted faces of those listening began to change their expression. The ears perked up and the eyes were intensely fixed on the pale, straggly-haired child. The poem had to do with a lame boy with whom other children didn't want to play. When she finished reciting, no one could applaud. They were filled with such emotion that they looked at one another utterly amazed. Everyone had teary eyes. María was even more moved when she saw two huge tears streaming down Miguel's face.
What had happened?
The answer would still take some time to manifest itself. That wimpy, thin child who had recited so marvellously, in time, became the great Spanish actress, María Casares.
Buenos días Merche, esta historia me ha traído a la memoria una escena de un película de la que no recuerdo el título que versaba sobre la vida de Sarah Bernhardt en la que en una prueba le piden que recite algo y ella recita La Marsellesa. Todos acaban impresionados.
ResponderEliminarTengo por ahí un libro sobre María Casares, tiene ya unos años. Se titula Residente Privilegiada. Acabo de encontrarlo y creo que voy a releerlo.
"Desde que abandoné España en !936, he vivido siempre en estado de urgencia" escribe.
Perdón se me ha ido la tecla antes de tiempo.
ResponderEliminarBesos.
Qe dificiles momentos tuvieron que vivir aquellos que por ideales tuvieron que abandonar su queridaq tierra...un beso niña
ResponderEliminarA Casares se le achaca que no supo reaccionar a tiempo, como Ministro, contra el Golpe de Estado. Entre los movimientos obreros, se le acusa de que no entregó las armas a las organizaciones que quisieron hacer frente a la sublevación en las primeras. De esto no debería culpársele. Sin embargo, en lo primero sí tiene responsabilidad: como Presidente del Consejo de Ministros en el momento del golpe ni supo detectar la gravedad del asunto ni tomar medidas contundentes en las primeras horas.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de su hija, me has dejado asombrado: la gran María Casares... Qué envidia.
ANTONIA P. Debe de ser un libro fascinante. Como hija de emigrantes y ella de exiliados puedo comprender su "vivir siempre en estado de urgencia". Bueno, mi situación no fue la misma pero de pequeña me sentí peor que los exiliados, como habrás podido comprobar si has leido mis primeros posts. Besotes, M.
ResponderEliminarTUCCI, gran tragedia para todos, mi querido. Besotes, M.
PEDRO ¡gracias por la explicación porque no tenía ni idea! Supongo que estar en ese puesto en momentos trágicos y decisivos tuvo que ser MUY duro y difícil. Solo desde la perspectiva del paso del tiempo, uno puede juzgar los errores y aciertos en su justa medida.
Lo de María Casares, muy fuerte. Ya tenía talento por lo que se ve, desde muy pequeña. Besotes, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
No hay nada que hacerle. Nacés con talento, es innegable. Mi abuela me hablaba de Ana Casares. Y no porque hubiera viajado a España, aquí también era conocida.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario, intuía que te gustaría.
BESOTES DIOSA Y BUEN FINDE!!!!!!!
Por si te interesa, aquí hace tanto frío! Hay una ola polar que nos está matando!!
Que bonito este trozo.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo.
Besos.
STANLEY, tu abuela te hablaría de MARÍA Casares... no de Ana... En fin, sí, el talento generalmente nace con uno. Tienes mucha razón. Vosotros teneis una ola de frío y nosotros una de calor ¡insoportable! No aguanto los extremos. Muchos besotes y buen finde para ti tambien, querido Stanley. Besotes, M.
ResponderEliminarTORO, tambien he encontrado este trozo encantador, la verdad. Muchos besotes, M.
En mi Tierra de origen, hablar de María Casares es referir a una de las más grandes..
ResponderEliminarEn esta foto es espléndida todo y no haber sido un bellezón, esa Presencia...
Mille baisers!
dificiles de verdad quienes tuvieron que lidiar en aquella epoca con muchas cosas que hoy vemos de lo mas normal
ResponderEliminarSigo aprendiendo!
ResponderEliminarBesos
Menudos cambios trae el tiempo.
ResponderEliminarDegustar estas palabras que aquí muestras devuelven el hábito de la lectura a quien sin causa aparente lo perdiese en alguna ocasión.
Un fuerte abrazo.
Qué hermoso par de entradas Mercje! Me las leí juntas...Seguro que este fin de semana mi madre nos saca de dudas.
ResponderEliminarUn beso
SELMITA ella donde triunfó de verdad fue en Francia. En España no era tan conocida hasta que murió el que todos sabemos. Gros bisous ma belle, M.
ResponderEliminarLOLI gracias por tu visita. Tiempos muy revueltos aquellos. Besotes, M.
MYR ¡Me alegro! Yo tambien sigo aprendiendo de todos mis queridos bloggers todos los dias. Muchos besotes, M.
JAN PUERTA ¿Tu crees? Pues mira sería estupendo. Muchos besotes, M.
MARCELO, eso espero... Besotes, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
Hola Merche, me ha gustado mucho esta anécdota. María Casares fue una actriz muy prestigiosa en Francia, sobre todo en teatro. En cine trabajó con Cocteau y Bresson. En España estrenó El Adefesio de Alberti en el 77. Salía en La Otra América de Goran Pascaljevic, sobre inmigrantes en Brooklyn.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario, tan amorosa y encantadora como siempre!
ResponderEliminarQuerida Merche, aún me falta el almuerzo de hoy y la cena de esta noche, y ya termino con mis festejos, jajajajaja!!!!!!!
Si mañana no aparezco con el chiste de lunes, ya te imaginarás porqué, jajajajaja!!!!
BESOTES HERMOSA Y BUEN DOMINGO!
¡Hola Merche!
ResponderEliminarAsí que la niña desgalichada era una futura gran actriz.Lo que recitó María Casares ¿era "La cojita" de Juan Ramón Jiménez? Aunque dice que es un niño...
La niña sonríe: ¡Espera,
voy a cojer la muleta!
Sol y rosas.
La arboleda movida y fresca,
dardea limpias luces verdes.
Gresca de pájaros, brisas nuevas.
La niña sonríe: ¡Espera,
voy a coger la muleta!
Un cielo de ensueño y seda,
hasta el corazón se entra.
Los niños, de blanco, juegan,
chillan, sudan, llegan:
¡Nenaaa!
La niña sonríe: ¡Espeeera,
voy a coger la muleta!
Saltan sus ojos. Le cuelga
girando, falsa, la pierna.
Le duele el hombro.
Jadea contra los chopos. Se sienta.
Ríe y llora y ríe: ¡Espera,
voy a coger la muleta!
¡Mas los pájaros no esperan;
los niños no esperan!
Yerra la primavera.
Es la fiesta del que corre
y del que vuela...
La niña sonríe: Espera,
voy a coger la muleta!
Un beso y gracias por tus comentarios en mi blog.
EL DEME, gracias por tu visita. Sí, María Casares triunfó muchísimo en Francia. Yo nunca la vi actuar, pero cuando viví en París oí hablar de ella. Besotes, M.
ResponderEliminarSTANLEY ¿Aún te queda más farra? Bueno a ver si te recuperas a partir de mañana... Muchos besotes, M.
ABEJITA ¡Te conoces TODOS los poemas! Puede muy bien ser ese. La verdad es que es muy tierno (no lo conocía) y bien recitado, puede moverte a las lágrimas especialmente en aquel contexto de despedida, guerra e incertidumbre. Gracias Abejita. Muchos besotes, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
Las vueltas que da el mundo... Me encanta esa anécdota y, sobre todo, saber que María Casares era hija de Casares Quiroga. No tenía ni idea. La de cosas que nos está enseñando el libro de tu tía. Es magnífico.
ResponderEliminarUn beso muy grande, guapetona.
ISABEL HUETE, yo tampoco lo sabía y ni que Casares Quiroga hubiese sido ¡ministro! Tambien estoy aprendiendo mucho con su libro y luego con los comentarios de Pedro O.E. que nos aclara muchas cosas. Besotes y ¡descansa! que te leo muy ajetreada con las obras... M.
ResponderEliminarMuchas gracias querida Merche por el comentario. Sobreviví porque me cuidé y no caí en excesos, pero te aseguro que la pasé genial!!!!
ResponderEliminarBESOTES HERMOSA Y BUENA SEMANA!!!
Este libro y su historia son alucinantes. La imagen de esta actriz tiene mucha garra. Qué lujo de restaurante.
ResponderEliminarGracias a Abejita por el poema.
STANLEY, así me gusta que no cayeras en excesos porque seguro que si lo hubieras hecho, ahora no estarías comentando... Muchos besotes, M.
ResponderEliminarBIPO, entre tu y yo deberíamos de escribir un guión sobre este restaurante. A mi me da que daría, como tu muy bien dices, para una peli estupenda. (Y a ver, si de paso, nos forramos...).
ABEJITA es un caso con sus poemas, se los sabe todos. Es un tesoro de sabiduría. Muchos besotes, M.
what a story!
ResponderEliminarNORTHSHOREWOMAN, thanks SO much for your comment. Hugs, M.
ResponderEliminarMerche, es un libro fascinante que cuenta cosas pero de su viaje y exilio interior. Una niña poco agraciada con una hermana ilegítima y un padre culto y excepcional. Que vivió sin entender la ruptura del matrimonio de sus padres, influenciada por las leyendas celtas de su tierra natal. Descendiente de una familia de enfermos, su padre era tuberculoso, fue protegida y obligada a llevar unos hábitos de vida casi espartanos (siempre con sandalias y con las piernas al aire) pero no en la comida por lo que era obesa y muy tímida. Eclipsada por el encanto de su madre, era muy bella con una relación de amor-odio muy interesante. No es fácil de leer, hay que hacerlo poco a poco.
ResponderEliminarAhora estoy con ella en París pero da saltos en el tiempo y eso complica la lectura.
El libro trae fotos. Igual las escaneo y te las mando: de pequeñita vestida con un mameluco, disfrazada de china (ella dice que era china)a los trece años y ya de adulta. también hay una foto de su madre, a mi me pareció una belleza y de su padre, un dandy.
También me pareció entender que su padre sí quiso armar al pueblo y no le dejaron. Cuenta un episodio muy gráfico sobre Madrid y "los paseos".
Creo que te gustaría.
Besos.
ANTONIA P. No sabía hasta hoy que me habías escrito otro comentario, perdona, además MUY interesante sobre el libro. Ahora bien, ella dice que era ¿obesa? y mi tía la describe como escuchimizada bueno eso es lo que he entendido yo por "desgalichada". Gracias querida Antonia y si quieres mandarme las fotos ¡estupendo! Muchos besotes, M.
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