FELIPE SANCHEZ ROMÁN
(No es por nada, pero se parece a Peter Sellers...)
(He looks like Peter Sellers...)
VICTORIA KENT
FERNANDO DE LOS RÍOS
(Esta vez he conseguido postear las fotos antes de escribir el texto...)
"Por el restaurante seguían desfilando destacadas figuras de la España republicana. Fernando de los Ríos, a quien se le había invitado a la inauguración y que, como Marañón, no acudió a ella, se presentó una tarde con su barba negra de sarraceno, muy meloso y refinado. Se disculpó de su omisión alegando que su presencia habría sido perjudicial para el negocio, pues consideraba que, puesto que la izquierda estaba de capa caida, les había hecho un gran favor con no presentarse en la inauguración. Aunque no le convenció la argumentación de don Fernando, Larrabeiti le dio por disculpado.
Tambien bajó un dia al bar, acompañada por el Cónsul General de la República, Victoria Kent. Esta destacada mujer, joven todavía, era abogada y había sido Directora General de Prisiones con la República, pero pronto tuvo que renunciar a su cargo por la imposibilidad de realizar las profundas reformas penintenciarias que se había propuesto en favor de los presos. A pesar de ello, en España el pueblo la consideraba como el súmmum de la sabiduría. En una canción chulapona, con aire de chotis, muy en boga en aquella época, se decía que, cuando se ignora algo, "que se lo pregunten a Victoria Kent".
Victoria Kent apareció vestida con un sencillo traje sastre azul marino y un sombrero de fieltro negro. Permaneció un rato haciendo comentarios sobre los dibujos de Ricardo Marín (nota mia: aquí mi tia se refiere a los dibujos taurinos que decoraban el bar) y, tras saludar amablemente a los presentes, se fué con el cónsul, sin tomar nada.
Algunas veces, Sánchez Román ex-ministro de la República, cenaba solo y taciturno en el restaurante. Una noche en la que iba a bailar "La Argentinita", se percataron de su presencia y subieron para invitarle a la fiesta. Sánchez Román, solo en la mesa más discreta del comedor, agradeció correctamente la invitación, pero la rechazó: "No están los tiempos para fiestas"."
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TIMES ARE NOT FOR PARTYING
Important members of the Spanish Republican Government continued to visit the restaurant. One of them, Fernando de los Ríos, hadn't gone to the inauguration, even though he had been invited. He excused himself saying that his presence would have been detrimental to the locale as the "leftists" were losing, therefore, he really did them a favour by not attending. Larrabeiti accepted his excuse although it didn't convince him.
Another day, Victoria Kent, a still young, very bright lawyer who had been Head of Prisons with the Republican Government, but which post she soon had to renounce due to the enormous changes that needed to be done ir order to improve the lives of the prisoners that she had aimed to do, came to the bar accompanied by the General Consul of the Republic. She was very popular in Spain and the people considered her extremely intelligent. There was even a popular song, very famous in those days, where if anyone ignored something and wanted to know the answer, they "could always ask Victoria Kent".
Victoria Kent, dressed in a simple navy-blue suit and wearing a black felt hat, stayed a little while commenting on the drawings of the bullfighting scenes that decorated the walls of the bar, painted by Ricardo Marín. After greeting everyone gracefully, she left with the Consul, not having had anything to drink.
Sometimes, another ex-Minister of the Republican Government, Sánchez-Román also dined at the restaurant. He was always alone and sullen. One evening that "La Argentinita" was going to dance, they went up to invite him to the party down in the bar. He kindly thanked the invitation but refused saying: "Times are not for partying".
"Por el restaurante seguían desfilando destacadas figuras de la España republicana. Fernando de los Ríos, a quien se le había invitado a la inauguración y que, como Marañón, no acudió a ella, se presentó una tarde con su barba negra de sarraceno, muy meloso y refinado. Se disculpó de su omisión alegando que su presencia habría sido perjudicial para el negocio, pues consideraba que, puesto que la izquierda estaba de capa caida, les había hecho un gran favor con no presentarse en la inauguración. Aunque no le convenció la argumentación de don Fernando, Larrabeiti le dio por disculpado.
Tambien bajó un dia al bar, acompañada por el Cónsul General de la República, Victoria Kent. Esta destacada mujer, joven todavía, era abogada y había sido Directora General de Prisiones con la República, pero pronto tuvo que renunciar a su cargo por la imposibilidad de realizar las profundas reformas penintenciarias que se había propuesto en favor de los presos. A pesar de ello, en España el pueblo la consideraba como el súmmum de la sabiduría. En una canción chulapona, con aire de chotis, muy en boga en aquella época, se decía que, cuando se ignora algo, "que se lo pregunten a Victoria Kent".
Victoria Kent apareció vestida con un sencillo traje sastre azul marino y un sombrero de fieltro negro. Permaneció un rato haciendo comentarios sobre los dibujos de Ricardo Marín (nota mia: aquí mi tia se refiere a los dibujos taurinos que decoraban el bar) y, tras saludar amablemente a los presentes, se fué con el cónsul, sin tomar nada.
Algunas veces, Sánchez Román ex-ministro de la República, cenaba solo y taciturno en el restaurante. Una noche en la que iba a bailar "La Argentinita", se percataron de su presencia y subieron para invitarle a la fiesta. Sánchez Román, solo en la mesa más discreta del comedor, agradeció correctamente la invitación, pero la rechazó: "No están los tiempos para fiestas"."
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TIMES ARE NOT FOR PARTYING
Important members of the Spanish Republican Government continued to visit the restaurant. One of them, Fernando de los Ríos, hadn't gone to the inauguration, even though he had been invited. He excused himself saying that his presence would have been detrimental to the locale as the "leftists" were losing, therefore, he really did them a favour by not attending. Larrabeiti accepted his excuse although it didn't convince him.
Another day, Victoria Kent, a still young, very bright lawyer who had been Head of Prisons with the Republican Government, but which post she soon had to renounce due to the enormous changes that needed to be done ir order to improve the lives of the prisoners that she had aimed to do, came to the bar accompanied by the General Consul of the Republic. She was very popular in Spain and the people considered her extremely intelligent. There was even a popular song, very famous in those days, where if anyone ignored something and wanted to know the answer, they "could always ask Victoria Kent".
Victoria Kent, dressed in a simple navy-blue suit and wearing a black felt hat, stayed a little while commenting on the drawings of the bullfighting scenes that decorated the walls of the bar, painted by Ricardo Marín. After greeting everyone gracefully, she left with the Consul, not having had anything to drink.
Sometimes, another ex-Minister of the Republican Government, Sánchez-Román also dined at the restaurant. He was always alone and sullen. One evening that "La Argentinita" was going to dance, they went up to invite him to the party down in the bar. He kindly thanked the invitation but refused saying: "Times are not for partying".
No sé si Sánchez Román llegó efectivamente a ocupar un Ministerio. Tienes una foto en: http://www.guerracivil.org/PERSONATGES/sanchezr.html
ResponderEliminarSigo impresionado con este local en el que se reunió tanta gente interesante.
Besos.
la creme de la creme iba a ese restaurante.
ResponderEliminarno tenian un libro de visitas? ahora seria todo un recuerdo.
un beso wapa.
desde luego ese recinto tuvo que ser un verdadero mecenazgo...cunata personalidad y personjes se paseaban por él. un abrazo.
ResponderEliminarNo sé, me pasa constantemente con esta crónica, no puedo dejar de pensar en los exiliados "pobres", pasándo las de Caín.
ResponderEliminarY es que de izquierda o de derecha los políticos viven bien aunque las cosas les hayan ido mal.
Besos.
PEDRO, ¡gracias! he conseguido postear su foto. Muchos besotes, M.
ResponderEliminarMETIS, sí, se ve que era un local MUY concurrido. Por cierto ¿qué pasó este domingo que no nos hemos reunido con Helena? ¿Será el domingo que viene? No te olvides de decirme algo. Besotes, M.
TUCCI, como le digo a METIS, creo que TODOS los republicanos que estaban exiliados en París pasaron por el ya famoso restaurante de la rue de la Tremoille. Te juro que cuando vuelva a París, lo primero que voy a hacer es patearme ¡esa calle! Besotes, M.
TORO, tienes razón querido, los pobres estaban en campos de concentración pasándo las de Caín, mientras todos los gerifaltes republicanos cenando o bebiendo opíparamente en el restaurante de Larrabeiti. Tienes MUCHA razón. Besotes, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
Está claro que no todo el mundo vivía el exilio de la misma manera ni humor.. y que efectivamente para muchos, no estaban los tiempos para fiestas..
ResponderEliminarEspléndidas Crónicas mi Niña...Y cuantas personalidades!!
Mille bisous!
Gran crónica, que interesane tu blog, te leeré.
ResponderEliminarDerecha o izquierda, creo que no eran los tiempos para ningunos, pese a eso tomarse un cafelito, en esa época, y ver pasear a esas personalidades por el local, sería emocionante.
un abrazo desde mi ventana
Debieron ser duros esos tiempos para todos los exiliados. Realmente debía ser difícil estar para muchas fiestas, aunque de todo habría.
ResponderEliminarEsas crónicas son realmente fantásticas y el local tuvo el privilegio de poder contar con gente tan representativa del exilio.
Un besazo, corazona.
Yo, que gusto de mezclar colores, sobre todo el azul con el rojo
ResponderEliminar-como bien sabes- me recreo en el escenario que bien dibujas. Porque, tonalidades aparte, soy devoto de la historia que no pudo, o no supo ser. Torbellino de etapa que me secuestra, ¡ea!¡ya ves!, en tu lectura me entretengo por robar líneas que incluir en pasajes mochos.
Mercheeee..., ¡Merche!.
Un beso, Merche, un gran beso.
SELMITA, sí, creo que los tiempos no eran los más propicios para muchas fiestas pero, a veces, al mal tiempo hay que ponerle buena cara... Gros bisous ma mignonne, M.
ResponderEliminarMUCHACHA, gracias por tu visita. Me alegro de que te gusten estas historias. Besotes, M.
ISABEL, como le digo a TUCCI, la próxima vez que vaya a París, me voy a patear la ya famosa rue De La Tremoille e imaginar dónde estuvo ubicado el restaurante de Larrabeiti y dejar que mi imaginación vuele... Muchos besotes querida amiga, M.
JOSEALFONSOMARTINEZ, ¿Querido, qué quieres decir con "robar líneas que incluir en pasajes ¡MOCHOS!"? Te confieso que NO lo he entendido... pero gracias por tu siempre muy bienvenido comentario. Besotes, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
Una vez màs, mi querida Merche, tus extractos sobre las memorias de tu tìa, me traen a la memoria a Garcìa Lorca.
ResponderEliminarEn este caso por Fernando de los Rìos, quien en la Repùblica fue ministro de Instrucciòn Pùblica, que asì le llamaban a la educaciòn en esos antaños.
Pues al señor Fernado de los Rìos, los fachas le llamaban Fernando de los Lìos, suponemos que no era de su agrado, claro està.
Bajo su ministerio se fundò el grupo de teatro ambulante La Barraca que dirigìa Federico.
El secretario fue amante del poeta, esto ya son chismorreos jajaja.
Estaba tan unido don Fernando y family, a la familia Garcìa Lorca, que Francisco, el hermano de Fede, se acabò casando con Laura de los Rìos, hija del ministro.
Perdona que me enrolle con Lorca, es que tiene uno algunos amores ocultos: Ian Gibson ha escrito varios miles de pàginas sobre èl.
Ahora estàn que si lo sacan o no lo sacan de la fosa, junto a un olivo dicen. Estuve hace tres dìas por allì, en Alfacar Granada, dàndole la vuelta a varios olivos, y sentir la energìa que del suelo emana en la melodìa de ¨los cuatro muleros¨ que el cantara al piano.
Te recomiendo las pelis dirigidas por Juan Antonio Barden, con guion de Gibson.
El bar de tu tìa es una caja de sorpresas.Interesantìsimo.
Besote gordo
ANTONIO AGUILERA, ¡qué interesante todo lo que has contado! Yo tambien soy una "fan" incondicional de Lorca. De hecho (no sé si habrás buceado en mi blog donde lo cuento) pero actué en varias obras de él en Toronto. Hice de criada (no la Poncia, sino la criada por cuyo papel gané un premio a la mejor actuación "cameo" que lo tengo enmarcado en mi cuarto de baño) en "La casa de Bernarda Alba" y tambien hice el papel de madre en "Bodas de Sangre" donde estuve encumbrada porque querían que hiciéramos un tour de la obra por todas las universidades canadienses pero es cuando yo volví a España. Por lo tanto, todo quedó en agua de borrajas. Además el profesor de la Universidad de Toronto que fue el instigador/precursor de estas obras, había participado en La Barraca de Lorca. Lástima que no logro acordarme de su nombre. Gracias por tu comentario querido, me ha encantado. Muchos besotes, M.
ResponderEliminarOhhh, las guerras y los canallas que las hacen, que diría Julio Anguita; no sé, yo hace poco he estado leyendo un libro sobre Virginia Woolf y bueno, señalaba que entre las mil meserias que trae la guerra, a ella le trajo el quedarse sin público; y como quiera que a lo único que se aferraba era escribir, se encontró con nada... pero me alejo del tema.
ResponderEliminarNo sé, me ha gustado la crónica y me has recordado a la Merche, ¿era Merche?, de "cinco horas con Mario", de Miguel Delibes (joooo, que todo es de alguien, ehhh;), en cuyo monólogo decía: "¡pues sabes qué te digo? ¡Yo me divertí en la guerra! Cada día una cosa distinta y con nuestras cartillas" :):); el humor, ¿para qué si no!
Abrazos de me pregunto qué tal estaría la comida
Joe, no paraban de llegar visitas ilustres. Por cierto, sí que se parece a Peter Sellers, cuando he visto la foto lo primero que he pensado es que era él.
ResponderEliminarMe marcho de vacaciones una semanita (bueno, ni eso, el Domingo ya estaré de nuevo por aquí), aunque me conectaré de vez en cuando a ver cómo va el concurso. Te dejo un abrazo enorme para esta semana (tendrás que administrártelo, jejeje).
Un beso!!!
El problema de los tiempos que no son para fiestas, es que se pueden extender "ad infinitum" (te estoy averiguando aquello...)
ResponderEliminarUn beso Merche!
ANTWATERS, gracias por tu visita. No, el personaje de "Cinco horas con Mario" no se llamaba Merche sino Carmen. Es que lo he leido varias veces y he visto la obra de teatro. Soy muy "fan" del gran Delibes.
ResponderEliminarEso de divertirse durante una guerra, creo que muchas personas, para evadirse más que nada, encontraban comicidad en ciertas situaciones. No me extraña, mejor verlo con humor que trágicamente. Gracias por tu comentario. Besotes, M.
VICTOR, ¡qué disfrutes de tus mini-vacaciones! Ya nos contarás a dónde vas. Alargaré tu abrazo hasta tu vuelta... Muchos besotes, M.
MARCELO, espero ansiosamente lo que te dice tu madre... Muchos besotes, M.
GRACIAS DE NUEVO MIS QUERIDOS
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarjoer, que de gente conocida iba por el restaurante... no? Me fascina Victoria Kent como personaje. tan libre y tan inteligente y tan reformista ya para aquellas fechas, para que al final se haya quedado ocmo refernete folcklorico, jaja . pero tienes razón y aunque ahora mismo no se que cancion es, me suena eso de "que se lo pregunten a v. kent". Hoy seguro que estaria participando en algun concurso de television...
ResponderEliminarque de personajes desperdiciados en esta España nuestra....
Bezos.
Perdona Merche. He borrado mi comentario anterior porque no se refería a Victoria Kent, sino a Margartia Nelken. Epic Fail!
ResponderEliminarUn abrazo.
Y siguen apareciendo personalidades en ese restaurante. Interesante Victoria. Y sí, ya se sabe que esos tiempos no estaban para fiestas, pero una alegría de vez en cuando no le hace mal a nadie, verdad?
ResponderEliminarBESOTES HERMOSA!
THIAGO, ¡Cuántos intelectuales y gente culta de la República tuvieron que exiliarse de nuestra querida España así quedando el país sepultado en la mediocridad durante cuarenta larguísimos años...! Besotes, M.
ResponderEliminarJUAN LUIS G. Otra gran intelectual, Margarita Nelken, que tambien estuvo exiliada en París y que seguro fue cliente del famoso restaurante... Besotes, M.
STANLEY a veces es muy necesario evadirse y poner buena cara al mal tiempo ¡no vas a ir llorando como hacía "la pobre Zarzamora que llora, que llora por las esquinas..."! Les entiendo. Muchos besotes, M.
¡Qué de gente se pasaba por el bar!
ResponderEliminarYo sé de una (mi madre) que le hubiera encantado estar allí y vivir todo eso; es republicana hasta la médula y de izquierdas hasta más no poder. Todo lo contrario que yo, que como te he comentado anteriormente, paso de la política.
Un besote.
DESPLAZADOS, no me extraña que a tu madre le hubiera gustado vivir esa época, aunque trágica, pienso que existiría mucha complicidad y apoyo mutuo entre todos los implicados: políticos, vedettes, artistas, millonarios excéntricos, etcétera. Gracias, como siempre, por tu comentario. Muchos besotes,M.
ResponderEliminarBuena frase y mejor respuesta. Aunque a veces hay que mirar hacia adelante y también divertirse un poco.
ResponderEliminarUn beso.
ANTONIA P., tengo el "feeling" (presentimiento) de que MUCHOS disfrutaron con la guerra... Como no he pasado por esa experiencia (y, espero por muy graciosa que fuera NO experimentarla...) no puedo opinar, la verdad. Muchos besotes, M.
ResponderEliminarTalmente parece el Café Gijón
ResponderEliminarBIPO ¿a qué sí? Talmente... Besotes, M.
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