viernes, 30 de abril de 2010
DON QUIJOTE
Capítulo XLVII-2ª parte de nuestra lectura colectiva en el blog "La Acequia" de Pedro Ojeda Escudero (sin traducción al inglés)
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Chapter 47 - 2nd part of our joint reading in Pedro Ojeda Escudero's blog "La Acequia" (without an English translation)
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En este capítulo tenemos a Sancho en "un suntuoso palacio" sentado en frente de "...mucha diversidad de platos de diversos manjares..." Perdices, Olla Podrida (¡como me he acordado de la nuestra en Burgos!) sin embargo hay un pesado, el doctor Pedro Recio, que con un montón de argucias no le deja comer nada a nuestro querido glotón.
Le pone cien mil excusas para no dejarle comer, que si la salud, que si Hipócrates dijo sobre las perdices "Omnis saturatio mala, perdicis autem pessima" que quiere decir "Toda hartazga es mala pero de las perdices malísima". Sancho se desespera "...vea el señor doctor de cuantos manjares hay en esta mesa cuál me hará más provecho y cual menos daño, y déjeme comer de él sin que me apalee... que me muero de hambre, y el negarme la comida...antes será quitarme la vida que aumentármela." El "doctor" solo le deja comer "ciento de cañutillos de suplicaciones y unas tajadicas sutiles de carne de membrillo."
(Visión de futuro, una vez más, por parte de nuestro Cervan cuando se refiere a las medicinas: "...son más estimadas las medicinas simples que las compuestas, porque en las simples no se puede errar, y en las compuestas sí, alterando la cantidad de las cosas de que son compuestas." Por eso yo solo tomo aspirinas...)
Sancho perdiendo la paciencia, le pregunta al tal "doctor" que dónde estudió y de dónde era. Contestó que de "...Tirteafuera, que está entre Caracuel y Almodóvar del Campo, a la mano derecha, y tengo el grado de doctor por la Universidad de Osuna". Sancho "todo encendido en cólera" le espeta "--Pues, señor doctor Pedro Recio de Mal Agüero...quitéseme luego delante: si no, voto al sol que tome un garrote y que a garrotazos, comenzando por él, no me ha de quedar médico en toda la ínsula..." Por lo menos los "ignorantes... porque los sabios, prudentes y discretos los pondré sobre mi cabeza y los honraré como a personas divinas". "Y denme de comer o, si no, tómense su gobierno que oficio que no da de comer a su dueño no vale dos habas".
Entretanto llega un correo del duque, "A don Sancho Panza, gobernador de la ínsula Barataria, en su propia mano o en las de su secretario" "¿Quién es aquí mi secretario?" Uno de los presentes respondió "Yo, señor, porque sé leer y escribir, y soy vizcaino. Con esa añadidura--dijo Sancho--bien podeís ser secretario del mismo emperador."
El duque advierte a Sancho que "unos enemigos míos y de esa ínsula la han de dar un asalto furioso no sé qué noche...". Sancho se queda "atónito" y ordena "...lo que se ha de hacer, y ha de ser luego, es meter en un calabozo al doctor Recio, porque si alguno me ha de matar ha de ser él, y de muerte adminícula y pésima, como es la de la hambre."
El "maestresala" advierte que no coma nada porque "...lo han presentado unas monjas, y, como suele decirse, detrás de la cruz está el diablo". Sancho se resigna y pide un "pedazo de pan y obra de cuatro libras de uvas..." No puede estar sin comer si encima tienen "...que estar prontos para estas batallas que nos amenazan...porque tripas llevan corazón, que no corazón tripas."
Sancho le dice al secretario que le conteste al duque, diciéndole que "cumplirá lo que manda como lo manda, sin faltar punto". Reparte "besamanos" a la duquesa y "a mi señor don Quijote de la Mancha, porque vea que soy pan agradecido" Luego le dice al secretario que como buen vizcaíno "podéis añadir todo lo que quisiéredes y más viniere a cuento. Y álcense estos manteles y denme a mí de comer, que yo me avendré con cuantas espías y matadores y encantadores vinieren sobre mí y sobre mi ínsula."
En esto entra un paje y le dice que "un labrador negociante" quiere hablar "a vuestra señoría". Sancho sorprendido dice "Extraño caso es éste de estos negociantes. ¿Es posible que sean tan necios, que no echen de ver que semejantes horas como éstas no son en las que han de venir a negociar? ¿Por ventura los que gobernamos, los que somos jueces, no somos hombres de carne y hueso, y que es menester que nos dejen descansar el tiempo que la necesidad pide, sino que quieren que seamos hechos de piedra mármol?" Sancho cree que no le durará mucho ese gobierno. Manda entrar al negociante.
Este se enrolla con una historia rocambolesca de su hijo bachiller y la moza con quien quiere casarse. Los dos, tanto ella como él, son dos adefesios de mucho cuidado. Primero le pide "...una carta de favor para mi consuegro" y luego, al preguntarle Sancho si quiere algo mas, "...querría que vuesa merced me diese trescientos o seiscientos ducados para ayuda a la dote de mi bachiller..." Reacción de Sancho cogiendo una silla: "¡Voto a tal, don patán rústico y malmirado, que si no os apartáis y escondéis luego de mi presencia, que con esta silla os rompa y abra la cabeza! Hideputa bellaco, pintor del mismo demonio, ¿y a estas horas te vienes a pedirme seiscientos ducados? ¿Y dónde los tengo yo, hediondo? ¿Y por qué te los había de dar aunque los tuviera, socarrón y mentecato?... Dime , desalmado, aún no ha día y medio que tengo el gobierno, ¿y ya quieres que tenga seiscientos ducados?"
"Hizo de señas el maestresala al labrador que se saliese de la sala, el cual lo hizo cabizbajo y al parecer temeroso de que el gobernador no ejecutase su cólera, que el bellacón supo hacer muy bien su oficio." (¡Qué cabr...oncín!)
Dejemos a Sancho con su cólera porque Quijo nos espera en el XLVIII. "Cide Hamete promete de contar con la puntualidad y verdad que suele contar las cosas de esta historia, por mínimas que sean."
De siempre se ha dicho que con la "panza" llena se dialoga mejor, y a nuestro Sancho... le hacen eso de "mirar pero no tocar"...el deseo que fuerte es el deseo...pobrecito y él que creía que siendo gobernador se "jartaría de comer"....besos
ResponderEliminarLa burla sin tapujos provoca la reacción un tanto violenta del escudero, le hace rebelarse contra los actores, los urdidores sólo reciben noticias de la marcha la farsa.
ResponderEliminarEl hambre nos devuelve al Sancho que conocíamos. Abandona la expresión forzada de los juicios para volver al habla popular que tan bien domina.
De acuerdo contigo, cuantas menos medicinas, mejor. La ausencia de ellas denota buena salud.
Un abrazo
El mejor sistema para que Sancho pierda los estribos, es mostrarle manjares e invitarle a barquillos. ¿Estarán provocando su dimisión?
ResponderEliminarEstá claro que le están pinchado donde más le duele. Le provocan sin piedad para hacerle perder los estribos.
ResponderEliminarBesos
La olla podrida citada por Sancho era más contundente que la que tomamos nosotros. Si nosotros no pudimos acabarla, querida Merche, imagínate si nos enfrentamos a una de aquellos tiempos.
ResponderEliminarPobre Sancho.
Besos.
TUCCI, sí, creo que Sancho quería ese puesto más que nada para comer ricos manjares... ¡Pobre! Besotes, M.
ResponderEliminarPANCHO, a mi me parece que Sancho ha estado MUY comedido... Besotes, M.
PACO CUESTA, como esta situación le dure mucho tiempo, seguro que dimite... Besotes, M.
ASUN, como te digo en tu post quijotesco, esa pandilla eran unos sinvergüenzas... Besotes, M.
PEDRO, me imagino que en aquellos tiempos las "Ollas Podridas" serían más contundentes pero la nuestra no estuvo a la zaga, creo yo...
Sancho me da mucha pena ¡qué manera de torturarle! Besotes, M.
Imagina, el pobre Sancho, muertito de hambre y contemplando una olla podrida, como la que degustasteis por tierras burgalesas.Y nada de nada, que es un plato compuesto, malíiiiisimo.Sus alubias de Ibeas, su choricito, su tocino, su morcillita, su orejita de cerdo adobadita....¡Veneno! Puro colesterol y tropecientas calorías. Hay Pedros Recios
ResponderEliminarpor ahí...
Y que hay gente que te quiere envenenar y tienes que recibir a un labrador negociante y más pelma que una vaca en brazos. Y estalla, estalla cuando le pide dinero para casar a su nena Perlerina.
Cervan hidropésico y cada vez más triste, cada capítulo es un poquitín más amargo.
Besos, Merche.
Ls verdad es que Panza parecía tonto cuando lo compramos pero gibierta su ínsula con mucho sentido, jaaj
ResponderEliminarbezos.
ABEJITA, la Olla Podrida burgalesa fue deliciosa, colesterol o no colesterol. Sarna con gusto no pica como diría nuestro glotón. Eso de "hidropésico" lo voy a buscar en Google ahora mismito. Besotes, M.
ResponderEliminarTHIAGO ¿¿gibierta?? He ido a la RAE y no viene esa palabreja, supongo que querías decir "gobierna" y las vocales y consonantes se te han descuajaringado por el camino, querido
Besotes, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
He pasado la tarde leyendo tu blog desde el principio y he quedado maravillada por todo,por tu vida,tus experiencias,tu manera de ser,tus viajes,tu familia,¿de verdad crees que ya has contado toda tu vida como dijiste en uno de tus posts? Es imposible,lo que has vivido tú necesitaría yo tres vidas o más para vivirlo,y ¡por favor! me gustan mucho los cotilleos de los artistas y tú has conocido a varios de los grandes,debió de ser tremendo el impacto al llegar desde Toronto,París,etc a nuestra España de los años 60 y 70,el cambio desde entonces ha sido abismal.
ResponderEliminarEstoy deseando que cuentes más y más.
A mi hija la llamaron ayer para estar el lunes en una escuela de Ibiza pero está preparando oposiciones e irá un año más a examinarse allí.
Ahora me está ocurriendo igual que a tí,en los últimos meses mis hijos están con sus parejas,mi hija y su marido han estado seis años conmigo y ahora han alquilado un piso cerquita de mi casa,mi hijo está esperando para ocupar otro en Agosto y aunque soy muy independiente y me entretengo muy bien sola,se me hace enorme la casa que siempre ha estado llena de gente hasta ahora.
Estoy encantada de haberte conocido mejor.
Abrazos
COSMO, me alegro de que te gusten mis primeros posts, así me conoces mejor. Pero, claro, llegué a un punto en mi autobiografía que ya estaba en el presente y ¡aquí sigo! Me hubiese encantado conocer a tu hija, si viene a Ibiza, pero este mes me mudo a Barcelona. Gracias por tu esfuerzo en leer mis historietas. Muchos besotes, M.
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