domingo, 2 de mayo de 2010
EL PABELLÓN DE CAZA (3)
"--¡Domitilo! ¿Qué ha ocurrido?--interrogó la señora--. He oido decir que anoche desaparecieron tres cabras. ¡Vaya manera de cuidarlas!
El hombre no se inmutó lo más mínimo.
--Mire, señora--dijo--: se las han comido los lobos... pero, ¡qué quiere usted! Tambien los lobos son animalitos de Dios, y de vez en cuando tienen que alimentarse.
No se atrevió doña Paquita a enfrentarse con el cabrero, especialmente porque sus amigos, en lugar de indignarse, soltaron una carcajada. Para disimular la contrariedad, doña Paquita cambió de tema.
--Tendremos que volver a casa, porque para estas horas ya se les habrá pasado la borrachera a los de los puercos.
Cuando llegaron, se encontraron a los cuatro hombres, muy formales y serios, sentados en el pretil de la entrada. Una vez hubieron comprobado que era inútil intentar engañar a doña Paquita, se avinieron a pagar lo que ésta exigía.
Andrés y Pepillo seguían haciendo la guardia ante los camiones. Doña Paquita dio la orden para empezar a cargar los cerdos, y los porqueros que los guardaban empezaron a subirlos por una rampa de madera. Era asombrosa la habilidad de aquellos hombres para hacer entrar en los camiones a animales difíciles de guiar y de dominar. Poco a poco, los fueron metiendo, y cuando parecía que los camiones estaban ya completamente llenos y aún quedaban seis cerdos en tierra, los porqueros requirieron la ayuda de Andrés y Pepillo. Entre los cuatro cogieron en vilo a los cerdos y los encajaron desde lo alto de los camiones, a fuerza de gritos y empujones, entre los gruñidos de aquella masa apretada de animales medio asfixiados. Cuando no quedó ni un cerdo en tierra, extendieron sobre cada camión una fortísima red de gruesas mallas, que sujetaron por las cuatro puntas.
Apenas salieron los camiones, Rezola, que había presenciado la operación, exclamó:
--¡Qué barbaridad! ¡Si no pueden respirar! Van a llegar todos aplastados.
--No pase pena, don Gabriel--le dijo doña Paquita--. Esto se hace continuamente, y es raro que se malogre un cochino."
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THE HUNTING LODGE (3)
--Domitilo! What happened?--asked doña Paquita--. I've been told that, last night, three goats disappeared. What a way to take care of them!
The man didn't budge.
--Look, m'am--he said--: they were eaten by wolves... what do you expect! They're also God's animals and, from time to time, they need to be fed.
Doña Paquita didn't dare confront the goat-keeper, especially when her guests instead of showing disgust, let out a loud laugh. In order to cover up her annoyance, she changed the subject.
--We'll have to go back to the house, by this time the swine dealers should be sober.
When they arrived, they found the four men very formal and serious sitting on the steps of the entrance. Once they were convinced that they couldn't trick doña Paquita, they paid what was agreed.
Andrés and Pepillo were still holding guard next to the trucks. Doña Paquita ordered the boarding of the hogs. Two swine-keepers pushed them up a wooden ramp. It was amazing to see the skill of these men making those, difficult to guide and control, animals enter the trucks. Slowly, they managed to get them in, and when it seemed that the lorries were full, there were still six pigs on the ground. They required Andres and Pepillo's help. Between the four of them, they picked the pigs up and managed to squeeze them in over the top, among great shouts and pushing, plus the grunting from the tight mass of nearly asphyxiated hogs. When all the pigs were in the trucks, they covered the top with a very strong, heavy net fastened on the four sides.
As soon as the trucks left, Rezola, who had been watching the scene, exclaimed:
--How awful! They can't even breathe! They're going to arrive all crushed.
Don't worry, don Gabriel--doña Paquita told him--. We do this all the time and it's rare that a pig gets hurt.
Y de esa forma de viajar nació la idea del Metro (aunque sin malla).
ResponderEliminarBesos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Triste vida la de esos cochinos!
ResponderEliminar(ay, pero que rico su jamón pata negra....)
Y lo del METRO que apunta TORO, la democracia llega para todos.. jejejeje
Besos
He visto cargar los cerdos así, con una rampa y meterlos casi a presión. Siguen con las mismas prácticas.
ResponderEliminarUn abrazo
No sé si ha cambiado mucho la cosa, porque cuando se ven los camiones por la carretera yo los veo prácticamente igual.
ResponderEliminarMYR, ¿ya se te ha acabado el que te llevé? Pues nada, tranquila, ya veremos a ver si hay forma de hacer un envío especial. Y si no es posible siempre queda la opción de que vengas a buscarlo, jajajajaja
Besos
Nunca se ha tratado bien a los animales en este país, querida Merche.
ResponderEliminarBesos.
TORO, pero con techo... Besotes, M.
ResponderEliminarMYR, sí, el jamón ¡buenísimo! Y lo del metro a veces sí que he ido enlatada como una sardina o como un cerdo... (cuando vivía en Madrid). Besotes, M.
ANTÒNIA, pues se ve que siguen igual... Besotes, M.
ASUN, como dice ANTÒNIA parece que no ha cambiado mucho, no. Besotes, M.
PEDRO, ¡Cuánta razón tienes! Ni a las personas, me atrevería a decir... Besotes, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
Pobres cerdos y pobre cabrero.
ResponderEliminarPor dios, menos mal que se ha acabado con ese método de trasladar ganado, pero en Galicia no hace mucho era frecuente ver unos camiones como jaulas llenos de cerdos por la carretera, que apenas podían respirar....
ResponderEliminarSerían luego jamones de pata negra... ¡Negros por la falta de oxígeno, claro!. A veces no sabes si las bestias son las que van encerradas o las que van conduciendo...
Bezos
Veo que Doña Paquita sabía mucho sobre los menesteres que le incumbían, además parecía muy diplómatica, cuando la situación lo requería...
ResponderEliminarBESOTES HERMOSA Y BUENA SEMANA!!
AMELCHE, pues sí. Tiempos difíciles aquellos. Besotes, M.
ResponderEliminarTHIAGO, hoy todo el dia me acordé de ti porque llevé a un grupo muy majete de Galicia a Formentera pero nos hizo...¡un tiempo de perros! Pobriños, es que visitar Formentera con chuzos cayendo de punta no es lo más idóneo. Todos volvimos empapados. Al llegar a casa me tuve que cambiar de los pies a la cabeza. Horrible. ¡Qué manera de llover, por todos los dioses!
Referente a los cerdos pues sí, igual eran más animales los que conducían... Besotes, M.
STANLEY, sí, ¡menuda era doña Paquita! Se amoldaba a todas las situaciones. Besotes, M.
I like the variety of vocabulary in both languages: puercos, cochinos, cerdos and swines, hogs, pigs.
ResponderEliminarLoading pigs onto a lorry is a hard job indeed. They are very stubborn, sometimes.
PANCHO, I'm glad you liked the vocabulary of both languages and pigs, stubborn?? They're the most stubborn of the animal kingdom! But, they're delicious... Besotes, M.
ResponderEliminarthis photo made me laugh! I will come back and read the post....
ResponderEliminarNORTHSHORE, I'm glad you liked the picture. Come back whenever you want, my dear. Hugs, M.
ResponderEliminarNORTHSHORE, probably you're right... Hugs, M.
ResponderEliminarY estos animalicos siguen viajando al más allá de forma parecida.
ResponderEliminarDigo yo que el cabrerizo éste quizás hacía de lobo las más de las veces.