Entrevistas en el "Diario de Ibiza" - 2001 (sin traducción al inglés)
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Interviews in the Ibiza Journal - 2001 (without an English translation)
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"TODAVÍA ME FASCINA LA AUTENTICIDAD DE LOS IBICENCOS"
Nicholas Besset-Sciborg, arquitecto especializado en escenografía teatral, parisiense, hijo de artistas--madre rusa y padre francés--nació y vivió en el ambiente bohemio de Montparnasse, donde aún se sentían las huellas dejadas por grandes pintores como Picasso, Modigliani, Foujita. Fue vecino del gran mimo Marcel Marceau.
Es un hombre atractivo de pelo cano que no le avejenta nada, al contrario, le hace más interesante.
Me recibe en su preciosa casa payesa construida por él, en los alrededores de Sta. Gertrudis. En la cocina se encuentran sus dos hijas mellizas adolescentes, rodeadas de su pandilla y su mujer que va y viene haciendo sus cosas. Nos acomodamos en su amplio "atelier" alrededor de la enorme chimenea, al calor de un fuego crepitante.
Me ha encantado la cueva de piedra que tienes al lado de tu casa ¿La construiste tu?
Le di una mano a un amigo escultor que viene a pasar temporadas.
Es una maravilla, un verdadero nido de amor que además se complementa maravillosamente con el entorno, parece una extensión de la tierra misma.
Me alegro de que te guste.
Es preciosa. Dime ¿cuándo descubriste nuestra maravillosa isla?
La primera vez que vine fue en 1967 de vacaciones. Un amigo escultor francés, nacido en Argelia, me hablaba mucho de España. Decidimos venir. Nos fuimos a la Costa Brava y de ahí a Barcelona donde nos embarcamos en el último momento, en un barco que no sabíamos si iba a Mallorca, Menorca o Ibiza. Pagamos el pasaje a un marinero una vez a bordo (en aquellos tiempos se podían hacer esas cosas). Llegamos a Ibiza al amanecer y nos quedamos boquiabiertos, mi amigo quedó deslumbrado porque le recordó a Argel. Nos enamoramos de la ciudad, entonces recordé que un amigo hindú de París ya me había hablado de la luminosidad de la isla y ví que no se equivocaba. Fue una experiencia maravillosa.
Una vez desembarcados, ¿qué fue lo que más te llamó la atención?
- La gente tan variopinta, la belleza de su arquitectura y el color de la tierra.
¿Cuánto tiempo os quedasteis?
- Diez días. También fuimos a Formentera, que nos entusiasmó. Convivimos con unos hippies americanos en una cueva. Fue una experiencia muy especial y descubrimos el encanto que tiene la pequeña pitiusa.
¿En qué año viniste definitivamente?
- En 1975. Al volver a París estuve involucrado, como casi todos los estudiantes de la época, en la revolución de mayo del 68, luego acabé mis estudios de arquitectura y trabajé en el cine y la televisión francesa pero Ibiza me tiraba Decidí dejarlo todo y venirme a vivir aquí.
Cuando te instalaste ¿a qué te dedicaste?
- A pintar, aunque seguía haciendo trabajos de arquitectura tanto aquí como en Cataluña, Francia y Alemania.
¿Qué recuerdos tienes de aquella época?
Las cenas de los miércoles en el Bar Costa de Sta. Gertrudis. Nos reuniamos un grupo bastante heterogéneo de residentes e ibicencos. Cada uno pagaba 500 pesetas más el vino consumido a voluntad y aportaba algún producto comestible; el cocinero nos hacía la cena. Eran muy divertidas porque luego bailábamos y el mejor bailarín o bailarina era obsequiado con una botella de cava.
También tengo grabada la imagen de una pareja anciana de ibicencos que vivían encima de "La Tierra" que en el momento más álgido de la noche, cuando el bar estaba abarrotado de gente guapísima (sobre todo las mujeres), ellos cogían unas pequeñas sillas de anea y se sentaban en el balcón a ver el espectáculo. Ésto me llamaba mucho la atención porque en cualquier otro lugar se hubieran quejado del ruido o la mujer se hubiera enfadado con su marido al ver cómo miraba a las mujeres, etcétera, pero ellos no, con mucha paz y tranquilidad se sentaban allí hasta que entraban a acostarse.
Ay, los ibicencos son únicos... Por cierto, a los que vivís en el campo, os sigue encantando la isla pero ¿qué cambio ves que pueda estropear su imagen idílica?
- Todavía me fascina
la mezcla de gentes que existe, lo cosmopolita que es y el respeto que nos tenemos unos a otros, la autenticidad de los ibicencos manteniendo su lengua y sus tradiciones. El contraste de pasar de la tranquilidad del campo a la locura de las discotecas. Sin embargo, con la entrada masiva de trabajadores foráneos y peninsulares, debido al auge tan tremendo de la construcción--que tiene que parar en algún momento porque la isla es del tamaño que es--temo que en un futuro no muy lejano esta convivencia y armonía actual pueda resquebrajarse, debido a las frustraciones que puedan surgir por la falta de trabajo tanto del lado de los isleños como de los demás.
También me sigue llamando la atención la belleza de sus olivos, algarrobos y almendros y ya no hablemos de su arquitectura, ese volúmen tradicional pero casi abstracto, como cubos que dan un ritmo de la luz.
16 comentarios:
Muy interesante esta entrevista.No cabe duda de que se quedo prendado de estas hermosas islas...tambien fueron otros tiempos cuando parecía que la gente estaba resurgiendo de una época grís y todo era hermoso y novedoso.-O solamente me pasa a mí la Ibiza que yo idolatraba hoy en día no la conozco...me parece que es otra.
No tengo el gusto! de conocer a Nicholas Besset pero viendo la trayectoria me parece muy interesante su vida profesional.
Un abrazo y que pases un feliz finde.
Un abrazo
Me imagino que esas Cenas en el Bar Costa de Sta Gertrudes debieron ser fenomenales y muy originales, porque no quiero no pensar los comestibles que les llevaban al pobre cocinero
jajaja
Besos
(Y fenomenales: por el encuentro simpático de tanta gente amiga)
Arquitectos, músicos,poetas, pintores.....artistas. Debió ser para ti una experiencia muy interesante conocer y entrevistar a todas estas personas enamoradas de Ibiza que cuando se van siempre vuelven a ella
Besos
Luz
Donde haya mujeres sentadas en sillitas de enea...allí quiero ir yo.
Cubos de luz, la mirada de un arquitecto.
Besos
BERTHA, esos tiempos fueron verdaderamente hermosos y mágicos, ahora todo va torciéndose, desgraciadamente. Gracias por tu comentario de nuevo. Besotes, M.
MYRIAM, ese Bar Costa es toda una institución en Ibiza. Te lo enseñaré cuando vayamos a la isla en mayo (¡no te olvides!) y eso de llevar los "comestibles" al cocinero se hacía en varios lugares de la isla. Ya te contaré. Besotes, M.
ELE y ABEJITA, efectivamente, la isla estaba llena de gente muy sensible y artística. Muchos aún siguen viviendo allí como es el caso de Nicholas Besset-Sciborg. Besotes, M.
Una interesante entrevista a una persona interesante que vive una experiencia interesante, valgan las redundancias. Muy bueno todo.
Que suerte haber llegado a Ibiza en esa época.
Hay nuevas Ibizas en el 2012?
No creo.
Besos.
¿Sigue existiendo esa casa? ¿Reformada? ¿Degradada por el tiempo? ¿Mejorada?
Besos.
FRANK INVERNOZ, gracias por tu visita y comentario. Me alegro de que te haya gustado :) Besotes, M.
TORO, ¿Nuevas Ibizas en 2012? Sintiéndolo mucho, no creo, no. Sniff... Besotes, M.
PEDRO, ¿Qué casa? ¿La de Nicholas? Claro que sí. El la hizo, por lo tanto es moderna y por ahora no necesita muchos arreglos :) Besotes, M.
Pues en tu próxima visita a Ibiza deberías ir a verla: volver a hablar con todos tus entrevistados si puedes...
En unos tiempos en que en la television parece que las entrevistas han de ser solo a ver quien grita mas, es un placer leer estas entrevistas que destilan clase y serenidad...
Saludos...
PEDRO ¡Qué fijación te ha entrado con esa casa! ¿¿¿POR QUÉ??? No lo entiendo... Besotes, M.
FOLK, gracias de nuevo. Me alegro de que mis entrevistas te gusten :) Besotes, M.
me imagino a los ancianos deleitándose con el espectáculo y comentado entre ellos...
biquiños,
ALDABRIÑA, esa anécdota de los ancianos deleitándose con el espectáculo es tan típica de la idiosincrasia de los ibicencos que es lo que flipaba a los de fuera. No se lo podían creer. Pero, como creo que lo he dicho en blogs anteriores, el movimiento hippy no hubiera podido triunfar en ningun otro lugar de España, excepto en Ibiza debido a esa manera de ser tan especial de los isleños. Besotes, M.
Por cierto, no te dije que de este entrevistado me interesa su faceta como escenógrafo, no lo conocía.
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