Entrevistas en el "Diario de Ibiza" 2001 - (sin traducción al inglés)
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Interviews in the Ibiza Journal 2001 - (without an English translation)
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Lydia Hatvany de Martínez Campos, nacida en un castillo con el título de Baronesa de Hatvany, nieta de la Duquesa de la Torre, es otra de las bellezas que llegaron a Ibiza en los años cincuenta. Alta, delgada, con unos preciosos ojos verdes, el pelo blanco largo (de joven era caoba) lo lleva en un coqueto "chignon" que le favorece enormemente. Estamos en su espacioso piso, decorado con un ligero toque japonés y como música de fondo una enigmática melodía tántrica.
"TENGO FE EN LA NUEVA GENERACIÓN IBICENCA"
Hablas el castellano con un ligero acento inglés ¿a qué es debido?
- Pasé mi infancia en Inglaterra. Mi madre que era española, se casó con un húngaro y se fue a vivir a Hungría, donde nací. Cuando estalló la II Guerra Mundial nos tuvimos que refugiar en Londres.
¿Cuándo viniste a la isla por primera vez?
- En 1954, a los diecisiete años. Vine a pasar el mes de septiembre con mi abuela, que tenía una casa preciosa en San Antonio cuando éste era un bellísimo pueblo de pescadores.
¿Qué impresión te causó?
- Un sueño total. Un mundo tan diferente, tan africano, tan poético y auténtico. En casa de mi abuela había una noria y la mula iba dando vueltas para sacar el agua. La cocina era de carbón. También me llamó mucho la atención los diferentes aromas: del mar, de las hierbas, de las flores.
El día que llegué, mi abuela me vino a buscar muy temprano al muelle de Ibiza. Llegué en el barco que traía el correo acompañada de gallinas y cerdos. Cogimos uno de los dos taxis que existían entonces y tardamos ¡tres horas! en llegar a San Antonio.
¿Tanto tiempo?
- Sí, porque parábamos en todas las casas payesas del trayecto. Había que entregar recados, recoger alguna cuerda para atar algo suelto del motor, beber unas hierbas... La carretera no estaba asfaltada, tenía la sequedad típica de septiembre y muchos baches. Viajamos envueltos en una nube de polvo, botando de un lado a otro.
Un viaje muy pintoresco e inolvidable. ¿Cuándo te instalaste definitivamente?
- Seguí viniendo todos los años de vacaciones
pero en 1970 ya me quedé a vivir con mis dos hijos Vivimos en una casa payesa que reformé, por supuesto sin electricidad. Cuando daba fiestas venían los músicos de Ibiza a tocar en vivo e ilustres artistas de fuera como Taj Mahal. Para mis hijos la isla fue un paraiso, sin ningún peligro, crecieron libres y salvajes con el cielo como techo y el campo su jardín.
Y ¿de qué vivías?
Mi pasión siempre ha sido la pintura, pero cuando mis hijos eran pequeños no podía dedicarme sólo a pintar, entonces abrí una boutique en la cuesta de la Drassaneta llamada "Azibi" (Ibiza al revés). Diseñaba todo lo que vendía y lo que agradezco mucho a Ibiza es que me dio la oportunidad de desarrollar mi creatividad con libertad. La boutique era unisex, que era una novedad en la España de entonces.
¿Cuánto tiempo la tuviste?
- Seis o siete años Posteriormente cuando mis hijos crecieron, iba a Nueva York a vender mis modelos. En aquellos años el mundo de la moda se inspiró muchísimo con las creaciones que hacíamos en Ibiza. Venían de todo el mundo a inspirarse y copiarnos básicamente.
¿Te has quedado aquí todos estos años?
- Bueno, viajo mucho pero sí, mi casa, mi base, está aquí.
¿Qué piensas de los cambios que han tenido lugar en la isla?
- Reconozco que el mundo entero ha cambiado. He seguido volviendo a Ibiza a través de estos años con una gran nostalgia de la poesía que la isla era para mi. No he querido realmente hacer frente a los cambios que no me gustan pero no se pueden ignorar porque están ahí. Veo muchísimas cosas muy feas que me dan pena porque han ignorado la belleza y el encanto que tenían. ¿Dónde están las avenidas con árboles que existían antes? Excepto la entrada de San Antonio todas han desaparecido. Las playas están muy sucias.
La hospitalidad y la gran acogida que siempre nos brindaron los ibicencos también se ha esfumado, pienso que ahora han saboteado la riqueza de su arquitectura y del campo a favor de los negocios y las riquezas materiales. Tienen la enfermedad de la "cementosis" y lo que está enterrado debajo del cemento es difícil recuperarlo.
¿Qué ideas tienes para una posible mejora de la isla?
- Desgraciadamente no veo muchas posibilidades, aunque parece que por fin han controlado un poco la edificación. Sin embargo tengo fe en la nueva generación ibicenca porque es fantástica. Han sabido aprovechar la oportunidad de estudiar fuera, de ver otros mundos y creo que les deberían dejar que tomen las riendas del destino de estas islas.
¿A qué te dedicas ahora?
- A mis pasiones. La pintura y el Reiki, un sistema japonés de sanación natural. De hecho soy Maestra de Reiki. Ahora tengo tiempo para dedicarme a tiempo completo a mis pasiones y el campo de Ibiza sigue inspirándome.
18 comentarios:
Fíjate que antes de empezar a leerte he visto la foto y me he dicho: ¡Vaya ojos!
Y lo mismo los del niño, porque se ve que los ha heredado de su madre.
Habría sido un flash para alguien que venía de Londres encontrarse con algo tan rústico.
Aunque todo tiene que evolucionar es una pena que Ibiza lo haya hecho durante tantos años a golpe de cemento.
Besos
Otro más de tus tesoros escondidos.
Lydia transmite muchas dulzura y sus ojos son bellísimos.
Que bien resumida en el término de "cementosis" la enfermedad actual de destruir la belleza con grandes construcciones comerciales. Y con lo que demora un árbol den crecer...
Besos
ASUN, así es, querida. Casi todos se quejan de la construcción desaforada que ha tenido lugar en estos últimos años... Besotes, M.
PACO CUESTA, me alegro de que los vayas descubriendo... Besotes, M.
MYRIAM, Lydia transmite mucha sabiduría de los que conocieron la isla antes del boom turístico. Besotes, M.
La cara de esa mujer es toda energía.
Impresiona mirarla.
Besos.
Cementosis padecemos, hemos padecido y la burbuja estalló.
Bellos ojos de la madre y el hijo.
No sabía lo que era un chignon.
Lydia, sangre militar y sangre de coleccionista de arte, personaje singular, sin duda. Mujer fuerte, sin duda. Y con sensibilidad artística, sin duda.
Besos
Ibiza fue fuente de inspiración para el resto del mundo, en eso coinciden todos tus entrevistados.
¡Que guapos madre e hijo!
Ojos de gato.
Yo tampoco sé lo que es un chignon, voy a buscarlo.
biquiños,
TORO, así es, toda energía :) Besotes, M.
ABEJITA y ALDABRIÑA, ja,ja... un chignon es un moño pero en más finolis... :) Besotes, M.
Yo he pensado también lo que dice Asun, lo de los ojos.
Querida Merche, veo que sigues con tus magnificas entrevistas.
Desde luego todas estas personas tienen una vida fuera de lo común y siempre bajo su percepción, haciendo con su vida lo que en realidad quisieron hacer. Respiran de una forma y otra libertad.
Un abrazo
Luz
AMELCHE, la verdad es que tiene unos ojos preciosos... Besotes, M.
ELE, ahí sigo dale que te dale con mis entrevistas :) Eran personas muy especiales, sí. Besotes, M.
Leyendo tus entrevistas dan ganas de dejarlo todo y embarcarse a ese oasis de libertad, arcadia feliz o lugar idílico en mitad del Mediterráneo, cuna de tantas culturas. Ahora es refugio de los futbolistas en época de descanso.
Un abrazo.
PANCHO, ja,ja... Ya hoy en dia no es lo mismo, querido... La arcadia feliz pasó a mejor vida y sí, ahora es refugio de los dioses actuales--los futbolistas :)
El gran musico Neil Young dice que en realidad nunca ha dejado de ser un hippy, y ciertamente quien sigue manteniendo el viejo sueño Hippy , tambien mantiene una energia, una eterna juventud y una forma de ver el mundo...
Muy interesante esta entrevista...
por cierto ¿hay algun sitio en donde se puedan ver las pinturas de Lydia?...
Saludos
FOLK, gracias de nuevo por tu visita y sí, hay algunos ex-hippies como el canadiense Neil Young que lo siguen siendo. Siempre me encantó su "I'd be a Miner for a Heart of Gold". De las pinturas de Lydia no tengo idea dónde se puedan ver, quizá Carlos Martorell sí lo sabe aunque creo que ella pintaba más bien para ella y los suyos, o sea no para exponer. Besotes, M.
Me gusta mucho cómo esta gente, con inquietudes artísticas, buscaban la forma de ganarse la vida en aquella isla intentanto no olvidar lo que llevaban dentro.
Besos.
PEDRO, así es. Muy artísticos todos... Besotes, M.
un abrazo de tu primo Leopoldo. martinezdecamposleopoldo@gmail.com
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