"Las ocho o diez mesas de la estancia estaban ocupadas por hombres que jugaban a cartas y bebían, en medio de un ambiente de humo y olor a vino. Apenas habían tomado asiento cerca del mostrador, atendido por un tabernero de fuerte y encrespado pelo gris, cuando se abrió la puerta y aparecieron cuatro individuos. Tres de ellos eran barbudos y de gesto agresivo. El cuarto, con abrigo oscuro entallado y aspecto distinguido, llevaba el pelo muy largo para la época y sombrero de fieltro negro con el ala levantada por delante. Atado a una finísima cadena, traía de la mano a un perro muy pequeño de color marrón.
"El hombre de pelo largo tenía la tez aceitunada, grandes ojos negros de mirada triste, y su bigote, con las guías hacia arriba, resaltaba el gesto desdeñoso de sus labios.
"Los jugadores interrumpieron en el acto las partidas para saludar a los recien llegados. Juan Antonio observó que contemplaban con admiración al hombre de la melena. Por encima de los efusivos saludos, Rogelio pudo decir a Juan Antonio:
"--Éste es el famoso periodista Felipe Nero. Es hijo de un anarquista italiano, pero su madre era madrileña. Por escribir unos artículos revolucionarios en un periódico de Madrid, Felipe pasó año y medio en la cárcel. Luego lo expulsaron de España, y vivió varios años en el extranjero.
"Felipe Nero no había perdido el tiempo. Visitó, en las principales capitales de Europa, los centros revolucionarios más importantes, especialmente en Bruselas y París, donde había entrado en contacto con destacados dirigentes de la política vanguardista y renovadora de las ideas sociales que creían haber dado con fórmulas infalibles para la mejora de la humanidad. Ahora que le habían permitido entrar en España, pensaba dedicarse más que nunca a difundir las enseñanzas que había recibido en el exilio.
"Aquella misma noche, "El Herrerillo" se enteró, escuchando a Nero, de que muchos hombres y mujeres sentían la necesidad de dar un revolcón al mundo que, según ellos, estaba pésimamente organizado, y de que, para mejorarlo, había que empezar por destruir todo lo existente.
"Tras ese primer encuentro con los nihilistas, Juan Antonio siguió asistiendo a las reuniones, y se volvió taciturno y soñador. No acudía con tanta frecuencia a la fragua de Juan Bravo, faltaba a las clases de la Universidad, y algunos días se quedaba en la cama con los ojos fijos en el techo o leyendo los libros que le traía Rogelio: "La historia del bolchevismo" de Popof; "Stalin" de Trotski; "Memorias de un bolchevique", de Piadnitsky... La mayor parte de esos libros habían sido publicados recientemente por editoriales de Madrid y Barcelona. Aún no había llegado a manos de "El Herrerillo" "El capital" de Carlos Marx, ni tampoco otros libros clásicos de la lucha social." (Continuará)
(NOTA MIA: Me extraña que en aquellos años franquistas esos libros fueran publicados por editoriales españolas... ¿Será que mi tía en estos últimos capítulos ya tenía 90 años y se le iba un poco la olla?)
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NEW FACTS ON THE "LITTLE BLACKSMITH" (3)
"The eight or ten tables of the room were occupied by men playing cards and drinking in a smoke-filled and wine-smelly environment. Rogelio and Juan Antonio had just sat at the bar, attended by a greyish, very curly-haired barman, when the door opened and four men appeared. Three of them were bearded and looked aggressive. The fourth, with a well tailored dark coat, seemed more distinguished. He had very long hair, unusual in those times, and a black felt hat with its front brim pushed upwards. Tied to an extremely fine leash, he led a little brown dog.
"The long-haired man had olive-coloured skin, sad-looking huge brown eyes and his mustache with the ends pointed up, revealed a scornful gesture in his lips.
"The card players immediately interrupted their games in order to greet the newly-arrived. Juan Antonio observed how they looked at the long-haired man with great admiration. Above the effusive greetings, Rogelio managed to tell Juan Antonio:
"--He's the famous journalist Felipe Nero. He's the son of an Italian anarchist, although his mother was from Madrid. Due to having written some revolutionary articles in a Madrid newspaper, Felipe spent a year and a half in jail. Afterwards, he was deported from Spain and lived several years in foreign countries.
"Felipe Nero hadn't lost time. He visited the most important revolutionary centres in various of the main capitals of Europe, especially in Brussels and Paris, where he had come into contact with outstanding leaders of the avant-garde politics and renewed socialist ideas who thought they had hit the nail with infallible theories for the advancement of humanity. Now that he had been allowed to enter Spain, he was convinced more than ever, to spread the teachings he had learnt while in exile.
"That same evening, the "Little Blacksmith" found out, listening to Nero, that many men and women felt the need to turn the world around, which in their opinion, was extremely badly-organized and that in order to improve it, they had to start by destroying all that existed.
"After that first contact with the nihilists, Juan Antonio continued to assist their meetings. He became taciturn and dreamy. He didn't go that often to Juan Bravo's forge, he missed lectures at the University and many days he would stay in bed looking at the ceiling fixedly, or, reading the books Rogelio brought him: "The History of Bolshevism" by Popov; "Stalin", by Trotsky; "Memories of a Bolshevik" by Piadnitsky... Most of those books had been recently published in Madrid and Barcelona. "The Capital" by Charles Marx hadn't yet reached Juan Antonio's hands nor other classics of social upheaval." (It will continue)
(MY NOTE: It's strange that those revolutionary books could've been published in Spain in those Franco years. I think that my aunt, in these last chapters, was ninety and slightly off her noddle...)
6 comentarios:
Si.
Es raro.
Quizás fueran ediciones anteriores a la guerra civil y que circularan de forma clandestina.
Besos.
Jaja, supongo cari, que en aquella época todavía no eran conscientes de la "conjuración judeo-marxista" y pensaban que aquellos libros no eran sospechosos. Además ya sabes que al régimen franquista y a los censores que eran todos curas, le preocupaba más que no hubiera pollas y tetas que mensaje político..
Que pena, cari, que aquellas ideas liberadoras y relucionarias, esa ansia de libertad y de reparto igualitario de la riqueza, haya devenido en regímenes comunistas corruptos, criminales y hereditarios, pues el fracaso de la revolución social nos ha traído esta dictadura derechosa y capitalsta que está hundiendo al mundo...
Tú tía no sé si era visionaria, pero era genial, no se le escapaba nada..., una mujer de su tiempo ¡cómo tú misma!.
Bezos
Como le lavaron el cerebro al herrerillo! Lo de los libros sería cuestión de averiguar. Tampoco le pidamos a esta honorable dama, con 90 años, un absoluto rigor histórico.
Me alegro que te haya gustado la receta.
BESOTES HERMOSA!
TORO, puede que así fuere... Besotes, M.
THIAGO, pues sí, los penes y los senos eran MUCHO más peligrosos para la dictadura... ¡Gracias por el piropo, cariñín! Besotes, M.
STANLEY, gracias. Tienes razón, mucho rigor histórico no le podemos pedir a la pobre... Besotes, M.
MERCHE, esto es lo que comentó PEDRO en la segunda de mis entradas sobre la censura: algunas editoriales sudamericanas (pero con capital español) imprimían en España los libros que no se podían vender con sello español.
Por otra parte en la próxima entrada mía de esta serie, que ya será después del condumio, hay alguna alusión a una editorial mejicana que se instaló en España. Esto podría explicar lo que dice tu tia, y puede que no sea que se le iba la olla.
Besos.
PD: Por cierto, esta entrada tuya no se me había actualizado en mi blog.
Me peto con Thiago...
y también con tu nota final.
Me sorprende este capítulo en el conjunto.
Asombroso.
Qué bien describe esta mujer. Me admira una vez más.
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