Hoy he leido la entrevista a Manuel Borja-Villel, nuevo director del Reina Sofía, en "El Pais Semanal" y me ha maravillado, el hecho de que ser el hijo de un paleta de la construcción, a través de su esfuerzo (con la ayuda de su padre que quería que estudiase y le ayudaba con sus estudios) consiguiera becas para estudiar ¡hasta en la Universidad de Yale! Tambien me he percatado que muchos de mis bloggers, profesores universitarios o periodistas proceden de familias humildes que nunca tuvieron la oportunidad de estudiar y sin embargo lo sacrificaron todo para que sus hijos tuvieran una educación y salieran adelante. Quiero hacerles un homenaje a través de tres personas que se cruzaron en mi vida y que admiro profundamente.
NARCISO, era nuestro chófer cuando llegué a España y trabajé para Commander John Rigge, ex-Attaché Naval de la Embajada Británica que a la sazón era el director de la Hawker-Siddeley (compañía aeronáutica inglesa que hizo el "Concorde" con Francia) para España y Portugal. Narciso era un hombre amargado, triste (supongo que uno de los perdedores de la guerra), casado con dos hijas. Pasados los años, nos vimos y me enteré que sus dos hijas, una era médico y la otra catedrática. Narciso rebosaba de felicidad y orgullo.
JUANA, la conocí en Canada. Era catedrática en la Universidad de Ottawa. Me contó que era hija de albañil y asistenta, que cuando estudió en un colegio religioso de Madrid, tenía que llevar un uniforme diferente a las demás niñas y que tenía que entrar por una puerta trasera diferente a las otras; (no me lo podía creer...)
Sin embargo ganó una beca Fulbright, estudió en Estados Unidos y ahí estaba, de catedrática.
VICENTE, trabajaba en la ONET (Oficina Española de Turismo) en Toronto, era compañero de Juana. Estaba exiliado en Canada y había sido una persona importante del partido comunista español. De hecho creo que el era el número dos despues de Carrillo. Me contó que fue analfabeto hasta los 22 años, que durante la guerra civil tuvo que comer hierba porque no había nada mas... A esa edad entró a trabajar como criado en la casa de un marqués. El marqués (que ahora no me acuerdo quien era pero se merecería una estatua) vió que el chico era espabilado e hizo que le enseñaran a leer y escribir. Vicente aprendió. Se leyó toda la biblioteca del marqués, convirtiéndose en un verdadero erudito.
I'M TOO TIRED TODAY TO WRITE IT IN ENGLISH. I WILL WRITE IT TOMORROW.
BELÉN 37
Hace 10 horas
17 comentarios:
Yo soy un ejemplo de lo que dices.
Siento que estés cansada. Pasea, duerme.
Besos.
Tienen razón los que reivindican la cultura del esfuerzo, como garantía para superar los condicionamientos que impone la cuna y la fortuna (mala). Nuestras vidas están sensibilizadas por personas que se han hecho a sí mismas y han logrado alcanzar cotas impensables de no haber sido por su inteligencia, su tenacidad y su empeño en demostrar a los demás lo que valían. Un brindis por ellos, porque son excepcionales y testigos de una época que quizá se fue (¿para siempre?). Cuando ahora miro a mi alrededor y percibo los carrerones y los fortunones que se hacen al socaire de la política, de la especulación y de la trampa, me llevo las manos a la cabeza pensando que se ha invertido la jerarquía de valores. De la cultura del esfuerzo a la cultura del pelotazo. ¿Estaré engañado, seré miope, acaso tendencioso?. Por favor, decidme que me equivoco y que todavía ser esforzado y honesto merece la pena. Un abrazo
PEDRO, lo sé. Por eso te dedico este merecido elogio. Besotes, M.
FERNANDO, sí, vivimos en una época falsa donde el poderoso Don Dinero está por encima del esfuerzo, la tenacidad de personas inteligentes, honestas que han triunfado por sus propios méritos. Espero que éstos últimos sean los válidos y que nuestro país siga adelante y prosperando gracias a ellos y no de los espejismos del dinero fácil y del pelotazo. Besotes, M.
Tres ejemplos realmente aleccionadores. Cuatro contando a Pedro.
Mucha gente de nuestra generación, hijos de una posguerra, dura, gris y triste sobre todo si eras del bando de los perdedores, pudimos estudiar a base de becas. Para que te las renovaran la media tenía que ser superior a 7. Los estudiantes "normales" podían seguir sus estudios con un aprobado, los becarios teníamos que sacar notables para poder continuar.
En fin, aunque maestra de primaria, actualmente jubilada no por edad sino por salud, fui hija de una familia muy humilde con unos padres mayores y el padre mutilado de guerra. Ni en sueños la gente creía que pudiese estudiar y gracias al empeño de ellos lo hice.
Lo que dices de las monjas era común. Vivía en un pueblo y me ofrecieron ser residente "pobre" en un residencia monjil. Mi padre dijo que ni hablar. Me subía. cada día, al cohe de línea y a la capital.
Besos.
Fernando: pienso lo mismo, palabra por palabra o como decimos aquí "fil per randa". Merece la pena.
Un abrazo.
Lo de entrar por otra puerta trae el recuerdo de la serie Raíces.
El hombre que comía hierba y se leyó la Biblioteca del Marqués es INDESCRIPTIBLE
(Una buena persona, mientras haya uno, el mundo se salvará , ¿no?)
ANTONIA, intuía que tu caso era igual que el de Pedro y de los amigos que he comentado en mi post. Sois personas maravillosas que os mereceríais un monumento. Vosotros y vuestros padres. Besotes, M.
Mis padres, los tuyos, la mayoría siempre han querido para sus hijos lo que a ellos no pudieron ofrecerles. Merche, mi pasión frustrada fue la Arqueología, me encanta, soy autodidácta, llegué a saber identificar restos arqueológicos en especial cerámicas solo por la textura y forma.... pero mi padre nunca tuvi dinero para que yo me fuese a estudiar a Sevilla...me quedé en la Escuela de Magisterio (a 24 km de casa)... mis padres tenían que hacer muchos números para poder llegar a fin de mes a cuentas de mis estudios. Un beso
TUCCI, ¡Otro ejemplo! A veces debido a las circunstancias no podíais estudiar lo que queríais. Pero, a decirte verdad, igual estás mejor donde estás porque de la arqueología igual te hubieses muerto de hambre... De todas formas, aun eres joven y como eres autodidacta puedes un dia llegar a ejercerla aunque sea como "hobby". Besotes, M.
Bueno, yo tampoco pude hacer periodismo (que se estudiaba entonces en Valencia, privado, o en Madrid y Barcelona, público), así que acabé haciendo Filología inglesa en la Universidad de Alicante, que era la más cercana. Pero, sinceramente, pienso ahora que periodismo no me habría gustado tanto, ni me habría dado la oportunidad de vivir en el extranjero durante un tiempo (con becas del MEC para auxiliares de conversación de español, porque mis padres tampoco me podían pagar cursos en el extranjero), ni lo habría disfrutado tanto.
Juana, Vicente y Narciso se merecían este homenaje y todas las personas como ellos, también!! Admiramos profundamente a la personas que no se resignan a las malas condiciones que le tocaron y que por sobre todas las cosas, son generosas. Porque fueron generosos con sus hijos. Tienen nuestro respeto y admiración.
CHUQUIS, ¡menos mal que ha salido vuestro comentario! porque al principio no había salido. Sí, los Narcisos, Juanas, Vicentes, Pedros, Antonias, Tuccis y sus progenitores son las personas que valen la pena, dignas de admiración y de respeto. Gracias por vuestro comentario. Besotes, M.
Tres ejemplos dignos de admiración.
Que bueno.
Besos.
TORO, pues si. Besotes, M.
BIPO, al final, no sé lo qué he hecho pero tu comentario se ha publicado. Sí, con tal de que exista una persona buena en el mundo, seguro que nos salvamos... Besotes, M.
AMELCHE (ANA) Ves, no hay mal que por bien no venga. Besotes, M.
Hola, MERCHE, soy el Manza, para que veas que te visito. Siempre he creído que es esfuerzo personal de la gente humilde es la que hace avanzar a la humanidad.
Aprovecho para decirte que en mi blog (Fuego en la Catedral) ha descargado un amplio comentario la Asociación de Bomberos. Como sé que te gusta informarte hasta los tuétanos de las cosas, léelo, que no defrauda. Un saludo, El Manza.
MANZA ¡Qué alegría leerte de nuevo! Yo tambien estoy contigo, la gente que ha logrado salir adelante por sus propios medios son los que nos dan esperanza de un futuro mejor. Son admirables.
Allá voy a ver los comentarios de los bomberos... Besotes, M.
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