"Aunque la plantilla de servicio del pabellón de la Exposición era independiente de la del restaurante, el dia de la inauguración fue tormentoso.
La apertura del pabellón iba a ser por la tarde, y, ya desde el dia anterior, Larrabeiti, responsable de la explotación del restaurante, se venía ocupando de disponer mesas, sillas, manteles, vajillas y todo cuanto era preciso para recibir a los invitados. Pero, bien fuera por un exceso de confianza en el tiempo disponible o por un mal entendido, la cuestión fue que se encontraron con que los preparativos para el "lunch" iban muy retrasados.
Una hora antes de la inauguración, Larrabeiti se presentó en la rue de La Tremoille como una tromba, sofocado, apoplético, seguido de dos chicos cargados de cestos grandes llenos de panecillos, paquetes de embutidos y latas de conservas.
--Para dentro de una hora tenéis que preparar ochocientos bocadillos.
La orden cayó como una bomba. Hubo consultas entre los empleados. En una hora no había tiempo material para hacer ochocientos bocadillos. Así se lo comunicaron al patrón. Éste, que regularmente era un hombre tranquilo y pacífico, montó en cólera.
--He dicho que hay que hacer ochocientos bocadillos--gritó ronco de rabia--, ¿habéis oido? Ochocientos bocadillos. Ni uno más, ni uno menos.
Todos estaban aterrados ante el inusitado comportamiento del eibarrés, pero, en lugar de seguir protestando, decidieron sacar fuerzas de flaqueza y poner manos a la obra.
Sobre una mesa de la bodega fueron colocando a toda prisa lo que iban sacando de los cestos y, sin perder un minuto, empezaron a trabajar. Miguel (nota mia: mi tio Luis) cortaba en dos los panecillos, el cocinero los cubría con mantequilla o "foie-gras", María (nota mia: mi tia Lolita)introducía dentro de los panes las lonchas de jamón, las rodajas de chorizo, etc., que había ido preparando una de las muchachas de Régil. Mientras la mujer del cocinero iba envolviendo los bocadillos en papel de seda, el botones los colocaba dentro del cesto. El ritmo era endiablado. En aquella bodega mal iluminada y sin ventilación, se empezaba a respirar mal. De las frentes brotaban gruesas gotas de sudor que resbalaban por las mejillas, pero no había tiempo ni para secárselas con el pañuelo.
Miguel era el animador del equipo. Una broma o una frase oportuna provocaba la risa y aligeraba el ambiente. De vez en cuando, aparecía el patrón que sacaba botellas de las estanterías y las colocaba en cajas para llevarlas arriba, sin dejar de espolearles.
--¡De prisa! ¡De prisa! ¡Ya se acerca la hora!
Cuando estaban a punto de dar fin a la tarea, se oyó arriba, en la boca de las escaleras, la voz de Mimí, una de las francesas, que gritaba.
--Le taxi! Le taxi! Le taxi est arrivé!
Aquello fue el último latigazo. Envolvieron en papel de seda los últimos bocadillos y los metieron todos atropelladamente en los cestos. El cocinero y Miguel cargaron con ellos y los llevaron arriba donde esperaba el taxi. Cuando éste se puso en marcha con los bocadillos, con las botellas y, sobre todo, con el eibarrés, los que quedaron en la puerta lanzaron un resoplido de satisfacción."
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In this chapter my great-aunt recounts how they had to make eight hundred sandwiches in ONE hour. They set up a long table downstairs, in the bar section of the restaurant, and as if they were chain-factory-workers everyone did their part, my uncle "Miguel" cut the bread, the chef spread the butter or foie-gras, my aunt "María" placed inside the salami, cheese or whatever, which had been prepared beforehand by one of the waitresses, the chef's wife wrapped them up in a special sandwich wrap and the bell-boy put them inside two huge baskets. They did this at a frantic speed. This made them perspire but couldn't even stop to wipe it off! Larrabeiti, the big boss--owner of the restaurant-- hurried them up saying the hour was nearing... Finally, one of the French waitresses called from upstairs saying the taxi (that had to take the sandwiches to the inauguration of the World Fair which restaurant was managed by Larrabeiti) had arrived. They hurriedly placed the last sandwiches, in any old way, in the baskets. My uncle and the chef took them upstairs. Once they saw the baskets, the wine cases and Larrabeiti inside the taxi, they all sighed deeply and gratefully.
BELÉN 37
Hace 11 horas
22 comentarios:
Ves como si se podía...
Besos.
Este relato tendrían que leerlo alguns propietarios de bares o restaurantes.
No digo yo que se tenga que ir a 800 por hora pero es que hay veces en las que entre plato y plato te daría para escribir el Quijote.
Un beso, Merche.
PT/ Te he mendado un mail con la respuesta de Lápices. Lo tienes en gmail.
¡¡Ochocientos bocadillos en una hora!!
Eso sí, supongo que serían bien españoles los bocadillos...
Besos.
¿Desde cuándo a unos vascos comm'il faut les arredra cualquier dificultad para demostrar lo que son capaces si de gastronomía se trata?. Antes se derretirá el Artico, las aguas del Amazonas dejarán de fluir, los bosques de la taiga perderán la hoja... todo puede ocurrir, pero que unos vascos que se proponen hacer 800 bocadillos no los hagan en el tiempo debido y mientras se lo montan en un ambiente de humor y francachela...eso jamás ha ocurrido ni ocurrirá. Nada es imposible para un vasco que esté decidido a lograr la imposible. Y eso que no eran del mismo Bilbao, que si no, en lugar de 800 les salen 8.000, pues. Un abrazo, Merche.
Esto parece el "Qué apostamos"... jajajajajaja
Ya veo a Ramón García diciendo aquello de "la familia y empleados de Larrabeiti, se apuesta, fíjense bien, que es capaz de preparar 800 bocadillos en una hora"
Apreciada Merche...
A eso se le llama trabajar en equipo para una finalidad en común.
Sigo leyendo.
Un abrazo
En cuanto al pintor Patricio Court no lo conozco. Pero hablé con un amigo de Santiago el cual me dijo conocerlo. Lo remití a tu página. Aunque hoy he hablado con el y me ha comentado que no pudo ubicarlo. A veces el pensamiento da buenos resultados.
TORO por supuesto, como dice mi querido FERNANDO MANERO más abajo. A los vascos no hay tarea que nos arredre si de gastronomía se trata... Besotes, M.
ANTONIA P. ¡lo que me estoy riendo con vuestros comentarios! Hay algunos restaurantes que son de lentos... Te entiendo, querida. Besotes, M.
PEDRO eran de jamón y de chorizo...bueno, y de latas de conserva que mi tia no especifica... Besotes, M.
FERNANDO MANERO ¡lo que me he reido! Tienes toda la razón del mundo. ¡Somos unos bestias! Besotes, M.
BIPO no ha entrado en el Guinness de pura chiripa y porque en esos años ¡ni sabían lo que era el Guinness! Besotes, M.
JAN PUERTA ¿a que parecía un equipo de fábrica de complementos o como se diga?
Pues, mira, que lo de Patricio Court ha sido milagroso... Estaba segura que tu habías dado con él. Quizá tengas razón y ha sido telepatía pura... Gracias de todas formas, querido, por tu gestión. Besotes, M.
Pues en el guinness deberían estar, seguro que nadie más ha preparado tantos bocadillos en una hora. :-)
AMELCHE creo que en esos años NO existía el Guinness de los collons... Si no, seguro que entran. Besotes, M.
uf...bocadillos...me recordó tu relato...este año cuando en el claustro aprobamos dar un desayuno andaluz...pan, aceite y jamón....tuvimos que abrir 450 bollitos....me imagino el plantel de losde tu relato...saludos
Transpiré con ellos. Y conste que no cobré salario...
TUCCI debió de ser agotador... Besotes, M.
MARCELO ¡pobre! ¿tambien transpiraste y ni siquiera cobraste? Cómo son las cosas... Besotes, M.
al menos no los pidio de tortilla de patatas jeje.
que stress, eso es gente trabajadora y no como algunos camareros que tenemos por aqui, que tardan 1 hora en traerte un platito de patatas fritas.
un beso merche.
METIS sí, ja,ja, menos mal que no eran ¡de tortilla de patatas! Besotes, M.
ajaaj por dios que agobio... ¿Pero irían 800 fijo, ni uno más ni uno menos? jaja
Bezos
¡Eso sí que es trabajar contrareloj!
Imagínate que en vez de bocadillos hubieran sido 100 tortillas de patata... Jajaja.
Me encantan la historias de tu tía.
Besazos, corazona.
900 Saludos, Merche
THIAGO fijo. Ochocientos. Ni uno más ni uno menos... Besotes, M.
ISABEL como le digo a METIS, sí, menos mal que no fueron tortillas de patatas... Besotes, M.
MIGUEL, perdona me olvidé de tus 900 saludos. ¡GRACIAS! Besotes, M.
Loved the photos of Cartagena, and '800 bocadillas'. Ahh the power of unity, and harmony.
that would be bocadillo!!!!!!!
JOHNNIS, yeah, that was quite a job! I'm glad you liked the pictures!! It's good to read you once again in my "homey" blog. Besotes, M.
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