lunes, 13 de diciembre de 2010

UN HERIDO EN LA MINA


EXPLOSIÓN EXAGERADA, PERO EXPLOSIÓN AL FIN Y AL CABO

EXAGGERATED EXPLOSION, BUT EXPLOSION NEVERTHELESS


"Muy de madrugada, Miguel fue despertado por un obrero que venía de Zomel.  A un minero le había explotado un cartucho de dinamita en la mano, que había quedado destrozada.  También tenía heridas en el pecho y en la cara, y se temía que quedase ciego.

Avisaron a Bernardo Reduño, el cual, además del camión, tenia un taxi, para que sacara éste del garaje.  Había que ir a recoger al herido.  Antes de partir para Zomel, comunicaron la desgracia a la mujer del obrero, que comenzó a dar gritos y alaridos asomada a la ventana de su casa.  Todo el pueblo despertó y, como de costumbre, salió a la calle.

Una vez en Zomel, colocaron al herido tumbado en el asiento de atrás, entre mantas y almohadas.  Su mujer, con el niño de dos meses en brazos, se acurrucó a los pies de su marido, mientras Miguel se sentaba al lado de Bernardo.  Esta vez, nadie les importunó ni intentó colarse en el taxi, y pudieron trasladarse a Córdoba cómodamente.

Había que pasar por Pozoblanco, por lo que el viaje resultaba bastante largo.  Además, el motor del taxi funcionaba con gasógeno, y se veían obligados a detenerse de vez en cuando para aprovisionarse de leña.  En una de estas paradas, en la que aprovecharon para comer, vieron en los cristales de las ventanas de la tasca, escritos con una sustancia blanca, varios letreros en vascuence alusivos a Euzkadi.  Según les dijeron, durante seis meses había trabajado allí un batallón de prisioneros vascos.  Hacía quince días que los habían trasladado a las minas de Almadén.

Cuando llegaron con el herido al hospital de Córdoba, el primer diagnóstico fue pesimista.  Los médicos dijeron que, aunque se salvase, había muchas probabilidades de que quedase ciego.  Al oir esto, su mujer, que no tenía más que dieciocho años, empezó a sollozar y a dar gritos, entristeciendo a los que la rodeaban.  Miguel, angustiado, la instaló en una pensión para que pudiese ver a su marido todas las tardes.

Al anochecer de aquel mismo día, cuando pasaba por delante de una pequeña feria, Miguel creyó soñar cuando vio a la mujer del minero, con el niño en brazos, sentada en un caballo del tiovivo, dando vueltas entusiasmada.

Afortunadamente, no llegó a cumplirse por completo el pronóstico de los médicos.  Miguel supo más tarde que el obrero recobró la vista y que, debido a que la mano le había quedado inútil, el matrimonio se vió muy satisfecho con el seguro que cobraban todos los meses, lo cual, añadido al producto de las ocho cabras y los doce olivos que poseían, les daba para vivir desahogadamente.

Miguel, después de haber dejado al herido bien atendido en el hospital y a su mujer con el niño en la pensión, montó en el taxi en las Tendillas, sin la menor sospecha de que otro susto le esperaba cuando llegase a Candera".

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A WOUNDED IN THE MINE

Very early one morning, Miguel was awakened by a worker coming from Zomel.  A miner had been wounded when a dynamite cartridge he was handling, exploded, destroying his hand.  He also had wounds in his chest and face and it was quite probable he would lose his eyesight.

They asked Bernardo Reduño who, besides the truck also owned a taxi, to take it out of the garage in order to pick up the wounded miner.  Before leaving for Zomel they informed the worker's wife of the accident.   Sticking her head out of a window she screamed and howled which of course, as always, awoke everyone and the whole town came out onto the streets.

Once in Zomel, they laid down the miner in the back seat, protected by blankets and pillows.  His wife, with their two-month-old baby in her arms, huddled at her husband's feet while Miguel sat next to Bernardo.  This time no one bothered them or tried to sneak in so they had a relaxed drive to Córdoba.

However, since they had to pass by Pozoblanco, the trip was long.  Besides, the taxi's engine ran on hydrogen fuel which made them stop time and again to gather wood.  In one of these stops, where they also had lunch, they saw in the windows of the restaurant, written in a white substance, various Basque frases referring to the Basque country.  They were informed that during six months a battalion of Basque prisoners had worked there. Fifteen days ago they had been taken to the Almadén mines.

When they arrived at Cordoba's hospital, the first diagnosis was pessimistic.  The doctors said that, although he would live, it was quite probable that he would become blind.  When his wife, who was only eighteen, heard this, she stared to sob and scream, saddening those around her.  Miguel, distressed, settled her in a boarding house where she could visit her husband every afternoon.

That evening, when Miguel went by a local fair, thought he was dreaming when he saw the miner's wife, with the baby in her arms, happily and thrilled sitting on a horse of a merry-go-round.

Fortunately, the doctors' diagnosis wasn't so drastic.  Miguel later found out that he recovered his eyesight and, due to his disabled hand, the couple were very happy with the insurance money they received every month, which together with the products of the eight goats and twelve olive trees they owned, allowed them to enjoy a comfortable life.

Miguel, having left the miner in good hands at the hospital and his wife at the boarding house, got on the taxi at Tendillas, without the slightest suspicion that another shock was awaiting him in Candera".

17 comentarios:

Paco Cuesta dijo...

Siempre pagan los mismos.

Thiago dijo...

jaj Bueno, cari, aquí se le ve un poco el plumero a tu tía... ¿que le pagaba el seguro una pensión para vivir desahogadamente? Eso no me lo creo yo, ajaj Lo mas probable es que el tío acabara por Córdoba pidiendo con la mano que le quedaba buena...

Y lo de que a pesar del asunto tan triste, la mujer estuviera en el tiovivo con la niña divirtiéndose qué querrá decir? Que nos quiere decir ahí la autora..? Venga, los que desentrañasteis el quijote, dadme una explicación, jaaja.


Bezos.

Bezos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

La minería siempre ha sido un lugar de dolor, sin duda. Cuando hay salarios altos, ni siquiera compensan el riesgo. Pero, además, suele ocurrir que los salarios son de miseria.
Por cierto: sí que has exagerado la explosión con tu ilustración, sí.
Besos.

Myriam dijo...

Que sustos se pega el pobre Miguel y que buen corazon, preocuparse asi por el herido y su mujer y BB.

Fue una desgracia con suerte, dentro de todo.

Besos

Anónimo dijo...

Al menos fue una explosión con suerte. El pobre minero quedó con una mano inutilizada, pero hasta podría haber perdido la vida...
Miguel no gana para sustos!!!

MUCHAS GRACIAS POR TODO!!

BESOTES HERMOSA Y BUENA SEMANA!

TORO SALVAJE dijo...

Pobre Miguel.
De susto en susto.

Besos.

Merche Pallarés dijo...

PACO CUESTA, desgraciadamente... Besotes, M.

THIAGO, mi tía era bastante "snob" sí. Tampoco me pareció raro que la joven (al fin y al cabo tenía 18 años) disfrutara del tiovivo con su bebé. Estaría descargando energías que para la "moral" de la época era chocante. Lo de su vida holgada pues puede que sí, dentro de su modus vivendi que NO era de lujo, ni mucho menos. El seguro de la mina (no olvidemos que era bilbaina) tendría su buena cobertura para estos casos. Besotes, M.

PEDRO, así es. Salarios de m....a. Pobrecitos. La foto es que no encontré otra de una explosión más pequeña... Te juro que la busqué pero no la encontré. Besotes, M.

MYRIAM, mi tío era una bellísima persona, muy sensible y buenazo. Por cierto, mi querida, no te he dicho lo mucho que estoy disfrutando del libro que me regalaste "Maridos" de Ángeles Mastretta. Es genial. Besotes, M.

STANLEY, al final, sí. Salió bien parado al no perder la vista, por lo menos. Muchos besotes mi querido, M.

Merche Pallarés dijo...

TORO, tu comentario entró despues de mis respuestas. Sí, pobre Miguel de susto en susto... Besotes, M.

Asun dijo...

Más vale que la explosión no fue del calibre de la de la foto, porque si no desaparece Zomel, Candera y Córdoba entera.

No había oído nunca lo del gasógeno. Siempre aprendiendo cosas nuevas.

Besos

pancho dijo...

what is really strange is they had to stop to gather wood 'cause their taxi used hydrogen fuel.

Maybe there's a
smaller explosion here. At least it's not an atomic one.
Hugs

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

La mineria...siempre con la muerte y el accidente acechando a sus pies. Estupenda narracion, querida Merche.

Besos.

Merche Pallarés dijo...

ASUN, como digo es que no encontré otra... (aunque veo que PANCHO me linkea una pero no he podido acceder) pero, sí, ja,ja... si hubiera explotado la de la foto desaparece toda ¡Andalucia! Lo del gasógeno, como comprenderás, menos idea tenía yo... Muxus, M.

PANCHO, I don't know if I translated "gasógeno" correctly because there is no direct translation for that word. Thanks for the link but I was unable to open it. I'll try later. Besotes, M.

CORNELIVS, así es. Trabajo muy duro. Besotes, M.

Antonio Aguilera dijo...

Menos mal que no quedó ciego el pobre hombre. Aunque sí como Cervantes, pero al contrario de éste, con una paga por invalidez.

Las minas siempre han originado tragedias. Se salveron los de Chile, pero a los pocos días murieron en Australia. De China para qué hablar, allí mandarlos a las minas es como mandarlos al corredor de la muerte.

Puse tu correo en manos del matasanos de cabecera. Coinciden en el segundo punto; me explicó lo que era aquí la ablation, pero en mi caso no es necesario: ni la otra acepción de la palabra tampoco que uno es mu macho jajaja.

Muchas gracias y muchos besos

Abejita de la Vega dijo...

Mal trabajo el de las minas, todas.Cuántas vidas humanas se han cobrado, qué caro resulta el mineral, adobado de miedo, sudor, lágrimas, enfermedad...

Besos

Merche Pallarés dijo...

ANTONIO AGUILERA, sí las minas siempre han sido unas tumbas para muchos. Pobres.
Me alegro de que no necesites la "ablación" y el "sintrón" ese esté bajo control. Te quería traducir la parrafada más larga que me mandó mi hermano pero ¡no la encuentro! La buscaré con calma o le pediré a ASUN que es mi experta informática de cabecera que me ayude :) Besotes, M.

ABEJITA, como le digo a ANTONIO minas = tumbas. Horrible. Besotes, M.

GRACIAS MIS QUERIDOS

Teresa dijo...

JAJAJAJAJAJAJA
Es que Thiago es genial

Merche Pallarés dijo...

BIPO, sí, es un caso... Besotes, M.