Capítulo LXXI de nuestra lectura colectiva en el blog "
La Acequia" de Pedro Ojeda Escudero (sin traducción al inglés).
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Chapter 71 of our joint reading in Pedro Ojeda Escudero's blog
"La Acequia" (without an English translation).
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Quijo y Sancho siguen su camino hacia la aldea. El primero triste por haber sido vencido pero alegre "...el considerar en la virtud de Sancho, como lo había mostrado en la resurrección de Altisidora...". Sancho no iba nada alegre porque la engatusadora Altisidora no le había regalado las camisas prometidas.
"Soy el más desgraciado médico...que con firmar una cedulilla de algunas medicinas, que no las hace él sino el boticario..." es pagado por ello mientras que a Sancho "...a mi la salud ajena me cuesta gotas de sangre, mamonas, pellizcos, alfilerazos y azotes, no me dan un ardite. Pues yo les voto a tal que si me traen a las manos otro algún enfermo, que antes que le cure me han de untar las mías..." Sigue con sus refranes.
Quijo le da la razón diciéndole "...halo hecho muy mal Altisidora en no haberte dado las prometidas camisas..." Y, "puesto que tu virtud es gratis data...", que él le pagara por los azotes del desencanto de Dulcinea. Sin menospreciar a los médicos, le sugiere que se azote "...luego y págate de contado y de tu propia mano, pues tienes dineros míos."
Sancho abre los ojos como platos al oir ésto y sigue una disquisición sobre los dineros que pueda recibir. Hace unas cuentas de lo más estrambóticas llegando a la suma de "ochocientos y veinte y cinco reales. Éstos desfalcaré yo de los que tengo de vuestra merced, y entraré en mi casa rico y contento, aunque bien azotado, porque no se toman truchas..., y no digo más."
Quijo queda maravillado de su oferta azotíl. "--¡Oh Sancho bendito, oh Sancho amable! y cuán obligados hemos de quedar Dulcinea y yo a servirte todos los días que el cielo nos diere de vida!" Si Dulci recupera su belleza debido a sus azotes, ese será su mayor triunfo y hasta le ofrece pagarle ¡cien reales mas!
Sancho decide azotarse en cuanto se haga de noche. "Llegó la noche, esperada de don Quijote con la mayor ansia del mundo, pareciéndole...que el dia se alargaba más de lo acostumbrado, bien así como acontece a los enamorados, que jamás ajustan la cuenta de sus deseos."
Sancho se adentra entre unas hayas para cumplir su promesa. Quijo le advierte que "...no te hagas pedazos, da lugar que unos azotes aguarden a otros...no te des tan recio, que te falte la vida antes de llegar al número deseado." El contará con su rosario los azotes que se vaya dando. Sancho le responde que "...pienso darme de manera que sin matarme me duela, que en esto debe de consistir la sustancia de este milagro."
"Hasta seis o ocho se habría dado Sancho, cuando le pareció ser pesada la burla y muy barato el precio de ella..." Se paró un poco y le dijo a su amo que cada azote "...merecía ser pagado a medio real, no que a cuartillo." Quijo le dice que prosiga que le doblará "...la parada del precio". "--De ese modo--dijo Sancho-- ¡a la mano de Dios, y lluevan azotes!
"Pero el socarrón dejó de dárselos en las espaldas y daba en los árboles, con unos suspiros de cuando en cuando, que parecía que con cada uno de ellos se le arrancaba el alma." (¡Qué malandrín!) Quijo se preocupa y le pide que pare "--Por tu vida, amigo, que se quede en este punto este negocio, que me parece muy áspera esta medicina y será bien dar tiempo al tiempo, que no se ganó Zamora en una hora." Quijo ya había contado más de mil azotes. Sancho insiste que quiere continuar para que no se diga "a dineros pagados, brazos quebrados". Le pide que se aparte y "...déjeme dar otros mil azotes...". "Volvió Sancho a su tarea con tanto denuedo, que ya había quitado las cortezas a muchos árboles...".
Llegados a este punto, Quijo ya está muy preocupado y le ruega que lo deje no sea que pierda su vida, que "...espere Dulcinea mejor coyuntura, que yo me contendré en los límites de la esperanza propincua, y esperaré que cobres fuerzas nuevas, para que se concluya este negocio a gusto de todos." Sancho accede, le pide que le eche "...su ferreruelo sobre estas espaldas, que estoy sudando y no querría resfriarme, que los nuevos disciplinantes corren este peligro." Quijo lo hace así y Sancho durmió a pierna suelta "...hasta que le despertó el sol". Al dia siguiente prosiguieron su camino.
"Apeáronse en un mesón, que por tal le reconoció don Quijote, y no por castillo de cava honda, torres, rastrillos y puente levadiza...". Se alojaron "...en una sala baja". En esta sala habían unos tapices pintados toscamente con figuras históricas: "el robo de Elena" y "...la historia de Dido y Eneas, ella sobre una alta torre, como que hacía de señas con una media sábana al fugitivo huésped, que por el mar sobre una fragata o bergantín se iba huyendo." Don Alonso le cuenta a Sancho la historia de estas dos señoras. Le dice que fueron "desdichadísimas por no haber nacido en esta edad, y yo sobre todos desdichado en no haber nacido en la suya..." Que si él hubiese matado a París, ni hubiera ardido Troya ni se hubiese destruido Cartago.
Sancho apuesta que "...antes de mucho tiempo no ha de haber bodegón , venta ni mesón o tienda de barbero donde no ande pintada la historia de nuestras hazañas; pero querría yo que la pintasen manos de otro mejor pintor que el que ha pintado a éstas." Quijo le da la razón y vuelve a repetir lo del pintor Orbaneja que pintaba "...lo que saliere... Y si por ventura pintaba un gallo, escribía debajo: "Éste es gallo", porque no pensasen que era zorra." Aprovecha la ocasión para arremeter contra Avellaneda de nuevo "...debe de ser el pintor o escritor, que todo es uno, que sacó a la luz la historia de este nuevo don Quijote que ha salido: que pintó o escribió lo que saliere...".
Dejando estas disquisiciones aparte, Quijo le pregunta a Sancho si esa noche seguirá con los azotes "...y si quieres que sea debajo de techado o a cielo abierto." "Querría que fuese entre árboles, que parece que me acompañan y me ayudan a llevar mi trabajo maravillosamente." Le contesta Quijo que mejor esperar a llegar a la aldea que "...llegaremos allá después de mañana." Sancho respondió que preferiría "...concluir con brevedad aquel negocio, a sangre caliente y cuando estaba picado el molino..." (siguen una sarta de refranes).
"---No más refranes, Sancho...habla a lo llano, a lo liso, a lo no intricado, como muchas veces te he dicho y verás como te vale un pan por ciento." "--No sé qué mala ventura es esta mía--respondió Sancho--, que no sé decir razón sin refrán, ni refrán que no me parezca razón; pero yo me enmendaré si pudiere."
Seguiremos con el LXXII
16 comentarios:
Picardia y codicia de Sancho ante un hombre derrotado y moralmente hundido. Lo que es la vida...!
Buen post, Merche.
Un abrazo.
Pues a mí me ha hecho una gracia tremenda. Me ha facilitado en truco para que mi amada se entregue sin vacilaciones. Me fustigaré de tal guisa ¡pobre columna! a espaldas de sus negaciones.
Je, je...
Un beso, Mercha.
jaj con razón dicen que "hombre refranero, maricón y mentireiro" en Galicia, jajaj
Desde luego, perdona, que te diga, cari, pero Sancho de malandrín nada... hace bien y me parece muy listo eso de pegar a los árboles que no en pegarse a si mismo, por mucho milagro que fuera, jajaa
Bezos.
CORNELIVS, así es... La vida da MUCHAS vueltas. Besotes, M.
JOSÉ ALFONSO, creo que Sancho en este capítulo da muchas ideas... ¡Qué tengas suerte con tu media naranja! Besotes, M.
THIAGUIÑO, o sea que en el fondo, fondo, es lo que yo digo ¡que Sancho era de la acera de enfrente! al igual que Quijo que era una especie de Dalí... Cuando digo "malandrín" quiero decir pícaro, listo, vivales porque tiene mucha guasa que diera los azotes a los árboles... Besotes, M.
Lo que de verdad se pone de manifiesto en el capítulo es el poder del dinero, que todo lo puede, incluso que Sancho se azote, que lleva toda la novela dándole largas al asunto de desencantar novias de otros.
"Pienso darme de manera que sin matarme me duela" qué frase más buena para engañar a DQ que no se entera de la movida con los árboles.
Un abrazo
Amén de buen gobernador Sancho apunta maneras para tasador.
Sancho resultó ser una cajita de sorpresas! Es todo un misterio lo que la gente aparenta ser y lo que realmente es.
Muchas gracias por tu visita.
BESOTES HERMOSA Y QUE PASES UN FINDE GENIAL!
Sancho está genial dándoles a los árboles y haciéndole creer a Quijo que se está azotando. Y encima va a cobrar por ello. Es un crac.
Besos
PD: Veo que eres una alumna muy aplicada (por lo del enlace, digo)
Flor de malandrín este Sancho y me gusta porque no se la come de víctima.
Besos
PANCHO, como siempre, Quijo en las nubes... Sí, poderoso caballero don dinero... pero entiendo que Sancho no quiera llegar a su aldea con las faltriqueras vacías... Besotes, M.
PACO CUESTA ni que lo digas... Besotes, M.
STANLEY, efectivamente, muchas veces las apariencias engañan... Buen finde para ti también, querido. Muchos besotes, M.
ASUN, sí, Sancho es too much... ¿Has visto que aplicada soy? Ya le he cogido el tranquillo, gracias a tus lecciones. Ahora, no sé si seré capáz con los videos... (no veo el código que decías). Muxus, M.
MYRIAM, es que nuestro Sancho es MUY listo... Besotes, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
El uso de la picaresca ha hecho mella en D Alonso... Y ahora la usa para tocar la codicia de su servidor...es la única esperanza e ilusión qu queda al de la tinte figura.... Un abrazo
Precioso resumen y comentario del capítulo. Por cierto, yo hace tiempo publiqué algunos posts en que sacaba del libro a Don Quijote y lo metía en aventuras blogueriles. Este es último. Si te apetece leerlo aquí está el enlace:
http://benigeo.com/2009/01/que-trata-de-la-venturosa-platica-que.html
Un beso.
TUCCI, sí, es que a nuestro Caballero de la triste (has escrito "tinte"...) figura, es que Dulci se desencante. Lo dice él mismo que eso sería su triunfo más grande... Pobret... Besotes, M.
MIGUEL, ¡qué lástima! He ido a tu link pero blogger me dice que no puede abrir la página... ¿Te habrás equivocado en alguna letra? Besotes, M.
MERCHE; ya te voy a mandar un mail con los pasos a seguir para lo del vídeo. No desesperes, que es muy fácil.
Besotes
ASUN, vale. Gracias. Muxus, M.
Me da a mí, querida Merche, que este Sancho entre trucos y refranes deja a don Quijote sin desencantar a Dulcinea...
Besos.
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