domingo, 18 de abril de 2010

"EL CEPERO"



"Tambien llamaba a la puerta de los Zumeta "El Cepero", un hombre de piel sucia, llena de granos, cejijunto, de mirada atravesada y manos de orangután. Hablaba a golpes y entre dientes, con una voz cavernosa. Apenas se le entendía. Le llamaban "El Cepero" por su rara habilidad para atrapar animales con el cepo. María era una buena parroquiana de "El Cepero", a quien compraba con mucho gusto conejos y liebres. Miguel era un buen degustador de la caza, y así podian animar el monótono menú, siempre a base de cabra y cerdo.

"El Cepero" vendía tambien sus capturas en la posada de Marijuana. Un buen día, ésta fue a decirle a María que "El Cepero" quería proponerle un negocio: si le compraban seis cepos de fabricación alemana, muy modernos y eficaces, que vendían en Córdoba, él les iría reembolsando el gasto con los conejos y liebres que fuera cazando. Miguel aceptó el trato. El primer día que fue a Córdoba, compró seis cepos de tamaños distintos, procedentes de Solingen. Eran seis joyas, y cuando Miguel, antes de entregárselas a "El Cepero", los mostró en el bar de "El Perdigón", todos cuantos los vieron quedaron maravillados.

"El Cepero" dio grandes muestras de alegría cuando recibió aquellos estupendos artilugios, y prometió a Miguel pagárselos rápidamente con sus próximas capturas.

Jamás volvió a aparecer en casa de los Zumeta.

Meses más tarde, corrió por el pueblo la noticia de que habían encontrado al hijo mayor de "El Cepero", un muchacho de dieciseis años, muerto en el arroyo de un barranco cercano. Nadie comprendía cómo se había podido ahogar en tan poca agua. Luego se supo la causa. El chico era epiléptico, y, un dia que estaba solo cerca del arroyo, le dio un ataque y cayó de bruces. Como había perdido el sentido, su nariz y su boca quedaron dentro del agua, y se ahogó. No escapó ni una gota de sangre del cuerpo de aquel adolescente, pero, cuando lo encontraron, el corazón estaba ya parado.

Lo trajo al pueblo su propio padre, dentro de un saco atravesado sobre el mulo."

(Nota mía: ¡Qué fijación tenía, en estos capítulos, con la muerte y con casos truculentos! Sería porque ¿percibía su fin? Murió un mes antes de cumplir los cien...)

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THE TRAPPER

Another one who always called at the Zumeta's house was "El Cepero" (The Trapper), a dirty-faced man full of pimples, bushy-eyebrowed with a sly look and orang-utan's hands. He spoke gushingly between closed teeth and had a cavernous voice. One could hardly understand him. They called him "El Cepero" because he had a rare ability to trap animals. María was a good client. She always bought him rabbits and hares because Miguel appreciated wild game and it was a change from the monotonous menu of goat and pork.

"El Cepero" also sold his captures in Marijuana's inn. One day, she went to tell María that "The Trapper" wanted to propose them a business deal: if they bought him six German-made traps, very modern and efficient that were sold in Córdoba, he would slowly pay them back with the rabbits and hares he caught. Miguel accepted the deal. The first time he went to Córdoba he bought six different-sized traps made in Solingen. They were six jewels and when Miguel showed them in "El Perdigon's" bar, before delivering them to "El Cepero", all who saw them were in awe.

"El Cepero" was thrilled to receive those ingenious artifacts and promised Miguel to pay him right away with his future catches.

He never showed up again at the Zumeta's.

A few months later, news went around the village that "El Cepero's" oldest son, sixteen-years-old, was found dead in the stream of a nearby ravine. Nobody could understand how he could have drowned in such a small amount of water. Later it was known. The boy was epileptic and, one day that he was alone close to the stream, he had an attack and fell with his face down on the water. Since he had fainted, his nose and mouth were inside the stream, thereby drowning. Not a drop of blood came out of that adolescent's body but when they found him, his heart had already stopped.

His own father brought him to the village inside a sack hanging over a mule.

(My note: What a fixation my aunt had, in these chapters, with death and truculent happenings! I wonder if it was because she sensed her own end? She died a month before reaching 100.)

26 comentarios:

Myriam dijo...

NO sólo este capítulo es truculento, la profesión de cepero... es de las más sádicas que hay... esa forma de matar animales infringe mucho dolor...

Y ¡longeva tu tía! Pssss

Besos

Cecilia dijo...

Este pasaje es muy triste. Un chico muerto de esa terrible manera... Lo de los cepos no me gusta nada, pero si el hombre no tenía otros ingresos...

Asun dijo...

Vaya personaje este del cepero. Con esa descripción y además esa profesión no parece muy afortunado. Y para rematar la desgracia que le espera. Como dice Myr, verdaderamente truculento.

Besos

Fernando Manero dijo...

Pobre Cepero, habilidoso con las técnicas de cuando la caza requeria paciencia, astucia y pericia. Luego vinieron los de las escopetas y arrasaron con lo que se les puso por delante. Saura lo describe bien en "La caza", donde sale un cepero de mucho postín. Pero no era serio, no cumplió su palabra, se quedó con los artilugios renovados y defraudó a sus clientes. Al final la suerte personal le fue adversa y se cebó con la tragedia del hijo. Sí, Merche, demasiada muerte en las historias que se cuentan aqui y allá. De uno u otro modo la muerte siempre estaba presente y en torno a ella gravitaban las vidas de quienes no pensaban en otra vida que en la vida eterna. Un abrazo.

Didac Valmon dijo...

uf, qué pena el capítulo, entremezcla todo como si fuera un castigo de una cosa por la otra...
qué cosas

Thiago dijo...

Cari, es que no hay más, vida y muerte, en eso se resume todo... Lo que no entiendo es que pasó con el Cepero en realidad. Me hace gracia lo que cuentas que una vez que le regalaron los cepos ya no volvió, esto pasa con los blogueros a los que les regalo mi Sello Plateado, jaaj Y tb. es muy corriente cuando haces favores a alguien, y es que a la gente le cuesta mucho ser agradecido. Mi madre siempre cuenta que, por lo menos le han invitado a 3 bodas que luego nunca más supo nada de los casados.... Y como le digo yo, igual no les gustó tu vestido, jaja Bezos.

Unknown dijo...

No me gustan los cazadores que usan cepos. Pero a veces la vida y la necesidad obligan.
Tengo un primo, ahora ya es un anciano que sólo puede desplazarse en coche que cazaba con "botet" no sé cómo se dice en castellano. Tocaba una especie de reclamo para atraer a las perdices macho. Era un artista. En una ocasión el perro que siempre le acompañaba se perdió y el estuvo buscándolo durante muchos días al terminar de trabajar. Se ve que el animal se metió por una tubería de riego. Al final volvió solo a la casa. Estaba famélico y apenas podía andar y mi primo le cuidó como a un niño.
Curioso que un cazador amara tanto a los animales.
Un beso.

Estamos atrampaos. dijo...

Como se esta sintiendo en Ibiza el problema de las "cenizas"?

Los turistas sienten estar en una ratonera?

Pedro Ojeda Escudero dijo...

No sé si anticipaba o no su muerte. La España, sobre todo la España rural de entonces, era así. ¿Dónde se habrán metido estos tipos? Seguirán exisitiendo?
Besos.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

la muerte un tema que sin duda no entusiasma pero a todo el mundo afecta...y tanto... los cepos, la forma de cazar mas cruenta, pero más silenciosa...besos

Merche Pallarés dijo...

MYR, esta historia del cepero no me ha gustado nada, nada. Estuve a punto de no copiarla pero quise ser fiel al libro de mi tia y ya que lo escribió... Besotes, M.

CECI, como le digo a MYR, esta historia no me ha gustado en absoluto. Especialmente la muerte de ese pobre muchacho. Besotes, M.

ASUN, sí, DEMASIADO truculento. Besotes, M.

FERNANDO MANERO, entiendo que el pobre cepero tenía que poner sus trampas para sobrevivir pero que el destino se cebase con su hijo... Muy injusto. Qué tristeza de época que todo revoloteaba alrededor de la muerte... Besotes, M.

DIDAC, sí, por un lado es lo que no me ha gustado. Parece como si la muerte de ese pobre crío tuviera algo que ver con que el cepero nunca más les entregase las capturas... Besotes, M.

THIAGO, ¡cómo eres! Pero tienes razón, a veces hay gente muy desagradecida aunque, como te habrás percatado no es mi caso, me otorgaste tu premio plateado y sigo fiel a tu blog... Lo de las bodas es un clásico, te invitan a todas (por los regalos) y luego si te he visto no me acuerdo. No creo que fuera por el vestido de tu madre, ja,ja... Besotes, M.

ANTÒNIA, botet es reclamo. Creo que el ser cazador no tiene nada que ver con que no se quiera a los animales, creo que es un instinto inherente al ser humano, sobre todo a los hombres, supongo que tendrá que ver con sus raíces atávicas... Tierna la historia del perrillo. Besotes, M.

ESTAMOS ATRAMPAOS ¿Miguel? Lo de las cenizas y los turistas no he visto que haya alterado mucho la isla. Creo que se verá más si el tema perdura, dentro de unos dias. Besotes, M.

Merche Pallarés dijo...

PEDRO y TUCCI, vuestro comentario entró despues de mis contestaciones. Referente a si los ceperos siguen existiendo--ni idea. Y, sí, la muerte nos ronda a todos y supongo que esa manera de cazar era mucho más silenciosa. Besotes, M.

GRACIAS MIS QUERIDOS

Juan Luis G. dijo...

Me imagino que poco futuro tendrían hoy los ceperos...

Besos.

Pilgrim dijo...

A sad story, and even sadder as your aunt died as one of the last witnesses of Spain in the last century. Propz Pilgrim

Merche Pallarés dijo...

JUAN LUIS, sobre todo porque ya no quedan ni conejos ni liebres... Miento. Aquí, en Ibiza, la única caza que hay es, justamente, de conejos y perdices. Besotes, M.

PILGRIM, yes, very sad story. I didn't like it one bit but posted it because, after all, she wrote it. Gros bisous, M.

Abejita de la Vega dijo...

Ese cepero parece un personaje de Delibes.
Un abrazo

Teresa dijo...

Se le tuvo que quedar grabado a la fuerza. Es terrible.

Al cepero le perdió su ansia por el valor de los cepos y a Miguel su estómago. El cuento de La Lechera.

Merche Pallarés dijo...

ABEJITA, totalmente Delibeniano. Besotes, M.

BIPO, pues algo así pasó, sí. Bien visto. Besotes, M.

/ dijo...

El cepero además de feo era un gran estafador! Si,hay cierta morbosidad con el tema de la muerte, pero también hay que ver como se mueren. A quíén se le ocurre ahogarse en un charco de agua, no es muy común!

BESOTES MERCHE Y BUENA SEMANA!!

Merche Pallarés dijo...

STANLEY, el cepero era otro pillo... El pobre muchacho murió en el charco porque era epiléptico. ¡Feliz semana! Besotes, M.

pancho dijo...

Speaking correctly was not necessary to trap hares and rabbits.
Excellent description of a trapper.

Deaths like the trapper's son's death (so vividly described by your aunt) sometimes happen in rural areas.

Merche Pallarés dijo...

PANCHO, hard and cruel times... I felt very sad when I read about the death of that boy... Besotes, M.

TORO SALVAJE dijo...

No me asustes.
Yo también tengo fijación con la muerte.
Aunque claro... hace ya mucho tiempo.

Besos.

Merche Pallarés dijo...

TORO pero sigues vivito y coleando, gracias a los dioses... Besotes, M.

northshorewoman dijo...

her description of The Trapper is positively odious!

Merche Pallarés dijo...

NORTHSHORE, yes, he doesn't sound like he was a good man... Hugs, M.