domingo, 25 de abril de 2010

LAS QUEJAS DE LOS TRATANTES



"Doña Paquita invitó a Rezola y a los Zumeta para el domingo siguiente.

--Vengan un poco temprano--les dijo. Así, antes de cenar, podremos ir por el carril hacia "El Roquero", que es una parte de la finca que ustedes no conocen.

Llegaron a media tarde, pero, aunque era dia festivo, encontraron a doña Paquita muy atareada. Sentada junto a la mesa camilla, delante de unos grandes cuadernos de cuentas, discutía con cuatro hombres de aspecto campero sentados al otro lado de la mesa. Se trataba de unos importantes criadores de cerdos que, un mes antes, habían llevado a sus piaras a "El Potrerizo" para la montanera. El año había sido escaso de bellotas, y alegaban que sus cerdos habían engordado poco, a lo que doña Paquita replicaba:

--¡Nada de cuentos, señores, nada de cuentos! Sus cochinos fueron pesados al entrar y ahora los volveremos a pesar al salir de la finca. Poco o mucho, la diferencia de kilos es lo que me deben, según lo estipulado... ¡Y no hablemos más!

Pero los hombres no se resignaban a liquidar tan rápidamente las cuentas. Dos camiones esperaban fuera el fin de las deliberaciones. Alrededor de los vehículos, guardados por los porqueros, aguardaban los cerdos que debían ser cargados. La cuestión es que sus dueños, que venían de comer en el bar de "Peporra" (Nota mía: la mujer de "El Perdigón"), habían bebido más de la cuenta, y la conversación con la señora se hacía interminable y reiterativa hasta la pesadez.

De pronto, doña Paquita perdió la paciencia y se puso en pie.

--¡Señores!--les dijo--. Ustedes han bebido mucho vino y por lo visto no saben...evacuarlo. Yo no seguiré perdiendo mi tiempo. Se van ustedes a pasear por ahí durante un par de horas, y después vuelven. Entonces hablaremos.

Inmediatamente llamó a los criados.

--¡Andrés! ¡Pepillo! Poneos junto a los camiones y que no se cargue ni un cochino hasta que yo dé la orden.

Los arrestos de doña Paquita surtieron efecto, y los hombres, completamente sumisos, salieron a pasearse por el campo."

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THE DEALERS' COMPLAINTS

Doña Paquita invited Rezola and the Zumetas to come the following Sunday.

--Come a bit earlier--she told them--. That way, before dinner, we can walk by the lane to "El Roquero" which is a part of the estate that you haven't visited.

They arrived mid-afternoon. Even though it was Sunday, they found doña Paquita very busy. Sitting at a round table, with large accounting books in front of her, she was arguing with four men also sitting at the other side. They were important swine breeders, who the previous month had brought their herds to "El Potrerizo" for the acorn feeding. They said that the year had lacked acorns and argued that their hogs hadn't gained weight. Doña Paquita replied:

--Nonsense, gentlemen, nonsense! Your pigs were weighed when they came and now we will weigh them again before they leave. Little or much, the weight difference is what you owe me as agreed... and that's the end of it!

However, the men, were not going to give up that easily. Two trucks awaited the result of the dealings. Around the trucks, swine-keepers kept watch over the herd that had to be carried inside. Meanwhile, the owners who had eaten lunch in "Peporra's" bar (My note: "El Perdigon's" wife), arrived a bit tipsy and their conversation with doña Paquita was endless and boringly repetitive.

Doña Paquita lost her patience and stood up.

Gentlemen!--she said--You have drunk too much wine and it seems you can't...evacuate it. I'm not going to waste any more time. Take a walk for a few hours and, afterwards, come back. Then, we will talk.

She immediately called two of her workers.

Andrés! Pepillo! Stand by the trucks and make sure not one pig is boarded until I say so.

Doña Paquita's attitude was effective and the men, meekly, went for a walk through the countryside.

16 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Igualito que en Silicon Valley...

Besos.

Asun dijo...

Vamos, esta Doña Paquita todo un control de alcoholemia.

O sea, que se pagaba en función de los kilos engordados... ¡Qué curioso!

Besos

Unknown dijo...

Dña Paquita debía ser una adelantada a su tiempo porque entonces las mujeres no solían cerrar tratos y si lo hacían los hombres las trataban con cierto paternalismo cuando no querían engañarlas directamente.
Chapeau por Dña Paquita que les supo poner en su sitio.
Muchas como ella harían falta hoy en día.
Un beso.

Myriam dijo...

¡Digamos que Doña Paquita era una mujer de "armas tomar"! jajajajaja

Besos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Menuda es Doña Paquita... Hay que tener arrestos para negociar con tratantes de ganado: he visto mujeres así. En concreto, la dueña de una posada-restaurante cercana a una feria de ganado. En ese restaurante solía yo comer varios día a la semana, hace años. Y vi espectáculos como el que se relata o incluso más fuertes. Aquella mujer, como doña Paquita, sabía tenerlos a raya. Su marido presenciaba todo sentado en un rincón del local, callado como una tumba...
Besos.

josef dijo...

jajajaa que bueno doña Paquilla. LO tenía todo y a todos controlados. De ahí no salía uno solo sin pagar sus deudas...
Saludos!

pancho dijo...

Thanks to the amount of wine they'd drunk and Doña Paquita's firmness they could know the "cortijo", not only the kilogrammes their pigs had increased.

Merche Pallarés dijo...

TORO, ¿Silicon Valley? por supuesto NADA que ver... Besotes, M.

ASUN, pues así parece querida. Yo tampoco lo sabía. Besotes, M.

ANTÒNIA, esa doña Paquita era una mujer de ¡armas tomar! No se le pasaba ni una... Besotes, M.

MYR, como le digo a ANTÒNIA, efectivamente así era, fuerte y decidida como la que mas. Besotes, M.

PEDRO, doña Paquita como la fiera de Peporra--mujer del delicado "El Perdigón"-- me recuerdan a mi amona (abuela) materna que ella sola, viuda llevaba las riendas del caserío donde pasé gran parte de mi infancia. Una noche recuerdo que estando ella y yo solas oímos un ruido y mi amona, ni corta ni perezosa, abrió la ventana, sacó una escopeta y,con voz atronadora, espetó: ¡¿Quién anda por ahí?! Oímos pasos aligerados que se ahuyentaban... Yo, como puedes imaginarte, a mis cinco/seis años ¡muerta de miedo! Besotes, M.

MODERATO, sí querido, de ahí no salía nadie sin pagar a doña Paquita lo que le debían... Besotes, M.

PANCHO, corrections again, my dear. "They'd" drunk... In this case you shouldn't hyphenate, it's more correct to say "they had drunk" I don't know the grammatical reasons for this because I've forgotten them but I just know it's not right. Also, "they could know the cortijo" it's not very clear. What do you mean exactly? That they would know how the "cortijo" worked?? Besotes, M.

Thiago dijo...

jaj es que sin duda doña paquita los tenía bien puestos... Cuando una tía se pone así, no hay porquero que se resista... Y, ya se sabe, el que quiera comer jamón de bellota que se moje el trailará... jaja


Bezos, cari.

northshorewoman dijo...

this woman knows how to do business!

Merche Pallarés dijo...

THIAGO, es que si no los tenía bien puestos, le sería muy difícil manejar ese cortijo con tantos porqueros, cabreros y demás... Besotes, M.

NORTHSHORE, yeap, she sure does! Hugs, M.

/ dijo...

No me gustaría hacer negocios con Doña Paquita, que carácter, jajajaja!

BESOTES MERCHE Y BUENA SEMANA!

Merche Pallarés dijo...

STANLEY, hay mujeres que son así de fuertes... ¡Menuda era doña Paquita! Besotes, M.

pancho dijo...

As they were asked to be sober by Doña Paquita, they could take advantage of the situation and go for a stroll in the "cortijo" to recover from their confusion and get an exact idea of its real dimension.

Merche Pallarés dijo...

PANCHO, now I get it! Yes, you're right they would have known its dimensions as well as how it worked. Besotes, M.

Teresa dijo...

Esta mujer tenía un par de huevos para dirigir la hacienda.

Y la veo capaz de cobrar por la longitud de más del pelo y uñas de cada parroquiano que estuviese con ella más de un día.