Capítulo LVIII - 2ª parte de nuestra lectura colectiva en el blog "La Acequia" de Pedro Ojeda Escudero (sin traducción al inglés).
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Chapter 58 - 2nd part of our joint reading in Pedro Ojeda Escudero's blog "La Acequia" (without an English translation).
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Este capítulo, un poco largo "de mais"... es bastante arduo, interesante, pero arduo. Recomiendo que los interesados lo lean íntegramente en el libro.
Tenemos a Quijo y Sancho ¡por fin! solos "...en la campaña rasa, libre y desembarazado de los requiebros de Altisidora". El Señor de los Leones le da una disertación a Sancho sobre "la libertad ...con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres". Le dice que, en el fondo, aunque fueron muy bien agasajados en el castillo de los duques, le parecía que "...aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve me parecía a mí que estaba metido entre las estrecheces de la hambre... que las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recibidas son ataduras...". Sancho admite que hay que ser agradecidos y le confiesa que ha recibido doscientos escudos de oro que "...me dió el mayordomo del duque, que como píctima y confortativo la llevo puesta sobre el corazón...que no siempre hemos de hallar castillos donde nos regalen, que tal vez toparemos con algunas ventas donde nos apaleen."
Cervan mezcla muchas cosas en este capítulo. Se ve que presintiendo su muerte, quiere quedar bien con la iglesia católica. Aparecen unos labradores que transportan retablos de diferentes santos y Quijo glosa la vida de cada uno: San Jorge, San Martín, San "Diego" Matamoros, San Pablo (por cierto, ninguna santa...). "Por buen agüero he tenido, hermanos, haber visto lo que he visto, porque estos santos y caballeros profesaron lo que yo profeso, que es el ejercicio de las armas...la diferencia que hay entre mí y ellos es que ellos fueron santos y pelearon a lo divino y yo soy pecador y peleo a lo humano".
Sancho está contento que de este encuentro, no hayan salido apaleados "...si esto que nos ha sucedido hoy se puede llamar aventura, ella ha sido de las más suaves y dulces que en todo el discurso de nuestra peregrinación nos ha sucedido: de ella habemos salidos sin palos y sobresalto alguno...".
Quijo asiente, pero le dice que no hay que fiarse de los "agüeros" "...no todos los tiempos son unos, ni corren de una misma suerte, y esto que el vulgo suele llamar comúnmente agüeros, que no se fundan sobre natural razón alguna, del que es discreto han de ser tenidos y juzgados por buenos acontecimientos...". Siguen unos cuantos ejemplos históricos de buena y mala suerte. Sancho quiere saber porque se dice "¡Santiago, y cierra España!". "Está por ventura España abierta y de modo que es menester cerrarla, o qué ceremonia es ésta?".
"--Simplicísimo eres, Sancho--respondió don Quijote..." Sigue una adulación descarada de "...este gran caballero de la cruz bermeja háselo dado Dios a España por patrón y amparo suyo...".
Sancho cambiá de conversación y vuelven a Altisidora. Se asombra que el "ceguezuelo" que llaman "Amor" la haya aseteado de tal manera que perdiera los sentidos por Quijo. Éste le contesta "...que el amor ni mira respetos ni guarda términos de razón en sus discursos, y tiene la misma condición que la muerte, que así acomete los altos alcázares de los reyes como las humildes chozas de los pastores, y cuando toma entera posesión de una alma, lo primero que hace es quitarle el temor y la vergüenza; y, así, sin ella declaró Altisidora sus deseos, que engendraron en mi pecho antes confusión que lástima."
Sancho no ve lo que a la moza pudo enamorarla de nuestro Quijo "...me paro a mirar a vuestra merced desde la punta del pie hasta el último cabello de la cabeza, y que veo más cosas para espantar que para enamorar...". Cree que la hermosura es lo primero que cautiva. Quijo le dice "...que hay dos maneras de hermosura: una del alma y otra del cuerpo; la del alma campea y se muestra en el entendimiento, en la honestidad, en el buen proceder, en la liberalidad y en la buena crianza, y todas estas partes caben y pueden estar en un hombre feo... Yo, Sancho, bien veo que no soy hermoso, pero también conozco que no soy disforme...".
Con estas disquisiciones, se adentran en una selva y Quijo queda enredado "...entre unas redes de hilo verde que desde unos árboles a otros estaban tendidas...". Le dice a Sancho "Que me maten si los encantadores que me persiguen no quieren enredarme en ellas y detener mi camino, como en venganza de la riguridad que con Altisidora he tenido." Aquí ya entra un pasaje pastoril donde aparecen unas bellísimas (como siempre...) doncellas disfrazadas de pastoras. Una de ellas, le dice a Quijo que no rompa el hilo pues lo usan para coger pajaritos como entretenimiento. Esa zona del bosque la usan para su esparcimiento todos los "principales" de la aldea cercana, así "...formando entre todos una nueva y pastoril Arcadia, vistiéndonos las doncellas de zagalas y los mancebos de pastores. Traemos estudiadas dos églogas, una del famoso poeta Garcilaso, y otra del excelentísimo Camoes en su misma lengua portuguesa, las cuales hasta ahora no hemos representado."
Le dice que, si quiere, se una a ellos y así "...sereis agasajado liberal y cortesmente, porque por ahora en este sitio no ha de entrar la pesadumbre ni la melancolía." Quijo queda anonadado con la belleza de la moza y como siempre, exagera un pelín diciéndole que "...no debió de quedar más suspenso ni admirado Anteón cuando vio al improviso bañarse en las aguas a Diana, como yo he quedado atónito en ver vuestra belleza... y si como estas redes, que deben de ocupar algún pequeño espacio, ocuparan toda la redondez de la tierra, buscara yo nuevos mundos por do pasar sin romperlas...os lo promete don Quijote de la Mancha, si es que ha llegado a vuestros oidos este nombre."
Una de las jóvenes se alborota porque sí ha leido su historia e informa a las demás "...que es el más valiente y el más enamorado y el más comedido que tiene el mundo, si no es que nos miente y nos engaña una historia que de sus hazañas anda impresa y yo he leído." Apuesta a que el que le acompaña "...es un tal Sancho Panza, su escudero, a cuyas gracias no hay ningunas que se le igualen." Sancho admite que "...yo soy ese gracioso y ese escudero que vuestra merced dice, y este señor es mi amo, el mismo don Quijote de la Mancha historiado y referido."
Otra de las mozas también ha oido sobre "...su valor y sus gracias... y sobre todo dicen de él que es el más firme y más leal enamorado que se sabe, y que su dama es una tal Dulcinea del Toboso, a quien en toda España la dan la palma de la hermosura." Les ruega que se queden porque sus padres y hermanos estarán encantados de conocerles. Quijo rechaza la invitación "...porque las precisas obligaciones de mi profesión no me dejan reposar en ningún cabo." En esto aparece "...un hermano de una de las dos pastoras vestido asimismo de pastor con la riqueza y galas que a las de las zagalas correspondía...". Le cuentan quién es nuestro héroe y también admite haber leído sus aventuras. "Ofreciósele el gallardo pastor, pidióle que se viniese con él a sus tiendas, (tenían tiendas de campaña montadas por todo el bosque), húbolo de conceder don Quijote y así lo hizo." (Esta visto que Quijo en el fondo, fondo, era homosexual porque por mucha belleza que reunierán las zagalas, desistió su invitación a quedarse, mientras que cuando aparece el "gallardo pastor", nuestro Señor de los Leones acepta enseguida...).
Se juntaron unas treinta personas "...todas bizarramente de pastores y pastoras vestidas...". Todos conocían las aventuras de nuestro Quijo. "Acudieron a las tiendas, hallaron las mesas puestas, ricas, abundantes y limpias; honraron a don Quijote dándole el primer lugar en ellas..." (Sancho vuelve a comer en abundancia). Quijo hace otra disertación sobre el agradecimiento soltando perlas como que el desagradecimiento es peor pecado que la soberbia "...que de los desagradecidos está lleno el infierno." "La mayor parte de los que reciben son inferiores a los que dan". "Conteniéndome en los estrechos límites de mi poderío, ofrezco lo que puedo y lo que tengo de mi cosecha". Dedicará dos días a sostener con las armas "...que estas señoras zagalas contrahechas (¿?) que aquí están son las más hermosas doncellas y más corteses que hay en el mundo, exceptando sólo la sin par Dulcinea del Toboso, única señora de mis pensamientos...".
Sancho ironiza sobre lo que ha dicho su amo y hay un rifirrafe entre los dos, para variar. Quijo furioso le dice a Sancho que ensille a Roci que va a cumplir lo prometido. Los de las tiendas le ruegan que no es necesario enfrentarse a nadie. Salen al camino y ven "...muchedumbre de hombres de a caballo, y muchos de ellos con lanzas en las manos..." Todos huyen, "Sancho Panza se escudó con las ancas de Rocinante" pero "...don Quijote, con intrépido corazón, se estuvo quedo". "Llegó el tropel de los lanceros, y uno de ellos que venía más delante a grandes voces comenzó a decir a don Quijote: --¡Apártate, hombre del diablo, del camino, que te harán pedazos estos toros!"
Claro, Quijo se enfrenta a ellos diciéndoles que son unos canallas que para él no hay toros que valgan "...Confesad, malandrines, así, a carga cerrada, que es verdad lo que yo aquí he publicado; si no, conmigo sois en batalla."
El vaquero ya no dijo nada más y el tropel de los toros y cabestros "...que a encerrar los llevaban a un lugar donde otro día habían de correrse, pasaron sobre don Quijote, y sobre Sancho, Rocinante y el rucio, dando con todos ellos en tierra, echándole a rodar por el suelo. Quedó molido Sancho, espantado don Quijote, aporreado el rucio y no muy católico Rocinante." Quijo, no obstante, se levanta y, tropezando aquí y acullá, sigue gritando "--¡Deteneos y esperad, canalla malandrina, que un solo caballero os espera, el cual no tiene condición ni es de parecer de los que dicen que al enemigo que huye, hacerle la puente de plata!".
Por supuesto que los vaqueros no se detuvieron "Detúvole el cansancio a don Quijote, y, más enojado que vengado, se sentó en el camino, esperando a que Sancho, Rocinante y el rucio llegasen."
Siguen su camino y nosotros también en el Capítulo LIX.
12 comentarios:
En efecto, es una preparación larga y pensada, para introducirnos en un final previsible, si tenemos en cuenta que caballero y escudero ya son libres
PACO, gracias por tu comentario, leo que eres el único por lo tanto te lo agradezco doblemente. Ahora estoy en un sinvivir porque han desaparecido mis links y lo tengo que arreglar de alguna manera. Dejaremos a Quijo y Sancho que sigan su camino. Besotes quijotescos, M.
Que cuando acabes con Don Quijote te metas con Cyrano.
Avelino.
El capitulito se las traía, efectivamente. Ayer acabé a las 0.45 y ya estaba algo harta de los pastores señoritingos.
Lo que más me ha llamado la atención es la salida de tono que tiene , al final, don Quijote. Sancho paga el pato, el pobre. Pero al andante le ocurre lo que me pasa a mí las contadas veces que exploto...luego me da vergüenza haberme puesto así. Humanísimo nuestro Quijo.
Después de tanto menudeo, le buscas un hilo conductor.¿El uso de la libertad?
Un beso
ABEJITA, sí, creo que el hilo conductor de todo ¡el libro! es la libertad. Espero que disfrutes de tu pueblo. Aquí está haciendo un calor de muerte. Besotes, M.
El capítulo es largo, pero como estamos de vacaciones se le puede dedicar más tiempo. El asunto se complica por la ausencia de Internet en casa. De lo que aquí se trata es de matar enemigos, no importa que el nombre sea Diego o Santiago.
Lo de los Links me parece que no hay otra solución que volver a enlazarlos.
Un abrazo, por aquí hoy también hace un calor del carajo, le podríamos cambiar un poco por el frío americano.
PANCHO, ¡gracias por aparecer! Te echaba de menos. Y ¡ni te imaginas lo que echo de menos a nuestro profe! La verdad es que la blogoesfera no es la misma sin él, ¿no te parece? Ay, sí, ya he visto que los links los tendré que poner de nuevo...¡Qué paliza! Lo haré con calma ahora que sé cómo hacerlo (los chicos de la informática del pueblo me han instruido). Besotes y no nos queda más remedio que aguantar "la caló" como dirían TUCCI y ANTONIO AGUILERA. M.
Ay! no se que es mas ladrillo...aja. Que "peaso" comentario. Sin duda es como un recomenzar.... Resume en un capítulo, la trama de toda la obra.... Leí tu Mail tarde...estuvimos en Salou,magnifica playa...me hubiese gustado verte, pero carecíamos de movilidad...amos en tren....otra vez sera... Un beso
Querida MERCHE, es que no se te puede dejar sola, falto unos días y anda la de entradas atrasadas que me encuentro para leer. Cómo se nota que ahora tienes más tiempo libre jejejejeje
Cuando leí este capítulo, no sé si por las fechas que eran o por la última aventura me resultó muy sanferminero. es verdad que era un poco largo, pero a mi se me hizo entretenido, aunque al final no hubo manera de que los pobres DQ y S salieran ilesos.
Voy a ver si me pongo al día, que la semana que viene tampoco tendré mucha opción a conectarme.
Besos
ASUN ¡ya empezais a volver los blogueros díscolos! Un alegrón recibir tu comentario. Gracias potxola. Besotes, M.
Pero bueno, MERCHE, ¿cómo me puedes llamar díscola?
Diccionario de la RAE:
díscolo, la.(Del lat. dyscŏlus, y este del gr. δύσκολος).1. adj. Desobediente, que no se comporta con docilidad.
jajajajaja
Tan sólo he estado fuera unos días y el martes me vuelvo a ir hasta el domingo jejejeje. Y es que hija, hay que aprovechar.
Besos
La libertad tiene esto, Merche, que a veces todo termina en golpes...
Besos.
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