(NOTA MIA: Os dejo con el último capítulo de la boda y mis entradas del Quijote. Me voy de viaje. Estaré unas dos semanas ausente de mi blog y de los vuestros.)
------------------------------------------------------------------------------
(MY NOTE: I leave you with the last chapter of the wedding. I will be publishing only my "Don Quixote's" chapter resumés as I'm taking a trip and I shall be away for about two weeks.)
------------------------------------------------------------------------------
"Al día siguiente se casó la hija del tejero. Los regalos que trajo Miguel, de parte de don Gabriel Rezola y de los señores de Bilbao, gustaron mucho en el pueblo: un juego de cama con embozos de encaje y letras bordadas; una docena de toallas; un delantal de hule para ir a lavar ropa; dos manteles de flecos con seis servilletas y un juego de café, con cenefa de oro brillante, para ponerlo en el chinero.
En la puerta de la iglesia, situada en lo más alto del pueblo, hubo mucha gente. La iglesia había sido incendiada por los rojos que dominaron la región, al igual que dominaran Candera, pero aquí no transcurrieron los acontecimientos tan pacíficamente como en el pueblo de Sierra Morena. Lo primero que se les ocurrió hacer en cuanto se enteraron de la sublevación de los militares fue sacar de una ermita cercana a una Virgen muy venerada, atar a ella al párroco de Huelgo y prenderles fuego, después de rociarlos con gasolina. Luego quemaron la iglesia.
El templo era más bien pequeño, pero de piedra bien labrada y de líneas muy puras. Las paredes, a pesar del incendio, se habían conservado limpias, pues los asaltantes hicieron la hoguera con las imágenes y los altares de madera en medio de la nave central, pavimentada en piedra, y el humo salió por las claraboyas cercanas a la bóveda sin manchar los muros.
El día de la boda de la hija del tejero, por la tarde, los novios obsequiaron a sus parientes e invitados con jamón y montañas de rosquillas, magdalenas, pestiños, polvorones y tocinos de cielo. La mayor parte de los dulces eran de fabricación casera, regalados a la novia por sus amigas. Las botellas de vinos andaluces y manchegos aparecían en la mesa con profusión, entre las bandejas de pastas y pasteles; pero sólo había doce vasos para los cincuenta o sesenta invitados (Nota mía: aún no se habían inventado los vasos de plástico...). María, disimuladamente, se abstenía de beber, mientras Miguel compartía su vaso únicamente con el joven Pepe Luis. La conversación se animaba alrededor de Miguel.
--Ya me he enterado de que aquí, durante la guerra, se hicieron verdaderas barbaridades--comentó--. ¡Miren que quemar al párroco atado a la Virgen!
--Sí. Es verdad. Fue una barbaridad, pero tantas o más se hicieron en el otro lado--dijo uno, mientras dejaba su vaso sobre la mesa--. Mire usted, el párroco, muerto está y no hay quien lo resucite, pero por la Virgen no se preocupe. Han puesto en el altar donde estaba una casi igual. Además, la Virgen no ha perdido nada. ¡Bien guardadito le ha quedado todo su dinero!
Le tuvieron que explicar a Miguel, lo que quería decir aquello. La Virgen de la ermita, como una señora cualquiera, tenía su patrimonio: olivares, un molino harinero en marcha y dos casas en el pueblo. En una de éstas, vivía el actual párroco de Huelgo, que era su administrador. El que contaba esto a Miguel, que era el fabricante de sifones del pueblo, añadió:
--¡Menuda vidorra se pega el párroco con las rentas de la Virgen!"
------------------------------------------------------------------------------------
THE VIRGIN'S PROPERTIES
The tile-maker's daughter married the following day. The gifts brought by Miguel, on behalf of don Gabriel Rezola and the gentlemen from Bilbao, caused quite a stir among the townsfolk: a set of embroidered sheets with embroidered initials; a dozen towels; a plastic apron for doing the laundry; two fringed tablecloths with six serviettes and a coffee set, bordered in shiny gold trim, destined for the china-cupboard.
Lots of people gathered at the church's entrance which was on the highest part of the town. The church had been burnt by the "reds" who dominated the area during the war, as well as they had done in Candera. However, things didn't go as peacefully here as they had in that village of the Morena Mountains. The first thing they did when they heard of the military's uprising, was to take out a very venerated Virgin of a closeby chapel, tie Huelgo's parish priest to the figure and set them on fire with gasoline. Aftewards, they burnt the church.
The temple was rather small, but made of very well-traced, pure-lined stones. The walls, despite the fire, had been preserved clean because the attackers had made the bonfire, with the images and the wooden altars, in the middle of the stone-paved nave, therefore, the smoke had filtered out, through the skylights near the vault, without staining the walls.
On the afternoon of the wedding day, the bride and groom showered their family and guests with ham and mountains of ring donuts, fairy cakes, honey-dipped fritters, shortbread biscuits, etc., mostly home-made and given, as a present, to the bride by her girlfriends. Andalusian and Castilian wines circulated generously, among trays of cookies and cakes; but there were only twelve glasses for the fifty or sixty guests (My note: they hadn't invented plastic glasses yet...). María, wisely, decided not to drink, while Miguel shared his glass only with the young Pepe Luis. Conversation perked up around Miguel.
--I found out that here, during the war, real atrocities took place--he said--. To burn the parish priest tied to the Virgin!
--Yes. It's true. It was horrendous, but more and worse things were committed by the other side--someone said, while leaving his glass on the table--. Look, the parish priest is dead and no one is going to bring him back to life, but don't worry about the Virgin. An almost exact copy has been placed on the altar where she was. Besides, the Virgin hasn't lost anything. Her money is well kept!
They had to explain to Miguel what that meant. The Virgin, like an ordinary human being, had her assets: olive groves, a flour mill which was functioning, and two houses in the village. In one of them lived the actual Huelgo's parish priest, who was the administrator. The person telling Miguel this, was the town's soda-water manufacturer, and he added:
--You can't imagine the life he leads with the Virgin's properties!