Capítulo LXX- 2ª parte de nuestra lectura colectiva en el blog "La Acequia" de Pedro Ojeda Escudero (sin traducción al inglés).
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Chapter 70 - 2nd part of our joint reading in Pedro Ojeda Escudero's blog "La Acequia" (without an English translation).
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¡Qué cerquita estamos del final... sniff..!
Tenemos a Sancho y Quijo compartiendo estancia en casa de los odiosos duques ¡Además Sancho durmiendo en una "carriola"! Sancho no está muy contento porque prefiere dormir en una choza antes que compartir con Quijo porque sabe que no le dejará dormir "...a preguntas y respuestas...".
Así es. Quijo empieza su perorata sobre Altisidora "--¿Qué te parece, Sancho, del suceso de esta noche? Grande y poderosa es la fuerza del desdén desamorado como por tus mismos ojos has visto muerta a Altisidora..." Le dice que no han sido a causa de otras "saetas...otra espada...ni otro instrumento bélico... ni venenos mortíferos, sino con la consideración del rigor y el desdén con que yo siempre la he tratado".
Sancho le dice que "--Muriérase enhorabuena cuanto quisiera y como quisiera y dejárame a mí en mi casa..." Que él no la enamoró ni desdeñó en la vida. Además la encuentra "...doncella más antojadiza que discreta..." Y qué tiene que ver ésto "...con los martirios de Sancho Panza...". Cree, definitivamente, que existen "...encantadores y encantos en el mundo, de quien Dios me libre, pues yo no me sé librar". Le suplica que le deje dormir "...y no me pregunte más, si no quiere que me arroje por una ventana abajo."
Quijo le dice que se duerma si es que las mamonas, los alfilerazos y pellizcos recibidos, le dejan. Sancho reconoce que lo peor fueron "...la afrenta de las mamonas...por habérmelas hecho dueñas, que confundidas sean...". Le ruega de nuevo que le deje dormir "...porque el sueño es alivio de las miserias de los que las tienen despiertos."
"Durmiéronse los dos". En esto aparece Cide Hamete Benengelí "...autor de esta grande historia...". Cuenta como se enteraron los duques. Sansón Carrasco se enteró a través del paje que llevó la misiva a Teresa Panza, donde estaba nuestro Quijo y queriendo resarcir su afrenta anterior (aquí sí veo un conato de venganza...), fuel al castillo del duque "...que le informó el camino y derrota que don Quijote llevaba con intento de hallarse en las justas de Zaragoza...". Le contó también, el muy ladino, de todas las burlas que le habían hecho sobre el desencantamiento de Dulcinea "...que había de ser a costa de las posaderas de Sancho...".
El duque le pide que si le encuentra le diga donde está. Sansón le dice que así lo hará. No le encuentra en Zaragoza pero sí en Barcelona y pasa lo que todos sabemos. "Volviose por el castillo del duque y contóselo todo, con las condiciones de la batalla...de retirarse un año en su aldea, en el cual tiempo...podía ser que sanase de su locura...".
Por eso el duque prepara la farsa que montó "...haciendo tomar los caminos cerca y lejos del castillo, por todas las partes que imaginó que podría volver don Quijote, con muchos criados suyos de a pie y de a caballo, para que de fuerza o de agrado le trujesen al castillo... Así como tuvo noticia de su llegada mandó encender las hachas y las luminarias del patio y poner a Altisidora sobre el túmulo....".
"Y dice más Cide Hamete: que tiene para sí ser tan locos los burladores como los burlados y que no estaban los duques dos dedos de parecer tontos, pues tanto ahínco ponían en burlarse de dos tontos." (O sea que eran más cretinos que nuestros héroes...).
Ahora aparece Altisidora "...entró en el aposento de don Quijote, con cuya presencia turbado y confuso se encogió y cubrió casi todo con las sábanas y colchas de la cama, muda la lengua, sin que acertase a hacerle cortesía ninguna". "Séntose Altisidora en una silla, junto a su cabecera, y despues de haber dado un gran suspiro, con voz tierna y debilitada le dijo:" Un montón de cosas pero, resumiendo, " ... soy una de éstas, apretada, vencida y enamorada, pero...sufrida y honesta: tanto, que por serlo tanto, reventó mi alma por mi silencio y perdí la vida...". Le dice que es más duro que un pedernal "¡Oh más duro que mármol a mis quejas, empedernido caballero!" Ha estado muerta y si no "...fuera porque el amor condoliéndose de mí, depositó mi remedio en los martirios de este buen escudero, allá me quedara en el otro mundo."
"--Bien pudiera el amor--dijo Sancho--depositarlos en los de mi asno, que yo se lo agradeciera. Pero dígame, señora, así el cielo la acomode con otro más blando amante que mi amo: ¿qué es lo que vió en el otro mundo? ¿Qué hay en el infierno?...".
Altisidora ahora dice que no debió "...de morir del todo... pues no entré en el infierno...llegué a la puerta, adonde estaban jugando hasta una docena de diablos a la pelota, todos en calzas y en jubón...". Sigue una descripción de su vestimenta. Eso sí, jugaban con "...palas de fuego..." y lo que más le admiró es que no jugaban con pelotas sino con "...libros, al parecer llenos de viento y de borra... en aquel juego todos gruñían, todos regañaban y todos se maldecían."
Sancho dice que eso "...no es maravilla, porque los diablos, jueguen o no jueguen, nunca pueden estar contentos, ganen o no ganen."
Esto ME ENCANTA: "A uno de ellos, nuevo, flamante y bien encuadernado, le dieron un papirotazo, que le sacaron las tripas y le esparcieron las hojas. Dijo un diablo a otro: "Mirad qué libro es ése". Y el diablo le respondió: "Ésta es la 'Segunda parte de la historia de don Quijote de la Mancha', no compuesta por Cide Hamete, su primer autor, sino por un aragonés, que él dice ser natural de Tordesillas". "Quitádme de ahí--respondió el otro diablo--y metedle en los abismos del infierno, no le vean más mis ojos" "¿Tan malo es?--respondió el otro." "Tan malo--replicó el primero--, que si de propósito yo mismo me pusiera a hacerle peor, no acertara."
Altisidora dice que al oir el nombre de don Quijote, se quiso quedar con esa visión. Quijo le dice "--Visión debió de ser, sin duda, porque no hay otro yo en el mundo, y ya esa historia anda por acá de mano en mano, pero no dará en ninguna, porque todos la dan del pie. Yo no me he alterado en oír que ando como cuerpo fantástico por las tinieblas del abismo, ni por la claridad de la tierra, porque no soy aquel de quien esa historia trata. Si ella fuere buena, fiel y verdadera, tendrá siglos de vida; pero si fuere mala, de su parto a la sepultura no será muy largo el camino." (¡Qué genial...!)
Altisidora se iba a quejar de Quijo cuando éste le interrumpe "...a mí me pesa de que hayáis colocado en mí vuestros pensamientos...yo nací para ser de Dulcinea del Toboso, y los hados (si los hubiera) me dedicaron para ella, y pensar que otra alguna hermosura ha de ocupar el lugar que en mi alma tiene es pensar lo imposible."
Altisidora se enfada, le llama de todo "...señor don bacallao, alma de almirez, cuesco de dátil...". Confiesa que "...Todo lo que habéis visto esta noche ha sido fingido, que no soy yo mujer que por semejantes camellos había de dejar que me doliese un negro de la uña, cuanto más morirme." Sancho le da la razón. Piensa que "...esto del morirse los enamorados es cosa de risa: bien lo pueden ellos decir, pero hacer, créalo Judas."
En estas, entra el trovador "...el panegírico de la noche antes..." Quijo dijo "...vuestra merced tiene extremada voz, pero lo que cantó no me parece que fue muy a propósito, porque ¿qué tienen que ver las estancias de Garcilaso con la muerte de esta señora?" El trovador le contesta que no se preocupe por eso porque entre los poetas noveles/ignorantes "...cada uno escriba como quisiere y hurte de quien quisiere, venga o no venga a pelo de su intento, y ya no hay necedad que canten o escriban que no se atribuya a licencia poética." (¡Qué actual!)
En ésto entran los duques (grrr...) le dan licencia para marcharse al día siguiente y la facinerosa le pregunta "...si quedaba en su gracia Altisidora..." Nuestro Señor de los Leones le responde "...todo el mal de esta doncella nace de la ociosidad, cuyo remedio es la ocupación honesta y continua...". Le sugiere que siga haciendo encaje de bolillos.
La facinerosa dice que "...Altisidora se ocupe de aquí adelante en hacer alguna labor blanca, que la sabe hacer por extremo." A lo cual Altisidora responde "--No hay para qué, señora, usar de ese remedio, pues la consideración de las crueldades que conmigo ha usado este malandrín mostrenco me le borrarán de la memoria sin otro artificio alguno; y con licencia de vuestra grandeza me quiero quitar de aquí, por no ver delante de mis ojos ya no su triste figura, sino su fea y abominable catadura". (¡Qué cruel!)
Sancho acaba diciendo "--Mándote yo, pobre doncella, mándote, digo, mala ventura, pues las has habido con una alma de esparto y con un corazón de encina. ¡A fe que si las hubieras conmigo, que otro gallo te cantara!"
"Acabose la plática, vistiose don Quijote, comió con los duques y partiose aquella tarde".
Seguiremos con el LXXI