"Era la víspera de Reyes. El "Niño de la Jara", con cinco hombres de su partida, decidieron pasar la noche en el cortijo de Buenaventura "El Matutero", en quien tenían plena confianza, pues les había prestado ayuda en varias ocasiones. Esta partida, después de la de "El Herrerillo", era la más temida. Desde hacía algún tiempo, operaba entre Montoro, Bujarón y la Venta de la Ciénaga. En aquella parte de la sierra, tan abrupta y frondosa, los bandidos habían asaltado los cortijos con cierta facilidad, pero últimamente se habían visto obligados a emplear procedimientos brutales, y a veces sangrientos. Mataban si había resistencia, y siempre se escabullían sin que la Guardia Civil pudiera dar con ellos.
Aquella noche de Reyes, los bandidos durmieron en casa de "El Matutero". Mucho antes del alba, salió éste con el burro hacia Montoro, donde, con el dinero que le habían dado sus amigos, pensaba aprovisionarse para celebrar bien la fiesta. Cuando salió del cortijo, la oscuridad era completa, y Buenaventura no se dio cuenta de que su casa estaba totalmente cercada por la Guardia Civil, mientras los bandidos seguían durmiendo tranquilamente. Había habido un soplo.
Hacia las diez de la mañana, regresaba "El Matutero" con su burro bien cargado, cuando se topó en el camino con los guardias. Algo malo barruntó cuando vio detrás de ellos el carro de su cortijo, tirado por el mulo y conducido por su hijo Tolín, de catorce años. El carro parecía muy cargado y venía tapado con unos sacos.
--¡Buenaventura!--le dijo el cabo--. Parece que en tu casa tienes invitados.
El cortijero se hizo el sorprendido y alegó que no sabía quien había venido al cortijo, porque él había salido muy temprano con idea de comprar algunas cosillas para los chicos y vituallas para celebrar la fiesta de reyes.
El cabo sonrió.
--Pues hoy, la fiesta no la celebrarán tus invitados--dijo.
Y, levantando los sacos, le mostró seis cadáveres, entre ellos, el del temido "Niño de la Jara". El Matutero estuvo a punto de desplomarse. Pero pronto se repuso.
El cabo ordenó que se volviesen a echar los sacos sobre los muertos.
--Buenaventura, ¡montáte en el carro!--ordenó.
"El Matutero" palideció.
--Te he dicho que montes con tus amigos--insistió el cabo.
El cortijero se sentó en el borde del carro, sobre los pies de los cadáveres, y así lo llevaron a Montoro, y de allí a Córdoba, donde tras varios angustiosos y duros interrogatorios, lo encerraron en la cárcel, y aún podía alegrarse por haberse librado de algo peor!
Al día siguiente del suceso. Tomás trajo a Candera la noticia de la tragedia del cortijo de "El Matutero". Contó que aquella mañana, mientras arrancaba unos árboles cerca de la carretera para hacer estacas, se había encontrado con Tolín, el hijo de Buenaventura. Venía montado en el carro vacío, tirado por el mulo. Atado a la parte trasera del carro, traía el burro. El muchacho le contó a Tomás todo lo ocurrido. A él también le habían interrogado, pero, como era muy joven, lo soltaron pronto."
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THE PERSEVERANCE OF HORROUR
It was the eve of Kings' Day. The "Rock-Rose Boy", with five men of his gang, decided to spend the night in Buenaventura's, the "Smuggler's" farm, whom they totally trusted as he had helped them before in several ocassions. This band, after the "Little Blacksmith's" was the most feared. For quite a while their field of action had been between Montoro, Bujarón and the Marsh's Inn. In that part of the mountains, so rugged and abrupt, they pillaged farms easily, but lately they had been forced to use more brutal and bloody procedures. If there was resistance, they killed. However, they always managed to escape before the Civil Guard caught up with them.
That Kings' Eve, the outlaws slept in "The Smuggler's" cortijo (farm). Way before dawn, the latter left with his donkey to Montoro where, with the money his friends had given him, was going to buy provisions for that day's party. When he left, it was still very dark and Buenaventura didn't notice that his farm was totally surrounded by the Civil Guard, while the bandits happily slept inside. There had been a tip-off.
Towards 10:00 a.m., he returned with his donkey heavily loaded, when, on the way, he bumped into the guards. He sensed something was wrong when he saw, behind them, his cart pulled by the mule and steered by his fourteen-year-old son, Tolín. The cart seemed packed and was covered with sacks.
--Buenaventura!-- the corporal said--. It seems you have guests in your house.
The "Smuggler" pretended surprise and said he didn't know who had gone to his farm because he had left very early in order to buy food and some presents for the kids, to celebrate Kings' Day.
The corporal smiled.
--Well, today, your friends won't celebrate it--he said.
Lifting up the sacks, he showed him the six dead bodies, among them, the dreaded "Rock-Rose Boy". The "Smuggler" almost fainted, but soon took a hold of himself.
The corporal ordered to put the sacks back over the corpses.
--Buenaventura, get on the cart!--he ordered.
The "Smuggler" paled.
--I told you to get on with your friends--insisted the corporal.
The farmer sat on the cart's edge, on top of the corpses' feet and, that way, he was taken to Montoro and from there to Córdoba, where after several tough and tortuous interrogations, they locked him in jail. He could be grateful that nothing worse had happened to him!
The following day Tomás brought the news, of the "Smuggler's" cortijo tragedy, to Candera. He told that, that morning, while he was close to the road uprooting some trees to make stakes, he met up with Tolín, Buenaventura's son. He was coming on an empty cart pulled by the mule. Behind, the donkey was tied to the cart. The boy told Tomás everything that had happened. They also interrogated him but, since he was under-age, they let him go.
13 comentarios:
A Tolín se le hundiría el mundo.
Besos.
si, horror es la palabra.
Besos
joder, pues menos mal, aún tuvieron suerte... YO me estaba temiendo lo peor, y más conociendo como se las gastaban las "parejas" de la Guardia Civil en esa época, claro.
Bezos.
¡Y tan horror! ¡Menuda masacre! Una noche de Reyes como para no olvidar, pero no precisamente por lo que suele conllevar.
Besos
Cuánta soberbia y violencia gratuita en aquella España, querida Merche.
Besos.
Veo que en esa época les importaba muy poco si era Noche de reyes si había que matar! Que masacre!!
BESOTES MERCHE QUERIDA!
TORO, sí, ¿te imaginas? Se quedaba solo con el burro y el mulo... Besotes, M.
MYRIAM, ¡Horrorífico! Besotes, M.
THIAGO, seguro que de una buena tunda no se libraron ni padre ni hijo... Besotes, M.
ASUN, seguro que en la memoria de Tolín esos Reyes nunca se le habrán borrado. Besotes, M.
PEDRO, qué tiempos más horripilantes... Besotes, M.
STANLEY, no respetaban nada, ni que fuera Navidad o Reyes. Horrible. Besotes, M.
La violencia engendra violencia.
Si Merche, es Warren Beatty el que aparece. Como Barbra no hace shows tan seguido, sus amigos tratan de concurrir.
BESOTES PRECIOSA Y BUEN FINDE!
Esa imagen inocente de los Reyes despista...menuda masacre. Profunda España y profunda Andalucia profundísima la que vivió tu tía.
Besos, Merche
PACO CUESTA, así es... Besotes, M.
STANLEY, gracias por confirmarlo. ¡Buen finde! Besotes, M.
ABEJITA, ay, la España negra... Besotes, M.
yo esperaba otro fusilamiento...
BIPO, menos mal que no fue así. Ya bastaba con la carnicería que causaron. Besotes, M.
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