"Ahora se sentían los pasos más leves de la otra criada, que empezaba a abrir puertas. Otros pasos, más ligeros, atravesaban después el pasillo que conducía a la calle. Seguramente sería Marta, su hermanastra, que acostumbraba a acudir todas las mañanas a la primera misa. Juan Antonio abrió la puerta de su cuarto y asomó la cabeza. Efectivamente, era Marta. Tenía los ojos cargados de sueño y una palidez intensa en la cara. Siempre le había dado a Juan Antonio la impresión de que aquella chica estaba algo enferma. Los ojos de Marta relampaguearon al verlo.
"--¿Qué te pasa?--le preguntó Marta--. ¿Por qué te has levantado tan temprano? El autobús no saldrá hasta el mediodia.
"--¿Se ha levantado mi padre?
"--No, creo que no. Es muy temprano todavía. ¿Qué querías?
"--Nada..., nada...--dijo Juan Antonio, al tiempo que entraba de nuevo en su cuarto.
"El muchacho pensó que Marta no era una persona adecuada para las confidencias. Además, no había ninguna confianza entre ambos. Vivían bajo el mismo techo, pero jamás se produjo entre ellos más contacto y unión que el que tienen los habitantes de una casa de huéspedes. De todas formas, Juan Antonio estaba decidido a enfrentarse con su padre, en cuanto lo viese. Cuando oyó sus pisadas en dirección al comedor, donde solía tomar el desayuno, Juan Antonio salió precipitadamente al pasillo. Una maleta y un pequeño baúl estorbaban el paso. Se detuvo ante la puerta del comedor un momento, para serenarse, y cuando entró, su padre estaba ya sentado ante una taza humeante, con un periódico en la mano. Pensaba decirle todo lo que había bullido en su cabeza aquella noche... Pero, de repente, se sintió vacío, y sintió que sus energías se desmonoraban. Se limitó a decir:
"--Buenos días, papá.
"--Buenos días, hijo.
"Sirvieron el desayuno a Juan Antonio. Luego entró doña Mariana, y hablaron de cosas triviales referentes al viaje.
"Al mediodía, Juan Antonio, antes de tomar el autobús en la plaza, se despedía de toda la familia.
"Marta le acompañó hasta la puerta de la calle. Sus negros ojos brillaban. Juan Antonio se inclinó hacia ella.
"--Adiós, Marta. ¿No me das un beso?
"Marta, temblorosa, se lo dió".
La lectura de aquellos papeles, que tanto interesaban a María y Miguel, se interrumpió bruscamente. Las hojas que venían a continuación estaban muy deterioradas. La humedad había corrido la tinta, y las polillas también habían contribuido a su destrucción. Era imposible leer lo que estaba escrito en ellas.
Miguel fue hacia el hotel. En aquel momento, Daniel, muy arreglado y orondo, montaba en el coche de un cortijero que lo llevaría a Córdoba.
En la calle, Justiniana le despedía con cara de resignación, pero se percibía en ella, al mismo tiempo, cierto aire de orgullo. ¡No todas podían presumir de un marido tan lucido!
--Adiós, Daniel--le dijo Miguel--. ¡Qué se divierta! A ver si a la vuelta me encuentra más papeles.
El coche arrancó mientras el fondista le gritaba, entre carcajadas: --¡Digáselo a Justiniana, que yo no estoy ahora para papelitos!"
(NOTA MÍA: NO desesepereis que ésto no ha acabado. Algunos "capítulos/posts" más adelante, mi tía retoma el tema de "El Herrerillo").
-----------------------------------------------------------------------------
A TALE IN THE LIFE OF JUAN MONTEJO, THE "LITTLE BLACKSMITH" (4)
"He heard other lighter steps, this time of another maid who started opening doors. Other much lighter steps crossed the hallway leading to the entrance. Surely, those belonged to Marta, his step-sister, who, every morning, attended early Mass. Juan Antonio opened his bedroom door and looked out. Yes, it was Marta. She had very sleepy eyes and her face was intensely pale. Juan Antonio often had the impression that the girl was not very healthy. Her eyes sparkled when she saw him.
--What's wrong? --Marta asked--. Why are you up so early? The bus won't be leaving until noon.
--Is my father awake?
--No, I don't think so. It's still very early. What did you want?
--Nothing..., nothing...--Juan Antonio said, as he went back into his room.
The boy didn't think Marta was sufficiently reliable. Besides, no great trust existed between them. They lived under the same roof but they had the same contact and closeness as if they lived in a boarding house. However, he was going to confront his father as soon as he saw him. When he heard his steps going towards the dining room, where he used to have his breakfast, Juan Antonio, rushed out to the hallway. A suitcase and a chest were in the way. He stopped a moment in front of the dining room door to get a hold of himself, when he entered, his father was already sitting in front of a steaming cup, reading a newspaper. He wanted to tell him all that had been brewing in his brain that night... But, suddenly, he felt empty, all his energy was crumbling, falling apart. He just said:
--Good morning, Dad.
--Good morning, son.
They served him breakfast. Doña Mariana entered and talked about trivial things regarding his trip.
At noon, before getting on the bus, Juan Antonio said goodbye to all the family.
Marta accompanied him to the main entrance. Her dark eyes glittered. Juan Antonio leaned towards her.
--Goodbye, Marta. Aren't you going to give me a kiss?
Marta, trembly, kissed him."
The reading of those papers, that interested María and Miguel so much, interrupted brusquely. The sheets that continued were very deteriorated. Dampness had blotted the ink and moths had also contributed to its destruction. It was impossible to read what was written.
Miguel went towards the inn. At that moment, Daniel, very showy and spruced up, was getting into a car of a farm owner who was taking him to Córdoba.
On the street, Justiniana said goodbye with a resigned look in her face, but at the same time, with a touch of pride because not everyone could brag about such a "posh" husband!
--Goodbye, Daniel--Miguel said--. Have fun! And, let's see, if when you come back you find us more papers.
The car started while the inn-keeper, laughingly, shouted: Tell Justiniana! Now, I can't think about any papers!
(MY NOTE: DON'T despair, it's not finished yet. My aunt, a few "chapters/posts" ahead, retakes the "Little Blacksmith's" tale).
13 comentarios:
Esto es tortura Merche.
Te denunciaré.
Besos.
Vaya por dios, justo cuando la muchacha le da el beso, se ponen borrosos los papeles. ¿No será que tu tía era la reina del suspense? ¡Ja, ja!
Nos hemos quedado sin herrero, sólo falta que se enamore.
Me voy a aliar con TORO. Ya sabes, "la unión hace la fuerza".
Besos
TORO y ASUN, tendreís que denunciar a mi tia, ja,ja... Es que tenemos que esperar a que vuelva Daniel de su jolgorio en Córdoba... Besotes, M.
AMELCHE, algo de eso también tenía, sí. Besotes, M.
PACO CUESTA, así es pero no te preocupes porque seguiremos sabiendo de él. Besotes, M.
Estoy de acuerdo con Toro! Llamaré a mis letrados, jajajaja!! Merche, y yo que creía que eras tan adorable!!!
Mil gracias por tu visita, y por haber visitado a mis amigas, sos muy generosa, querida amiga!
Las fotos de Marilyn? Cuando comencé a publicar fotos de ella en mi blog, por esas cosas inexplicables de la blogosfera, un ruso me envió todas estas fotos. Por más que intenté usar el traductor de Google, jamás me enteré porqué me las envió, jajjajajaja!!
Con el tiempo (y por mi eterna curiosidad) me enteré que esas fotografías fueron tomadas justo un mes antes de morir Marilyn. Se las tomó un fotógrafo (no recuerdo su nombre en este momento) porque Vogue le había encargado cuatro fotos de Marilyn. Ese día ella estaba de buen humor y se dejó fotografíar a gusto por este fotógrafo. Cumplió con Vogue y le entregó las cuatro fotos, y el resto se las guardó, sin saber que sucedería al mes. Luego de cinco años, sacó un libro con todas estas fotos, y contando el día que pasó con Marilyn. Obviamente se hizo millonario.
BESOTES PRECIOSA Y GRACIAS POR TODO!
jaja es que esto ya es metaliteratura: un libro dentro de otro libro jajaja. Pero yo si que ya desesperaba pensando que la historia del herrerillo se acababa aquí.
me soprende que en aquella epoca, que eran tan formales dijeran "Buenos dias papa", no sería más normal: "Buenos dias, padre?. Sobre todo en medios rurales, no se le llamaba papá a un padre, creo, al menos en Galicia aún pasa, jaja
Bezos, cari, ya estoy de vuelta.
Hi there,
This is a message for the webmaster/admin here at kikkax.blogspot.com.
Can I use part of the information from this blog post right above if I provide a link back to this site?
Thanks,
William
STANLEY, pues ya ves que no soy tan adorable y soy muy puñetera... (Aunque no soy yo, sino mi tía...) ¡Muy interesante la historia de las fotos de Marilyn! Gracias por la información querido. Muchos besotes, M.
THIAGO, ya he visto que estás de vuelta ¡ya era hora! Mira, si él decía "buenos días, papá" sería porque era así, digo yo... Creo que en las familias un poco más "pudientes" no se usaba el "padre" se tuteaba y se usaba "papá". Por ejemplo, yo siempre usé "papá y mamá" y jamás "padre y madre" ni hablarles de usted.
Si crees que ésto es "metaliteratura" espera a que lleguen los próximos capítulos de "El Herrerillo" que no ha acabado todavía... Aún hay otra novela... Besotes, M.
ANÓNIMO, you're very weird. Do as you like although I think you're a spam and I should rubber you off.
Vengo a dejarte un cordial saludo,eres estupenda enfrentando la madeja del suspenso,un blog para entrar y comenzar a leer,una delicia.
Un abrazo.
AMÉRICA, gracias por tu visita. Tu blog es muy interesante, trataré de visitarte más a menudo pero ya sabes cómo es ésto de los blogs, uno ya tiene su "tribu" y es difícil (debido al tiempo) entrar en nuevos, por lo menos para mi.
Te explico que lo que estoy escribiendo no es de mi cosecha. Está basado en un libro que escribió mi tía-abuela, Dolores Salís, a sus 80-90 años, se titula "Exilios (1936-1945)". A ti que te gusta tanto todo lo andaluz, te gustarán estos pasajes de cuando mis tíos (María y Miguel en el libro) estuvieron en Sierra Morena. Besotes, M.
Qué terrible cuando los padres obligan a los hijos a estudiar algo que no quieren en lugar de poder elegir por sí mismos de acuerdo a sus inclinaciones y deseos.
(Seguiremos esprando entonces....)
Besos
MYRIAM, sí, terrible cuando los padres quieren influir en las carreras de sus hijos pero antes era así, desgraciadamente. Besotes, M.
Publicar un comentario