domingo, 7 de noviembre de 2010

UN RELATO DE LA VIDA DE JUAN MONTEJO, "EL HERRERILLO" (3)



"Don Pedro sabía que el oficio de forjador era algo así como el de herrero, un herrero más hábil y delicado que los corrientes, que sabía hacer rejas y cosas por el estilo.  La reja de la tumba de sus padres era de forja, según le habían dicho, y también la cancela de su casa, que tenía unos barrotes retorcidos rematados por unos pájaros.  Esa cancela había sido forjada por "El Quemao", de quien decían que era un verdadero artista, pero el pobrecillo "Quemao", lleno de quemaduras y costurones, estaba ahora en el asilo de Andújar.

"--Es como si me dijeses que quieres ser albañil--dijo don Pedro
"--¡Pero papá! trabajando el hierro puedo llegar a ser un artista de categoría.
"--¡Peor todavía!--atajó don Pedro--.  Los artistas son un atajo de vagos y de golfos.

"Juan Antonio insistió.  Explicó las cosas maravillosas que se podían hacer.  Ya había pensado donde poner la fragua:  en el fondo del patio, en la caseta donde antiguamente estuvo el horno de pan.  Allí se podría instalar un taller estupendo...

"--¡Basta de tonterías!--cortó bruscamente don Pedro--Estás matriculado en la facultad de Derecho.  Mañana te vas a Madrid... y hemos terminado.

"Juan Antonio tiró la servilleta sobre la mesa y se fue a su cuarto.  No, no y no.  Él no obedecería a su padre.  No estudiaría la carrera que querían obligarle a empezar.  Se lo comunicaría a su padre en cuanto despertase a la mañana siguiente.

"Se acostó y apagó la luz.  Quiso dormirse, pero fue imposible.  Miró una y otra vez el reloj fosforescente de la mesilla.  Las horas transcurrían con lentitud desesperante.  Dio mil vueltas en la cama.  Encendió la luz repetidas veces, con intención de leer, pero sus ojos recorrían las líneas del libro sin retener nada.  Pensaba en la reacción de su padre cuando le dijese que se negaba rotundamente a ir a Madrid.  ¡Cuánto tardaba en despuntar el día!  Abrió las maderas de las ventanas para poder ver los primeros albores de la mañana.

"Por fin, los cuadriláteros negros de los cristales empezaron a cubrirse de un tinte lechoso que fue aclarándose poco a poco, a medida que transcurría el tiempo.  La aurora.

"Juan Antonio saltó de la cama y empezó a vestirse, pero se dió cuenta de que tendría que esperar una hora por lo menos hasta que su padre se levantase.  Se sentó en una silla, con los codos sobre la mesa.  Oyó a Quisca, la vieja cocinera, que bajaba pesadamente las escaleras del piso alto.  La sintió pasar por delante de la puerta de su cuarto y abrir el portón que daba al patio.  Luego, atravesaba de nuevo el pasillo y corría los cerrojos de la puerta de entrada.  Se oía despues, hacia la cocina, el ruido que hacía al limpiar el fogón con un hierro, antes de encender la lumbre."  (Continuará)

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A TALE IN THE LIFE OF JUAN MONTEJO, THE "LITTLE BLACKSMITH" (3)

Don Pedro knew that being a metal forger was somewhat like being a blacksmith, although more skillful and delicate, knowing how to make grilles and the like.  The grille on the tomb of his parents was forged, as he was told, and also his house's wrought-iron gate, which had twisted bars finished off with little birds.  That gate had been forged by the "Burnt One", considered a true artist by everyone, but, poor man, full of burns and scars, he now lived in Andújar's asylum.

--It's as if you say you want to be a bricklayer-- Don Pedro said.
--But, Dad!  I can become a great artist forging iron.
-- That's even worse!--don Pedro cut him short--.  Artists are a bunch of sloths and degenerates.

Juan Antonio insisted.  He explained all the wonderful things that could be made.  He even knew where the forge could be set up:  at the end of the patio, where the old bread oven used to be.  It was a fantastic place for a workshop...

--Enough!--don Pedro brusquely cut off the conversation--You're enrolled in the Law Faculty.  Tomorrow you'll go to Madrid... and that's the end of it.

Juan Antonio threw the napkin on the table and went to his room.  No, no, and no.  He wouldn't obey his father.  He wouldn't study the career they were obliging him to study.  He would tell him as soon as he woke up in the morning.

He went to bed and turned off the light.  He wanted to sleep, but it was impossible.  He looked once, twice, and once again at the phosphorescent clock on his bedside table.  The hours went by with desperate sluggishness.  He tossed and turned a thousand times.  He turned on the light several times, wanting to read, but his eyes browsed the book without retaining anything.  He thought of his father's reaction when he told him that he was, definitely, not going to Madrid. The day was taking a long time in arriving!  He opened the wooden shutters in order to see the first daylight.

Finally, the black glass window squares turned a milky white clearing up as time passed.  Dawn.

Juan Antonio jumped out of bed and started dressing but he realized that he would still have to wait one more hour, at least, until his father woke up.  He sat on a chair, with his elbows on the table.  He heard Quisca, the old cook,  plodding down the stairs, pass by his room and open the large door leading to the patio.  Later, she crossed the hallway once again and opened the locks of the main entrance. Afterwards, she went to the kitchen and with a large iron rod cleaned the oven before starting the fire.  (It will continue)

17 comentarios:

Asun dijo...

Ay, madre... qué intriga.
¿Se atreverá Juan Antonio a plantarle cara a su padre y decírselo? Porque en aquella época normalmente se acababa imponiendo la voluntad de los progenitores SÍ o SÍ.
Y si no, te daban una guantada y a callar.
Espero el desenlace.

Besos

TORO SALVAJE dijo...

Mercheeeeeeeeeeeeeee!!!

Vengaaaaaa

Besos.

Myriam dijo...

Qué suspense... Y ahora ¿qué hago? ¿Cómo me aguanto hasta mañana?

Merche Pallarés dijo...

ASUN, el desenlace (en parte) llega el miércoles (me gusta espaciar los posts porque también el libro de mi tía se está acabando...). Besotes, M.

TORO, ¿Quéeeeeeeeeee? Besotes, M.

MYRIAM, tendrás que aguantarte hasta el miércoles como le digo a ASUN... Sorry. Besotes, M.

Antonio Aguilera dijo...

Estas coaas pasaban antes; auqnue ahora también se dan casos. Estudiar carrera era todo un privilegio que no se debía desaprovechar.

Vaya..., cuando se acabe el libro de tu tía tendrás que empezar tus propias memorias. Seguro que de esas no me pierdo ni un capítulo, aunque tenga que escaparme de noche a leerlas mientras duerme mi Mildred.

Un beso por aquí arriba. Bajo pal Quijote...

Miguel dijo...

Bueno. Ya nos contarás. Yo creo que al final Jose Antonio se saldrá con la suya....

Un beso.

Merche Pallarés dijo...

ANTONIO AGUILERA, mis "memoirs" serán en forma de libro... Y, sí, me voy a poner a ello en cuanto terminemos, definitivamente, con Quijo (porque sabes que el profe nos ha puesto deberes...). Besotes, M.

MIGUEL, adivina, adivinanza... Besotes, M.

Paco Cuesta dijo...

Veo que nos conduces a el Peine del Viento.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Me gusta mucho este relato, amiga, y comparto la intriga con Asun.

Besos...!

Fernando Manero dijo...

Así se han forjado los grandes artistas. A base de tesón y rebeldía. Enfrentándose a los designios paternos y mirando hacia delante, convencidos de su lugar en el mundo. Ignoro cómo seguirá la historia, pero, por lo leido, deduzco que el tal Juan Antonio fue personaje de muchos pelendengues. Un abrazo, Merche

Merche Pallarés dijo...

PACO CUESTA, muy bueno. Al fin y al cabo Chillida era herrero... Besotes, M.

CORNELIVS, me alegro. Besotes, M.

FERNANDO MANERO, Sí, se veía que el muchacho tenía verdadera vocación pero ¡ay! los tiempos eran diferentes... Besotes, M.

Merche Pallarés dijo...

PACO CUESTA, quise decir forjador en vez de herrero. Disculpas... Besotes de nuevo, M.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Y tan diferentes que eran los tiempos. Los herreros siempre han tenido algo de misteriosos.
Besos.

José Alfonso dijo...

Estoy vagabundeando de aquí para allá, a todos lados y a ninguno. Lo que no quita para que me acerque acá y te dé un besazo, buena amiga.

Teresa dijo...

¡Qué lenguaje emplea tu tía, estoy alucinada!

Vagos y maleantes, eso son los artistas.

Anónimo dijo...

Merche, me dejaste en ascuas!! Ese padre no parece ser de los que dan el brazo a torcer! Espero ansioso la continuación!

Gracias por la visita.

BESOTES HERMOSA BUENA SEMANA!

Merche Pallarés dijo...

PEDRO, nunca he visto a un herrero y no sé si son misteriosos pero si tu lo dices... o ¿te refieres a la foto que he puesto? Muchos besotes, M.

JOSÉ ALFONSO, te he leido en los últimos posts que ya no ibas a escribir... pero no he visto que se pudiera hacer comentarios. Agradezco mucho tu visita querido. Tu aparece cuando quieras. Muchos besotes, M.

BIPO pues ¡mira que tu lenguaje! Voy a leer ¡ya! todos los comentarios que has escrito en los diferentes posts... Qué idea tenían antiguamente sobre los artistas ¿verdad? Muchos besotes, M.

STANLEY, mañana el desenlace (en parte). Muchos besotes, M.