ESTUARIO DEL BIDASOA - ESTUARY OF THE BIDASOA RIVER
"Entre los que todavía permanecían en Hendaya, quedaba una familia emparentada con Miguel. En realidad, se trataba de varias familias que ocupaban una hermosa casa visible desde la carretera. Estaba situada en una altura, y, entre los frondosos árboles del jardín que la rodeaban, asomaban sus blancos ventanales que miraban hacia Fuenterrabía, con el estuario del Bidasoa delante; al fondo, como un biombo, el monte Jaizkibel protegía a la ciudad de las furias del mar.
Algunos miembros de esa familia estaban bloqueados en Madrid, y, según las noticias que de vez en cuando llegaban, lo estaban pasando muy mal.
Todos los domingos, María y Miguel comían invitados en aquella casa. La "douairière" (vieja dama) de aquella pequeña corte en el exilio--una señora bondadosa y de enorme generosidad--(Nota mia: seguro que era la madre de Miguel, mi bisabuela María...) reía complacida ante el apetito que Miguel mostraba en aquellas ocasiones. Éste se resarcia cada domingo de los carramarros ingeridos durante toda la semana.
Las señoritas Urruticoerrota ya no estaban en Hendaya. Un sobrino de Bilbao había venido a por ellas. Se resistieron tenazmente, pero en vista de que los esperados "contraataques" no acababan de producirse, se resignaron al fin a regresar a España.
Miguel observó cierta transformación en los amigos y conocidos que hasta entonces se habían negado a hacer gestiones para pasar la frontera. Los entusiasmos políticos de meses antes se habían apagado; la firme determinación de no pisar España mientras en ella estuviera Franco se había debilitado de manera sensible.
Una tarde, mientras paseaban cerca de la playa, oyeron estallidos de cohetes y un jubiloso volteo de campanas. La orilla se llenó pronto de gente que miraba hacia Fuenterrabía, de donde partía el alboroto. Alguien gritó "¡Ya ha caido Covadonga!", y Miguel vio con asombro a algunos izquierdistas furibundos, tremendamente intransigentes, aplaudir con entusiasmo, al tiempo que se decían unos a otros:
--Esto va a acabar pronto y podremos marcharnos a casa.
Estaban ya hartos de tantas privaciones y molestias. Además, una vez decayeron la excitación y las emociones de los primeros dias del conflicto, se aburrían a morir. Echaban mucho de menos a tantos compañeros y parientes que habían quedado al otro lado. Los de Irún añoraban sus paseos por Ibarla o por las faldas del Jaizkibel, sus madrugadas de caza en las marismas de Playaundi y las cazuelas de bacalao o de angulas que se preparaban en las sociedades, en medio de un distendido ambiente de optimismo."
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BACK IN HENDAYE (6) AND END OF THIS CHAPTER
Some of Miguel's relatives were among the persons who still lived in Hendaye. Actually, they were several families who lived in a beautiful huge house that one could see from the road. It was on a hilltop, surrounded by a garden full of lovely leafy trees and from which white-panelled windows one could see the estuary of the Bidasoa river and neighbouring Fuenterrabía in front. On the background, like a screen, was the Jaizkibel mountain which protected the city from the sea's fury.
Some members of these families were blocked in Madrid and, from the news they received, were having a very hard time.
Every Sunday, María and Miguel had lunch with them. The "douairière" (grand lady) of that peculiar court of exiles--a very benevolent and generous woman-- (My note: I think it must have been Miguel's mother, my great-grand-mother, María...) laughed heartily watching how Miguel enjoyed the meal. He took advantage from the crabs he had eaten during the whole week!
The Urruticoerreta sisters were no longer in Hendaye. One of their nephews came to fetch them and take them back to Bilbao. Although, they had resisted tenaciously, finally they gave up when they realized that their longed-for "counter-attacks" didn't occur... They ended up returning to Spain.
Miguel noticed quite a change in some persons who, until then, hadn't wanted to make any moves to cross the border. The political enthusiasm of a few months back had extinguished; the firm determination not to return while Franco was there, had weakened considerably.
One afternoon, while they were walking on the beach, they heard a great explosion of fire-crackers and church bells ringing wildly. Many people appeared on the beach to watch the riot coming from the Spanish side. Someone shouted: "Covadonga has fallen!" (My note: a very important Republican position in Asturias)
Miguel, astonished, saw how several staunch and, very convinced, leftists applauded enthusiastically, at the same time saying to eachother:
---This is going to be finished soon and we can go back home.
They were tired, fed up with the discomfort and deprivations. Besides, once the excitement and emotions of the beginning of the conflict faded, life was very boring. They missed so many friends and relatives who had stayed on the other side. Those from Irún, longed for their walks through Ibarla or on the foothills of the Jaizkibel mountain, their early morning-hunts in the Playaundi marshes and the cod stews and eels that were cooked in the gastronomical societies, in relaxed, optimistic surroundings.
"Entre los que todavía permanecían en Hendaya, quedaba una familia emparentada con Miguel. En realidad, se trataba de varias familias que ocupaban una hermosa casa visible desde la carretera. Estaba situada en una altura, y, entre los frondosos árboles del jardín que la rodeaban, asomaban sus blancos ventanales que miraban hacia Fuenterrabía, con el estuario del Bidasoa delante; al fondo, como un biombo, el monte Jaizkibel protegía a la ciudad de las furias del mar.
Algunos miembros de esa familia estaban bloqueados en Madrid, y, según las noticias que de vez en cuando llegaban, lo estaban pasando muy mal.
Todos los domingos, María y Miguel comían invitados en aquella casa. La "douairière" (vieja dama) de aquella pequeña corte en el exilio--una señora bondadosa y de enorme generosidad--(Nota mia: seguro que era la madre de Miguel, mi bisabuela María...) reía complacida ante el apetito que Miguel mostraba en aquellas ocasiones. Éste se resarcia cada domingo de los carramarros ingeridos durante toda la semana.
Las señoritas Urruticoerrota ya no estaban en Hendaya. Un sobrino de Bilbao había venido a por ellas. Se resistieron tenazmente, pero en vista de que los esperados "contraataques" no acababan de producirse, se resignaron al fin a regresar a España.
Miguel observó cierta transformación en los amigos y conocidos que hasta entonces se habían negado a hacer gestiones para pasar la frontera. Los entusiasmos políticos de meses antes se habían apagado; la firme determinación de no pisar España mientras en ella estuviera Franco se había debilitado de manera sensible.
Una tarde, mientras paseaban cerca de la playa, oyeron estallidos de cohetes y un jubiloso volteo de campanas. La orilla se llenó pronto de gente que miraba hacia Fuenterrabía, de donde partía el alboroto. Alguien gritó "¡Ya ha caido Covadonga!", y Miguel vio con asombro a algunos izquierdistas furibundos, tremendamente intransigentes, aplaudir con entusiasmo, al tiempo que se decían unos a otros:
--Esto va a acabar pronto y podremos marcharnos a casa.
Estaban ya hartos de tantas privaciones y molestias. Además, una vez decayeron la excitación y las emociones de los primeros dias del conflicto, se aburrían a morir. Echaban mucho de menos a tantos compañeros y parientes que habían quedado al otro lado. Los de Irún añoraban sus paseos por Ibarla o por las faldas del Jaizkibel, sus madrugadas de caza en las marismas de Playaundi y las cazuelas de bacalao o de angulas que se preparaban en las sociedades, en medio de un distendido ambiente de optimismo."
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BACK IN HENDAYE (6) AND END OF THIS CHAPTER
Some of Miguel's relatives were among the persons who still lived in Hendaye. Actually, they were several families who lived in a beautiful huge house that one could see from the road. It was on a hilltop, surrounded by a garden full of lovely leafy trees and from which white-panelled windows one could see the estuary of the Bidasoa river and neighbouring Fuenterrabía in front. On the background, like a screen, was the Jaizkibel mountain which protected the city from the sea's fury.
Some members of these families were blocked in Madrid and, from the news they received, were having a very hard time.
Every Sunday, María and Miguel had lunch with them. The "douairière" (grand lady) of that peculiar court of exiles--a very benevolent and generous woman-- (My note: I think it must have been Miguel's mother, my great-grand-mother, María...) laughed heartily watching how Miguel enjoyed the meal. He took advantage from the crabs he had eaten during the whole week!
The Urruticoerreta sisters were no longer in Hendaye. One of their nephews came to fetch them and take them back to Bilbao. Although, they had resisted tenaciously, finally they gave up when they realized that their longed-for "counter-attacks" didn't occur... They ended up returning to Spain.
Miguel noticed quite a change in some persons who, until then, hadn't wanted to make any moves to cross the border. The political enthusiasm of a few months back had extinguished; the firm determination not to return while Franco was there, had weakened considerably.
One afternoon, while they were walking on the beach, they heard a great explosion of fire-crackers and church bells ringing wildly. Many people appeared on the beach to watch the riot coming from the Spanish side. Someone shouted: "Covadonga has fallen!" (My note: a very important Republican position in Asturias)
Miguel, astonished, saw how several staunch and, very convinced, leftists applauded enthusiastically, at the same time saying to eachother:
---This is going to be finished soon and we can go back home.
They were tired, fed up with the discomfort and deprivations. Besides, once the excitement and emotions of the beginning of the conflict faded, life was very boring. They missed so many friends and relatives who had stayed on the other side. Those from Irún, longed for their walks through Ibarla or on the foothills of the Jaizkibel mountain, their early morning-hunts in the Playaundi marshes and the cod stews and eels that were cooked in the gastronomical societies, in relaxed, optimistic surroundings.
19 comentarios:
A fuerza de privaciones hasta las ideas claudican.
Somos lo que somos.
Besos.
las ganas por el fin de la contienda no eran vanas..me imagino que todos querían el final de guerra... aunque no fuese su final...besos
Qué terrible debió ser todo aquello: hasta las personas más firmes cedieron ante la posibilidad de vuelta a casa. Fueron menos los que mantuvieron la cabeza alta.
Besos.
Es comprensible la claudicación cuando el final feliz se ha convertido en algo imposible, pero salvo por cuestiones de supervivencia (que también son superables, creo) yo no acabo de comprenderlo. Reconozco que no tengo sentimiento patriótico ninguno y que, de poder subsistir, lo mismo me da un sitio que otro. Quizá sea por eso que podría resistirme perfectamente al retorno a un país, por mucho que fuera el mio, si en él se vulneran las libertades.
De todas las maneras, teorizar sobre esto es mucho más fácil que vivirlo.
Un beso grande.
Claudicaron... pero me imagino que el retorno de muchos de ellos no fue como lo esperaban...
Conociendo la "generosidad" de los sublevados victoriosos.
Mille bisous, Merche.
TORO, desgraciadamente parece que es así... Besotes, M.
TUCCI, supongo que sí, estarían deseosos de que la pesadilla acabara, tienes razón. Besotes, M.
PEDRO, creo que los que mantuvieron la cabeza alta, como dices, fueron los que se exiliaron a Sudamérica, especialmente México, pero los que estaban a tiro de piedra de España y, en un principio, como dice mi tia la guerra les sacó de sus "madrigueras sin ganas de grandes aventuras" y tampoco estaban muy involucrados en cuestiones políticas, estaban deseosos de volver a sus "madrigueras". Una reacción muy humana, en el fondo. Besotes, M.
ISABEL HUETE, creo que sí es mucho más fácil teorizarlo que vivirlo. Ellos en Francia no tenían absolutamente nada. En España tenían sus casas, su vida. Besotes guapetona, M.
SELMITA, veremos qué pasa cuando regresen... En principio se encuentran con varias sorpresas... Gros bisous ma belle, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
"Los entusiasmos polìticos de meses antes se habìan apagado":
El tiempo y las duras condiciones del exilio, van ablandando las ideas primeras.
La carne es dèbil.
Besote
Pd. Que el Quijote lo publiquè debajo del ornitorrinco, si ya entraste.
Ay,querida Merche el alemàn te visita jajaja (esto es una expresión que usan nuestros amigos
argentinos)
Otro besote
Que triste y que real, cari... Cuan acomodaticio es el ser humano.
Bezos
Es increíble las peripecias que pasa la gente en tiempos tan difíciles. Ceo que nadie está preparado para una situación similar. El exilio, aunque sea por decisión propia es tremendo.
BESOTES HERMOSA Y BUENA SEMANA!
ANTONIO AGUILERA, tienes razón, definitivamente estoy gagá... No sé porque pensé que lo que habías escrito sobre el Quijote era ¡¡del capítulo XII!! En fin... perdona.
No conocía esa expresión de "el alemán te visita" ¿Qué quiere decir exactamente? ¿Qué me entra el sueño? Besotes, M.
THIAGO, el ser humano tiene estas debilidades, querido. Besotes, M.
STANLEY, como les digo a todos a veces es muy duro mantener las ideas firmes, especialmente bajo ese contexto de un exilio forzoso para nada buscado. Besotes y feliz semana para ti tambien, querido, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
Este post está teñido de una melancolía suave y un fondo de tristeza por lo que pudo ser y no fue.
La tencidad y la coherencia no son virtudes que abunden demasiado.
Besos.
Muchas gracias Merche querida y buena semana para vos también!
BESOTES HERMOSA.
ANTONIA, creo que la gente era realista y pragmática y seguro que sus convicciones políticas no eran tan sólidas. Por lo que leo, fue así para muchos... Una pena. Besotes, M.
I liked how this ended; I liked the last paragraph. It shows how the local environs becomes part of who we are. It is hard to separate the land and how we live our everyday lives linked to it, from us. That is why they missed their homes so much. The last paragraph tells us that.
NORTHSHOREWOMAN, the story hasn't ended yet, eh?? It continues. But it's true that people would want to go back home and try to forget everything. It's only human. Thank you for your comment, my dear. Hugs, M.
Tremendo... Besos
MYR, sí, desgraciadamente tremendo... Besotes, M.
qué conflicto de sentimientos... porque regresaron a sus tierras pero precisamente no se encontrarían ni sus casas, ni sus amigos, ni ese bacalao... complicado
BIPO, para muchos seguro que fue un conflicto tremendo. Como dice nuestro profe PEDRO, tiempos MUY difíciles. Besotes, M.
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