martes, 1 de septiembre de 2009

DE NUEVO EN HENDAYA (3)

HENDAYA PLAYA - HENDAYE BEACH


"--¿Qué hacemos ahora?--se preguntaron.

Al menos la noche era serena y calurosa.

--Vamos hacia la playa--sugirió María--. Si no encontramos otra cosa, podremos dormir en la arena.

A Miguel le pareció buena la idea y se pusieron en marcha. La playa quedaba bastante lejos, pero la excitación producida por la bronca y la indignación que llevaban todavía dentro del cuerpo les daba suficiente energía para caminar.

Hendaya-Playa estaba a aquellas horas en completo silencio. Ni siquiera se oía el ruido de las olas. No había más luz que la de los faroles de las calles. Cuando se dirigían decididamente a la playa con idea de pasar allí la noche, pasaron cerca de un garaje iluminado. Se dirigieron allí. Un hombre trabajaba debajo de un coche. Cuando sintió que alguien se aproximaba, dejó su trabajo y salió algo alarmado. Le explicaron lo que les ocurría y le preguntaron si sabría de alguien que pudiera alquilarles una habitación. Precisamente aquella mañana había quedado libre uno de los tres cuartos que el garajista alquilaba en la planta alta del garaje. María y Miguel vieron el cielo abierto.

El cuarto era sencillísimo y encalado, pero muy limpio y ventilado. Aunque la habitación carecía de cocina, decidieron alojarse allí hasta encontrar algo mejor. Tenían un hornillo de alcohol donde podían cocer la leche y los huevos, y con lo que comprasen en la "épicerie" de enfrente podrían aguantar hasta que los veraneantes se marcharan.

El ambiente de Hendaya había cambiado mucho durante los últimos meses.

Los que nada tenían que temer de quienes en aquel momento dominaban casi toda España, habían regresado a sus casas y empezaban a recomponer sus vidas. Los izquierdistas iban perdiendo las esperanzas de ver el triunfo de su causa, pero aún quedaban en la frontera algunos que no lo daban todo por perdido." (Continuará)

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BACK IN HENDAYE (3)

--What do we do now?--they asked themselves.

At least the night was calm and warm.

--Let's go to the beach--María suggested--. If we don't find anything else we can always sleep on the sand.

Miguel thought it was a good idea; they decided to go ahead. The beach was quite far but the adrenaline they had accumulated, due to the argument they had had, and indignation they felt, gave them enough energy to walk briskly.

Hendaye-Beach was completely silent at that time. Not even the waves were heard. The only light came from the street-lamps. As they decidedly walked towards the beach, with the idea of spending the night, they passed by a garage that was lit. They went there. A man was working underneath a car. As he heard someone approaching, he stood up a bit alarmed. They explained to him what had happened and asked if he knew someone who could rent them a room. Precisely that same morning a room, out of three that he rented above the garage, had been emptied.

María and Miguel thanked their lucky star!

The room was white-washed, extremely simple, but very clean and well ventilated. Although it didn't have a kitchen, they decided to stay there until they found something better. They had a small portable alcohol stove where they could boil milk and eggs and with whatever they bought at the "épicerie", across the street, they could last until the summer holiday-makers left.

Hendaye's environment had changed a lot in the last months.

Those who didn't have anything to fear, from those who controlled practically all of Spain, had returned to their homes and were starting to reorganize their lives. The leftists were losing hope of seeing their cause triumph, however, on the border, there were still others who didn't give up so easily. (It will continue)









22 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Por fin un oasis.
Menos mal.

Besos.

Euphorbia dijo...

Lo debieron pasar francamente mal. Menos mal que pudieron descansar en un sitio mínimamente decente y no en el agujero de ese hotel.
Un petonet, Merche.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Y cuántos murieron sin poder volver...
Besos.

Thiago dijo...

Bueno, si ella estuviera embarazada pareceíra la navidad... aunque pudiera ser mas romantico lo de dormir en la playa... hoy se econtraría alli un botellón, seguro, jajaja

bezos, precioso Hendaya, cari.

Kety dijo...

Me alegro de tu recuperación.
No puedes fallarnos en la acequia.

Un abrazo

Merche Pallarés dijo...

TORO, ves, no todo el mundo es malo... Tuvieron su recompensa... Besotes, M.

EUPHORBITA, exactamente, querida, pudieron descansar en un lugar decente. Besotes, M.

PEDRO, ese es el lado triste de la historia... En el próximo parte, mi tia menciona algo de ésto. Estate al loro, querido. Besotes, M.

THIAGO, ¡Qué risible eres! Seguro que hoy en dia habría un botellón... Tienes razón. Besotes, M.

KETY, ¡Nuestra Dulcinea de La Acequia! Bienvenida a mi humilde morada. Descuida que a eso de que no me muera, estaré al pie del cañón en La Acequia el dia de nuestro Quijo. Gracias por tu visita. Muchos besotes, M.

Myriam dijo...

Qué triste, que duro. Por lo menos tus tios se apoyaban uno al otro.

Besos

Merche Pallarés dijo...

MYR, pues sí, supongo que por eso estuvieron super-unidos toda la vida hasta que la muerte los separó... Besotes, M.

/ dijo...

Por fin un respiro para María y Miguel, veremos como sigue esta imperdible historia!

BESOTES HERMOSA Y FELIZ SEPTIEMBRE!

Fernando Manero dijo...

Me imagino Hendaya en aquella época. Ciudad tranquila y sosegada, repleta de pronto de refugiados que necesitaban rehacer sus vidas. Pasear por Hendaya, tan pulcra y apacible, obliga a llevar la mirada hacia aquellos tiempos tan bien descritos en tu entrada. Tuviedron suerte de encontrar un hotel o lo que aquello fuera, aunque supongo la amargura de sus pensamientos marcados por la añoranza y la sensación de fracaso. Siempre estará esa ciudad en nuestra memoria. Un fuerte abrazo

Martine dijo...

Mejor esta modesta habitación que una suite con aquella monstruosa
"Patronne-tenancière"..
Me alegro de que estés mejor, mil besitos!

northshorewoman dijo...

how lucky for them to chance upon this man working on his car who just happened to have an empty room for rent!

Merche Pallarés dijo...

STANLEY, sí, por fin un respiro... Besotes, M.

FERNANDO MANERO ¡Bienvenido de vuelta! Es un placer recibir tu tan ansiado y sabio comentario de nuevo.
Hendaya, en aquellos años debió de ser un avispero de gente. De tranquila, nada. Besotes, M.

SELMITA, ¡cien mil veces mejor! La patronne esa que la zurzan... Gracias y sí ya estoy mejor. Gros bisous ma chérie, M.

NORTHSHOREWOMAN, yes, thank goodness,they were lucky at the end! Hugs, M.

GRACIAS MIS QUERIDOS

/ dijo...

Muchas gracias por el comentario, querida Merche, sos un amor!

BESOTES DIOSA Y BUEN MIÉRCOLES!

MeTis dijo...

paso a saludarte, tengo que leerme la historia entera antes que voy perdida. es que no paro!!!

tengo las mañanas libres, a ver si tomamos un coffee.

besitos.

amelche dijo...

Menos mal, algo bueno tenía que pasar, no iba a ser todo malo.

Un abrazo.

Isabel Huete dijo...

Me he leído de un tirónlos tres capítulos porque así hilo más la historia. Me imagino a toda aquella gente intentando averiguar qué pasaba al otro lado de la frontera, la desazón al saber que los fascistas iban ganando posiciones, la intranquilidad de cómo estarían sus seres queridos, el miedo a volver... Quizá morir. Terrible, querida Merche.
Un besazo.

Señor De la Vega dijo...

Cuando alguien se resigna a asumir su nada, y acepta que no es del todo malo la arena de la playa, porque la noche se muestra serena y calurosa.

Cuando cualquier evento casual, ofrece en ese instante que mejoren las cosas; incluso acabar en un cuarto minusculo encalado, donde poder hervir un huevo, decorar con rosas y guardar tus pocas cosas.

Resulta a quién lo vive, un paraíso inesperado de importancia grandiosa, pues puedes pasar a ver de la vida, el lado menos malo; que en el fondo es el único modo positivo de afrontar las cosas.

Suyo, Z+-----

Merche Pallarés dijo...

METIS, ¡estupendo! tomaremos ese café. Nos llamamos. Besotes, M.

AMELCHE, siempre sale el sol despues de la tormenta... Nunca hay que tirar la toalla... Besotes, M.

ISABEL, sí, hija terribles dias de zozobra y desazón... Besotes, M.

SR. DE LA VEGA ¡bienvenido de vuelta a mi casa! Sí, tiene mucha razón, mi querido jovenzuelo, esos pequeños placeres como ese cuartucho y el hornillo para poder hervir huevos, seguro que para ellos era ¡el paraiso! A sus pies, M.

GRACIAS MIS QUERIDOS

Unknown dijo...

Tus tíos no se arredraban ante las dificultades ¿verdad?
Fuertes y supervivientes.

Teresa dijo...

dicen que cuando dios cierra una puerta, abre otra. (y eso que esta pareja tenía dinero gracias a su trabajo, por supuesto)

Merche Pallarés dijo...

BIPO, muy cierto, mi querida. Lo de la puerta... Besotes, M.