"Dos meses despues, otra pareja de la Guardia Civil, que tampoco era del cuartelillo de Candera, llamó a la puerta de los Cachero. Uno de los guardias era bastante viejo, y no tenía cara de mala persona; además, estaba emparentado con Justiniana, la de la fonda. No venían más que para que Antonio firmase un papel, pero éste, que los había visto llegar desde la ventana del granero, aterrorizado, saltó la tapia del corral y se fue al monte. Ahora estaba en la partida de "El Rapaz".
--¿Y de dónde es "El Herrerillo"?--preguntó María.
--He oido decir que aquí, en Candera, era bastante conocido y que Ramiro el Herrero y Daniel, el de la fonda, lo conocen muy bien--respondió Catalina--. Creo que es de Bujarón.
Cuando María regresaba a casa, se encontró con Daniel, a quien preguntó si podría contarle algo sobre "El Herrerillo".
--Historia bien triste es ésa--le dijo Daniel--"El Herrerillo" es hijo de un abogado de Bujarón. O sea, un señorito. Fue a Madrid a estudiar y volvió con unas ideas muy revolucionarias. Su padre tuvo muchos disgustos con él. Yo conocía bastante al padre, don Pedro Montejo, un señor muy serio y muy cabal. Era un abogado que sabía mucho. Todos los de esta región acudíamos a él cuando se trataba de pleitos de terrenos o teníamos que reclamar algún dinero que nos debían. Pero su hijo, Juan Antonio, era ya muy raro desde niño. Entonces solía venir muchas veces con su padre a Candera, y aquí pasaban temporadas en la casa de recreo que doña Carlota, hermana de don Pedro, tenía a la salida del pueblo. Juan Antonio era simpático, pero jugaba poco con los chicos del pueblo. No por orgullo, sino porque le divertía más irse al campo montado en un burro o pasarse horas enteras en el taller de Ramiro, el herrero. Era el mismo taller de hoy, donde sigue trabajando el mismo Ramiro de entonces, el padre de Raimunda. ¿No conoce usted a Raimunda?
María no la conocía. Daniel continuó.
--Pues es mujer misteriosa y de bastante mala fama. Se va de vez en cuando a Sevilla a pasar unos dias con sus tios, según dice ella, pero nadie conoce a esos tíos. Debe de tener un apaño con algún señor.
--¡Bueno!--cortó María--. Deje a Raimunda en paz y siga hablando de "El Herrerillo". (Continuará)
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THE DEFEATED WHO DIDN'T GIVE UP (3)
Two months later another couple of the Civil Guard who weren't from Candera's post either, knocked at the Cachero's door. One of the guards was quite old and didn't look like a bad man; besides he was a relative of Justiniana, the inn-keeper. They were only there to have Antonio sign a paper. However, Antonio seeing them arrive from the granary's window, terrified, jumped over the poultry-yard's wall and went into the mountains. He was now part of "El Rapaz" (The Boy's) band.
--And, where is "El Herrerillo" (The Little Blacksmith) from?--asked María.
-- I've heard that he was quite well known here in Candera. Ramiro the blacksmith and Daniel from the inn know him very well--answered Catalina--. I think he is from Bujarón.
When María was walking back home, she met up with Daniel. She asked him if he could tell her something about "El Herrerillo".
--It's a sad story, that one--Daniel said--. "El Herrerillo" is the son of a lawyer from Bujarón. Meaning, he's a gentleman. He went to study in Madrid and came back with very revolutionary ideas which upset his father very much. I knew his father, don Pedro Montejo, quite well. He was very serious and trustworthy, a lawyer that knew a lot. Everyone from this region went to see him when we had land disputes or needed to have debts paid, but his son, Juan Antonio, was very strange since he was a boy. Then, he would come often to Candera with his father, whose sister, doña Carlota, had a country house on the outskirts of the village, and spent periods of time here. Juan Antonio was friendly but didn't play much with the local boys. Not out of conceit but because he preferred to go out to the fields riding a donkey or spend hours in Ramiro the blacksmith's workshop. It was the same workshop as it is today where the same Ramiro, Raimunda's father is still working. Do you know Raimunda?
María didn't know her. Daniel continued.
--Well, she's a very mysterious woman and has quite a bad reputation. From time to time she goes to Seville to spend sometime with her aunt and uncle, so she says, but no one knows them. She must be having an affair with some man.
--Alright!--María cut the conversation short--. Leave Raimunda alone and continue telling me about "El Herrerillo". (It will continue)
12 comentarios:
Qué relato de historias entrecruzadas más interesantes: un hijo de familia bien revolucionario y una mujer con apaño.
Y presidiéndolo todo, la imagen siniestra de la pareja de guardia civiles de aquella época...
Besos.
Parece una telenovela.
Besos.
Pues si que es complicada la historia. no le veo ni le adivino el final. Pero muy bien narrada amiga. Un 10!
jaj que de personajes en este fragemento y eso que tu tía no era muy aficionada a dar nombres, pero aquí habla de todo el pueblo, jaja
Bezos.
Vaya imagen tan a tono que has encontrado para esta entrada, menudos caretos tienen, sólo verles la cara ya asustan.
Y ya mentidos en comidillas, ¿no será que el tal Juan Antonio, "El Herrerillo", tenía lío con Raimunda y es por eso que iba tanto a Sevilla?
No sé, da que pensar jajajajaja
Besos
No sé cuál es más ineresante, si la historia del HERRERILLO o la de RAIMUNDA!
BESOTES HERMOSA!!!
de padres capillitas hijos ateos...es que no se puede obligar a nadie a nada....besos
PEDRO, eso de "una mujer con apaño" me ha encantado... Besotes, M.
TORO, ¿a qué sí? Besotes, M.
MONTSERRAT, el final será MUY sorpresivo... Besotes, M.
THIAGO, se ve que le dió por ahí... Besotes, M.
ASUN, nos quedaremos con las ganas de saberlo porque mi tia no la menciona mas. Besotes, M.
STANLEY, como le digo a ASUN, mi tia no la menciona mas... Ya sabes como es... Besotes, M.
TUCCI, cierto. Recuerdo en los '60 que el hijo del Ministro del Aire era un revolucionario de tomo y lomo... Besotes, M.
Es verdad eso de que todo pasa; ¡pero cómo las pasaron algunos!
Besos.
Un entramado de historias, pero a mí de da mucha curiosidad la de Raymunda y sus apaños.
Besos
JUAN LUIS, sí, muchos las pasaron canutas... Besotes, M.
MYR, nos quedaremos con las ganas porque mi tia no menciona a Raimunda nunca mas. Besotes, M.
Tampoco ayudaba la sociedad de entonces con los chismes y habladurías de boca en boca. (Nos dura la tradición y a veces hacen mucho daño)
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