domingo, 30 de agosto de 2009
DE NUEVO EN HENDAYA (2)
"--¡Tendría usted que habernos advertido!-- dijo Miguel.
Muy malhumorados, se dejaron guiar hacia su nueva habitación por una especie de botones desarrapado que les condujo, saliendo de nuevo a la calle, hasta el portal de una casa destartalada. Una escalera desprovista de barandilla y con las paredes llenas de desconchones los llevó a un pasillo oscuro, al fondo del cual el botones les abrió una puerta desvencijada sin pestillo, cerradura ni manilla. La puerta se cerraba por medio de una cuerda sujeta a dos clavos. Sobre la mísera cama con un jergón a cuadros negros y grises y colcha abigarrada, sus mochilas semejaban dos cadáveres.
--¡Aquí no duermo yo!--exclamó María horrorizada--. Prefiero dormir en un banco de la calle.
Miguel agarró las dos mochilas, indignado, y salieron del cuarto. En el portal se encontraron con un personaje muy conocido en la región, medio mendigo, medio gitano, que se dedicaba a la compraventa de botellas vacias. Era el dueño de la casa.
Miguel, indignado por la desconsideración con que los había tratado la dueña del hotel, se encaró con ella y le dijo muy furioso que no tenía derecho a cambiarles de habitación el equipaje, sin su autorización.
La patrona soltó una carcajada y se mofó a gritos:
--¡Equipaje!...¡Equipaje!...¡Valiente equipaje!
Esto enfureció aún más a Miguel, y la discusión fue subiendo de tono. María estaba verdaderamente asustada. Nunca había visto a Miguel en aquel estado.
Afortunadamente, apareció un sacerdote español, huésped del hotel, a quien Miguel conocía bastante. Intervino tratando de calmar los ánimos, y al fin lo consiguió.
María y Miguel salieron a la calle con sus mochilas al hombro. Miguel echaba chispas. Se vieron de nuevo en la plaza, delante de la estación. Era la una de la madrugada y la plaza estaba desierta. Se sentaron en un banco." (Continuará)
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BACK IN HENDAYE (2)
--You should have warned us!--Miguel said.
Very mad, they let themselves be guided by a sort of scruffy bell-boy who, outside again, took them to the entrance of a broken-down house. A stairway lacking a railing, with peeled walls on the sides, led them to a dark corridor at which end was the "room". The bell-boy opened the rickety door which didn't have a latch nor lock whatsoever and no door-handle. A rope tied to two nails bolted the door. Over the grimy bed, with a black and grey checkered mattress and a motley bed-cover, laid their back-packs looking like corpses.
--I'm not sleeping here!--María exclaimed, horrified--. I rather sleep on a bench.
Miguel, furiously grabbed the back-packs and left the room. Downstairs, in the main entrance, they ran into a very well known character of the area, half-beggar, half-gypsy, whose way of life was buying and selling empty bottles. He was the owner of the house.
Miguel indignant by the treatment received from the hotel owner, faced her and lividly told her she had no right to have changed their room and move their luggage without their permission.
The owner let out a loud laugh and, mockingly, shouted:
--Luggage!...Luggage!...What luggage!
This infuriated Miguel even more. The tone of the discussion was slowly escalating. María was quite scared because she had never seen Miguel so enraged.
Fortunately, a Spanish priest who Miguel knew quite well and was staying in the hotel, showed up and tried to pacify the situation which he, finally, managed.
María and Miguel left with their back-packs over their shoulders. Miguel was still fuming. They found themselves, once again, in the square in front of the station. It was 1:00 a.m. The square was empty. They sat on a bench. (It will continue)
jueves, 27 de agosto de 2009
DE NUEVO EN HENDAYA (1)
ESTE CAPITULO TAMBIEN ES BASTANTE LARGO. LO POSTEARÉ POR PARTES.
"Llegaron a la frontera al atardecer.
En la estación de Hendaya, se observaba bastante movimiento de gentes que regresaban a sus casas tras el veraneo, para reanudar la monótona vida llena de renuncias y obligaciones.
Como su llegada a Hendaya se había adelantado a lo previsto, no habían tenido tiempo de reservar habitación en algún hotel. Tampoco había llegado el equipaje que facturaron en París en pequeña velocidad. No les quedó más remedio que echarse sus mochilas al hombro y aventurarse por los alrededores de la estación en busca de habitación donde pasar al menos aquella noche. La encontraron en un pequeño hotel que no tenía más que ocho habitaciones. La dueña era una gruesa mujer originaria de Lesaca.
El cuarto que les asignaron daba a una huerta muy bien cuidada. Dejaron las mochilas y salieron a la calle, ansiosos por encontrarse con alguna persona conocida que pudiera darles noticias de los familiares que habían dejado en España y de los que nada sabían desde hacia varias semanas (Nota mia: creo que mi tia se refiere a sus cinco hijos que habían quedado en San Sebastián cuando ellos se fueron a París). Un amigo les proporcionó tranquilizadoras informaciones. En cuanto a las noticias de la guerra, eran cada vez peores para los republicanos y para los nacionalistas vascos. Franco se había hecho dueño y señor de la situación, y, cada semana, caía en su poder una posición o una ciudad importante.
En el camino de regreso al hotel, se encontraron con unos amigos que les invitaron a cenar en su casa. Llegaron al hotel antes de media noche, y, apenas habían comenzado a subir las escaleras, la dueña les llamó para comunicarles que les había cambiado de habitación. Miguel protestó, y la patrona replicó que, como no habían venido a cenar, había dispuesto de su habitación para dársela a un matrimonio portugués que pagaba pensión completa." (Continuará)
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BACK IN HENDAYE (1)
THIS CHAPTER IS ALSO QUITE LONG SO I'LL POST IT GRADUALLY.
They arrived at the border in the evening.
Hendaye's train station was bustling with people returning to their homes from their summer holidays. Returning to their monotonous, dutifully-resigned lives.
Since their arrival in Hendaye was earlier than planned, they hadn't had time to make a hotel reservation. Also, the luggage they had sent by slow post from Paris had not arrived. They didn't have a choice but to hang their back-packs over their shoulders once again and look for lodgings near the Station. At least for that night. They found it in a small hotel with only eight rooms. The owner was a hefty woman who came from Lesaca (Navarre).
The room they were given faced a very well-kept vegetable garden. They left the back-packs and went out onto the street, anxious to find someone who would know something about their relatives which news they hadn't had in quite a few weeks ( My note: mostly of their five children who had stayed in San Sebastian when Miguel and María went to Paris). A friend provided them with good and reassuring news. As regards to news of the war, everyday it was worse for Republicans and Basque Nationalists. Franco was the "lord and master" of the situation. Every week a new position or important city fell under his power.
On the way back to the hotel, they met some friends who invited them to dine in their house.
They arrived at the hotel before midnight and, just as they were going up to their room, the owner came out saying she had changed their room. Miguel protested but the owner answered that, since they hadn't come for dinner, she gave their room to a Portuguese couple who had taken full pension. (it will continue)
martes, 25 de agosto de 2009
A PIE BAJO EL SOL DE AGOSTO (7)
"En aquel momento de desaliento, el hecho de encontrarse con un compatriota les renovó los ánimos. Se acercaron al vendedor de tales delicias y entablaron conversación con él, pero Gutierrez no se mostró muy amable. A fuerza de preguntas, consiguieron saber que era español, pero que estaba en Francia desde hacía muchos años. Se veía que no tenía ganas de comprometerse con ellos, probablemente porque los consideraba rojos peligrosos, huidos de España después de cometer sabe Dios qué fechorías. En el curso de la conversación se dieron cuenta de que el vendedor ambulante había olvidado casi por completo el español y de que hablaba un francés desastroso: a causa del calor, andaba en "brasos de camisas", tenía "una mujer muy charmanta" y "su filia estaba mariada con uno de Morocco".
María y Miguel le compraron un helado. A la hora de pagar, el vendedor, en lugar de favorecer a sus compatriotas, se aprovechó de la situación cobrándoles tres veces más de lo normal. Este pequeño detalle acabó por desmoralizar a los viajeros.
Cuando desapareció Gutiérrez con su carro de helados, permanecieron largo rato en silencio. Seguían sentados en la cuneta, con las mantas y las mochilas tiradas en la hierba. María se había desprendido de su sombrero chinesco y Miguel se secaba el sudor con un pañuelo arrugado y bastante sucio.
--¿A cuántos kilómetros estamos de Orléans?--preguntó de pronto Miguel.
Los ojos de María se animaron. Según el plano, estaban a siete kilómetros.
--Coge tu mochila y yo cargaré con la mía--dijo Miguel con decisión--, ésto se ha acabado.
Tras una larga espera, tomaron el primer autobus que iba en dirección a Orléans. Cenaron en un restaurante de lujo, durmieron en un buen hotel y, a la mañana siguiente, con la cartera bien aligerada, cogieron el tren para Hendaya."
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WALKING UNDER THE AUGUST SUN (7)
At that point of discouragement, meeting a fellow Spaniard cheered them up. They went up to him and started a conversation but Gutierrez didn't seem very friendly. After many questions they were able to find out that he was, indeed, Spanish and had been living in France for many years. They also noticed that he wasn't very willing to talk to them, probably, thinking they were dangerous "reds" that had escaped from Spain after having done who-knows-what shenanigans. During the course of the conversation, they observed that he had forgotten practically all his Spanish and spoke a disastrous French.
María and Miguel bought an ice-cream. When they went to pay, instead of favouring his fellow countrymen, he charged them three times its worth. This small detail disheartened them completely.
When Gutierrez disappeared with his ice-cream cart, they remained silent for a long time. They were still sitting in the ditch with the blankets and back-packs thrown over the grass. María discarded her Chinese hat and Miguel dried his perspiration with a wrinkled and quite dirty handkerchief.
--How many kilometres away are we from Orléans?--Miguel suddenly asked.
Maria's eyes perked up. The map showed they were seven kms. away.
--Grab your back-pack and I'll carry mine--Miguel said emphatically--this is finished!
After a long wait, they took the first bus going to Orléans. They dined in a luxurious restaurant, slept in a good hotel and, the following morning, with less money in their pockets, took the train to Hendaye.
lunes, 24 de agosto de 2009
A PIE BAJO EL SOL DE AGOSTO (6)
"Salieron antes de que apareciese el primer feriante. Tras las cuatro horas de sueño María se encontraba ligera y dispuesta a seguir la aventura, pero Miguel, aunque no lo confesaba, estaba realmente cansado. Antes de emprender de nuevo la marcha, tomaron un café con leche en el pueblo.
Con el relente de la mañana, el viaje resultaba soportable, pero a medida que avanzaba el dia, se iba caldeando el ambiente y el caminar se hacía penoso. Por fortuna, pudieron bañarse en una especie de charca formada por un arroyuelo.
Despues del baño, se pusieron a comer al borde del agua, debajo de unos alisos, y durmieron la siesta. Tras el descanso, emprendieron de nuevo la marcha, pero no tuvieron ánimos para seguir andando cuando llegó la noche.
En el pequeño hotel de la estación de un pueblecito de labradores, durmieron como reyes en una limpísima y mullida cama con dos colchones.
Cuando se pusieron de nuevo en camino, el sol se hallaba ya muy alto. La carretera estaba bordeada de árboles frondosos, que suavizaban las molestias del calor canicular, pero ¡con qué gusto hubieran recibido un buen chaparrón!
A medida que avanzaba la mañana, se daban cuenta de que el dia se presentaba alarmantemente caluroso. Al mediodia, el calor ya era insoportable. María observó que la voz de Miguel bajaba de tono y se alarmó al recordar que tiempo atrás había padecido un ligero trastorno cardiaco.
En un punto de la carretera donde la cuneta estaba cubierta de hierba y los árboles del borde eran frondosos, se sentaron a comer. Esto del "casse-croute" les parecía al principio muy divertido, pero estaban ya hartos de comer tanta alcachofa, tanta sardina y tanto paté. Para colmo, en el fondo de la mochila no les quedaba más que una manzana para postre.
Se encontraban al borde de una carretera muy recta. Desde lejos se veían los vehículos avanzando hacia ellos. Ahora divisaban un extraño carromato tirado por una caballería que se iba aproximando lentamente. No podían comprender qué era aquello, y no se dieron cuenta de qué se trataba hasta que estuvo muy cerca. Era el carro de un vendedor de helados. Llevaba un cartel grande con la bandera española roja y amarilla anterior a la República y un letrero que decía "Gutierrez. Les delices du Pole Nord" (las delicias del Polo Norte)." (Continuará)
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WALKING UNDER THE AUGUST SUN (6)
They left before the first market-seller appeared. María felt wonderful after her four-hours' sleep, ready to continue the adventure, but Miguel, though he didn't admit it, was really tired.
Before starting their walk, they had a white coffee in the village.
With the morning dew, the trip was bearable but as the day went on, what with the growing heat and the walking, it was tough. Thank goodness they were able to wash themselves in a sort of pond formed by a stream.
After the dip, they ate besides the stream under some alders, and took a nap. After the rest, they continued walking but when night fell they didn't have the energy to continue.
They took a room in a small hotel by the train station of a farmers' village, where they slept like kings in an extremely-clean, soft, bed with two mattresses.
When they undertook the trip again, the sun was quite high. The road was bordered by lushly-leafy trees which softened the unbearable heat. Oh! How happy they would have been if they had a good downpour!
As the morning advanced, they realized that it was going to be an alarmingly hot day. At noon the heat was insupportable. María observed that Miguel's voice was low. She was consternated remembering that a way back Miguel had had slight heart problems.
At some point of the road where the ditch was covered by grass and the trees bordering it were leafy, they sat to have lunch. This "casse-croute" routine which, at the beginning was fun, now, they were fed up with so many artichokes, so many sardines and so much foie-gràs! On top of it all, at the bottom of the back-pack they only had one apple for dessert.
They were at the side of a very straight road. From far away they could see the vehicles coming towards them. All of a sudden they saw a sort of cart, drawn by some horses, nearing them. They couldn't fathom what it was until it came closer. It was an ice-cream trolley. It had a huge sign with the red and yellow Spanish flag, previous to the Republic, which said: "Gutiérrez. Les delices du Pole Nord" (North Pole delicacies). (It will continue)
sábado, 22 de agosto de 2009
VISITA DE MI BLOGUERA "AMELCHE"
The "22" in the Virgin St. (I gave it the name in 1974)
FOTOS TOMADAS POR METIS
PHOTOS TAKEN BY METIS
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This week we, METIS and I, had a visit of another dear blogger, Ana "AMELCHE". As my Spanish bloggers know, they, as well as Helena (SALONDESOL), were my first bloggers who pushed me to continue with my blog when I wanted to give up. They're my "fairy godmothers". I've met the three of them and I'm so pleased! I met Helena this past July in Formentera with her numerous family (Saharian child included), METIS, I've known for a long time since she is Ibizan and now I've had the great pleasure of meeting AMELCHE. Ana is an English teacher in Alicante. A very charming girl. I've enjoyed visiting Sta. Eulalia, Dalt Vila (old town) and Formentera with them.
jueves, 20 de agosto de 2009
A PIE BAJO EL SOL DE AGOSTO (5)
No se movieron de aquel refugio hasta después de que el sol hubiera desaparecido. Anocheció. Pensaron que en adelante sería mejor caminar con el fresco de la noche y dormir de dia, y así lo hicieron. Pero tambien eso tenía sus inconvenientes. Si se topaban a esas horas con los gendarmes de la carretera, resultarían un tanto sospechosos, y Miguel no tenía la seguridad de que su salvoconducto fuese suficiente para tranquilizarlos.
Para evitar tales encuentros, cuando veían de lejos las luces de un automóvil, se tumbaban en la zanja de la cuneta hasta que hubiese pasado el peligro.
Aquel peculiar juego del escondite resultaba muy molesto. Afortunadamente, la carretera era de tercer orden, y la circulación, escasa. Pero tambien pasaban sus apuros en las proximidades de las granjas, de las que salían ladrando enormes perros. A veces aparecían alarmados los dueños. Extrañados de ver gente por allí a horas tan avanzadas, les interrogaban con bastante brusquedad.
Muchos de aquellos campesinos hablaban un francés con marcado acento extranjero. Muchas de las granjas de aquella región estaban ocupadas por polacos.
Miguel y María anduvieron durante gran parte de la noche, pero, hacia las tres de la madrugada, María se caía de sueño. Al pasar por una aldea, vieron en una placita bordeada de plátanos unas mesas que parecían preparadas para un mercadillo. María pensó que podría dormir sobre una de ellas hasta el amanecer. Extendieron las dos mantas sobre la mesa y, mientras Miguel vigilaba fumando cigarrillo tras cigarrillo, su mujer, con el somnifero del cansancio, durmió a pierna suelta." (continuará)
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WALKING UNDER THE AUGUST SUN (5)
They spent all afternoon next to the stream. Lying down over the short, humid grass, hidden behind a yellow-flowery bush. An ancient, solitary, oak tree kept them company. The tree was so old that it only had a few twisted roots, standing out of the nearly-dead trunk, frantically sucking the earth in order not to die completely.
They didn't budge from that refuge until the sun disappeared. Night fell. They decided that from now on it was better to walk at night and sleep during the day. That's what they did. However, this also entailed problems. Because if they met up with the gendarmes at those hours, they would be very suspicious and Miguel wasn't sure that his document would be enough to appease them.
In order to avoid these encounters, when they saw the lights of a car approaching, they hid down in the ditch by the road until the danger disappeared.
That peculiar hide-and-seek was very tiring. Fortunately, the road was third-category and traffic was scarce. They also had a hard time whenever they passed by the surrounding farms. Huge dogs came barking at them sometimes waking the farmers who came out quite alarmed, surprised to see strangers walking at those hours, interrogating them very rudely.
Many of those farmers spoke French with a heavy foreign accent. Quite a few Poles lived in the farms of that area.
Miguel and María walked during most of the night but at about 3:00 a.m, María was falling asleep. They reached a village where they saw some tables, probably set up for a market, in the main square surrounded by plane trees. María thought she could sleep over one of them until dawn. They spread the two blankets and, while Miguel stood guard, chain-smoking, his wife slept like a log. (It will continue)
martes, 18 de agosto de 2009
CHAVEZ Y VENEZUELA
http://video.google.com/videoplay?docid=5832390545689805144
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If you have time, simply see the above video.
EZRA NAWI
He recibido noticias sobre el juicio de Ezra Nawi. Parece ser que la abogada de Jewish Voice for Peace presentó 20.000 firmas que el juez aceptó. El veredicto tendrá lugar el 21 de septiembre. Esperemos que salga indemne.
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I've received news of Ezra Nawi's trial. It seems that JVP's lawyer presented 20,000 signatures which the judge accepted. The verdict will be given on September 21st. Let's hope they free him.
domingo, 16 de agosto de 2009
CARTA DE "JEWISH VOICE FOR PEACE"
| Ventana nueva Imprimir |
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No sé porque no puedo borrar lo que sale despues de la carta. En fin, os traduzco a continuación la carta de Ezra Nawi que está a punto de ser juzgado por un tribunal israelí por su defensa de la causa palestina.
"Esta no es la primera vez que me juzgan por mis creencias pero es la primera que lo podrán llevar a cabo.
Siempre he sabido que habría gente, silenciosamente, apoyándome cuando llegara el momento. Este momento ha llegado.
He sido perseguido y acosado durante años porque represento tres facetas que provocan rechazo en la sociedad intolerante israeli. Soy homosexual, soy un judio Mizrahi y dedico todo mi tiempo a luchar por la causa palestina.
Soy una persona sencilla. Hice lo que mi corazón me dictaba. Mirando atrás sé que mis amigos y yo hemos hecho mucho para cambiar la dura situación en el sur de Hebrón. Ahora siento que las autoridades israelíes quieren castigarme a nivel personal.
Espero que mi adversidad personal inspire y anime a otros a luchar contra la ocupación."
Gracias, Ezra Nawi
P.D. Alucino que mal me ha salido este post. He copiado y pegado el inglés original que veo no sale pero, bueno, está la traducción. Si podeis apoyar a este chico, hacédlo por favor. Simplemente teneis que ir a "Jewish Voice for Peace" y firmar. Besotes, M.
A PIE BAJO EL SOL DE AGOSTO (4)
Se había puesto bruscamente de pie, arrastrando la manta.
--Ha sido algo duro--dijo Miguel medio dormido.
La noche era cerrada, y no se veía nada. Tanteando alrededor, y con la ayuda de una cerilla, dieron con el proyectil. Era un trozo de tabla que, seguramente, habría sido impulsado por el viento desde la punta del almiar hasta caer sobre la cara de Miguel.
Volvieron a echarse, pero ninguno de los dos logró conciliar el sueño.
Decidieron ponerse en marcha antes del amanecer. Despues de liar de nuevo la manta, Miguel se la puso en bandolera y salieron a la carretera.
Caminar con la frescura de la madrugada resultaba agradable, pero cuando apareció el disco del sol y se puso a lanzar sus dardos a través de las hojas de los árboles del camino, empezaron de nuevo a sentirse sudorosos y cansados. Unos pájaros, en alegre zarabanda, seguían delante de ellos los rastros que habían dejado las mulas de los segadores. Se entretuvieron observando sus evoluciones, pero se encontraban cada vez más fatigados. El violento mediodia los agotó por completo.
Salieron de la carretera. En el fondo de una hondonada vieron una cinta plateada de agua. Bajaron y se sentaron junto al riachuelo. Un pajarito minúsculo describía curvas complicadas, persiguiendo a los mosquitos.
--¡Mira!--dijo Miguel--. Una "ttuitta"--y la nostalgia de su país le hizo temblar levemente la voz." (Continuará)
(Nota mia: no sé qué es una "ttuitta" que es el nombre en euskera/vasco de algun pajarillo)
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WALKING UNDER THE AUGUST SUN (4)
I've been hit by something!--Miguel exclaimed--it's hit my eye.
He abruptly stood up, dragging the blanket with him.
--It's something hard--Miguel said, half asleep.
The night was pitch-black, they couldn't see a thing. Feeling around with the help of a match, they reached the culprit. It was a piece of wood that, probably, flew from the top of the haystack, hitting Miguel's face.
They lied down once again but neither of them could fall asleep.
They decided to start walking before dawn. Once again folding the blanket, Miguel placed it over his shoulder and they went onto the road.
Walking in the freshness of dawn was very pleasant but when the sun's rays started hitting, between the foliage of the trees along the way, they quickly began perspiring and feeling tired. They distracted themselves watching the evolutions of a happy flock of birds joyously flying around the trail left by the harversters' mules. But each minute they were feeling the fatigue. The violent noon's sun, completely, exhausted them.
They left the road. At the bottom of a ravine, they saw a silvery water strip. They went down and sat by the small riverside. A tiny bird formed complicated circles persecuting mosquitoes.
--Look!--Miguel said--. A "ttuitta" -- and the homesickness of his country slightly quivered his voice. (It will continue)
(Sorry, I don't know what type of bird a "ttuitta" is, since it's in Basque)
viernes, 14 de agosto de 2009
A PIE BAJO EL SOL DE AGOSTO (3)
"Aunque se iban convenciendo de que iban a tardar mucho en llegar a Hendaya, decidieron continuar.
Ahora entraban en una zona donde había más árboles al borde del camino, y podían sentarse a descansar a su sombra, pues el calor apretaba. Procuraban no entrar en la carretera principal, temerosos de encontrarse con los gendarmes. Miguel no estaba nada seguro de la validez de su documento obtenido en Bayona.
El sol poniente empezó a incendiar las copas de los árboles. Al anochecer, decidieron buscar un sitio para pasar la noche. Se apartaron del camino y entraron en unas praderas recién cortadas, cerca de un bosque. Los almiares de hierba que aún olían al sudor de las manos quemadas de los segadores, destacaban como centinelas. Hacía un tiempo espléndido, y el cielo estaba completamente despejado. Venus empezaba a brillar.
¡Qué maravilloso anochecer! Sentados en el suelo, con la espalda apoyada en un montón de hierba, contemplaron un espectáculo que creían exclusivo de los cuentos infantiles. Unos conejos jóvenes hacían cabriolas, se perseguían y daban brincos, retozando en el borde del bosque. La coneja madre, puesta sobre sus patas traseras, contemplaba el jugueteo de los gazapos. La fiesta duró hasta que se hizo de noche.
María y Miguel se tumbaron al pie del almiar, cubriéndose con la manta, y se dispusieron a dormir. Una brisa ligera pero insistente movía las hierbas que sobresalían del montón. No había luna, pero el firmamento estaba cuajado de estrellas. De cuando en cuando, un haz de luz que salía de la tierra recorría el cielo, trazando un semicirculo, hasta desaparecer.
--Por aquí cerca debe de haber un aeródromo--dijo Miguel.
Ya estaban a punto de dormirse, cuando sonó un disparo. Se incorporaron asustados. Miguel pensó que se trataría de un cazador furtivo que merodeaba por el bosque.
--¿Y si nos confunden con un jabalí o un zorro y tiran sobre nosotros?--preguntó alarmada María.
Miguel la tranquilizó, pero volvió a tumbarse francamente preocupado.
La brisa se había convertido en un vientecillo bastante molesto. No debían de llevar mucho tiempo dormidos, cuando Miguel se despertó sobresaltado." (Continuará)
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WALKING UNDER THE AUGUST SUN (3)
Even though they knew it was going to take them a long time to reach Hendaye, they decided to continue.
They entered an area where there were more trees by the roadside. They sat down by the shade of one of them and rested from the hot sun. They avoided the main road, afraid of running into the "gendarmes". Miguel wasn't too sure of the validity of the document he had acquired in Bayonne.
The sun setting was beginning to flare the treetops. They decided to look for a place to spend the night. They went to a recently-mowed meadow close to a forest. The haystacks, still smelling of the harvesters' sweaty burned hands, stood out like sentinels. The weather was splendid and the sky was completely clear. Venus started to shine.
What a beautiful sunset! Sitting on the ground, with their backs leaning on a stack of grass, they saw a spectacle they thought it was exclusive of fairy tales. A group of young rabbits jumped and cajoled eachother under the watchful eye of their mother who was standing on its hind legs. The show lasted until nightfall.
María and Miguel laid down by a haystack, covered themselves with the blanket, and proceeded to fall asleep. A persistent, light breeze swayed the loose grass that stood out of the haystack. There was no moon but the sky was very starry. From time to time a flash of light, coming from the ground, lit the sky forming a semicircle, until it disappeared.
-- There must be an airfield close by--Miguel said.
They were almost asleep when they heard a shot. They sat up alarmed. Miguel thought it might be a poacher going about in the woods.
--What if he takes us for a wild boar or a fox and he shoots us? María asked apprehensively.
Miguel calmed her but went back to sleep quite worried.
The breeze had turned into a bothersome light wind. They hadn't slept for long, when Miguel startledly woke up. (It will continue)
miércoles, 12 de agosto de 2009
A PIE BAJO EL SOL DE AGOSTO (2)
Había momentos en que caminaban en compañía de grupos de segadores--hombres y mujeres--que con sus guadañas al hombro y sus hoces colgadas de la cintura se dirigían a trabajar en las granjas de los alrededores. Algunos iban en carros. Marchaban silenciosos; no cantaban ni reían. Los grupos iban saliendo de las carreteras para meterse por estrechos caminos que se internaban en los dorados campos de trigo maduro.
El viaje a pie les empezó a resultar a María y Miguel demasiado lento. Veían un cartel con una indicación que decía "Arpajon 16 km". Andaban y andaban y se encontraban con otro letrero "Arpajon 12 km". Seguían andando y, cuando pensaban que pronto atravesarían el maldito Arpajon y que empezarían a ver carteles anunciadores de otros pueblos, se encontraban con el mismo de Arpajon con algunos kilómetros menos.
--Me parece que tenías razón, María--dijo Miguel--. Habría sido mejor hacer el viaje en bicicleta. Vamos demasiado lentos." (Continuará)
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WALKING UNDER THE AUGUST SUN (2)
They thought that with the food cans they had in the back-pack, buying some cold meats and sausages on the way, and drinking water from the water fountains, they would reach the border without spending much money. However, they found themselves surrounded by wheat fields at both sides of the road and no water fountain nor stream in sight where they could quench their thirst. Besides, the cans were mostly of artichokes (it seems they didn't have a good turn out at the restaurant...) and soon they were fed up. Fortunately, in an old inn they found on the way, they bought some lemonades and fresh tomatoes which they could alternate with the artichokes.
There were moments they walked along wheat harvesters--men and women-- carrying their scythes over their shoulders and sickles hanging from their waists, that were going to work in the nearby farms. Some went in carts. They walked in silence; neither singing nor laughing. The groups kept leaving the road, entering narrow trails which led them to the ripe golden wheat fields.
María and Miguel realized that the walking was too slow. They saw a sign saying "Arpajon 16 km". They walked, walked and walked only to reach another sign saying "Arpajon 12 km". They kept on walking thinking that soon they would cross the "famous" Arpajon and would see signs announcing other towns, only to find the same "Arpajon" sign with less kilometres.
--I think you were right, María--Miguel said--. It would have been faster by bicycle. It's taking us too long. (It will continue)
martes, 11 de agosto de 2009
A PIE BAJO EL SOL DE AGOSTO (1)
"Llego el dia de la marcha. A pesar de que quisieron disuadirles de hacer el viaje a pie, María y Miguel decidieron ponerse en camino. Ya lo tenían todo preparado. Los Larrabeiti les habían regalado unas latas con las que llenaron las mochilas.
María y Miguel fueron despedidos como si emprendiesen una aventura peligrosa. Ellos se reían y les decían:
--¡Veremos hasta dónde llegamos!
Salieron de París en un tren de "banlieu" (las afueras) que tomaron en el Quai d'Orsay, y al cuarto de hora se apearon en Jubisy, un pueblecito de los arrabales. Anduvieron unos doscientos metros y, cuando se hallaban ya en la carretera, María y Miguel se contemplaron mutuamente. Verdaderamente, el aspecto que tenían era un poco extraño para el viaje que iban a emprender. Miguel llevaba camisa azul marino, alpargatas, la manta color sangre de toro en bandolera y, a la espalda, la mochila bien cargada. María calzaba zapatos de lona y vestía un trajecito de seda artificial estampado de flores. Tambien llevaba la mochila a la espalda y, en la cabeza, un sombrero de paja de forma achinada color verde botella, que le había regalado una amiga catalana.
Enseguida se dieron cuenta de que la mochila de María pesaba demasiado. La correa le hacia mucho daño en el hombro. Para quitar bulto y, sobre todo, peso, trasladaron muchas latas y una manta ligera a la mochila de Miguel.
Estaban en pleno agosto, y el calor era sofocante. Anduvieron todo el dia procurando tomar carreteras de segundo orden, para evitar la circulación." (Continuará)
(Nota mia: me pregunto ¿qué circulación habría en los años treinta?)
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WALKING UNDER THE AUGUST SUN (1)
AS THIS CHAPTER IS QUITE LONG, I'VE DIVIDED IT INTO SIX BLOCKS WHICH I WILL BE POSTING.
The day of the departure arrived. Even though everyone tried to persuade them not to take this walking trip, María and Miguel decided to go ahead. They had everything ready. The Larrabeitis had given them some cans of food with which they filled the back-packs.
Everyone said goodbye to them as if they were undertaking a very dangerous adventure. They laughed and said:
--Let's see how far we make it!
In the Quay d'Orsay, they boarded a "banlieu" (outskirts) train. Fifteen minutes later they got off at Jubisy, a village of the suburbs. They walked two-hundred metres and, once they were on the road, looked at eachother bewildered at how strange they looked for such a trip! Miguel had a navy-blue shirt, espadrilles, the blood-red blanket over his shoulder and the back-pack. María wore canvas shoes, had a flowery artificial-silk dress and a Chinese bottle-green straw hat given to her by a Catalan girlfriend.
Soon María realized her back-pack was far too heavy. The strap hurt her shoulder a lot. In order to make it lighter, they emptied it of the food cans and the light blanket which were transferred to Miguel's back-pack.
It was the middle of August and the heat was suffocating. They walked all day, trying to take side roads where there was less traffic. (It will continue)
(My note: I have a question: How much traffic could there have been in the 1930's?)
domingo, 9 de agosto de 2009
PERIPECIAS DE UN PAQUETE
María y Miguel habían decidido acercarse a la frontera. La guerra no había terminado, pero la balanza se inclinaba marcadamente hacia los nacionales. Se veía la posibilidad de que la lucha terminase y de que todos, o la mayor parte, de los que habían huido de España pudieran regresar. Miguel tenía ahorrado algún dinero, y podían volver en tren a Hendaya, pero siempre habían tenido la ilusión de hacer un viaje a pie, y creyeron llegada la oportunidad. Sin embargo, María prefería la rapidez de la bicicleta. Recordaron que en un garaje de la avenida de la Grande Armée trabajaba un mecánico que había sido chófer de un tío de Miguel. Seguramente él les podría proporcionar dos bicicletas de ocasión. No llegaron a ir al garaje, pues Miguel expuso multitud de argumentos para demostrar que era preferible hacer el viaje a pie.
Compraron dos mochilas donde cargar lo indispensable para el camino y una manta grande, color sangre de toro, y otra ligera. Lo que no podían llevar en la mochila, lo facturaron en pequeña velocidad para Hendaya, calculando que ellos tardarían varios dias en llegar a la frontera. Con lo que no valía la pena de conservar, hicieron un paquete apretado, con la idea de deshacerse de él. El restaurante estaba ya cerrado, por lo que no había ya ni un cubo para la basura.
--Tiraré el paquete al Sena--dijo María.
Convencida de que le resultaría tarea sencilla, fue al puente de l'Alma y se acercó a la barandilla. Varias personas contemplaban la corriente de agua que corría bajo los arcos.
"Si tiro este paquete al río delante de toda esta gente, voy a llamar la atención", pensó María y siguió adelante. Lo colocó junto a un arbol, un poco más allá, e inmediatamente acudió un perro a husmear el paquete. Ante el temor de que lo deshiciera, María lo recogió y se alejó un poco. Llegó a un jardincillo que le pareció adecuado para abandonar disimuladamente el paquete, debajo de un banco. Se sentó en el banco y, cuando creyó llegado el momento oportuno para hacer la operación, se sentó a su lado una señora joven, acompañada de un niño. El niño resultó ser curioso y enredador. María se levantó y siguió su camino. Se le ocurrió que en el "metro" podría encontrar un lugar adecuado para abandonar el maldito paquete sin ser vista por nadie. Bajó las escaleras y empezó a caminar por las galerías, pero a aquellas horas estaban llenas de gente que circulaba en las dos direcciones. Salió de nuevo a la superficie con la idea de que pasada aquella hora punta encontraría oportunidad para desembarazarse del molesto paquete. Al cabo de un rato, entró de nuevo en el "metro". Cada vez que, en un recodo de los pasillos, conseguía depositar el bulto en el suelo, se topaba con la mirada recelosa de alguna persona, y se sentía obligada a recoger de nuevo el paquete.
María empezó a impacientarse. Salió del "metro", ya asqueada, y se dirigió de nuevo hacia el rio. Bajó a los muelles, pensando que si tiraba el bulto donde hubiese poca altura, éste caería al agua sin hacer ruido. Desgraciadamente, cuatro pescadores, aburridos por la total ausencia de pesca, habían fijado las cañas y se entretenían observando todo lo que pasaba en el muelle. María subió de nuevo a la calle y se sentó en el pretil que dominaba el Sena. Permaneció allí bastante tiempo, esperando que la afluencia de gente disminuyera. Cuando creyó llegada la oportunidad, se levantó y empezó a andar, dejando el paquete, como por descuido, sobre el pretil. No había dado diez pasos, cuando uno de los pescadores que acababa de subir del muelle con la caña al hombro y la cesta vacía, la llamó:
--Madame! Madame! Se ha dejado olvidado un paquete.
¡Con qué gusto habría tirado María al agua a aquel pescador, juntamente con el paquete!
No tuvo más remedio que recogerlo una vez más y seguir andando. Se metió por unas calles estrechas en dirección a su casa, sin saber ya que hacer.
Al pasar por delante de una iglesia, tuvo una idea luminosa. Entró. En esta iglesia, que era pequeña, moderna y clara, había bastante gente, pero María se dió cuenta de que en el oscuro espacio que quedaba entre la puerta exterior y la interior del templo no había nadie en aquel momento. Se apresuró a dejar el paquete detrás de la pila de agua bendita y salió a la calle. Comenzó a andar mirando disimuladamente hacia atrás, por si alguien la seguía. Nadie la molestó y al fin respiró tranquila."
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THE BUNDLE ADVENTURE
The restaurant finally closed. María and Miguel had made the decision to go back to Hendaye and, even though Miguel had money saved to take a train to the border, they had always wanted to do a walking trip and this was a good opportunity to do so. María thought it would be quicker by byke but my uncle insisted they go by foot. They bought two back-packs, a blood-red heavy blanket and a lighter one. María made a bundle with the things they didn't need and determined to get rid of it. Since the restaurant was closed there were no garbage cans. She decided to throw it into the Seine.
Convinced that it would be an easy task, she went to l'Alma bridge, and went up to the railing. Several persons were watching the flow of the river underneath the arches. "If I throw it to the river in front of all these people, I'm going to call their attention" María thought, so she kept walking. She left it next to a tree a little bit further on. Immediately a dog appeared and started sniffing the bundle. María afraid that it might tear it, picked it up and went further ahead. She reached a small park. She thought it would be an adequate place to leave it. She sat on a bench and when she saw it was the right time to go through with the "operation", a young woman with her small son sat next to her. The boy was curious and hyper-active. María stood up and continued her search. She thought the subway would be a good place. She went down the stairs and started walking through the galleries but at that time there were lots of people coming and going in both directions. She went out on the street once again thinking that a bit later she would have the opportunity to get rid of the damn bundle. She went down again and, each time she was able to leave it in a corner, she met with someone's distrusting look. She was obliged to pick it up again.
María was becoming impatient. She left the subway quite fed up and went to the river once again. She went down to the quay, thinking that being closer to the river it wouldn't make so much noise when she threw it. Unfortunately, four fishermen, bored because there were no catches, left their fishing rods fixed and were enjoying watching everything that was happening on the quay... She went up again and sat on the parapet overlooking the Seine. She waited there a long time hoping the flow of people would diminish. When she thought the time was right, she left the bundle and started walking. She hadn't gone ten steps when one of the fishermen, with the fishing rod on his shoulder, and an empty basket, who had just come up, called her:
--Madame! Madame! You've left a parcel behind!
Ohh! How María would have wished to throw both the fisherman and the bundle to the river!
She didn't have a choice but to pick it up again... She kept walking. She went through some narrow streets towards her home not knowing what else to do!
Passing by a church, she had a bright idea. She went in. The church was small, modern and luminous. There were quite a few people inside but María noticed that in the dark space left between the front and the interior doors there was no one. She quickly left the package behind the Holy Water fountain and left. She started walking, looking backwards from time to time, just to make sure nobody was following. Nobody was. She sighed with relief.
viernes, 7 de agosto de 2009
MIS TIOS SE VAN A VERSALLES
"En la rue de La Tremoille se procedia ya al desmantelamiento del restaurante. Como María no conocía Versalles, decidieron ir allí a pasar el dia, antes de abandonar París. Larrabeiti mandó al cocinero que les asase un pollo, e incluyó en el bolso de la comida jamón serrano, salmón ahumado, queso y algunas frutas.
Tomaron el tren muy de mañana. El dia se anunciaba caluroso, con unas nubes rosadas en el cielo. Llegaron a Versalles al mediodia, cuando ya los rayos del sol caían verticales, abrasando calles y tejados. Dieron una vuelta por el pueblo, antes de traspasar las rejas del palacio. Cuando se encontraron en la inmensa Plaza de Armas, en lugar de entrar en el edificio, lo bordearon. Verdaderamente, aquel calor no daba ganas de meterse en el palacio para cansarse recorriendo inmensos salones llenos de tapices, alfombras y cortinones.
Llegaron hasta el Grand Canal artificial, donde tres siglos antes navegaban góndolas doradas y en el que el Rey Sol, rodeado de cortesanos aduladores, se divertía celebrando fantásticas y costosas fiestas. Lo bordearon y llegaron hasta el bosque que le hace de telón de fondo.
¡Qué calor!--dijo Miguel--. Vamos a quedarnos tranquilamente aquí. Descansaremos, y dentro de media hora nos pondremos a comer.
El lugar era muy agradable. A través de los frondosos árboles, se veían los mosaicos de flores de los parterres, con el inmenso palacio al fondo.
Despues de descansar y de refrescarse con el agua que lanzaba por la boca el delfín de marmol de un surtidor, despacharon las vituallas con las que les había obsequiado Larrabeiti. Tras una pequeña siesta, emprendieron la marcha hacia los dos Trianones, contemplando los jardines a ambos lados del camino.
La flores formaban arabescos de variados colores. Crecían como recortadas a la misma altura. Ni una flor, ni una hoja se desmandaba ni sobresalía del emplazamiento decretado por los jardineros. Los arbustos, podados a tijeretazos y las coníferas, esculpidas en forma de cruces, estrellas, pájaros y animales resultaban demasiado artificiales. En las avenidas, rastrilladas minuciosamente, no se veía ni una sola hoja.
El Gran Trianon estaba cerrado, pero pudieron visitar el Pequeño. Uno de tantos palacios o palacetes con sus consabidas sillerías, tapices, chimeneas con reloj y jarrones o candelabros... Luis XV quiso regalarle este pabellón a su querida madame de Pompadour, pero ésta no llegó a disfrutarlo. La Pompadour, que con tanto interés e ilusión había tomado parte en la dirección de las obras, murió antes de que el Petit Trianon estuviera terminado. Fue su sustituta en el lecho del rey, madame Du Barry, quien lo inauguró en compañía del monarca.
El calor arreciaba. María y Miguel no veían el momento de terminar la visita al pequeño palacio, dominados por el ansia de respirar aire libre.
Salieron, pero fuera el calor era aún más intenso que dentro del edificio. Se dirigieron hacia el estanque denominado "Hammeau de la reine". A su alrededor se alzaba un conjunto de casitas rústicas, algunas de ellas con tejado de paja, que formaban una especie de aldea. Había servido para que la reina María Antonieta y sus amigos y amigas jugaran a los pastorcitos y a los campesinos. Era la época en que Jean Jacques Rousseau, con su libro "Devin de la aldea", había puesto de moda la vida rústica. Las damas más encopetadas de la corte de María Antonieta, disfrazadas de campesinas, satisfacían junto a la reina sus ansias bucólicas en aquella aldea artificial, donde disponían de establos, una lechería, un palomar, un estanque con su correspondiente molino, etc....
Entre el calor sofocante que hacía y lo estúpido que le parecía todo aquello, María se encontraba agotada.
--¡Vámonos de aquí!--dijo
--Pero, ¿sin visitar el palacio grande?--interrogó Miguel.
--No quiero ver más palacios. Vámonos a París.
Se fueron a la estación y cogieron el primer tren."
(Nota mia: cuando viví en París, jamás me acerqué a Versalles. Siempre me quedé con las ganas de visitarlo pero despues del estupendo relato de mi tia, creo que he quedado satisfecha y, siento, que ya lo he visitado...)
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EXCURSION TO VERSAILLES
Once the restaurant of the Rue de La Tremoille was dismantled, María decided she would like to visit Versailles. Larrabeiti offered them a picnic made up of roast chicken, Spanish ham, smoked salmon, cheese and some fruit.
They took an early train. Pink clouds in the sky anticipated a very hot day. They arrived at noon when the sun's rays fell vertically, scorching streets and roofs. They took a walk around the town before entering the gates to the palace. When they found themselves in the immense Arms Square, instead of going inside the building, they bordered it. The heat really didn't entice walking inside the palace with its mile-long corridors full of tapestries, thick rugs and huge, heavy curtains.
They arrived at the artificial Grand Canal where, three centuries earlier, golden gondolas sailed majestically with the Sun King and his fawning entourage celebrating lavish, extravagant and very costly parties. They bordered it also and they reached the forest behind.
--How hot!--Miguel said--. Let's stay right here. We can rest for a while and in half an hour we'll have lunch.
The place was very charming. Between the leafy trees one could see the mosaics of flower beds and the monumental palace in the background.
After relaxing and refreshing themselves with the water spouting from a marble dolphin fountain, they had their picnic. After a short nap, they walked towards the two Trianons admiring the gardens at both sides of the lane.
The flowers formed arabesques of various colours, growing as if they had all been cut at the same level. Not one flower, nor a leaf was out of the planned design of the gardeners. The bushes, pruned with scissors and the conifers sculpted in the form of crosses, stars, birds and other animals, seemed extremely unreal. In the meticulously-raked lanes not a leaf was seen on the ground.
The Grand Trianon was closed but they visited the Small one. One of many palaces with the same old chairs, chimneys with a clock, large vases and candelabra... Louis XV wanted to offer this pavilion as a present to his favourite mistress, Madame de Pompadour but she died before it was finished. She didn't get to enjoy it after having been so enthused and having put so much interest in supervising its building. It was her substitute in the King's favour and bed, Madame Du Barry, who inaugurated it in the King's company.
The heat was stronger. María and Miguel couldn't see the time when the visit would be over in order to breathe fresh air.
They went outside but the heat was even more unbearable. They walked towards the "Hammeau de la reine" pond. Surrounding it were a group of farm houses, some with thatched roofs, forming a sort of village. This had allowed Marie Antoinette, her male and female friends, to "play" being shepherds and farmers. It was the time when Jean-Jacques Rousseau's book "Devin of the Village" had popularized rustic life and made it fashionable. The most snobbish and haughty ladies of Marie Antoinette's court, dressed themselves as peasants, thereby satisfying the Queen's and their wishes of an Arcadian life-style in that simulated village with its stables, dairy, pigeon stall, a pond with its corresponding mill, etc.
What with the suffocating heat and the silliness of the place, María was exhausted.
--Let's get out of here!--she said.
--But, without visiting the Grand Palace?--asked Miguel.
--I don't want to see any more palaces. Let's go back to Paris.
They went to the station and took the first train.
(My note: when I lived in Paris I never made it to Versailles although I wanted to visit it. However, with my aunt's description, I think I've visited it!)
martes, 4 de agosto de 2009
BOTOX
Las esculturas, fabulosas. Su serie de manos es magnífica, ahora bien en este post os quería comentar sobre las famosas, famosillas que estaban presentes. La mayoría operadas de arriba abajo hasta el último pelo de la coronilla. Las caras "botoxeadas" al máximo, en fin, que me pareció que estaba rodeada de ¡monstruos de feria! Auténticas momias, bueno, yo tambien soy otra momia pero tengo mis arrugas, me puedo reir (de hecho hoy me sacaron en la portada del Diario porque me estaba riendo y era de las pocas que ¡lo podían hacer!).
Y pobre Kylie que ya se ha botoxeado y lo tendrá que seguir haciendo durante TODA su vida y cuando llegue a mi edad parecerá un clon de todas las demás, porque ésta es otra, todas se parecen. Qué horror.
Por cierto que me encontré con mi querido y admirado poeta ibicenco, Ben Clark (sin operar).
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Those of you who have followed my posts from the beginning, know of my aversion to plastic surgery for "beauty" purposes. Yesterday I went to the vernissage of Lorenzo Quinn's sculptures in the "Club Diario" of our much-loved "Diario de Ibiza" (Ibiza Journal), kindly invited by my dear friend, Carlos Martorell.
Lorenzo's sculptures are beautiful. His "hands" series, absolutely magnificent. However, this post has to do with the celebrities and pseudo-celebs that assisted at the event. Most of them operated up to their last strand of hair. Their faces "botoxed" to the extreme. I felt I was surrounded by circus' monsters! Authentic mummies, well, I'm also a mummy but I have my wrinkles and can still laugh! (as a matter of fact, the "Diario" (Journal) published a photo of me today in its front page BECAUSE I'm laughing and, probably, I was the only one who could do so...).
Poor Kylie who has already botoxed herself and from now on, she'll have to do it for the rest of her life! And when she reaches my age she'll look the same as everyone else because they ALL look alike!
By the way I also met up with my favourite Ibizan poet, Ben Clark (un-operated).
domingo, 2 de agosto de 2009
UNA ESPERANZA FRUSTRADA
Este abogado, de excaso éxito profesional en Bayona, había concebido la idea de que, instalándose en la capital a todo lujo, podría atraer a una clientela elegante y rica.
María fue a visitarle, y el abogado la recibió con amabilidad, pero ella se dio cuenta enseguida de que la actitud del abogado era excesivamente cauta. Sin duda, el conflicto español, que había desquiciado la posición de tantas familias, lo llevaba a mostrarse circunspecto. Antes de que María tuviese tiempo de exponer su situación, el abogado le atajó diciéndole que, sintiéndolo mucho, se veía obligado a salir, pues tenía un "rendez-vous" muy importante, y la despidió citándola para el dia siguiente. María acudió a la cita, y un criado muy ceremonioso la introdujo en el lujoso salón de espera, donde no esperaba nadie. Daba la sensación de que los sillones regence, las cómodas Luis XV, las vitrinas y las alfombras persas no habían logrado atraer a la soñada clientela elegante.
Despues de media hora de espera, apareció el abogado, muy nervioso y dando muestras de estar muy atareado. Llamó tres veces por teléfono, habló cuatro palabras protocolarias de pura cortesía con María, y enseguida dijo:
--Tengo un "rendez-vous". Lo siento mucho, pero hoy no puedo atenderte. Ven pasado mañana.
María no volvió más. Siempre había creido poder contar con aquel amigo, y su desengaño fue grande.
Pocos meses despues, cuando María y Miguel se encontraban de nuevo en Hendaya, recibieron un aviso de la hermana del abogado anunciándoles la muerte de éste en Bayona. Fueron al entierro, y Miguel acompañó al cadaver hasta el cementario, llevando una de las borlas del paño fúnebre."
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FRUSTRATED HOPE
In the elegant Faubourg Saint Honoré, lived a lawyer from Bayonne, friend of Maria's family. She decided to visit him to see if he could help her by suggesting what they could do in Paris at the time.
This, not very successful Bayonne lawyer, had decided to move to Paris, thinking there, he would attract a better and richer clientele.
María went to visit him. The lawyer received her cordially but she quickly realized that his attitude was excessively cautious. No doubt that the Spanish conflict, which had wrecked so many families, drove him to be circunspect. Before she was able to explain her situation, he cut her short, apologizing that he had to leave to another very important "rendez-vous". He would see her the following day. María showed up at the appointment. A very ceremonious butler introduced her into a very plush-- empty-- waiting room. It seemed that the Regence furniture, the Louis XV chest drawers, glass cases and Persian rugs hadn't attracted the longed-for elegant and rich clientele.
After a half-an-hour wait, the lawyer appeared. Very nervous and seemingly very occupied. He spoke three times on the phone. He said three or four very formal, pure courtesy, words to María, and said:
--I have a "rendez-vous". I'm very sorry, but I cannot see you today. Come the day after tomorrow.
Maria never went back. She had always thought that she could count on that friend, therefore, her deception was massive.
A few months later, when Maria and Miguel were back in Hendaye, they received a note from his sister saying that he had died in Bayonne. They went to the burial and Miguel carried one of the black sashes of the mourning carriage.