jueves, 26 de julio de 2012

RAFAEL RODRÍGUEZ Y MARÍA VILLARROYA



Entrevistas en el "Diario de Ibiza" 2001 - (Sin traducción al ingles)
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Interviews in the Ibiza Journal 2001 - (Without an English translation)
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Rafael Rodríguez y María Villarroya son una pareja muy "sui generis" porque siempre se les ve juntos por las calles de Ibiza.  Tienen aspecto de ser pintores bohemios pero la realidad es más prosaica.  Rafael trabajó durante muchos años en el Banco Exterior y María se dedica a sus "labores", aunque en su Zaragoza natal fue propietaria  de la Librería Pons, centro de reunión de la vanguardia local.  Les he incluido en esta lista de personajes porque destacan dentro de la mediocridad ambiental actual.  Nos encontramos en el café de la interesante "Librería Azul", rodeados de fotos de Romy Schneider.

"EN IBIZA TODO EL MUNDO PUEDE CONGENIAR, SEAN PRÍNCIPES O VAGABUNDOS"

Por favor, contádme vuestra llegada a la isla.

- María - Yo fui la primera que vine en 1970 de vacaciones con una amiga.  Llegamos al pequeño aeropuerto  y me enamoré instantáneamente del lugar, recuerdo que le dije a mi amiga:  ¡Aquí vendré a vivir!  Me hizo mucha gracia que nada más bajar del avión alguien me sacó una foto que luego me regaló.  No sabía a cuento de qué me la había sacado (ríe).

¿Qué fue lo que más te llamó la atención al llegar a la ciudad?

-  La galería de Ivan Spence.  La encontré tan original que quedé anonadada.  También me sorprendió el ambiente tan cosmopolita que existía.

¿Qué pasó después de tus vacaciones?

- Volví a Zaragoza, y en 1971 conocí a Rafael.  Nos casamos en 1972.  Siempre le hablaba de Ibiza y de venir pero él no quería saber nada de islas ya que había vivido en Ceuta.  Por fin en 1974 le pedí como regalo que nos viniéramos de vacaciones.  Llegamos un domingo del mes de mayo temprano por la mañana.  Todo estaba cerrado.  No había un alma por la calle.  Fuimos al Hotel Montesol a reservar una habitación y nos dijeron que teníamos que esperar hasta más tarde para que nos la dieran.  Deambulamos por la ciudad desierta.  Rafael estaba desolado (habíamos venido por quince días) y dijo:  ¡Menos mal que es mayo porque si venimos en otra época ésto hubiera sido fatal!  Comimos en la única tasca que estaba abierta, una hamburguesa horrible (ríe).  Pero, en el fondo, yo sabía que Ibiza le iba a gustar.  Al llegar la noche, la cosa por supuesto cambió.  La ciudad empezó a vibrar, todas las tiendas abrieron.  El ambiente era estupendo.  Al día siguiente descubrimos las playas, la que más nos deslumbró fue Benirrás, tan tranquila y desierta, que durante muchos años ha sido "nuestra" playa.

¿Cuándo decidisteis vivir aquí?

-  Todos los años vinimos de vacaciones hasta 1986, cuando decidimos que era mejor mudarnos y tener nuestra base aquí para así poder ir de vacaciones a otros lugares.  Rafael solicitó el traslado del banco a Ibiza, que pensaba que no se lo iban a dar, pero para nuestra sorpresa y regocijo, se lo dieron.  En febrero nos instalamos.

Una vez instalados ¿qué recuerdos se os quedaron más grabados?

-  El carácter de los ibicencos.  En el banco recuerda Rafael que existía un gran compañerismo, sin rencillas ni envidias que tanto abundaban en otros trabajos que había tenido en la península.  Siempre se han portado maravillosamente con nosotros.  Recuerdo una vez que entré en una joyería y ví un reloj que pensé que le gustaría a Rafael porque hacía colección de relojes, pero no pensaba comprarlo.  No obstante, como era el 13 de febrero y al día siguiente era el día de los enamorados, pregunté el precio.  No era muy caro, así que me decidí comprarlo pero no tenía el suficiente dinero disponible (ésto, por cierto, ocurrió en 1990) y no quería pagar con tarjeta.  Les dije que volvería por la tarde.  De pronto me dijeron que eso no, que si lo quería me lo envolvían en papel de regalo y que pasase a pagarles cuando quisiera porque ¡ya me conocían de vista!  Ni en Zaragoza donde era más conocida, me hubiese pasado una cosa igual.

Actualmente ¿no pensais que la isla está demasiado masificada?

-  Todo el mundo está masificado, quizá se note más aquí porque es un lugar pequeño pero sigue siendo algo muy especial la convivencia que existe, el respeto, cada uno va a su aire sin meterse con el prójimo.  La mayor parte de la gente de todo el mundo que viene tiene amplitud de miras, no es de mente estrecha como ocurre en otros sitios.  Luego está el hecho de que no hay diferencias de clase.  Todo el mundo puede conocerse y congeniar, sean príncipes o vagabundos.  En Ibiza no es necesario el dinero para entrar en "sociedad", aquí siempre ha imperado la ¡persona! 

 

 

  


viernes, 20 de julio de 2012

ROSSETTA MONTENEGRO


Entrevistas en el "Diario de Ibiza" -2001 (sin traducción al inglés)
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Interviews in the Ibiza Journal - 2001 (without an English translation)
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"PARA MI LA NOCHE ES EL MÁSTER DE LA VIDA"

Rossetta Montenegro es la reina de la noche ibicenca, relaciones públicas de "Pachá", una mujer atractiva que no aparenta ni muchísimo menos la edad que tiene, y que tampoco voy a divulgar aquí...  Llegó a la isla en 1972 con su novio y posteriormente marido, el arquitecto Luis Cervera.  La entrevista transcurre en su coqueto piso de Marina Botafoch con excelentes vistas a Dalt Vila.


Rossetta, naciste en Venezuela, ¿cierto?

-  Sí, pero en 1969 me instalé en Madrid cuando trabajé para las Líneas Aéreas Venezolanas (Viasa) como encargada de los VIP's en el aeropuerto de Barajas.


¿Cuál fue tu impresión de Ibiza al llegar?

-  Mi primera impresión fue como si en otra vida ya hubiera estado aquí, como si una fuerza telúrica me hubiera traido de vuelta a mis raices, todo me era familiar y cercano.  Fue una sensación muy curiosa y de hecho sigo aquí.

Viniste de vacaciones pero luego te quedaste ¿por qué?

-  Porque a Luis lo nombraron delegado de la Dirección de Bellas Artes para Ibiza encargado de la restauración de la catedral y del museo arqueológico; por lo tanto conocí a todo tipo de gente involucrada con la cultura.  Fue una época maravillosa e interesante.

¿Dónde vivíais?

-  Al principio tuvimos un apartamento encima del "Mono Desnudo", luego otro en Sa Penya y al final vivimos en Can Ros, en Roca Llisa.

Luego os separásteis ¿qué hiciste después?

-  Bueno, eso de separarnos no es exactamente así, digamos que seguimos viviendo juntos pero no revueltos desde hace veinticinco años ya que tenemos un hijo maravilloso.  Yo empecé a trabajar como relaciones públicas en el restaurante "Las Dos Lunas", después en el "Ku" (ahora "Privilege") y "Pachá", luego en "Amnesia" y ahora estoy de vuelta en "Pachá".  

¿No te cansa el trabajo de noche?

- No, no me cansa la noche.  Descanso durante el día y además tengo todo el invierno para reposar.  Para mí la noche es el "máster" de la vida.  La gente sale de noche no sólo para divertirse y deshinibirse sino para desahogarse.  Te cuentan cosas.  Tienes que ser una buena oyente, saber escuchar.  Luego en invierno lo empiezas a rumiar y te hace reflexionar.  La noche te deja proyectar tu alma y tu verdadera personalidad.

¿Justificas el desmadre nocturno de las noches ibicencas?

-  La noche en todo el mundo siempre ha sido y es desmadrada.  En el imperio romano existían bacanales y orgías, además de adorar al becerro de oro.  En las culturas indo-americanas se fumaba hierba alrededor de fogatas para hacer sus fiestas.  Erik Fromm en su "Arte de amar" las define como estados orgiásticos.  La noche es la evasión.  Luego se vuelve  a lo normal que es el sacrificio, la rutina, el trabajo, el dolor..., la vida.


Pero ¿no crees que la noche ibicenca se ha degradado y vulgarizado?

-  No, no lo creo.  El que degrada es el individuo o las masas pero por el contrario la noche cada vez va a más tanto en servicios, espectáculos, fantasía, etcétera.  Es una fuente de trabajo y de riqueza impresionante y en la que se encuentran involucrados grandes profesionales del sonido, de la imagen y de la iluminación.


¿Qué te parece la Ibiza actual?

Adoro Ibiza.  Creo que es inevitable el crecimiento que hay.  Tiene que haber una evolución.  Puede ser más bonito o más feo porque la gente querrá hacer pisos, hoteles, etcétera y ya es imposible volver atrás.  Cada día encuentro algo nuevo:  un olor, una flor, una luz diferente, siempre pasa algo.
Ibiza me ha ayudado muchísimo a evolucionar y me encanta reencontrarme con mi gente por lo menos una vez al año.



sábado, 14 de julio de 2012

NICHOLAS BESSET-SCIBORG


Entrevistas en el "Diario de Ibiza" - 2001 (sin traducción al inglés)
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Interviews in the Ibiza Journal - 2001 (without an English translation)
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"TODAVÍA ME FASCINA LA AUTENTICIDAD DE LOS IBICENCOS"

Nicholas Besset-Sciborg, arquitecto especializado en escenografía teatral, parisiense, hijo de artistas--madre rusa y padre francés--nació y vivió en el ambiente bohemio de Montparnasse, donde aún se sentían las huellas dejadas por grandes pintores como Picasso, Modigliani, Foujita.  Fue vecino del gran mimo Marcel Marceau.
Es un hombre atractivo de pelo cano que no le avejenta nada, al contrario, le hace más interesante.
Me recibe en su preciosa casa payesa construida por él, en los alrededores de Sta. Gertrudis.  En la cocina se encuentran sus dos hijas mellizas adolescentes, rodeadas de su pandilla y su mujer que va y viene haciendo sus cosas.  Nos acomodamos en su amplio "atelier" alrededor de la enorme chimenea, al calor de un fuego crepitante.

Me ha encantado la cueva de piedra que tienes al lado de tu casa ¿La construiste tu?

Le di una mano a un amigo escultor que viene a pasar temporadas.

Es una maravilla, un verdadero nido de amor que además se complementa maravillosamente con el entorno, parece una extensión de la tierra misma.

Me alegro de que te guste.

Es preciosa.  Dime ¿cuándo descubriste nuestra maravillosa isla?

La primera vez que vine fue en 1967 de vacaciones.  Un amigo escultor francés, nacido en Argelia, me hablaba mucho de España.  Decidimos venir.  Nos fuimos a la Costa Brava y de ahí a Barcelona donde nos embarcamos en el último momento, en un barco que no sabíamos si iba a Mallorca, Menorca o Ibiza.  Pagamos el pasaje a un marinero una vez a bordo (en aquellos tiempos se podían hacer esas cosas).  Llegamos a Ibiza al amanecer y nos quedamos boquiabiertos, mi amigo quedó deslumbrado porque le recordó a Argel.  Nos enamoramos de la ciudad,  entonces recordé que un amigo hindú de París ya me había hablado de la luminosidad de la isla y ví que no se equivocaba.  Fue una experiencia maravillosa.

Una vez desembarcados, ¿qué fue lo que más te llamó la atención?

-  La gente tan variopinta, la belleza de su arquitectura y el color de la tierra.

¿Cuánto tiempo os quedasteis?

-  Diez días.  También fuimos a Formentera, que nos entusiasmó.  Convivimos con unos hippies americanos en una cueva.  Fue una experiencia muy especial y descubrimos el encanto que tiene la pequeña pitiusa.

¿En qué año viniste definitivamente?

En 1975.  Al volver a París estuve involucrado, como casi todos los estudiantes de la época, en la revolución de mayo del 68, luego acabé mis estudios de arquitectura y trabajé en el cine y la televisión francesa pero Ibiza me tiraba  Decidí dejarlo todo y venirme a vivir aquí.

Cuando te instalaste ¿a qué te dedicaste?

-  A pintar, aunque seguía haciendo trabajos de arquitectura tanto aquí como en Cataluña, Francia y Alemania.

¿Qué recuerdos tienes de aquella época?

Las cenas de los miércoles en el Bar Costa de Sta. Gertrudis.  Nos reuniamos un grupo bastante heterogéneo de residentes e ibicencos.  Cada uno pagaba 500 pesetas más el vino consumido a voluntad y aportaba algún producto comestible; el cocinero nos hacía la cena.  Eran muy divertidas porque luego bailábamos y el mejor bailarín o bailarina era obsequiado con una botella de cava.
También tengo grabada la imagen de una pareja anciana de ibicencos que vivían encima de "La Tierra" que en el momento más álgido de la noche, cuando el bar estaba abarrotado de gente guapísima (sobre todo las mujeres), ellos cogían unas pequeñas sillas de anea y se sentaban en el balcón a ver el espectáculo.  Ésto me llamaba mucho la atención porque en cualquier otro lugar se hubieran quejado del ruido o la mujer se hubiera enfadado con su marido al ver cómo miraba a las mujeres, etcétera, pero ellos no, con mucha paz y tranquilidad se sentaban allí hasta que entraban a acostarse.

Ay, los ibicencos son únicos...  Por cierto, a los que vivís en el campo, os sigue encantando la isla pero ¿qué cambio ves que pueda estropear su imagen idílica?

Todavía me fascina la mezcla de gentes que existe, lo cosmopolita que es y el respeto que nos tenemos unos a otros, la autenticidad de los ibicencos manteniendo su lengua y sus tradiciones.  El contraste de pasar de la tranquilidad del campo a la locura de las discotecas.  Sin embargo, con la entrada masiva de trabajadores foráneos y peninsulares, debido al auge tan tremendo de la construcción--que tiene que parar en algún momento porque la isla es del tamaño que es--temo que en un futuro no muy lejano esta convivencia y armonía actual pueda resquebrajarse, debido a las frustraciones que puedan surgir por la falta de trabajo tanto del lado de los isleños como de los demás.
También me sigue llamando la atención la belleza de sus olivos, algarrobos y almendros y ya no hablemos de su arquitectura, ese volúmen tradicional pero casi abstracto, como cubos que dan un ritmo de la luz.



     


viernes, 6 de julio de 2012

NINA VAN PALLANDT


Entrevistas en el "Diario de Ibiza" - 2001 (sin traducción al inglés)
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Interviews in the Ibiza Journal (without an English translation)
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"AHORA IBIZA ES UN MINI MIAMI, PERO EL CAMPO SIGUE SIENDO MARAVILLOSO"

La encantadora, generosa y desprendida baronesa Nina Van Pallandt, mitad del famoso duo "Nina y Frederick", es una mujer que fue bellísima y que aún conserva esa belleza nórdica, serena y elegante.  Vive en un coqueto y funcional apartamento decorado a la manera escandinava, simple, luminoso, con mucha madera y muchas ranas por todas partes; en el suelo, en las paredes y en las cortinas.

¿Por qué tantas ranas?

-  (Ríe) cuando vinimos a Ibiza en 1963, vivimos en Can Parella en San Carlos.  Teníamos una alberca con ranas, la gente que nos venía a visitar pensó que me encantaban estos animales y entonces empezaron a regalármelas y las he ido coleccionando.

Frederick y tú, aparte de haber sido un dúo muy famoso, también fue tu marido y padre de tus tres hijos.  ¿Cómo le conociste?

-  Se puede decir que nos conocíamos de toda la vida porque nuestras madres eran amigas desde la infancia, pero dado que nuestros padres eran embajadores y siempre estábamos de viaje, no nos conocimos hasta que yo tuve 14 años y Frederick 15, cuando coincidimos en Dinamarca.  Luego nos casamos en Ginebra (Suiza) en 1960.

¿Cómo es que decidisteis instalaros en Ibiza?

-  Frederick quiso comprar una huerta de naranjos en Marruecos pero yo no quería vivir en ese país.  Además, yo estaba enamorada de España desde que en mi adolescencia vi a José Greco, un bailarín flamenco, dar un recital en Dinamarca (ríe).  Un buen día, Frank Powis un amigo de Frederick y de los Blackstad que ya vivían en Ibiza, nos habló de la isla.  Llegamos al viejo aeropuerto y nos fuimos a Dalt Vila, nos miramos y decidimos que éste era nuestro lugar.  Otro día que fuimos al bar de Sandy, conocimos a Chiqui Uruñuela (Nota mía:  Los que habeis seguido estas entrevistas, recordareis que también les hice a estos dos personajes) y ella nos enseñó una casa ruinosa llamada "Parella" que estaba en la montaña  La compramos y pasamos los dos años y medio siguientes restaurándola.  Quedó igual a como había sido antes excepto que le añadimos dos baños.  Un detalle curioso de la casa fue cuando encontramos unas monedas del S.XVII en la chimenea.  Parece ser que era una antigua y arraigada tradición al hacer la casa, introducir monedas en la chimenea porque traerían prosperidad.

¿Cual fue tu primera impresión de la isla?

-  La tierra roja.  Quedé alucinada con el color de la tierra porque desde mi infancia, donde la había visto en Brasil, no había vuelto a ver tierra roja en ningún otro lugar.  El olor de las hierbas del campo, la grandiosidad y luminosidad del cielo que tampoco había visto desde mi estancia en África.  También me fliparon los algarrobos y los almendros.

¿Qué recuerdos tienes de aquellos años?

-  Era maravilloso ver crecer a mis hijos en el campo, sin televisión, correteando desnudos.  Yo también iba siempre descalza.  Un dia que fuimos a buscar a Frederick al viejo aeropuerto (ibamos todos descalzos) un señor embutido en un uniforme marrón nos cerró el paso y no nos dejó entrar.  Nos dijo que no podíamos entrar ¡sin zapatos!  Entonces yo, muy digna y ligeramente arrogante, le dije que podía comprar el dichoso aeropuerto.  Pero ni así nos dejó pasar (risas).
Siempre dábamos muchas fiestas en casa, solía ir muy temprano por la mañana (a las 7) a comprar bloques de hielo y a dejar todas las bandejas de los canapés en los frigoríficos de Casa Mayans, luego me iba a casa de Elmyr de Hory (Nota mía:  el falsificador...) donde siempre estaba Howard Sackler (Nota mía:  el director de teatro...) y charlábamos durante horas porque eramos los únicos despiertos a esas horas (Ríe).
Recuerdo que Elmyr tenía fotos de antepasados que solía comprar en el Rastro de Madrid, presumiendo de que eran "sus" ancestros.  Era un caso.  También solíamos ir por las noches al bar de Alejandro Vallejo-Nájera, "La Columna" porque todos y todas estábamos enamorados de él.  Era guapísimo y encantador.
Ibamos a "La Tierra" cuando la llevaba Arlene, al bar de Sandy en Sta. Eulalia (era el único que tenía teléfono).
Otro pasatiempo favorito era sentarnos en "Los valencianos" a ver la llegada y salida de los barcos para ver quién llegaba y quién se iba.  Las despedidas eran muy emotivas, con los rollos de papel higiénico volando al viento.

Tu casa era encalada todos los años, cuéntame cómo lo hacíais.

¡Oh, sí! y me encantaba ver a los payeses cómo preparaban la cal.  Solían llamarse con la concha de cuerno para reunirse, hacían una especie de iglú de piedras, introducían astillas y quemaban el conjunto durante 72 horas hasta que comenzaba a salir humo blanco (igual a cuando se escoge un nuevo Papa).  Otra cosa muy importante de aquellos años es que jamás había fuegos forestales porque los payeses limpiaban el bosque de rastrojos.

La concha de cuerno se llama "corn" y "brular es corn" es la acción de soplarlo.  ¿Es cierto que Frederick también tocaba la xeremía en vuestros conciertos?

-  Sí, la aprendió a tocar y al final de todos nuestros conciertos explicaba al público el origen del instrumento y de paso sobre lo maravillosa que era Ibiza.
En todos nuestros viajes y encuentros con la gente, "Ibiza" era la palabra mágica para sentirnos como en familia.  Ni New York, ni París, ni Los Ángeles, ni ningun otro lugar provocaba ese sentimiento de algo compartido, especial y único.

¿Qué pensaste de la llegada de los hippies?

Al principio de los sesenta no ibas al "Montesol" sin mangas largas y falda como respeto hacia los ibicencos que eran nuestros anfitriones, solo a finales de los sesenta ya nos pusimos pantalones.  A raiz de la pelicula "More", Ibiza fue invadida por hippies  A mi lo que me molestó, es que hasta su llegada la vida era muy placentera en la isla, los escritores, pintores y artistas en general dejaban a deber en las tiendas pero siempre pagaban.  Existía un respeto mutuo entre los ibicencos y nosotros.  Sin embargo algunos hippies se pasaron.  No pagaban sus deudas, alquilaban casas y quemaban el mobiliario.  Hacían barbaridades.  Ésto me enfurecía y dolía muchísimo.  No sé cómo los ibicencos aguantaron tantos desmanes.

¿Qué te parece Ibiza ahora?

Ahora es un mini Miami, pero el campo sigue siendo maravilloso.  No se puede frenar el progreso y, aunque me entristezca, sigo amando Ibiza.  







martes, 3 de julio de 2012

MICHAEL MILLS


Recientemente ha muerto un muy buen y querido amigo de Ibiza.  Me he permitido copiar un video que le hicieron en su casa (espero que salga el link...).
Siento no haberle entrevistado pero nunca quiso....

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A very dear friend from Ibiza has recently died.  I've taken the liberty of copying a video that was filmed in his house (I hope it comes out...).
I'm sorry that I never interviewed  him but he never wanted...

http://youtu.be/QkcjhaqZiEM 

Bueno, he visto que sí sale.  Michael es el que lleva la chaqueta blanca y tiene el pelo blanco.
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Alright, I've checked that it does come out, Michael is the one with the white jacket and white hair.
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ADIOS QUERIDO E INOLVIDABLE AMIGO.  QUE LA TIERRA TE SEA LEVE.
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GOODBYE DEAR AND UNFORGETTABLE FRIEND.  MAY YOU REST IN PEACE.