viernes, 17 de septiembre de 2010
DON QUIJOTE
Capítulo LXVII - 2ª parte de nuestra lectura colectiva en el blog "La Acequia" de Pedro Ojeda Escudero (sin traducción al inglés).
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Chapter 67 - 2nd part of our joint reading in Pedro Ojeda Escudero's blog "La Acequia" (without an English translation).
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Quijo en este capítulo quiere ser pastor. Mientras espera, recostado a la sombra de un árbol, la llegada de Sancho "...como moscas a la miel, le acudían y picaban pensamientos: unos iban al desencanto de Dulcinea y otros a la vida que había de hacer en su forzosa retirada."
En ésto llega Sancho alabando "...la liberal condición del lacayo Tosilos. -- ¿Es posible--le dijo don Quijote-- que todavía, ¡oh Sancho!, pienses que aquél sea verdadero lacayo?" Siguen unas disquisiciones sobre "Dulcinea convertida y transformada en labradora...el "Caballero de los Espejos" en el bachiller Carrasco, obras todas de los encantadores que me persiguen...". Luego quiere saber si le ha preguntado a Tosilos por Altisidora "¿...si ha llorado mi ausencia o si ha dejado ya en las manos del olvido los enamorados pensamientos que en mi presencia la fatigaban?".
Sancho le dice que no estaba en él "preguntar boberías". Se extraña de que ahora Quijo quiera "...inquirir pensamientos ajenos, especialmente amorosos...". Quijo diserta sobre "...las obras que se hacen por amor a las que se hacen por agradecimiento...". Un caballero puede ser "desamorado...pero no desagradecido". La prueba de que Altisidora le quiso bien es que le dió los "...tres tocadores (¡válgame todos los dioses! vuelven los tocadores...)...lloró en mi partida, maldíjome, vituperome, quejose, a despecho de la vergüenza, públicamente, señales todas de que me adoraba, que las iras de los amantes suelen parar en maldiciones". Él sabía que no le podía dar esperanzas (las tiene entragadas a Dulci) ni tesoros que ofrecerle porque "...los de los caballeros andantes son como los de los duendes aparentes y falsos...". Le reprocha una vez más que agravie a Dulci "...con la remisión que tienes en azotarte y en castigar esas carnes que vea yo comidas de lobos, que quieren guardarse antes para los gusanos que para el remedio de aquella pobre señora."
Sancho no comprende porque el azotarse las posaderas "...tenga que ver con los desencantos de los encantados, que es como si dijésemos: 'Si os duele la cabeza, untaos las rodillas'...". Le tranquiliza, no obstante, diciéndole que se azotará cuando le venga la real gana. Quijo le responde que así lo espera porque está en la obligación "...que te corre de ayudar a mi señora, que lo es tuya, pues tú eres mío." (Ejem...ejem...).
Siguieron con esas pláticas hasta que llegaron al lugar donde Quijo había sido arrollado por los toros "--Éste es el prado donde topamos a las bizarras pastoras y gallardos pastores que en él querían renovar e imitar a la pastoral Arcadia..." No se le ocurre otra cosa que decirle a Sancho que se conviertan en pastores "...Yo compraré algunas ovejas y todas las demás cosas que al pastoral ejercicio son necesarias, y llamándome yo "el pastor Quijótiz" y tú "el pastor Pancino" (me ha recordado a Al Pacino...) nos andaremos por los montes, por las selvas, por los prados..." Dibuja un escenario idílico donde cantarían, beberían "...los líquidos cristales de las fuentes...de los limpios arroyuelos o de los caudalosos ríos...". Comerían los frutos de las encinas, se sentarían en los troncos de los alcornoques, disfrutarían con la sombra de los sauces, "el olor de las rosas...". Piensa que eso les hará más famosos todavía "no sólo en los presentes, sino en los venideros siglos".
Sancho responde "--Pardiez, que me ha cuadrado, y aún esquinado, tal género de vida..." piensa que, si se enteran, también se apuntarían Sansón Carrasco, Nicolás el barbero "...y aun quiera Dios no le venga en voluntad al cura de entrar también en el aprisco...". Quijo se entusiasma y ya les otorga nombres a todos: el bachiller sería "el pastor Sansonino" o "el pastor Carrascón", el barbero "Niculoso" y el cura "el pastor Curiambroso". "Las pastoras de quien hemos de ser amantes, como entre peras podremos escoger sus nombres...". A su Dulci no hay que cambiarle porque le "cuadra así al de pastora como al de princesa...". Le dice a Sancho que a la suya le ponga el nombre que el quiera.
"No pienso ponerle otro alguno sino el de Teresona, que le vendrá bien con su gordura y con el propio que tiene, pues se llama Teresa...". Piensa que el cura "...no será bien que tenga pastora, por dar buen ejemplo; y si quisiere el bachiller tenerla, su alma en su palma."
Quijo sigue con sus fantasías, ahora, musicales (gaitas zamoranas, tamborines, sonajas, rabeles) incluyendo "los albogues" que Sancho no sabe qué son (ni yo tampoco...). Nos enteramos que son "...unas chapas a modo de candeleros de azófar, que dando una con otra por lo vacío y hueco hace un son, que, si no muy agradable ni armónico no descontenta y viene bien con la rusticidad de la gaita y del tamborín." Luego sigue una lección de las palabras de orígen "morisco" que existen en el castellano (almohaza, almorzar, alfombra, alguacil, alhucema, almacén, alcancía y las que acaban en "í": borceguí, zaquizamí, maravedí, alhelí, alfaquí).
Se imagina lo que harán todos brincando por esos prados: Como él es poeta, recitará poesías al igual que el bachiller Carrasco. El cura "...debe de tener sus puntas y collares de poeta..." tambien no duda del maese Nicolás "...porque todos o los más son guitarristas y copleros. Yo me quejaré de ausencia; tú te alabarás de firme enamorado; el pastor Carrascón, de desdeñado, y el cura Curiambro, de lo que él más puede servirse, y, así andará la cosa, que no haya más que desear."
Sancho más bien se ve como un gran cocinero "--¡Oh, qué polidas cuchares tengo de hacer cuando pastor me vea! ¡Qué de migas, qué de natas, qué de guirnaldas y qué de zarandajas pastoriles, que, puesto que no me granjeen fama de discreto, no dejarán de granjearme la de ingenioso! Sanchica mi hija nos llevará la comida al hato. Pero, ¡guarda!, que es de buen parecer, y hay pastores más maliciosos que simples, y no querría que fuese por lana y volviese trasquilada...". Sigue la retahíla refranera habitual. Quijo, como siempre, le para los píes refraneros y le dice que vaya al grano aunque sabe que eso "...es predicar en el desierto...". Sancho le dice que siempre le está "...reprehendiendo que no diga yo refranes, y ensártalos vuesa merced de dos en dos."
Quijo le dice que sus refranes vienen a cuento "...como anillo en el dedo, pero tráeslos tú tan por los cabellos, que los arrastras, y no los guías... y el refrán que no viene a propósito antes es disparate que sentencia."
Se retiran porque la noche acecha "...cenaron tarde y mal..." cosa que Sancho echa en falta y sueña con el castillo de los duques, la casa de don Diego de Miranda, las bodas de Camacho y la de don Antonio Moreno. Mientras Sancho duerme, Quijo vela.
Seguiremos con el LXVIII
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12 comentarios:
DQ introduce a la desenvuelta Altisidora, señal de que va a adquirir protagonismo próximo.
Mejor que hubiera dicho un bocadillo de bellotas metabolizadas por el estómago del cerdo ibérico en un buen jamón de pata negra, que las bellotas son muy vastas y estoposas de tragar. Siempre con el riesgo del asesino torturador a cuestas, que no son buenos tiempos para la lírica.
El clero siempre con privilegios...
La adhesión entusiasta de Sancho a la propuesta cabrera de DQ es la clave para la excelencia de los diálogos.
Posiblemente la salida más digna que le quede a don Quijote sea el pastoreo y soñar con su dama y admiradoras.
Merche, nuestro quijote, quien le ha visto y quien le ve.
Besos
Podría ser "vasta", pero quería decir "basta". No ando muy inspirado con estas dos letras de mismo sonido, pero de muy distinto significado en este caso. Sorry
Pancho ¿El clero siempre con privilegios? Ajá! Certero!
P. Cuesta Soñar con la dama, eso no. Que la conquiste y se le acabarán todas las tonterías.
Kety Ciertamente, ciertamente...
Pancho ¡Hombre, Pancho...! Eso carece de importancia.
MERCHE Eso, que nada, que como sé que estás de viaje, te he echado una manilla, supongo que volverás fatigada.
Un beso.
Si, Cervantes nos da toda una lección de linguística en este capítulo.
Se nos acaba Merche, ¡qué tristeza!....y a DQ sólo le quedan los sueños en su derrota.
Besos
(rescribí el coment. porque de la emoción me quedó en otra lengua semita emparentada con el árabe, pero de la que C. no da cuenta) ES que mi tablero juega conmigo...
El cura ha de dar ejemplo y no tener pastora. Sancho no quiere pan de trastrigo, le basta con su Teresa, la legítima. Hay que estar ojo avizor con el Santo Oficio.
¡Qué felices van a ser como pastores!
Rodeados de buenos olores, flores, amores, versos, conceptos...ni mosquitos, ni malos olores, ni bicharracos...Nos vamos todos a la Arcadia, Merche.
Merche, es que Quijo ha vuelto a la cordura, pero su orgullo de hidalgo no le hace reconocer lo que fue y ahora no lo es...besos
Adúltero mental don Quijote; tanto preocuparse por el encantamiento de Dulcinea, pero en cuanto agarra a Sancho lo priemro que hace es pedir noticias de Altisidora.
A Sancho le molesta que le pregunte por frivolidades con la de preocupaciones que tiene ahora jajaja.
Encima el amo le solicita que se dé unos azotillos; Sancho le contesta, como escribe Tucci, que me hizo gracia: "qué tiene que ver la velocidad con el tocino?.
La fecha del besote real se acerca Merche, voté por el ultimo fin de semana de Noviembre. Tengo que comprarme algo de ropa que está muy usada la que tengo...y un peluquín quizás jajaja
Besote gráfico
Por lo menos, aunque sea a través del sueño (no del de dormir), Quijo consigue animarse y olvidar su derrota. Sea pues bienvenida ese soñar despierto.
Besos
Los tocadores deben volver, querida Merche, porque no sólo son motivo de acusación de robo sino de ensoñación sensual...
Besos.
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