miércoles, 3 de noviembre de 2010
UN RELATO DE LA VIDA DE JUAN MONTEJO, "EL HERRERILLO" (2)
"Este último verano--último también del bachillerato--fue tan caluroso, que Marta y Juan Antonio no se veían más que durante las comidas. Doña Mariana y su hija pasaban el resto del día en sus dormitorios respectivos, con las persianas echadas, en semioscuridad.
"Juan Antonio veía más a su padre, porque el abogado quería que estuviese en el despacho a las horas de trabajo atendiendo a la clientela, pues daba por descontado que, cuando el muchacho terminase su carrera de leyes, esa clientela sería también la suya. La mayor parte la constituían labradores y pequeños ganaderos, que venían a exponer a don Pedro sus quejas: que si las becerras del vecino se habían metido en su sembrado; que si sus borregos habían sido lastimados por el mastín de fulano...
"Pero también acudían grandes terratenientes, poderosos ganaderos y propietarios de terrenos de minas o explotadores de éstas, debido a que, con cierta frecuencia, no quedaban muy claros los derechos que la ley otorgaba a unos y otros.
"Para Juan Antonio, era un suplicio pasar aquellas horas de aburrimiento al lado de su padre, quien le obligaba a sentarse en un rincón del despacho. Le molestaba especialmente tener que escuchar las minuciosas e interminables explicaciones de los campesinos, que ponían de manifiesto su mezquindad y su avaricia, así como la sordidez de sus vidas. Sin embargo, don Pedro Montejo había conseguido tener una buena clientela que pagaba muy bien y consideraba a su hijo como su normal continuador. Por eso había decidido mandar a éste a Madrid para que estudiara Derecho.
"Pero un día, después de pasar una mañana aburridísima en el despacho con su padre, Juan Antonio le dijo a éste:
"--¡Valientes latazos aguantas, papá!"
"Don Pedro torció la cabeza y, lanzando una mirada oblicua a través de las gafas, se las quitó, sacó un pañuelo del bolsillo, limpió los cristales de las gafas y se las volvió a poner. A continuación, guardó el pañuelo en el bolsillo... y no dijo nada. Tampoco dijo nada Juan Antonio, desconcertado ante la actitud de su padre.
"Concluidas las vacaciones del verano, Marta tendría que ir de nuevo al colegio. ¡Gracias a Dios, aquél iba a ser el último año! A Juan Antonio le estaban ya preparando las maletas y el baúl para ir a Madrid. La víspera de emprender el viaje, se pasó toda la tarde en la forja de Esteban Bejarano. Llegó de noche a casa sudoroso y con la ropa negra. No le preguntaron nada, pero él no quiso ocultar de dónde venía.
"--¡Qué hermosura!--exclamó--. ¡Qué feliz es Bejarano en su taller! ¡Cuánto más divertido es que tu despacho, papá!
"No se hizo ningún comentario, y la cena transcurrió en silencio. Don Pedro observaba a su hijo con el rabillo del ojo. De pronto, el chico se decidió a hablar:
"--Papá, antes de irme a Madrid, quiero decir una cosa: yo no quiero ser abogado; no me gusta esa carrera, me aburre. Yo quiero ser forjador. Iré a Madrid y estudiaré otras cosas. Por de pronto, quiero aprender a dibujar." (Continuará)
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A TALE IN THE LIFE OF JUAN MONTEJO, THE "LITTLE BLACKSMITH" (2)
That last summer--also last of his high school years-- was so torrid that Marta and Juan Antonio only saw eachother at lunch time. Doña Mariana and her daughter spent most of the day in their respective bedrooms, in semi-obscurity, with the shades drawn.
Juan Antonio saw his father more because he wanted him to be in his Law office while he attended his clients; he took it for granted that when his son finished Law, those clients would be his. Farmers and small stock breeders were the majority, who came to expose their problems to don Pedro: that a neighbour's calf had traspassed his sown field; that his sheep had been wounded by another's mastiff...
However, he also had important landowners, powerful cattle breeders and owners of mine lands and/or in charge of exploiting them, mainly to find out about their individual rights as the law, frequently, wasn't very clear.
For Juan Antonio it was hell to spend those tedious hours with his father who obliged him to sit in a corner of the office. The worst was having to listen to the peasants' very detailed and never-ending explanations; perceive their meanness and avarice as well as their sordid lives. Nevertheless, don Pedro Montejo had a good clientele who paid him very well. As he considered his son his natural heir, he decided to send him to Madrid to study Law.
One day, after spending a very dull morning in his father's office, Juan Antonio told him:
"--What a load of bores you have to put up with, Dad!"
Don Pedro turned his head, looked sideways at him through his glasses, took them off, took out a handkerchief from his pocket, cleaned them and put them back on. He stuffed his handkerchief back inside the pocket, and... didn't say a word. Neither did Juan Antonio, taken aback by his father's attitude.
Once the summer holidays were over, Marta had to return to school. Thank God that was going to be her last year! In the meantime, they were packing Juan Antonio's suitcases and chest for his trip to Madrid. The day before the trip, he spent the whole afternoon in Esteban Bejarano's forge. He arrived home in the evening, sweating, with blackened clothes. They didn't ask him anything but he wanted to tell them where he had been..
"--How beautiful!--he exclaimed--. How happy is Bejarano in his workshop! Much more fun than your office, Dad!
No one said a word; dinner continued in silence. Don Pedro observed his son from the corner of his eye. All of a sudden, Juan Antonio decided to talk:
"--Dad, before going to Madrid, I want to say one thing: I don't want to be a lawyer; I don't like that career, it bores me. I want to be a metal forger. I'll go to Madrid and I'll study other subjects. Firstly, I want to learn how to draw. (It will continue)
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23 comentarios:
Aquel día Don Pedro debió rozar el infarto.
Besos.
En aquel tiempo...lo de cría cuervos tendría un mal fin...menudo trancazo recibiría el padre, aunque ya se lo vería venir...besos
Me ha recordado el libro de Miguel Delibes "El camino".
Lo que es la vida, unos, quisimos estudiar y no nos dejaron, y otros...
Besos.
PD: Merche,madrina, si ´publico "El Quijote en verso" os lo dedicaré, especialmente a tí.
Qué situación: encerrados cada uno en su habitación salvo para comer...
Besos.
TORO, espera a lo que sigue... Besotes, M.
TUCCI, el padre no se enteraba de lo mal que lo estaba haciendo... Besotes, M.
KETY, no he leido "El camino" pero como mi tía es tan costumbrista, no dudo que se lo parezca. Y sí, en eso de querer estudiar y otros no pudieron, tienes mucha razón querida. Hubo mucha ignorancia en este país para una cosa y para la otra. Lástima.
Tu publica tus versos y luego ya veremos... Besotes, M.
PEDRO, les entiendo. ¡Es que no conoces los veranos tórridos de Andalucia! Es para no salir de las habitaciones hasta la caida de la noche... Besotes, M.
Me imagino al padre con semejante revelación! Estos padres que proyectan en sus hijos lo que ellos quieren! Además, pobre chico, si esas eran vacaciones...
Muchas gracias por tu visita.
BESOTES QUERIDA MERCHE!
Cuando leì HERRERILLO me dije....
!!esto va de pàjaros!!!
pero no.EL CABONERO es "similar" pero mas grande.
Si quieres echar una ojeada...
jaj ay pobre abogado... ¡para morirse, jaaj! En aquel tiempo es como si dijera hoy que se va a Ibiza a meterse a hipie o, peor aún, a gogó, jaja
Bezos.
STANLEY, ese fue el fallo. El querer el padre que su hijo siguiera sus pasos. Ésto ha pasado hasta hace bien poco en España. Besotes, M.
MIGUEL V. ¡Sabía que me saldrías con el pájaro! Sé que existe "El herrerillo" en la fauna avícola. Gracias por tu link "La ornitológica de la provincia de Burgos". Lo leeré con calma. Besotes, M.
THIAGO, creo que era peor... Besotes, M.
Hizo muy bien cambiando de opinion (te lo digo yo...)
Besos...!
CORNELIVS, me lo imagino...ja,ja... Besotes, M.
MIGUEL V. he ido a tu link y he visto la lista de pájaros raros de Burgos. ¡Qué gracia me han hecho algunos nombres!: Zampulin Cuellirrojo; Porrón Acollarado; Papamoscas Collarino... El único que he reconocido es el Estornino Rosado... Besotes, M.
La vocación no es hereditaria
Eran tiempos en que no se elegía, si el papá era abogado, abogado sería el niño. Mucho valor tuvo el niño de exponerlo a su progenitor.
Bejarano me suena a torero...
Cari, si aprende a dibujar igual me hace un dibujo para mi sección "ASÍ VEO YO A THIAGO" jajaja
Bezos.
PACO CUESTA, por supuesto que no... Besotes, M.
ABEJITA, Así fue hasta hace bien poco. Mi ex mismo tuvo que estudiar Derecho porque su padre era abogado. Los otros cinco hermanos varones también menos el pequeño que se rebeló y estudió arquitectura. Fue el más exitoso porque los demás jamás ejercieron la carrera. Besotes, M.
THIAGUIÑO, ya estará criando malvas... Besotes, M.
Desde los 12 o 13 años más de un verano me he pasado yo cosiendo dobladillos y plisando uniformes.
No es que mi madre quisiera que siguiera sus pasos de modista, pero como ella cosía en casa para una tienda de confección, si queríamos sacarnos unos dinerillos traía a casa más labor de la que ella podía hacer y mi hermana y yo cosíamos, y lo que nos sacábamos era para nosotras.
Me vino muy bien para aprender a coser y para decidir que era un oficio que no me gustaba. Demasiadas horas sentada a la máquina de coser para sacar cuatro duros.
Besotes
Valiente Juan Antonio, que pudo expresarle al padre su sentir y su deseo. En esa época era medio impensable desafiar al padre así...
Besos
Parents usually want the best for their children. It depends on them to take advantage of their advice.
A shade for a blind, interesting.
ASUN, por lo menos aprendiste a coser y a ser una manitas, je, je... Besotes, M.
MYRIAM, sí, tuvo que tener MUCHO valor... Besotes, M.
PANCHO, yes, I know parents usually want the best for their children but, sometimes, they also have to let them do what they REALLY want to do which may not be what their parents want...as in this case.
You know English has a lot of synonyms... Besotes, M.
GRACIAS MIS QUERIDOS
¡Qué osado el muchacho para aquellos tiempos!
A la autora, a veces, se le escapa un toque clasista...
BIPO, sí, muy osado. Y a mi tía se le escapa un toque clasista MUCHAS veces... Eran otros tiempos... Besotes, M.
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